CAPÍTULO UNO:
‹‹❛ Isla Issaquah

Las palabras de desánimo están a mi alrededor Pero solo tengo una meta para no rendirme para superar las penas y alegrías continúo avanzando poco a poco.

-ONE PIECE, Marineford

EL VIENTO RUGÍA FURIOSO MIENTRAS SABO ascendía la montaña en un carruaje tirado por caballos. El viaje era arduo y el clima implacable, pero ninguna de esas cosas lograba penetrar la fortaleza de su mente. Un nudo se había instalado en su garganta desde hacía semanas, un peso que parecía aumentar con cada paso del carruaje.

Habían pasado dos semanas desde la muerte de Ace. La culpa lo seguía carcomiendo, y el dolor no había disminuido. Las memorias regresaban sin cesar a él y sintió que lo consumiría totalmente. Él había conocido a Ace cuando tenía cinco años y había sido el primer amigo del otro. Juntos con Ace y Luffy, habían hecho una pacto para convertirse en hermanos. Las imágenes de su hermano, las memorias de su infancia compartida, volvían a él sin cesar, atormentándolo. Habían sido inseparables desde niños, Ace, Luffy y él, unidos no por la sangre, sino por un juramento más fuerte que cualquier lazo familiar. Tres hermanos de corazón, dispuestos a todo por protegerse mutuamente. Y sin embargo, cuando el momento crítico llegó, Sabo había fallado.

Estaba preocupado por Luffy, pero como lo había visto en el periódico cuando fue de vuelta a Marineford, sabía estaba bien por ahora. No tenia idea de dónde estaba Luffy en este momento así que no había nada que pudiera hacer por él. Pero había alguien más a quien podía proteger, por Ace.

La Marina había asolado una pequeña isla en el Grand Line, Issaquah, buscando a una joven llamada Naįsumi, una mesera que se rumoreaba había sido la novia de Ace. Era una mujer que, según decían, había sido protegida por Barbablanca gracias a su conexión con Ace. Pero ahora estaba sola, desaparecida, y ningún rastro de ella había sido hallado en los últimos seis meses.

Sabo había hecho todo lo que estaba a su alcance para encontrar a dicha joven. El ejército revolucionario había intervino algunos caracoles transpondedores de la marina y Sabo había podido averiguar sobre el paradero de cierto hombre. Era un cazarrecompensas llamado Isamu que Ace había contratado hace un año para encontrar a alguien, una mujer que se presume que es su hermana mayor.

Sabo había encontrado primero al cazarrecompensas y lo había 'persuadió' para que le diera la información que necesitaba, confirmándole que la chica se hallaba en el pueblo. Lo único que el pensaba era en encontrar al amor de su hermano y protegerla, para así aliviar su dolor y su culpa por no haber ido a salvar a Ace.

El carruaje se detuvo frente a una modesta casa en lo alto de la montaña. Sabo descendió, su corazón latiendo con fuerza mientras se acercaba a la puerta. Golpeó con firmeza, pero no hubo respuesta. Insistió, y esta vez oyó movimiento apresurados en el interior. Después de lo que parecieron ser eternos segundos, la puerta se abrió para revelar a una Mujer, pálida con actitud nerviosa, que le apuntaba con un arma.

Sabo la observó con calma. Sabía que podría desarmarla en un instante, que ella no era rival para él. Pero lo que veía ante sí no era una amenaza, sino una figura frágil, llena de miedo. La mujer apenaspodía sostener el arma, y sus manos temblaban visiblemente. Con una suavidad que él mismo no esperaba, Sabo levantó las manos, intentando calmarla, intentando, quizás, apaciguar el tormento en su propia alma. Porque, al final del día, protegerla a ella era lo único que le quedaba para enmendar lo que no pudo hacer por Ace.

── ¿Quién eres?── Dijo la mujer con una expresión neutral.

── Estoy buscando a Naįsumi Hanabira. No estoy aquí para hacerles daño.

── Estás con los Marina, ¿no es así?. No voy a entregar a mi hermana.── Dijo la mujer con rudeza, apretando aun más el gatillo.

── No soy un infante de marina. Estoy aquí para ayúdala a escapar.── Hizo una pausa.── Soy amigo de Ace del Ejército Revolucionario. Estoy aquí para ayudarlas.

── ¿Enserio crees que me tragare esa maldita mentira?. Obviamente cualquiera ligado a la marina vendría con ese mismo cuento-── La joven fue interrumpida por un fuerte grito que resonó desde el interior.

── ¿Es ella? ¿Está en problemas?── Sabo reaccionó apresuradamente y forzó su entrada al interior de la casa.

Sabo siguió el sonido de los gritos sin vacilar, llegando directamente al dormitorio. Abrió la puerta de golpe, sin pensarlo dos veces. Pero en cuanto cruzó el umbral, se detuvo en seco. En la cama, una joven de cabello rosado con reflejos verdosos yacía con el rostro contraído de dolor, su frente perlada de sudor. Sus ojos estaban cerrados mientras respiraba con dificultad, como si el aire apenas llegara a sus pulmones. De repente, dejó escapar un grito desgarrador, echando la cabeza hacia atrás y retorciéndose en la cama. Fue entonces cuando percibió los pasos que entraban en la habitación.

Ella lo miró con desconfianza, lista para interrogar al intruso que había entrado en su habitación. Pero antes de que pudiera decir una palabra, una nueva oleada de dolor la golpeó con fuerza, obligándola a retorcerse de nuevo en la cama.

── ¡Yuna, apúrate por favor! No lo soporto más. ¡Duele mucho... es demasiado pronto, tengo miedo!

── ¡Muévete, estás estorbando!── La mujer, que al parecer se llamaba Yuna, entró con determinación y le dio un brusco empujón al hombre que estaba parado en medio de la puerta, dejándolo completamente desconcertado.

── Tranquila, hermanita. Estoy aqui── La mujer dijo con una débil sonrisa, a pesar de su evidente preocupación. Mientras tanto, la joven postrada en la cama asintió, observando a su hermana mayor moverse de un lado a otro, buscando frenéticamente los suministros necesarios para atenderla correctamente.

── No puede ser.── Sabo, estupefacto, miraba la escena ante él. La joven, entre quejas y dolor, dirigió su mirada hacia el extraño en la entrada. La sorpresa se reflejó en su rostro al ver al un joven con chaleco negro largo, una camisa azul, una corbata con volantes y un sombrero adornado con gafas sobre la banda.

── ¿Quién carajos eres tu? ¿Y qué haces aquí?── preguntó la joven con brusquedad. Aunque no estaba en condiciones óptimas para luchar, estaba decidida a hacer todo lo necesario para proteger a su hermana menor.

Sus ojos se oscurecieron, adquiriendo un aire enigmático. Con un gesto casi imperceptible, deslizó la mano debajo de la almohada, sosteniendo un objeto afilado y preparándose para atacar si era necesario. Sabo la observó, asombrado y sin poder creer lo que veía.

── ¡¿Estas...Estas embarazada?!

"No te aferres a los recuerdos que son Dolorosos. Mejor hazlo de aquellos que ponen una sonrisa en tu cara al ver la sonrisa de aquella persona que ya no esta."

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🎋🔥| starmistx_≈✰
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•goodbye people❞⸙͎.