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Cap 22: insensatez

Yumi Zouma - Crush (it's late, just stay) 

                                                                    ***

Las grabaciones de Ocasos de Otoño durante las primeras dos semanas se habían dado con mucha fluidez. Era notorio que el trabajo previo con Timothée había servido y estaba dando frutos de la mejor manera, así que tanto Margot como el resto del equipo de producción se encontraban muy felices y hasta sorprendidos de lo bien que estábamos llevando el asunto. Las felicitaciones y los agradecimientos por el esfuerzo que habíamos hecho incluso antes de empezar a grabar eran pan de cada día, y la verdad es que no había nada más placentero que irse a casa después de un largo día de arduo trabajo y sintiéndose satisfecha con cómo había salido todo.

Claro que eso no significaba que fuese fácil, no era solamente llegar, insertarse en el papel y comenzar a grabar, sino que la técnica era fundamental para que todo saliese bien. Cada movimiento y sonido estaba previamente meditado y consensuado, y eso era lo más complejo. Había escenas que repetíamos una y otra y otra vez, y aun así no parecía suficiente, así que había que seguir intentándolo. Sin embargo, aunque casi todo estaba previamente pensando, la improvisación y el dejar fluir las emociones también era una cuestión fundamental, sobre todo en una obra como aquella, en donde el concepto de sentimiento era esencial.

Pese a que Margot era una directora muy estricta, la empatía y la serenidad no le eran ajenas, siempre nos daba el espacio suficiente como para relajarnos, respirar, descansar e incluso aportar nuestras ideas. De hecho los momentos más divertidos surgían cuando con Timothée improvisábamos y todo salía tan naturalmente bien que terminábamos todos en el estudio riendo y pasándola de maravilla.

—Así que... ¿llegas mañana temprano?—hablé en el celular, intentando que no resbalase en aquel peligroso espacio entre la oreja y el cuello mientras me acomodaba el sweater.

—Sí, antes del medio día—contestó la voz de Victoria del otro lado.

— ¿Cómo la pasaste estos últimos días allá?—pregunté, verificando mi aspecto en el espejo.

—Na, ya sabes... los primeros días son entretenidos pero en los últimos ya sólo quiero irme a casa—contestó cansada.

—Claro, a veces olvido que ya te sabes de memoria todos los caminos de Verona—reí.

— ¿No tendrías que estar en el estudio, Agnes?

—No. Es decir, sí. Pero hoy las grabaciones comienzan en la tarde porque tenemos que grabar las escenas nocturnas y mañana tenemos día libre así que...—no alcancé a terminar mi explicación.

— ¿Estarán todos mañana en el apartamento? Realmente les extraño— dijo con un sutil tono de desesperación en su voz, casi pude divisar su puchero en los labios.

Solté una pequeña risa que terminó convirtiéndose en un suspiro.

—Contigo son imposibles las sorpresas, Victoria. No te preocupes, estarán aquí—finalicé.

—Ya hablé con Louis, y llegará durante la tarde.

—No me sorprende que hayas hablado con él eh—comenté juguetona. Escuché que reía delicadamente ante mi comentario, pero decidió no decir nada al respecto.

— ¿Qué son esos ronquidos, Agnes?—preguntó intrigada.

—Ah, es Ezra, al parecer soy tan aburrida que decide dormirse en vez de prestarme atención, y encima sobre mi cama. ¡Auuushh! ¡Demonios!—exclamé, volteándome para verlo sonreír travieso después de haberme lanzado una almohada.

Entonces comencé a sentir el sonido de otra llamada entrante.

— ¿Estás recibiendo otra llamada?

—Dios, sí, es Timothée, viene por mí. Tendré que dejarte—comenté, sintiendo los nervios llegar.

¡Hasta cuándo! Yo intentaba no ponerme así, de verdad lo intentaba, juro que sí.

—Recuerda decirle que mañana esté allí—soltó antes de cortar.

Ok, sabía que lo mejor era que yo llegase al lugar sola y por mi cuenta, podía hacerlo, y lo había decidido así desde el día uno, pero tenía que admitir que era mucho más fácil que Timothée pasase por mí, de lo contrario el tráfico me haría tardar el doble. Y bueno, él se había ofrecido amablemente, y me habría negado de manera rotunda a su ofrecimiento de no ser porque aceptó, aunque a regañadientes, que le retribuyera algo de dinero por su gesto. No era nada en comparación con lo que me gastaría sola tomando el transporte, pero al menos eso era idóneo para no sentirme una carga.

También sé que el verlo incluso en el camino de ida y vuelta era contradictorio con mi propósito de "evitar" pasar por momentos que me harían sentir peor, pero en realidad sólo sería por un tiempo, por un corto tiempo, luego no habría necesidad de nada como eso.

— ¿Qué pasa que te mueves como pescado?—preguntó Ezra, con voz somnolienta, y despegando su cara de la almohada. Durante la mañana y parte de la tarde había estado en una entrevista "escalofriante", según sus propios términos, que lo dejó con un sueño del demonio.

—Qué Timothée me está esperando abajo y aún no estoy lista—dije con obviedad, poniendo lo necesario en mi mochila.

Le escuché murmurar algo imperceptible, para luego verlo tumbar su cara de nuevo en la almohada.

—Mañana llega Vico, tienes que estar acá. ¿Podrías hacer de esas galletas tuyas con chispas de chocolate?

—Claro, su majestad.

—No olvides cerrar bien la puerta cuando salgas—finalicé mientras corría hacia el salón para salir. Pero cuando estaba a punto de salir escuché la voz de Ezra llamándome. Dios, por qué.

— ¿Qué ocurre?—pregunté asomándome a la puerta, ya algo exasperada.

—Llevas una toalla en la cabeza.

Mierda, no podía creerlo, qué despistada. Ash, no quedaba remedio, iría con mi pelo mojado y el resto sería trabajo de los encargados del maquillaje.

Llegué al vehículo de Timothée sintiendo cómo el viento me daba en la cabeza con mi pelo aún empapado. Solo esperaba no pegarme un resfrío porque en épocas de grabación no sería nada cómodo.

—Lo siento por la tardanza, Timothée—fue lo primero que salió de mis labios cuando entré.

—Agnes, tienes tu pelo todo mojado—dijo sorprendido, comenzando a mover el auto—te hubiese esperado si aún no estabas lista, no era necesario que salieras así.

—Sí, es que... me atrasé porque hablé con Vico, además Ezra llegó durante la tarde y se quedó dormido en mi cama y yo necesitaba ducharme y no alcancé a...—comencé a hablar tan rápido que no me di cuenta del escenario que estaba formando hasta que vi la manera en que Timothée despegó la vista del volante para mirarme con sus ojos un poco más abiertos y oscuros de lo normal, con la mandíbula tensa y con un brillo especial en los ojos que mi intuición me decía que podía ser ¿dolor?.

—Ya veo—murmuró, despegando bruscamente su mirada de la mía.

¿Qué se supone que diría ahora? ¿Acaso le debía alguna explicación? No, claro que no, pero tampoco quería que se quedara con una idea que no era. Ni él, ni nadie.

—No es lo que quise decir, eso sonó un poco...—intenté decir.

—No tienes que explicarme nada.

Sabía que diría eso, es la típica frase que desde siempre me ha generado tremenda impotencia. Qué es eso de "no tienes que" como si una no pudiese simplemente querer hacerlo, por simple deseo, por el sencillo anhelo de que nadie malinterpretase nada. Ay, me estaba empezando a enfadar.

—Sé que no te debo ninguna explicación, Timothée, pero tampoco quiero que malentiendas las cosas. Ni tú, ni nadie. —hablé, con dureza y mirándole.

—Está bien, Agnes—respondió, aún sin mirarme, aún con el rostro tenso y mirando el frente.

—Ezra es sólo un amigo. Y lo aclaro no porque quiera explicarte nada a ti, solo no quiero que se empiece a divulgar información errónea—terminé por decir, acomodándome en el asiento, cruzándome de brazos y girando mi vista para mirar la ventana.

—Jamás divulgaría nada que tenga que ver contigo—le escuché decir, dolido.

Pasaron unos segundos y quise tanto llorar, que hasta sentí mis ojos humedecer. Quería mirarle, abalanzarme sobre él, abrazarlo y decirle que lo sentía...que le quería a él y sólo a él. Pero no, no podía. Me quedé ahí, con la vista pegada a la ventana, mirando fuera como si estuviese concentrada en lo que veía, cuando en realidad no podía dejar de pensar en el dolor que estaba sintiendo por no poder decirle todo lo que sentía.

Tuve que tragar saliva para disminuir el nudo en mi garganta y para asegurarme de que lo siguiente que diría no delataría mi voz quebrada.

—Mañana llega Victoria de su viaje. A ella le gustaría mucho que estuvieses allí por la tarde—hablé, mirando aún a la ventana.

—Ahí estaré—informó después de unos segundos en un murmullo.

Aquella tarde de grabación teníamos que comenzar con las escenas del enojo, sí, por eso tenía que ser de noche, y la verdad es que ya no estaba segura si la sensación de molestia que estaba sintiendo se acrecentaba, mutaba o simplemente desaparecía cuando veía a Timothée con el vestuario de aquella escena.

Llevaba un pantalón negro, sin ningún detalle más que aquel color que casi parecía brillar de lo oscuro que era; una camisa también negra, pero con sutiles rayas blancas que le entregaban una materialidad hostil pero perspicaz. Le habían puesto un maquillaje que le hacía ver un poco más pálido de lo normal, le marcaron bien las líneas de sus facciones, y llevaba los ojos delineados de un color negro rojizo. Sus labios... Dios, sus labios estaban pintados de un rojo claro que le daba algo de viveza a su rostro, y por si no fuera poco, su pelo estaba alborotado, haciendo que sus risos cayesen libres y desordenados. Era demasiado.

Si bien todo transcurrió tranquilo y sin mayores novedades, no podía dejar de notar lo distante que se había vuelto Timothée conmigo. Al parecer nuestro pequeño altercado de momentos atrás había incentivado que la toma saliera a la perfección y eso no estaba mal, sentí la necesidad de aprovechar la instancia para sacarlo todo; recordé todo detalle de él que me hizo sentir dolor y pena y simplemente lo reflejé en cada movimiento y en cada pulso que mis dedos dieron a las teclas del piano, sin embargo el problema era que cuando acabó parecíamos aún insertos en nuestros personajes.

Cuando habíamos terminado de grabar la última escena del día, Timothée se levantó rápido y sin decirme nada. No sabía si era por el maquillaje, pero me miró de una manera tan penetrante cuando ya estaba de pie, que sentí por un momento que él había descubierto todo lo que sentía por él. Me sentí expuesta. Le quise seguir para hablar, pero me detuve cuando le vi conversar con Louis. Timothée parecía serio y preocupado, pero había algo en sus movimientos que reflejaban expectación y emoción. Mierda, estaba siendo todo tan raro.

Me quise acercar ya que estaba viendo la escena de lejos, pero Timtothée se alejó de inmediato, quitándome la posibilidad de preguntarle qué estaba pasando. Decidí que sería mejor ir cambiarme y luego salir a esperarle, de todas formas nos íbamos juntos así que tendríamos tiempo.

Luego de estar lista, me detuve a esperarlo en la barandilla de madera cerca del lago, y es que la noche le entregaba al lugar un aire melancólico e impenetrable a la vez que fresco y sereno. Desde allí podía ver el sauce llorón a unos metros, estático e imperturbable, como resignándose a lo irremediable de su existencia.

Me sentí sobresaltar cuando escuché mi celular sonar. Era un mensaje de Timothée.

Lo lamento, Agnes, pero tuve que irme rápido. Espero que llegues bien a casa.

Timothée.

¿¡Qué!? No me lo creía, había tenido el atrevimiento de hacerme esperarlo, de dejarme allí a esas horas y encima informarme del asunto después de que ya se había ido. ¡Pero qué mierda le pasaba! Yo no había hecho nada como para que se molestase de esa forma y se desquitara así conmigo. Sentí el maldito impulso de ir a buscarle y gritarle lo equivocado que estaba actuando de esa manera tan inmadura, ¡qué insensato! ¡Ash lo detestaba tanto! 

Sentí mi corazón agitarse y mis manos empezar a sudar, el asunto ya me estaba sobrepasando y no me gustaba para nada el cariz que empezaba a tomar.

— ¡Agnes! — sentí que me llamaban. Era Louis que venía corriendo hacia mí.

Traté de mantener la cordura y la calma, no quería que me viesen afectada por nada.

— ¿Qué pasa?—contesté, forzando una sonrisa.

—Necesito que me hagas un favor—habló al fin, con tono de súplica.

Tenía miedo de hablar y que mi voz saliera quebrada, así que lo invité a hablar con un movimiento de cabeza.

—Como sabrás mañana vuelve Victoria y quería comprarle algo. Planeo ir ahora al centro comercial ¿Me ayudaría? Soy pésimo buscando regalos—explicó.

La realidad era que para lo único que me quedaban energías era para llegar a casa, beber una taza de té y acostarme, pero bueno, no podía ser tan egoísta, Victoria era mi amiga y sabía que sería muy feliz recibiendo un regalo de Louis.

—Mmm está bien—contesté, en un tono divertido de resignación.

— ¡Genial!—soltó victorioso—. Te prometo que estarás de vuelta en casa antes de la medianoche—aseguró, comenzando a caminar.

Estuvimos más o menos una hora en el centro comercial intentando encontrar un regalo que fuese significativo para Victoria, pero nada se asemejaba si quiera a lo que ella era. Victoria, pese a ser una mujer extrovertida y enérgica, guardaba poco cariño a los objetos extremadamente caros o de lujo, y según veíamos eso era casi lo único que se vendía allí.

— ¿Sabes? Hay una galería de artesanías a la vuelta de la calle, estoy segura que allí será más fácil encontrar algo—propuse.

Y en efecto, lo encontramos.

Nos decidimos por una pequeña pero hermosa lámpara hecha de madera y de conchas de mar de distintas tonalidades que eventualmente llenaría de colores cálidos la habitación de Victoria. Era bellísima y a ella le encantaría.

—Es hermosa—repuse feliz, imaginando la cara que pondría Vico cuando la viese.

—Lo es. Gracias por acompañarme, de no ser por ti no lo hubiese logrado—bromeó, en tanto se acomodaba en la pequeña silla de la tetería a la que hace un rato habíamos entrado.

—No es nada—respondí, tomando un sorbo de la taza— ¿Ella te gusta mucho, no?—sonreí.

—Sí, es una chica increíble. Pero a veces siento que no le intereso tanto ¿Sabes?

— ¿Por qué piensas eso?—respondí sorprendida y frunciendo el ceño.

—No lo sé—suspiró.

—Creo que te confundes—repuse—. A ella le importas y mucho, es solo que cuando algo le importa de verdad es algo tímida, tímida como nunca—aseguré, divertida.

— ¿Tú crees?

— ¿Qué si lo creo? Estoy segura, Louis. No me cuestiones que es mi mejor amiga y la conozco hace años—le reprendí.

—Está bien, está bien. Te creo—levantó tus brazos a modo de defensa.

—Solo tienen que dar el primer paso y luego todo fluirá con naturalidad. Te lo aseguro.

Asintió con un movimiento de cabeza mientras mantenía su mirada gacha. Era en demasía tierno verlo así, cohibido y un poco inseguro.

No sabía qué tan adecuado era preguntarle si Timothée estaba bien, ya que con él lo había visto hablar, pero qué más daba, sólo sería una simple pregunta de una amiga preocupada.

—Me sentí algo preocupada por Timothée hoy. ¿Sabes si le ocurrió algo?

Lo dije de la manera más desinteresada posible, y esperaba que la ansiedad y los nervios que comencé a sentir cuando pronuncié su nombre no me delataran. Noté que Louis se puso algo nervioso porque se rascó la nuca y miró a su alrededor, como si allí esperase encontrar algo que lo salvara de la situación.

—Él está bien, no te preocupes—pegó una risa nerviosa.

Pero qué demonios.

— ¿Hay algo que yo no sepa?—insistí, intentando que me mirase a la cara.

Se limpió los labios con la servilleta, cuestión que interpreté como clara señal de que era momento de irnos.

—No, no, claro que no.

Ok, no insistiría, no quería parecer desesperada pese a que Louis en frente mío me hacía sentir que algo  escondían y me mataba no saber qué mierda estaba pasando.

Ese día llegué al apartamento con el estómago revuelto, casi que parecía que mi confusión mental descendía hasta allí, y pese a que por unos segundos sentí alivio cuando recordé que al siguiente día tenía el día libre, aquello no duró mucho, pues Timothée llegaría igual allí, a recibir a Victoria, y no tenía idea de lo que pasaría. Quizá en el fondo solo esperaba que no llegase acompañado, de lo contrario tendría que soportar el nudo multiplicado por dos en mi estómago, y quizá hasta aguantarme las ganas de vomitar.

Hasta aquí el cap de hoy :)) espero que lo disfruten. Gracias por el apoyo  con las lecturas y votos <3 estos últimos me ayudan muchísimo a llegar a más personas.

Les deseo una muy feliz navidaad <3


 (me gusta esta imagen porque pareciera que el señor de atrás está dando instrucciones a Timothée y él está como "shut up, no me importa nada" )


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