Cap 20: sueños y miel
Una oleada de pequeños recuerdos mentales asemejados a una especie de video siendo rebobinado me hicieron comenzar a abrir los ojos torpemente mientras intentaba recordar cómo diablos había terminado durmiendo en el sofá del salón y con Timothée al lado.
Lo primero que vi cuando pude abrir por completo los ojos fue la tela opaca de la cabecera del sofá. A mis espaldas se encontraba Timothée con su torso pegado a mi espalda, con uno de sus brazos rodeándome la cintura y el otro posicionado bajo mi cuello. No recordaba que fuera esa la postura con la que nos dormimos la noche anterior pero daba por hecho que en el trascurso de la madrugada ocurrieron movimientos espontáneos imposibles de asimilar.
Lo cierto era que no me molestaba tenerlo así, durmiendo en cucharita y sintiendo cómo el aliento de su respiración me pegaba en el cuello. Honestamente no recordaba haber dormido tan bien en mucho tiempo. Ni el frío ni mis molestos pensamientos nocturnos habían estado presentes esa noche.
Me quise mover despacio, quería intentar voltearme y poder contemplar el rostro de Timothée durmiendo a esa hora de la mañana, sin embargo no esperaba que ya posicionada frente al chico, éste instintivamente me tomara de la cintura, acercándome y dejándome a una peligrosa distancia. El hecho me puso de nervios, pero eso no evitó que sintiera mucha gracia y ternura de sólo pensar en que él acostumbraba a hacer eso con sus almohadas y que dicho movimiento no era más que resultado de su inconsciente pidiéndole aferrarse a algo. Me recordó a aquella vez que estuvimos en su apartamento y me acercó para apoyarme en su regazo, en ese entonces no se me pasaba por la cabeza estar de nuevo así con él y menos en un escenario como aquel, con su respiración dándome directo en los labios.
No pasó mucho tiempo hasta que Timothée comenzó a abrir sus ojos de apoco, su reacción cuando comenzó a aclararle la vista fue épica. Sus ojos se sobresaltaron y su boca de manera instintiva se entreabrió, delatando la sorpresa del chico. Al parecer, como yo, él también estaba intentando recordar qué nos había llevado a despertar así y juntos.
—Hey...—susurró apenas moviendo los labios, con una voz tan ronca y quejosa que casi me produjo escalofríos.
—Hey...—respondí de la misma forma, sonriéndole.
No sabía muy bien si tenía que decir algo más o si acaso correspondía que le hiciese notar la extrema cercanía en la que su gesto involuntario de hace un rato nos había dejado. No era que me incomodara en lo más mínimo, de hecho, el sólo pensar en que en algún momento nos íbamos a separar me hacía sentir un extraño vacío en el pecho, pero la dificultad que se me presentaba tanto para respirar como para hablar me hacían tener la necesidad de separarme.
—Emm... ¿Timothée?
— ¿Sí?—respondió aún con dificultad, manteniéndose estático y ahora con los ojos entreabiertos, evidente indicio de que ya había recordado lo suficiente como para mantenerse tranquilo.
—Veras...no me molesta en lo absoluto que me estés aferrando a ti como si fuese una almohada pero...—No alcancé a dar ninguna explicación., Timothée me soltó al instante, permitiéndome al fin respirar mejor y no sólo porque me estaba faltando el aire.
—Lo siento—soltó rápido y algo avergonzado—no me di cuenta, Agnes, discúlpame.
Se me hizo imposible no soltar una risa que se escuchó más enérgica y melodiosa debido al ambiente silencioso que reinaba siempre a esas horas por las mañanas.
—No te preocupes, al menos hubiese muerto de asfixia pero no de frío.
—Ni bromees—rió– ¿Cómo dormiste?—preguntó posando su mano bajo su cabeza.
Ese único movimiento bastó para darme cuenta que su aroma se había impregnado no sólo en cada parte de ese espacio que era el sofá, sino también en mí, en mi pecho, en mi cabello, en mi espalda, en mi ropa. Me encantaba, tenía unas ganas salvajes de fundirme más en su aroma, asemejado a la fragancia que irradia la canela en el té en un día lluvioso empapado de aire fresco.
—La verdad es que... hace mucho tiempo que no dormía tan bien—confesé, sintiendo mis mejillas arder y bajando la mirada, no sólo por lo que le confesé sino que también por el pensamiento que había tenido hace unos instantes.
Timothée me miró serio, pero con el rostro tranquilo, sus ojos al despertar tomaban un cariz más oscuro y melancólico, como si estuviesen luchando por salir aún de aquella recóndita dimensión que era el sueño.
—Te ves tan hermosa sonrojada, Agnes...nunca te lo había dicho. Y el hecho de que estés despertando recién... le da un toque especial—susurró, dejando que sus ojos viajaran por mi rostro.
Su comentario me hizo estremecer. Él se había percatado de mis sonrojos siempre. ¡Qué vergüenza! Sentí unas ganas desmesuradas de abalanzarme sobre él a modo de respuesta, quería acomodarme encima de él, apoyar mis manos en su torso, rodearlo con mis piernas y hundir un poco más nuestros cuerpos en la comodidad del sofá, enredar mis manos en su pelo, besar sus labios, su cuello. Mierda, mierda.
Cerré mis ojos intentando calamar mis pensamientos. El confortable calor que me entregaba la cercanía de su cuerpo no me ayudaba a desvanecer esas instintivas ideas, de hecho casi sentía que fomentaban mis ganas de ponerme encima de él. Tendría que hacer algo, la temperatura de mi cuerpo estaba subiendo y mi corazón ya comenzaba a acelerarse.
—Tengo pastel de naranja y chocolate, ¿te apetece desayunarlo?—pregunté, levantándome sin previo aviso, pasando una pierna y luego la otra por sobre el chico para llegar al suelo del salón e intentando que aquella posición no durase mucho.
Dios, casi imaginé sus manos atrapando mis caderas.
—Emm, claro—respondió con un tono de confusión al ver mi rápido movimiento.
—Vuelvo enseguida, si quieres puedes preparar el té—anuncié caminando al baño sin esperar respuesta.
Mi cuerpo entero sintió el frío abrazador al cambiar tan bruscamente de lugar. Odié tener que salir de allí pero necesitaba con urgencia mojarme el rostro. Llegué al cuarto de baño y en efecto fue lo primero que hice, sin embargo lo frío del agua no impidió que mi cara completa ardiera cuando me di cuenta que mi zona íntima estaba húmeda. Sí, ese mínimo contacto con el chico, que encima había sido más visual que corporal me había hecho poner húmeda, muy húmeda. No podía creerlo ¡qué demonios mis hormonas!
A los minutos después de estar en el baño calmando el bochorno ya estaba entrando en la cocina donde el aroma del té recién preparado se disipaba por todo el lugar. Me encontré con un Timothée despeinado y con los ojos somnolientos aún. Tenía esa sudadera azul que le otorgaba una imagen más despreocupada. Estaba bostezando y a la vez llenaba las tazas con el té que salía a pequeños chorros de la tetera. Parecía relajado y tranquilo, era una imagen adorable.
— ¿Tienes frío?—pregunté, tomándolo por sorpresa.
—Sólo un poco—sonrió, soltando la tetera y acomodando las tazas.
No sé si fue su sutil movimiento cuando acomodó las tazas, o quizá el gesto sereno y pacífico con el que me sonrió, pero no pude evitar el impulso de caminar rápido para abrazarlo, fue casi un ataque de ternura. Deseé tanto abrazarlo, desde que desperté sólo quise abrazarlo.
Pasé ambos brazos por su cuello mientras hundía mi rostro en su pecho, se sentía muy bien, era tan confortable. Pese a la sorpresa, él no tardó en corresponderme, rodeándome por la cintura con sus brazos. Nuestros cuerpos se movieron buscando instintivamente un lugar donde apoyarse, y no fueron muchos segundos los que tuvimos que buscar, porque Timothée me hizo dar sólo unos cuantos pasos que me dejaron apoyada en la pequeña mesa del lugar.
Sin embargo comodidad no fue lo que estaba sintiendo, estaba de puntillas, balanceándome para intentar no caer; Timothée lo notó porque de inmediato me tomó por las piernas y me levantó para dejarme cómodamente sentada en la mesa. Por mi parte hice algo que no pensé que me atrevería a hacer: pasé mis piernas por su cintura, rodeándolo y acercándolo más a mí.
Timothée respondió posando sus manos en mi espalda, comenzó a acariciarme suavemente mientras bajaba y subía con sus manos por ella, mientras tanto, yo seguía con mi barbilla apoyada en su hombro y con mis manos acariciándole el cabello.
— ¿Te sientes bien?—cuestioné
Pegó un suspiro mientras seguía acariciándome.
—Me siento muy bien, Agnes. ¿Y tú?
—Yo también—susurré. Últimamente todo parecía ser susurros entre Timothée y yo.
El chico nos alejó unos centímetros para apoyar su frente con la mía. Nos quedamos unos momentos así hasta que sentí que debíamos separarnos. Me sentía confundida y el estómago me empezaba a dar vueltas.
—Iré por el calefactor— ¡qué mala excusa, con el calor que hacía allí! — y por el pastel.
Pasamos la mañana desayudando en silencio, a veces conversando y bromeando, pero más que nada en silencio, mirándonos y sonriendo a veces, como si ambos fuésemos testigos de algo que no se veía pero que se percibía en todas partes. Estar con él por tanto tiempo me dificultaba no sentir ganas de que se quedara por más, disfrutaba mucho pasar el tiempo con él, y ni siquiera era necesario un gran panorama, hasta lo más sencillo se volvía especial a su lado.
— ¿Entonces... ensayaremos hoy?—pregunté, de todas formas las grabaciones comenzaban en dos días.
—Oh, no lo creo, hoy tengo un compromiso con la familia de Emily durante la tarde. Su padre está de cumpleaños.
Su respuesta fue como una cachetada para mí, un golpe necesario para que me diera cuenta de lo mal que estaba haciendo permitiéndome sentir lo que sea que estuviese sintiendo por él. No era como si hubiese olvidado el hecho de que él tenía novia, claro que no, por supuesto que no, pero era como si mi mente quisiese evadir el hecho cada vez que estaba con él. No podía ser.
—Oh, está bien, de todas formas ya ensayamos lo suficiente—respondí con mi mirada pegada al contenido de mi taza. No quería que él notara ninguna especie de extraño malestar en mí.
—Podríamos mañana, si quieres—ofreció.
—Mañana no puedo, tengo un compromiso con Ezra—respondí mientras me levantaba a dejar mi taza al lavavajillas.
No lo escuché responder nada sino hasta unos segundos después.
—Bueno, pues espero que lo pasen genial.
—Sí, ustedes también.
Quería vomitar.
(...)
https://youtu.be/hvBAvssNF4s
Thieves like us comenzó a sonar en el pequeño parlante que Ezra había llevado consigo esa noche, bueno, tarde-noche, apenas eran las ocho de la tarde sólo que el horario de invierno hacía parecer que ya era de madrugada.
No sabía qué tan buena idea había sido decidir subir hasta la planta final del edificio ya que ni el viento ni el frío pasaban desapercibidos a esa altura, pero suponíamos que el whiskey de miel que nos había sido proporcionado ilegalmente por el mismísimo Ezra era suficiente para evitar el temblor en el cuerpo.
— ¿Así que me dirás qué o quién te tiene con esas ojeras en el rostro?—comentó, dándole un sorbo a la botella.
Me tomé mi tiempo para responder. Saqué del bolsillo de mi chaqueta la caja de tabaco que esa mañana me había encargado de llenar, le ofrecí uno a Ezra, saqué uno para mí, los encendí y recién me dispuse a hablar.
—Siempre he tenido problemas de sueño—confesé mientras soltaba una bocanada de humo.
—Sí, tienes pinta de ser de aquellos—bromeó—también lo soy, y por eso sé que ahora es distinto—me miró—estás durmiendo menos de lo normal.
—No puedo mentirte...—miré al horizonte, encontrándome con las luces de los miles de edificios de esa famosa ciudad— Es Timothée.
Le miré para encontrarme con un Ezra pensativo que al igual que yo hace unos segundos miraba el horizonte nocturno de la ciudad. Le quité la botella de las manos para llevármela a la boca. El sabor del whiskey de miel en mis labios me hizo revivir un poco, era excesivamente delicioso.
—Mmm sí, lo sospeché—comentó tranquilo, sin despegar la vista del frente.
— ¿Ah, sí? ¿Por qué o cómo?—pregunté, curiosa
—No es necesario ser muy observador para darse cuenta, Agnes. Lo noté la noche que estuvimos en su apartamento. Estuvo pendiente de nosotros—soltó una carcajada, de esas típicas de Ezra, melodiosas e inesperadas.
— ¿Tú crees? yo pensé que eran ideas mías.
Dejé la botella al lado nuestro, encendiendo de nuevo el tabaco entre mis manos. Me estaba relajando mucho estar ahí.
—No. Además el otro día que me vio salir del edificio, debiste haber visto su cara de confusión y espanto.
—No lo sé, Ezra. Está todo muy raro últimamente.
— ¿Ha pasado algo entre ustedes?—preguntó, volteándose para alcanzar la botella.
—Antes de ayer dormimos juntos—me atreví a decir con serenidad y hasta casi con indiferencia, el alcohol y el tabaco me relajaron lo suficiente como para hablar sin disimulo.
Miré el rostro de Ezra y no parecía sorprendido, eso me relajó más todavía, me confirmaba mi teoría sobre que él no sería capaz de juzgarme sea lo que fuese que le contara.
— ¿Ustedes se acostaron?
—No, nada de eso—seguí de la misma forma. Me di cuenta que esa pregunta y su posible respuesta ya no me sorprendían ni me alteraban tanto como en algún momento lo hicieron, y eso, de verdad, era algo preocupante. No podía normalizar que pasara algo como eso. No podía. — sólo dormimos juntos, en el sofá—aclaré.
— ¿Y cómo lo sentiste?—cuestionó
—Bien, tal vez demasiado...pero...—le miré, con el ceño fruncido—creo que lo sentí como si fuese más que eso.
—Eso es porque te gusta... y hasta quizá lo quieres... de esa forma—soltó el humo.
—Me dolió—reconocí. Ezra me miró, interrogativo—me dolió darme cuenta que no somos nada.
Tardó unos segundos en responder, se quedó pensando un momento.
—Bueno, Agnes... si te daña entonces...
—Sí, tendré que tomar distancia de algunos actos—aseguré más para mí misma que para él. Sabía que esa decisión tenía que tomarla, sólo necesitaba que alguien me dijera que estaba en lo correcto, y él lo estaba haciendo.
—No es necesario que te distancies de él, mucho menos ahora que empezarán con las grabaciones, quizás solo tengas que intentar no exponerte a situaciones que te hagan sentir peor después–explicó.
Asentí con un movimiento de cabeza mientras encendía otro tabaco.
—A veces siento rabia con él, porque no lo entiendo—inhalé del humo—termino por creer que es normal para él y es indiferente a cualquier cosa que yo pudiese sentir.
—Creo que él está confundido, Agnes.
Solté el aire.
— ¿Entonces por qué no hace algo?—exclamé, frustrada.
— ¿Y qué pretendes que haga? ¿Qué termine con su novia? Dudo que las cosas sean así de fáciles.
—No es lo que espero—aseguré, rápido. ¿O sí? Dios no, claro que no.
—Quizás inconscientemente sí—comentó mientras le daba otro sorbo a la botella y miraba al cielo.
En ese momento una ráfaga de viento nos golpeó el rostro, haciéndome despertar de la conversación que estábamos teniendo. Claro que no esperaba que Timothée terminara con su novia, ¿o quizás sí?... pero ¿¡cómo!? No podía creer lo estúpida que estaba siendo al pensar que algo así podía ocurrir considerando que ni siquiera nos conocíamos tanto y que absolutamente nada había pasado ni pasaría entre nosotros. ¡Dónde quedaba además mi empatía por la chica! Obviamente nuestra dinámica de relación reciente me había estado perturbando los pocos palos de cordura que me quedaban, tenía que dejar de pensar en él de esa forma, hacer algo para sacarlo de mi cabeza. Lo que sea, era lo más sano y lo más responsable.
—Oye...—habló Ezra—no te preocupes en exceso. Todo saldrá bien, y si no....siempre tendrás esto—me animó mientras alzaba los brazos mostrándome el whiskey y apuntándose a él mismo.
No quise evitar soltar una carcajada. Las veces que me había dejado abrumar por mis pensamientos había olvidado que tenía personas con las cuales contar, y es que el viaje de Victoria me había afectado un poco más de lo que creí.
Nos quedamos un par de horas más ahí, bajándonos la botella y conversando de cualquier cosa, por lo cual la conversación se fue tornando cada vez menos densa y tomando matices de liviandad. Me sentí bien conociendo esa parte más seria y reflexiva de Ezra, hasta entonces no habíamos tenido oportunidad de conversar sobre algo que nos acomplejara a alguno de los dos, pero ya con eso resuelto habíamos roto el pequeño trozo de muralla que nos faltaba para completar la confianza absoluta. Ahora éramos amigos, con todo lo que aquella palabra implicaba.
Se supone que debería estar terminando una entrega para la universidaad pero no podía no subir este caaap !! Ojalá que les guste <3 gracias por leer y votarr (de verdad me hace feliz)
Besoos <3
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