Marianne pica de forma constante el botón del ascensor, suplicando internamente que Dios se apiade de ella y el mismo se abra. Sin embargo parece que no sera así, la luz del ascensor se apaga y un horrible sonido le deja saber que estará encerrada ahí por lo que promete ser un buen rato. 

Anne suspira y apoya su cabeza en la pared, los espacios pequeños le generan una horrible sensación, Imogen lo sabe muy bien, la conoce tanto que no puede fingir ser solo compañeras de clase. 

─¿Estás bien?─ Su voz es suave, como si se avergonzara de dirgirle la palabra, Marianne se siente morir al oírla después de tanto tiempo.

Los minutos pasan, la mayoría de sus compañeros deben estar durmiendo por lo tarde que es, así que solo les queda esperar a que alguien más las encuentre. 

La castaña se deja caer por la fría pared, haciéndose un bollo en el suelo. Imogen la observa y luego reúne el valor suficiente para sentarse a su lado, ninguna es capaz de alejarse. 

Imogen revisa nuevamente su teléfono, no hay señal y la batería esta muriendo, justo como su valor en tal osado acto de valentía. ¿No es lo suficientemente obvio que Marianne la odia por lo qué hizo? 

La chica esta a punto de alejarse cuando Anne sostiene su mano, los ojos azules de Imogen se posan sobre la figura a su lado, únicamente puede observarla temblar a su lado. La luz roja de emergencia, todo el ambiente le daría miedo si no estuviese junto a ella. 

─Te odio.─Marianne suelta cuando ha conseguido calmar su alterada respiración, sabe que sus palabras son tanto una mentira como una verdad. Una parte de ella odia a Imogen, por otro lado jamás dejara de sentirse enamorada de ella y eso le asusta.

─Te amo.

Las puertas del ascensor se abren y Anne se levanta rápidamente para huir de la escena, ¿está siendo cobarde? Sí, pero hay una razón y es su pobre y adolorido corazón.  No quiere que nadie más lo rompa, porque ya no queda más que un trozo de él. 

Al día siguiente todos salen a recorrer las calles de París, sus amigos van de un lado a otro con entusiasmo.

Elle y Tao insisten con conocer un museo demasiado importante para ellos, sin embargo todos en el grupo están de acuerdo en negarse a ir, ¿por qué? La razón es simple, quieren juntar a la pareja de mejores amigos.

Al final ellos siguen recorriendo, Tara y Darcy se toman fotos en todos lados, Sahar le pide ayuda para comprar un regalo para su mamá y cuando lo nota el día ya se está marchando. La tarde en París es hermosa.

Nick y Anne se acercan a un puesto de helados, los chicos están detrás de ellos mientras los gemelos encargan los sabores que van a querer.

─¿Por qué hablan francés como verdaderos franceses?─Sahar pregunta.

─Porque nuestro padre es francés.─Nick responde con una sonrisa llena de orgullo, él ama hablar de su padre.

─¿Desde cuándo?

─¿Desde que nació?─Nick vuelve a hablar, su sonrisa ahora está un poco torcida hasta que escucha la risa de todos sus amigos.

─¡Darcy! Ya sabías esto, te lo dije en clase de francés hace un tiempo.

─Cariño, apenas recuerdo que día es hoy.

Luego de un buen rato, todos están reunidos en una gran plaza llena de pintores y más turistas. Elle vuelve y las chicas la bombardean con preguntas, Anne imagina que a Tao le están haciendo exactamente lo mismo.

Marianne se aleja un poco para ir junto a su gemelo, el chico apoya su mano en el cabello castaño de su hermana y deja que su mirada viaje hacia Imogen, elevando la mano libre para saludarla.

Imogen está junto a Ben, sus miradas se encuentran en algún punto y Anne siente que quiere llorar, ¿cómo es que tiene el poder para volverla una persona tan débil?

Ben tira de la chica y ella lo empuja, se escucha una discusión y pronto Imogen está caminando hacia su grupo.

─Hola, chicos, ¿puedo estar con ustedes ahora? No me siento cómoda con Ben.

─Claro que sí.

Todos le sonríen y se acercan más, Charlie le pregunta si ha podido visitar ciertos lugares turísticos, Imogen le dice que no y al final todos se encuentran caminando juntos.

Marianne va al final, entre Tara y Darcy, sus dos mejores amigas le toman las manos y de esa forma expresan ánimos hacia ellas, sabe que ambas son sus personas y que jamás la dejarán sola.

En cambio Imogen va junto con Nick y Elle, los tres charlan y Anne solo puede preguntarse que tanto dicen.

─Es como si me doliera la cabeza cada vez que estoy con él, no puedo fingir que me interesa─Imogen habla a lo que Nick presta total atención─, se supone que somos novios, pero me molesta su presencia. Creo que ni siquiera le gustó tanto.

─¿Y a ti si te gusta?─Elle le pregunta─Porque suena horrible.

Imogen no responde, solo observa hacia atrás, en dirección a Anne y su mirada perdida.

Al final la cena llega, todos están en un pequeño restaurante. Marianne está frente a Sahar mientras la chica le cuenta lo mucho que sus pies duelen por haber recorrido tantos kilómetros.

─Te juro que dormiré una semana entera cuando regresemos.

─Si es que puedes con los exámenes a la vuelta de la esquina─Nick le recuerda y Marianne deja escapar un quejido lastimero.

Todos están comiendo entre risas y bromas, al menos hasta que Ben comienza a incomodar a Charlie con tantas preguntas.Nick se mantiene como puede a raya, pero Anne siente que la vena de su frente comienza a palpitar del enojo.

─¿No te enseñaron a no molestar a los demás?─Marianne le pregunta, todos dejan de hacer ruido para prestar atención a la charla.

─¿Y tú qué? Nadie estaba hablando contigo.

─No le hablas así ─Imogen lo detiene, la chica deja sus cubiertos y voltea para verlo─. Además, se supone que tú eres mi novio, sin embargo has estado todo el día preocupado por Charlie.

─¿Tú por qué estás molesta?

─Porque se supone que nosotros somos novios─Imogen responde subiendo su tono de voz ─, pero parece que estás obsesionado con Charlie.

─¿Qué quieres decir?

─No sé porque te obsesiona tanto charlie─Para ese punto todos están incómodos, Marianne se ha hecho más pequeña en su lugar y Charlie igual─. Y tampoco me importa, solo sé que eres un novio terrible. Merezco algo mejor. Esto se termino. Das muy mala vibra, no eres maduro y es obvio que tienes problemas que resolver antes de estar en una relación. ¡Y no voy a estarte esperando, ya tengo que pensar más en mí!

─Si ya no quieres estar conmigo,está bien. No tienes que ser una perra por eso.

─Oye, Benjamin, esa boca.

Imogen se levanta con lágrimas en los ojos y se disculpa antes de ir al baño, Charlie y Nick van detrás de ella.

Pero Marianne no escucha el comentario del profesor, en su mente únicamente puede escuchar la palabra "perra" y su cerebro parece hacer cortocircuito. En un momento ha dado la vuelta a la mesa y golpeado directamente el rostro de Ben, ambos están en el suelo golpeándose.

Marianne siente un fuerte golpe en la nariz y luego el resto lo olvida, porque está demasiado enfocada en dejarle un buen ojo negro a Ben.