enchanted
Luego de unas pocas semanas desde el festival, llego el esperado viaje a París, Marianne espera que todo salga acordé a lo planeado. Junto al resto del grupo, han asistido a las reuniones, armando los grupos para las habitaciones y decidiendo a qué lugares turísticos no pueden faltar.
─¿Crees que debería comprar un vestido o una falda?
Tara le enseña múltiples opciones mientras baila por la tienda, Darcy está al otro lado del centro comercial, parece llenar su boca de golosinas mientras juega en el arcade. En cambio Marianne y Tara están eligiendo la ropa que llevarán a París.
─El vestido, ese color te queda bien.
Desde lo ocurrido en el festival, nadie ha tenido corazón para hablar de lo sucedido, Anne siente que hay una gran masa de enojo atorada en su pecho, pero sabe que si lo dice acabará por romperse y llorar. Llorar arruinaría su lindo maquillaje, así que la rubia descarta la idea.
─¿Vendrás a la pijamada de Charlie?─Su mejor amiga sigue haciendo preguntas, Tara se caracteriza por saber empatizar con todos.
─No lo sé, Nick e Imogen quedaron como amigos y yo...─su voz se quiebra un poco al nombrar a la castaña, el rechazo y los momentos en los que se sintió insuficiente, vuelven a ella─, no quiero verla.
Luego de elegir algunas prendas y de recuperar a Darcy, la tarde de compras acaba.
Marianne no asiste a la pijamada, en cambio se queda en casa con Nelly. La cachorra está tendida sobre la cama, su hocico está en el abdomen de la chica mientras duerme. Parece una tarde perfecta de primavera, las flores entran por su ventana y puede sentir las risas del parque cercano a su hogar.
─Nelly, tú si serías una gran novia, ¿verdad?
La nombrada solo suspira y se acomoda mejor sobre su dueña, parece estar teniendo un buen sueño y Marianne se ríe por la tonta idea de mantener una conversación con Nelly.
─No creo que Nelly sea una buena candidata.
Anne da un brinco sobre la cama, su mirada va de inmediato a la puerta y ahí la ve. Su madre le sonríe mientras tiene dos tazas con chocolate caliente, parece que ambas tienen una charla pendiente.
Marianne le hace lugar en la cama, la mujer se sienta a su lado y le pasa una taza de color lila con su inicial en ella, igual a la de Nick.
─Algunas veces parece el fin del mundo, pero nada es el final, únicamente la muerte.
Anne observa a su madre. Los pómulos, la forma de su nariz y el como habla con tanta seguridad. La admira sin dudar.
─Soy lesbiana.
─Lo sé.
La rubia está agradecida, su madre la refugia en sus brazos y luego deposita un beso entre los mechones rubios. Parece ser que esa mujer la conoce mejor de lo que ella misma podría hacerlo.
─No lo supiste con Nick.
─Nick es diferente a ti, tenía dudas pero jamás creí estar en lo correcto. Sin embargo contigo no fue de ese modo, lo supe siempre.
Esa tarde su madre y ella aprovechan para ponerse al día, también una de las amigas de la señora Nelson, va a la casa. Marianne tal vez ha dejado que la señora, quien lleva años cortándole el cabello, le haga algo nuevo.
Ahora lleva el cabello un poco por debajo de los hombros y el color ya no es rubio, temporalmente será castaño casi llegando a un tono negro.
Así es como el viaje a París llega, sus amigos están emocionados y ella de igual forma. Desea tanto poder ver a su padre, tal vez incluso más que Nick.
En el autobús, Sahar se sentó a su lado. La chica le prestó uno de sus audífonos y de esa forma ambas acortaron gran parte del trayecto, escuchando música y durmiendo entre medio. Marianne dfruta más de Taylor Swift, pero con Sahar eso no es lo que escucha.
─¿Por qué el nuevo color de cabello?
─Crei que era buena idea...─Marianne siempre ha amado el rubio, incluso puede que lo aclara algunos tonos con mechas claras y use ese lindo shampoo de manzanilla. Todo sea para, en un futuro, tenerlo en el mismo tono de rubio que Taylor. Una pequeña obsesión que se permite tener.
─Pensé que te gustaba como estaba antes.
Anne observa detrás suyo, como Imogen parece tener la mirada pegada a la ventana, mientras que Ben juega a lanzar una pequeña pelota de tenis con sus amigos.
─Los cambios son buenos.
Al llegar al hotel todas corrieron a sus habitaciones, Marianne se quedaría con Tara, Darcy y Elle. En cambio Sahar comparte habitación con Imogen y otras chicas.
Elle se deja caer en la cama y Anne se lanza a su lado, ambas pelean un poco por quien usará el lado de la pared y al final Marianne pierde. Siempre acaba por dejar a Ella hacer lo que quiera..
─Tengo hambre, deberíamos cambiarnos y bajar a comer algo.
Las chicas se quejan, todas agotadas por el largo recorrido hasta París, así que Marianne se ve a si misma bajando sola por el elevador.
Nick le ha enviado cientos de fotos de Charlie peleando con Tao, Marianne está a punto de tomar una foto cuando las puertas del elevador se abren. Ella se hace más pequeña contra la esquina del elevador y guarda el teléfono en el bolsillo.
Imogen entra con cara larga, parece intentar ocultar las ojeras que hay debajo de sus ojos, pero ambas saben que es imposible.
Marianne la observa en silencio, la música del elevador la pone ansiosa, para nada es lindo escuchar Enchanted de Taylor Swift junto a tu ex en un elevador, ¿Dios está jugando acaso con ella?
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Los tuve esperando por esto mucho tiempo, más del que se merecen y lo siento en verdad por eso. Pero ya está aquí la segunda temporada de Aurora; Ocaso.
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