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Capítulo 8

Gracias por el apoyo, en verdad aprecio mucho a las personas que votan y comentan, porque me hacen saber que les gusta lo que esta pasando y a las que solo leen también gracias por tomarse el tiempo de hacerlo, un besito babos0 para todos ustedes, los quiero. <3 

[Omnisciente]

Los detectives Kim habían llegado a las afueras de Busan, cerca del distrito de Gangseo, cerca de ellos se podía visualizar un gasolinera que también se usaba como un sitio de descanso para los viajeros.

Ahí estaban EunWoo y YeonJun junto a HueningKai, charlando entre ellos viendo a todos lados y asintiendo en acuerdo. Se acercaron hasta ellos captando su atención de inmediato.

— ¿Qué tenemos hasta ahora? — Jin se echó el saco de su traje hacía atrás, poniéndose las manos en su cadera.

— Pues YeonJun y HueningKai estuvieron entrevistando a los testigos... aun cuando se les dijo que no lo hicieran. — les acusó EunWoo, sonriendo divertido al verles bajar la mirada ante la de reproche de Jin. — Por lo que nos dijeron el chico salió de la nada.

EunWoo tenía su cámara en mano, al ser el perito encargado tenía que esperar a los detectives para contarles todo. YeonJun le extendió el expediente policial a Namjoon para que lo ojeara.

— ¿Chico? — dijo Jin, recibiendo el expediente que Namjoon le dio.

— Sí, fue un atropellamiento muy grave. — asintió, dio unos pasos para quedar justo en medio de la calle. — El chico cayó por aquí, ya que el auto venía a una velocidad muy rápida de allá. — explicó, señalando detrás de ellos. — El auto llegó justo hasta allí. — ahora señalando donde Jin estaba parado. — entonces lo que deduzco es que el muchacho debió salir del bosque.

Se volteó mirando los grandes árboles, sosteniendo su cámara entre sus manos y caminado en cortos pasos.

— Debió salir corriendo y por alguna razón se quedo parado. — Todos le veían mientras hacía una representación sobre lo que pudo haber pasado. — Se debió quedar quieto porque no hay más huellas, solo del bosque hasta ahí. — indicó, Jin bajo la mirada dándose cuenta de que estaba por borrar las huellas de los zapatos.

— Perdón. — dijo, haciéndose para atrás.

— Entonces... ¿Prácticamente corrió para salir en el mismo lugar? — preguntó Namjoon, su voz llena de duda.

— Básicamente. — asintió EunWoo sonriendo de lado. — Suponemos que debió salir de la gasolinera, ayer llovía a mares por lo que deduzco no pudo ver bien y se metió por el bosque corriendo en línea recta hasta llegar a la carretera, donde le atropellaron al quedarse quieto.— finalizó.

Namjoon caminó junto a los demás a la gasolinera, pudo notar manchas de sangre en el pavimento gris y los siguió con la mirada hasta el baño de mujeres. Ladeó la cabeza pensativo, cruzándose de brazos y alzando uno para reposar su barbilla.

Jin también notó marcas de llantas, se agachó y pudo deducir rápidamente que se trataba de un Jeep por el tamaño de las marcas. También observó otras huellas de llantas un poco más lejos y más charcos de sangre que se perdían en el camino al bosque.

— HueningKai. — llamó Namjoon. — ¿Qué dice el reporte sobre estas manchas de sangre? — señaló, el más alto busco entre el expediente.

— Nada... creo que no las han revisado. — dijo.

— ¿EunWoo? — miró al perito hincado sobre sus talones, tomando fotos de la sangre y las marcas de llanta.

— No parece habérselas hecho aquí. — murmuró, analizando. — Si se da cuenta son goteos y luego al llegar al baño de hacen pequeños charcos. — alzó la mirada para verle. — Para mí, esas heridas ya las tenía al llegar aquí.

— También hay más allá. — Señaló Jin. —  Al parecer estaba muy herido como para dejar esas manchas.

EunWoo se levantó para acercarse a donde Jin y tomar las fotos restantes como evidencia. A pesar de que la lluvia borró mucha sangre, se podían notar milagrosamente algunas marcas.

— Revisen el baño, ahora. Esta gasolinera quedará cercada hasta nuevo aviso. — ordenó, todos comenzarona moverse. — ¿Y el auto? No creo que llegara a pie ¿o sí?

— Despareció...— Namjoon chasqueó la lengua para soltar un suspiro frustrado. — Y sí, llegó en auto porque no hay otra forma de llegar hasta aquí.

— Ya veo porque Heechul nos mandó. — sonrió Namjoon, EunWoo rio en voz baja.

— Esto no fue un simple accidente. — murmuró Jin. — No lo fue, Nam. — le miró, mientras se ponía de pie.

— Sea lo que sea, es nuestro deber averiguarlo. — respondió el moreno. — ¿Dónde está la victima ahora? Necesitamos hablar con él.

— Nos dijeron que está en el hospital general de Ganseo, su prometido esta con él ya que al parecer no ha despertado, pero los doctores nos dijeron que hablemos con su prometido, la victima necesita recuperarse antes.

— Entonces avancemos con esto, luego iremos al hospital. — dijo conforme.

[...]

Habían pasado siete días desde que YoonGi despertó del accidente. Los estragos en su memoria eran los que más le frustraban, no tener ningún recuerdo sobre lo que había sucedido, el no recordar a su prometido y muchas cosas más que se eliminaron de su cerebro.

Pero aun así, estos días le sirvieron para conocer al hombre que llegaba a cuidarlo desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche, cuando las enfermeras quedaban a su cuidado. Dos días fueron los que se quedó a dormir ahí, pero YoonGi le rogó irse a casa a descansar bien para poder cuidarle como se debe en la mañana.

Ahora mismo, si pasabas delante de la puerta 18 podías encontrarles riendo, con Jungkook contándole muchas anécdotas para que el menor reviviera aquellos momentos, YoonGi masticaba un pedazo de gelatina con su atención puesta en el tatuado.

— Y... tú estabas en el área de decoración. — murmuró, abriendo un peculiar álbum de pasta negra gruesa. — Y yo trabajaba en los horneados y despachando los postres junto a Jimin... ten amor.

YoonGi le vio con sus ojos brillosos, tomando entre sus manos el álbum que Jungkook le extendía, le sonrió antes de bajar la vista a las fotos que estaban cuidadosamente metidas entre el plástico protector.

— Justo aquí. — señaló con su dedo lleno de tinta. — Mira, esa fue la vez que te invité a salir después de la fiesta de fin de año. — le contó, regalándole una mueca divertida.

— ¿Así? — chistó, viéndole de la misma manera. — ¿Cómo fue?

— Bueno, recuerdo que quería impresionarte esa noche. — comenzó a relatar, acercándose más al menor, señalándole una fotografía donde se les miraba paseando por el parque central de Busan. — Así que te lleve a uno esos restaurantes japoneses que tanto te gustan, donde hacen esas grandes demostraciones con las espaldas y fuego.

YoonGi rio, el mayor movía sus manos mientras contaba la historia.

— ¿Y qué paso?

— Estaba tan ocupado tratando de lucir genial para ti que... olvide mencionare que era alérgico al pez globo. — negó, entrecerrando los ojos. — ¡Me infle como uno! — Dijo riéndose.

— ¡No lo puedo creer, Taehyung hyung! — se burló, tirando la cabeza hacía atrás.

Las carcajadas del pálido le hicieron sonreír, su pecho se movía rápidamente por las risas que soltaba y acarició la fotografía con sus dedos. Jungkook lamió sus labios, encantado con la vista.

— Esa noche terminamos en un hospital, llamándole a Jimin para decirle que no podría ir a trabajar porque mi cara estaba súper hinchada. — infló sus mejillas, subiendo sus manos para darle más énfasis a la acción.

— Dios, ¿Por qué olvide eso? De seguro tu rostro se miraba impresionante. — sonrió arrugando la nariz. — Oye, ¿Hablaste con mis padres? — dijo, volviendo su vista a las fotos. — Deben estar muy preocupados por mí, creo que no saben nada de lo que me paso.

El silencio del mayor lo incómodo. Su ceño estaba fruncido y sus labios en una mueca de duda sobre hablar o no; se rascó la parte trasera de su cuello antes de acomodar su cuerpo sobre la silla y mirarle con pena, YoonGi le miró fijamente.

— Amor... tus padres, ellos murieron hace unos años. — soltó despacio, modulando cada palabra que salía de sus labios embusteros y encogiéndose en su lugar cuando YoonGi quedó paralizado.

— ¿Qu-que? — balbuceó, cerrando el álbum de golpe. — ¿M-murieron, mis padres murieron? — su tono lastimero y sus ojos llenándose de lágrimas, aun desconcertado por la noticia.

— Hubo un incendio en tu casa. — se tocó la barbilla, manteniendo su actitud serena. — Estabas en la universidad cuando sucedió y ellos no pudieron salir... yo, yo pensé que tu lo recorda...—

— ¿Es-estoy solo? — dijo negando sin poder creerlo. — ¿Mi familia... no tengo familia? — su mirada perdida, desolada.

— Sé que es duro, pero...

— Necesito estar solo. — cortó, sintiéndose impotente y apretado sus manos en puños, sus lágrimas cayendo por sus mejillas pecosas.

— Yoon...

— Por favor. — le miró dolido, sabía que él no tenía la culpa de aquello, pero ahora mismo necesitaba su espacio. — Solo un momento Tae.

"Tae..."

Jungkook tensó la mandíbula y asintió.

— Volveré en un momento. — Se levantó, dejándole un suave beso en su frente y encaminándose a la salida. — Desahógate tranquilo cariño.

La voz aguda lo detuvo cuando estaba por cruzar la puerta.

— N-no, no te vayas. — replanteó, extendiéndole el brazo. — Quédate, quédate conmigo... — lloriqueó sin poder evitarlo.

Jungkook se acercó a pasos lentos hacía él, sintiendo los delgados brazos rodearle la cintura cuando tomó asiento en la camilla; escuchó los sollozos fuertes contra su pecho y como YoonGi se ahogaba con su saliva por su llanto descontrolado.

Lo rodeó con sus brazos pasandolos encima de sus hombros y acariciándole su espalda, puso su mejilla sobre la cabeza de YoonGi, dándole confort.

— Tranquilo precioso, tranquilo, puedes lastimarte el pecho y tu herida puede abrirse. — pidió, haciendo sonidos para que guardara silencio. — Todo estará bien, yo estoy aquí contigo mi amor... siempre lo estaré.

— N-no, n-o puedo creer que mis padres estén muertos. — su voz destrozada. — Y que a la única persona que me queda no pueda ni recordarla, ¡esto es una mierda!

Jungkook sonrió vacilante.

—Te dije que no te culpes por eso. — gruñó, apretándole entre sus brazos, el menor inhaló el aroma de su perfume a madera y le ayudó a tranquilizarse un poco. — Yo te ayudaré a recordarme, solo es cuestión de tiempo ¿y qué crees? Tenemos demasiado.

YoonGi se separó un poco sin dejar de abrazarlo pero lo suficiente para levantar la mirada hacía él, Jungkook bajo la suya a los verdes bosques que brillaban por las lágrimas que habían salido de ahí como una lluvia torrencial.

— No sé qué haría si no estuvieras aquí. — dijo sincero, pues aquel tipo era el único que estaba con él y al parecer... la única familia que le quedaba. — Gracias, Tae, hyung. — sorbió su nariz, regalándole una sonrisa ladina al mayor que le devolvió aquel gesto.

— No importa que, no importa donde estés, siempre buscaré la manera para estar contigo, cuidarte, protegerte y quererte Gigi. — susurró, acercándose para besarle la mejilla.

"Siempre estaré para ti."

[...]

— ¿Has sabido algo de YoonGi o Taehyung? — Hoseok estaba desesperado, desde hace una semana que no sabía nada de sus dos mejores amigos y la última llamada que recibió de YoonGi fue en la madrugada.

Se extrañó al recibirla, pues al despertar notó las llamadas perdidas. La noche anterior había ido a visitarle como le dijo, pero cuando llegó a su casa todas las luces estaban apagadas y el auto de Tae no estaba, se rindió y se fue a su casa.

— No y la verdad no me preocupa tanto. — le respondió Jimin.

— ¿Eh? ¡¿Como que no le preocupa hyung!? — bramó el pelirrojo, poniéndose las manos sobre su cintura y viéndole indignado. — ¡Son sus empleados!

El pelirrosa rodó los ojos.

— Recibí un correo de Taehyung. — contó, amasando entre sus pequeñas manos una ruedita de masa para galletas. — Me dijo que él y YoonGi ya no vendrían a trabajar porque querían ocuparse de sus arreglos nupciales y todo eso. — alzó los hombros, restándole importancia.

— ¿Y no preguntó por qué? YoonGi me dijo a mí que necesitaban seguir trabajando para conseguir el dinero restante. — Hoseok le siguió por detrás, cuando Jimin levantó la bandeja para llevarla a los hornos. — ¡Jimin hyung!

— ¡No, no pregunté Hoseok! — dijo con fastidio. — Solo le dije que les mandaría su último pago a la cuenta de YoonGi, ¿Por qué debería meterme en las decisiones de mis empleados? — refunfuñó.

— O no lo sé...— Hoseok movió la mano pensativo. — Tal vez... ¡Porque son sus amigos!

— YoonGi no es mi amigo. — respondió seco. — Taehyung sí y si él me dijo ese motivo es porque debe ser cierto, ya deja de molestarme y vuelve a trabajar Jung.

Hoseok le dedico una mirada de decepción al pelirrosa que se alejó con la otra bandeja de galletas listas. Suspiró derrotado, girándose sobre si para quedar viendo el pizarrón de madera lleno de fotos de todos los empleados, lo había atiborrado de todas las fotos que había tomado desde hace cuatro años.

Su mirada se tornó triste al ver la foto de fin de año, donde YoonGi salía sonriente e inclinado hacia un lado abrazando a su novio por la cintura y  un Taehyung mostrando su característica sonrisa y sosteniendo su sombrero que decía "Feliz 2018" y rodeado a Yoongi por sus hombros con el brazo libre.

"¿Por qué se fueron sin avisarme? ¿Por qué te fuiste sin decirme nada, YoonGi-yah?" "¿Dónde están?"

Sacó su celular de su filipina celeste, desbloqueándolo y buscando el contacto de YoonGi.

"🌺Soulmate🌺♥️🐱" llamar.

Espero hasta el cuarto tono:

"Su llamada será transferida al buzón, po..." Chasqueó la lengua, colgando la llamada.

— ¡Jungkook! Al fin te apareces por aquí. — volteó por encima de su hombro, viendo a Jimin correr para tirarse sobre los fuertes brazos de su otro jefe.

Este lo abrazo sin ganas, las mangas de su camisa blanca de algodón se amoldaron a su cuerpo para sostener al chico pequeño entre ellos.

— ¡Jungkook hyung! — chilló Hoseok, acercándose hasta donde ellos estaban e ignorando la mirada molesta de Jimin. — ¡Jungkook hyung! ,¡Jungkook hyung! ....

— ¡Qué paso Hoseok! — gruñó, viendo al pelirrojo saltar hiperactivo. — Solo vine a ver como estaban las cosas.

— ¡YoonGi y Taehyung desaparecieron! — dramatizó Hoseok, Jungkook abrió los ojos sorprendido.

— ¿Qué? ¿Cómo que desaparecieron? — se cruzó de brazos, el de hoyuelos marcados asintió eufórico.

— ¡No seas mentiroso, Hobi! — regañó Jimin. — No desaparecieron Jungkookie, renunciaron por sus cosas de boda y todo eso.

— Entonces porque él dice que desaparecieron. — señaló a un Hoseok exasperado.

— ¡Porque es un dramático!

— ¡Mi mejor amigo no me responde el maldito celular desde hace una semana y su novio tampoco! — le enfrentó molesto. — ¡Creo que es suficiente motivo para que me ponga jodidamente dramático, idiota! — gritó cerrando los ojos, yéndose de ahí y azotando la puerta con fuerza.

Jimin abrió la boca ofendido, Jungkook levantó un brazo para taparse la boca con su mano y evitar reírse.

— Nunca me había hablado así. — parpadeó, devolviéndose a Jungkook que caminó hasta la oficina, sacando su chequera de uno de las gavetas.

— Te lo buscaste. — respondió simple, tomando algunas otras cosas y salir de ahí con el menor siguiéndole por detrás.

— ¿Ya te vas? ¿Tan rápido?

— Estaré ausente un tiempo.

— ¡Qué, porque!

— Mi abuela se puso grave. — dijo, Jimin le miró preocupado. — Así que iré a cuidarle un tiempo.

— ¿La señora Jeon está muy mal? — indagó.— ¿El cáncer volvió?

— Sí, ¿te podrías encargar? — señaló la cocina, donde todos los empleados hacían su trabajo.

— Claro, claro. — asintió considerado. — Ve, salúdala de mi parte. — sonrió comprensivo. — Yo me encargaré de todo.

— Gracias, Jimin. — se acercó, besándole la frente y regalándole una sonrisa cariñosa. — Te quiero.

Y sin más se fue, dejando a un pelirrosa sonrojado y con una sonrisa brillante.

[...]

[Jungkook]

¿Sabes acaso lo precioso que te vez durmiendo?

¿Lo angelical que te miras respirando de esa manera?

Realmente mi corazón esta tan lleno de amor por ti que ahora mismo está desbordandose, porque cada día que pasa va llenándose más y más cada vez que estoy contigo, que te veo sonreír, que te veo reír, con solo verte me alegras el alma.

Sé que hoy no fue un buen día para ti, tampoco para mí lo fue pero YoonGi, no te preocupes más, vendrás días mejores, días más felices porque al fin estaremos juntos.

Esta es mi oportunidad para hacerte feliz, para darte la vida que mereces, llenarte de todo y darte aún más de lo que puedo ofrecerte. Te daría mi vida si pudiera, porque te amo.

Y no sabes las ganas que tengo de que salgas de aquí para llevarte a nuestra casa, esa que será nuestro fuerte, en el cual podré encerrarte como un muñequito de porcelana para que nadie más te vea, para que nadie más tenga la osadía de ver tu belleza y quedar embobado por ti.

Ahí donde escribiremos una nueva historia los dos, te hare feliz mi amor. Solo espera, solo espera un poco más y lo verás.

Porque de ahí no podrás irte por más que quieras... y también, porque nunca dejaré que lo hagas.

Dulces sueños Gigi.

Te ama, Jungkook... o como me llamas ahora, Taehyung.

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