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Capítulo 6

[La canción de multimedia relata exactamente los sentimientos de Jungkook por YoonGi, además slipknot es mi banda de metal favorito.]

-Slipknot; The Nameless

[Omnisciente]

Dicen que a veces suceden cosas que no se pueden explicar ni porque les busques una respuesta. Por alguna extraña razón, la vida decide cambiar las reglas del juego y poner a tu favor o en tu contra las cosas que más deseas.

La ambulancia conducía a una velocidad muy alta, las sirenas hacían eco en todas las calles y los vehículos circulantes cedían el paso al transporte médico. Dentro de la misma, estaba YoonGi siendo conectado a un respirador para mantenerle con vida, su ritmo cardíaco disminuía y su presión sanguínea estaba por debajo de lo normal.

Las heridas cortopunzantes siendo apretadas por las manos de los paramédicos y la camilla mojada de sangre fresca. La situación empeoraba a cada segundo que la ambulancia no podía pasar entre las calles, el pulso de YOONGI se perdía y los gritos exasperado de los paramédicos estaban presentes.

Su mente parecía formatearse, todo se borraba a cada pequeño parpadeo que daba, tratando de no dormirse y perder la conciencia, aun en esta situación él solo pensaba en vivir, en poder mantenerse con vida.

— ¡Por aquí, es urgente! — levantó difícilmente las cejas cuando escuchó la voz grave del paramédico y lo último que pudo ver antes de que todo quedará en negro, fueron unas luces blancas y personas en batas corriendo alado de él.

— Que tenemos Nayeon. — El médico Wang se movía a la par de la camilla hacía el ala de urgencias médicas, la enfermera tomó el expediente que le tendió el paramédico y leyó:

— Paciente masculino mayor de veinte años, con pérdida de conciencia apenas ingreso , presenta heridas punzantes en abdomen y espalda, con continuidad también en miembros superiores e inferiores; rotura de tibia y peroné por el impacto del atropellamiento y un traumatismo craneoencefálico muy grave. — informó con preocupación. — Sus signos vitales son preocupantes y tiene una hemorragia interna. — gritó, alterada por todo lo que YoonGi presentaba.

— Tiene una jodida perforación en el pulmón derecho. — dijo, quitándose su estetoscopio cuando terminó de examinarlo. — Cambio de planes, hay que llevarlo rápidamente al quirófano B o morirá.

La camilla fue jalada hacía el pasillo derecho del hospital, cambiando el rumbo de urgencias a las salas de operaciones. YoonGi movió los ojos, seguía un poco consiente pero a la vez muy alejado de la realidad que lo estaba rodeando en este momento.

— ¿Joven, me escucha? — la voz sonaba distorsionada, poco entendible para él, el brillo de una luz sobre sus ojos lo hizo volver su inconsciencia.

Llegaron al quirófano, pasándolo a otra camilla con cuidado y comenzando a conectarlo a los equipos médicos. El doctor Wang rasgó su camiseta con sus manos, dejado a la vista el pálido abdomen maltratado, su vista recorrió el área afectada hasta llegar a sus muñecas.

— Un momento... ¿Está herida se la provocó el atropellamiento? — Nayeon ojeó en el expediente express y rebuscó sobre aquello entre líneas, negó. — Entonces sucedió antes.

— ¿Quiere decir que...

— No lo sé. — negó, concentrándose de nuevo en quitarle la ropa a YoonGi y después comenzar a prepararse para llevar acabo el procedimiento quirúrgico. — Ahora eso no importa, debemos salvarle la vida primero, pero anota esto Nayeon. — dictó, acomodándose la bata. — La herida en el abdomen, los hematomas en las muñecas y la cortada en el cuello... no fueron provocadas por el atropellamiento.

La enfermera echó un ojo al cuerpo desnudo en la camilla, siendo rodeado por los médicos y procuró ver lo más posible las áreas mencionadas, ambas muñecas tenían la marca de unos dedos, unos grandes y fuertes para que quedaran plasmados en la delicada piel del joven.

— ¡Su ritmo cardiaco esta bajando! — gritó un enfermero. — ¡Debemos empezar, ahora! — sentenció cuando la máquina comenzó a chillar.

— Busca sus cosas y avísale a sus familiares. — Wang le pidió a Nayeon. — Ellos deben estar enterados de todo. Bien, no toquen de más las áreas que dije, no sabemos si fue un accidente o no, debemos tomar las fotografías después de la operación, ahora sí, luces fuera por favor.

Los enfermeros llegaron con unidades de sangre O+, en estos momentos no importaba de qué grupo fuera, lo importante era la transfusión para evitar un shock en medio del procedimiento y que YoonGi muriera por eso. Sin embargo, solo un milagro podría salvarlo.

Nayeon bufó, miró las cosas sobre las sillas del área de afuera y rebuscó entre ellas para encontrar una identificación; se rascó la cabeza frustrada al no hallar nada que le revelara la identidad, hasta que un bonito anillo de compromiso resaltó entre todos, en su interior venía su nombre grabado.

"Min YoonGi."

— Joven Min YoonGi... — leyó pensativa, volteó sobre su hombro viendo como los médicos estaban operándole. — ¿Qué fue lo que te paso para que acabaras en ese condición?

[...]

Se acomodó el buzo color durazno y se sacudió los pantalones negros. Inhaló y exhaló aire repetidas veces antes de salir del vehículo y colocarse unos lentes de armazón delgado. Sus piernas se movían con rapidez hacía la puerta del hospital que se abrió automáticamente, miró a todos lados angustiado y escuchando el bullicio de los médicos y la gente que caminaban por ahí.

Divisó la recepción a lo lejos y corrió hacía allí, sobresaltando a la enfermera rubia que estaba tomándose un café caliente.

— H-hola, me avisaron que mi prometido fue ingresado aquí. — balbuceó, su voz temblorosa. — F-fue atropellado por un auto, Min YoonGi... ¡Dios! ¿Cómo esta él?

Junto sus manos, viéndola suplicante. Dahyun, como decía en su placa, buscó entre las hojas de ingreso hospitalario y sacó una de las más reciente, asintiendo conforme.

— Min YoonGi...— repitió. — Sí, se encuentra en quirófano, sufr...¡Oiga, no, no puede entrar ahí!

La mando a la mierda cuando intentó detenerle y bloquearle el paso, abrió de golpe las puertas que se iban cruzando en su camino mientras gritoneaba el nombre de YoonGi alterando a todos los presentes, sus ojos se inundaron de lágrimas y desesperación por no encontrarlo. Volteó hacía uno de los pasillos y justo ahí, dentro de una sala quirúrgica estaba él, tendido con un respirador y cables conectados con casi ocho médicos rodeándolo por todos lados.

Se detuvo, poniendo sus manos sobre el cristal y golpeándolo con sus palmas repetidas veces, sobresaltando a los médicos y enfermeros que estaban dentro del quirofano.

— ¡YoonGi, YoonGi! — su voz desesperada, su ceño fruncido y la mandíbula apretada. — ¡YoonGi! ¡¿Él estará bien?! — levantó el tono, unas manos lo alejaron de ahí.

— ¡No puede estar aquí, le pedimos que se retire! — informó la enfermera, que era acompañada por dos guardias.

— ¡Te pregunte si él estará bien! — insistió, devolviéndose hacía el cristal.

— ¡Lo estará, ahora salga de aquí o no podrán seguir operándolo! — le advirtió, fue jalado por los guardias hacía la salida cuando se rehusaba a irse de ahí.



***

Las horas parecían años para él, estando ahí sentado en la silla de espera del hospital con el frío que se acentuaba cada vez más fuerte a medida que iba amaneciendo, sus brazos permanecían cruzados para darse calor y el silencio en la sala lo estaba desesperando, subió sus botas a la mesita de centro, esas que estaban sucias y llenas de tierra seca en los bordes...

— Disculpe, señorita. — detuvo a Dahyun tomándola ligeramente del brazo y soltándola al tener su atención. — Mi prometido... ¿Cómo está?

Dahyun le miró seria, su mirada se posó en las manos del hombre que estaban sobre su boca, soltando aire entre ellas para darse calor así mismo, no pasó desapercibido aquel bonito anillo de oro un poco grande en su dedo anular y muy similar al que Nayeon le mostró cuando le dijo el nombre del paciente.

— Sigue en quirófano. — sonrió cansada. — Lo más seguro es que tarde más, sufrió un daño muy grave a nivel cognitivo por el impacto del auto, lo más seguro es que no recuerda algunas cosas.

— Quiere decir que...¿perdió la memoria? — indagó, confundido.

— No sabría decirle si la perdió por completo o no, pero si puedo informarle que tal vez las cosas cambien y no sean como antes. — finalizó, caminando hacía el área de urgencias.

Su boca dejó de tirar aire a sus manos después de escuchar lo que la enfermera le había dicho, algo dentro de él se removió al procesar lentamente la información que se le otorgó. YoonGi, su novio, su prometido, su vida entera podría no recordarlo y eso le partió el corazón... pero sabía que estaría para él a partir de ahora, lo cuidaría y ayudaría en su recuperación.

Sus ojos pesaban, se acomodó en la silla acolchonada poniéndose la capucha de su sudadera y se dejó llevar por el sueño, cayendo en uno profundo;

"¡No, aléjate, aléjate de mí!"

"¡Tú, hijo de perra, vuelve aquí! "

"¡No te dejaré, no te dejaré salirte con la tuya esta maldita vez!"

"¡Déjalo, no lo toques, no te atrevas a...¡Ahh, mierda!"

Se removió entresueños, apretando el ceño y murmurando cosas en nos baja, sus músculos se tensaron y se agitó meneando la cabeza, su respiración pesada....

Una sacudida en su hombro lo hizo sobresaltarse, quedando sentado de forma recta en la silla de espera y con la respiración agitada. Pestañeó repetidas veces y subió la mirada hacía la persona que lo había despertado.

Dahyun le sonrió amable.

— Ya salió del quirófano. — Sus ojos brillaron en ilusión. — Vamos, lo llevaré para que el doctor le informe todo lo ocurrido.

Asintió eufórico poniéndose de pie y comenzando a caminar detrás de ella y seguirla por los amplios pasillos del hospital, en esos que te pierdes si vas solo. Observó a los enfermos quejarse y aullar de dolor en sus camas; odiaba los hospitales, nunca le gustaron y ahora solo estaba en uno porque su prometido había tenido un accidente. Se toparon con el doctor a cargo y Dahyun se lo presentó para después irse de regreso a la recepción.

— Hola, ¿usted es esposo del señor Min? — preguntó, viéndole con curiosidad.

"Esposo..."

— ¡Sí! Es decir. — carraspeó nervioso. — Estamos comprometidos, pero en cuanto se recupere nos casaremos. — sonrió emocionado, el semblante del médico le hizo borrar su sonrisa.

— Sígame, le tengo que explicar lo que pasó. — Movió la cabeza para decirle que lo siguiera a la par. — Su prometido ingresó con unas heridas y estado de salud muy graves. — le miró de reojo, colocando sus manos dentro de los bolsillos de su bata. — El choque en especial provocó un daño muy grave.

— ¿Daño grave? — su voz se tensó. — ¿Qué tan grave?

— Tuvo muchas lesiones a nivel craneal, pero lo que más me preocupó es que el daño está más arraigado en el hipocampo.

— En coreano, por favor. — pidió, sonriendo cansado y deteniéndose en medio del pasillo junto a él. — ¿Qué significa eso?

— Que su prometido a causa de los daños... puede que no recuerde o mejor dicho, no recordará nada de lo que pasó. — negó, decepcionado. — Es decir... recordará su nombre, su familia y cosas así, pero nada sobre el accidente.

— O sea que... ¿Puede no recordarme tampoco a mí? — preguntó, el miedo en su voz hizo bajar la mirada al doctor. — Por favor, dígamelo.

— Podemos darle ayuda psicológica, aún tenemos muchos estudios que hacerle y tal vez...

— Déjese de rodeos. — dijo con voz ácida, cínica, interrumpiéndolo. — Mi prometido va a recordar quien soy o no, porque eso me está carcomiendo como la mierda. — gritó en voz baja, viéndole con molestia.

— No. — dijo seco. — No lo hará. — chistó, volviendo su mirada a los ojos profundos. — Pero podemos ayudarlo a que lo haga.

—Debe ser una maldita broma. — desvió sus ojos, el nudo en su garganta.

— En verdad lo lamento.

— Yo... ¿Puedo verlo? — rogó, tragando saliva pesadamente. — Necesito verlo...

— Claro.

Wang relamió sus labios tomando una calada de aire y asintió conforme. Lo guio hacía el cuarto asignado donde YoonGi estaba recuperándose. Su corazón palpitaba a medida que lo conducía hacía donde estaba él, supo que no iba a gustarle la imagen que estaba a punto de ver.

Su respiración se cortó al verle en aquel estado. Su pierna siendo sostenida por un soporte del techo, vendas rodeando su cabeza aplastando la melena risada que lo caracterizaba; la mejilla derecha con raspones y pequeños cortes sobre la piel tierna, hematomas entre morados, verdes y rojos rodeándole el cuerpo.

Y sobre todo, aquel corte en el cuello que era cubierto por una gasa. Tapó su boca con una mano por el impacto de verle en tal situación, sus ojos picaron llorosos y el doctor sintió empatia y lástima por él.

— Lamento informarle que su esposo o prometido no solo sufrio los estragos del atropellamiento. — giró la cabeza hacía el joven doctor que le había hablado. — La cortada que tiene en el abdomen, cuello y los hematomas en la muñeca. —señaló y negó suspirando largamente— creemos que tuvo una pelea con alguien antes de eso, sus muñecas están muy lastimadas y eso lo indica que quien se las hizo, se ensañó con ellas.

— Oh dios, YoonGi... ¿Qué te paso mi amor? — sollozó, acercándose a la camilla para verle de cerca. — ¿Quién sería capaz de dañarte de esa manera? — preguntó rabioso, maldiciendo al verlo así.

— Nosotros también quisiéramos saberlo. — le dijo, caminado hacía la salida a pasos lentos— Los dejaré solos un momento, por favor, no lo despierte... debe recuperarse.

— Gracias doc. — le respondió sin dejar de mirar a YoonGi.

Al escuchar la puerta cerrarse, se inclinó sobre la camilla para poner un brazo por encima de la cabeza de YoonGi y comenzar a tocar sus cabellos, esos que caían sobre sus mejillas pecosas y lastimadas; con las yemas de los dedos de la otra mano, delineó suavemente las moretones de su muñeca derecha.

Exhaló triste, recorriendo aquel cuerpo tan delicado que ahora mismo estaba destruido, casi roto por completo. Hizo una mueca devolviéndose al rostro dormido del menor, tocó ahora su mejilla con cuidado de no lastimarle y sonrió.

— Ahora yo estoy aquí, Yoonie. — susurró. — No me iré a ningún lado ¿me escuchas? Me quedaré contigo, te cuidare... te cuidaré demasiado, porque ahora por fin estas conmigo.

Acercó su nariz a la piel de su rostro, acariciándola con la punta de esta para dirigirse a su frente y depositar un suave beso sobre el vendaje. Mordió su labio inferior a milímetros de la cara ajena, indecente y nervioso se acercó a los belfos rosados y lastimados del pelinegro, dejando un casto pero dulce beso encima.

[Jungkook]

Verte así, acostado con tu respiración calmada me hace estar en paz. Solo escuchándote respirar, admirándote desde arriba y acariciándote tu hermoso rostro que tanto me encanta.

Yo no quise esto, no quise hacerlo pero, YoonGi... tenía que. ¿Sabes? Para mí tampoco es fácil esta situación si me lo preguntas, es decir:

Ver al amor de mi vida tan roto como lo estas ahora no es algo fácil de digerir, porque tu piel no merece estar llena de estos colores tan horribles, porque tu hermosa pierna no merece estar quebrada y porque tu dulce cerebro no merece estar dañado.

Mientras pasó mis caricias a tus manos calientes me doy cuenta de lo que en verdad me quiso decir el doctor, ahora lo entiendo perfectamente y no puedo evitar sonreír porque lo he descifrado:

Era una nueva oportunidad... una para ti y para mí.

Una oportunidad para los dos, para que seas mío, para que al fin estés a mi lado como tanto tiempo lo soñé... ¿Es acaso este un sueño? ¿Es el cielo en todo su esplendor? ¿O es acaso el destino que escuchó mis suplicas y me cumplió lo que tanto había deseado de una forma poco usual?

No lo sé, pero no puedo evitar emocionarme al darme cuenta de que ahora no tienes a nadie más que a mi... solo me tienes a mí, Gigi.

Y juro que ahora que al fin te tengo en mis manos...

No voy a dejarte ir nunca más.

Un ruido detrás de mí es capaz de reventar nuestra burbuja, volteó mi rostro enfurecido para enfrentar a la persona que nos interrumpió. Juntó mis cejas confundido cuando solo veo una silueta alejarse a paso rápido, me acercó de igual forma a la pequeña ventana de la puerta... pero no logro verle y eso me frustra más.

Me frustra porque ahora no quiero que nadie se interponga entre tú y yo, ni el mismo aire, ni el sol, ni la vida misma.... Nadie, porque ahora solo debes mirarme a mí, solo deber depender de mí, porque ahora... solo debes de vivir para mí.

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Gracias por leer.
Nos vemos en el próximo capítulo.

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