Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

➤ 5 |FINGIR

❧ OBSESSION

OO5. FINGIR

JEON JUNGKOOK

Estoy en la casa de Jimin, sentado en una de las reposeras blancas de madera a un lado de la piscina. Gotas caen de mi cabello, ya que sólo hace unos pocos minutos que salimos de la piscina porque nos aburrimos.
Llevo las manos a mi nuca cerrando los ojos al disfrutar del sol, sólo llevo una bermuda negra, al igual que ellos pero de distintos colores.
Jimin nos había invitado para disfrutar de la tarde, y realmente no tardé más de dos segundos en aceptar porque eso significa ver a Haneul, aunque detesto que él no la quiera cerca de nosotros.

De todas maneras el que se lleven mal y se sienta solo todo el tiempo, hace que pueda estar aquí casi todos los días. Siempre que puedo la observo, imaginándome junto a ella, que puedo tomarla de la cintura, besarla y hacerla mía, pero la verdad es que no puedo acercarme como tanto deseo, todo porque Jimin siempre está pendiente de que Haneul no esté cerca. Imbécil.

―Jimin, aún no puedo creer que hayas rechazado a Sook ―habla frustrado, Taehyung.

―¿Por qué? ―pregunta sin tanto interés.

―¡¿Acaso no la has visto?! ¡Es preciosa y además de eso ardiente! ―alza la voz sentándose―. ¿Cómo pudiste rechazarla? No se le acerca a ningún chico, los chicos se le acercan a ella.

―No me gusta y ya ―se encoge de hombros.

―Oh, vamos, a ti te gusta la verga, ¿cierto? ―habla como si hubiera hecho un gran descubrimiento―. Claro que sí, ¿a quién prefieres darle una mamada? ¿A Jungkook o a mí?

Al escucharlo abro mis ojos sentándome rápidamente, observando como Taehyung lo mira con picardía, mientras Jimin está serio, con sus facciones endurecidas como si aquella pregunta realmente le hubiera molestado.

Vuelvo mi mirada a Taehyung. Este sólo lleva una bermuda roja, su cabello se encuentra también húmedo y algunas gotas se deslizan por su cuello.
Cada vez que lo veo no puedo evitar recordar lo que pasó hace cinco días y siento mi sangre hervir. "Sólo voy a mostrarme como un chico tonto que necesita de su ayuda. No va a poder evitar caer ante mí." me dijo al acabar su segundo vaso. Quise impedir que fuera, pero necesitaba saber si actuando de esa manera ella podría llegar a ceder, si podría llegar a tenerla.
Claramente no lo hizo bien, pero aún así la besó. Eso me enfureció, cuando lo vi con sus labios sobre ella deseaba matarlo con mis propias manos.
Quería escucharlo rogar, quería sentir como se desvanecía, pero reaccioné al notar su mirada de temor. Realmente me ayudó a calmarme.

Ahora al recordarlo, al verlo tan tranquilo como si no hubiese hecho nada, me dan ganas de tirarlo a la piscina. No sabe nadar, pero imaginarlo desesperado pidiendo ayuda hasta que no pueda más y se dé por vencido, llama demasiado mi atención.
Él no debería ser quién probó sus labios, no debería haberse atrevido a hacer algo así, cuando sabe perfectamente que yo no puedo apartar la mirada de ella.
Claramente Taehyung no es un buen amigo. No le importa en lo absoluto que Haneul sea la madre de Jimin, y tampoco le importa que a mí me guste. Le confié mi secreto y aún así se atrevió a desearla, a besarla. Eso no lo hace un amigo de verdad, por esa razón no debería seguir permitiéndole tener esa maldita sonrisa en el rostro.

Es un hipócrita al seguir viniendo aquí como si nada, como si no hubiera sido capaz de besarla sin importarle que podría llegar a causarles más problemas con Jimin. Y su hermano, el imbécil de su hermano que a pesar de tener novia se atrevió a coquetearle. Me cago en los Kim, son una maldita molestia.

―Jeon, deja de mirarme. ¡Me das un puto miedo! ―su voz me hace volver a la realidad. Tiene razón, me encuentro mirándolo con odio, con mi respiración pesada, como si estuviera conteniendo un impulso y es así.

Siento la mirada de Jimin, por lo que trato de actuar con normalidad porque no quiero que note mi rabia.

―Responde mi pregunta, Jimin.

―¿Puedes dejarlo en paz? ―pregunto entre dientes―. Deja de ser tan pesado. Si le gusta la verga está bien y si tanto quieres una mamada de él sólo pídesela, pero a mí déjame fuera.

Noto sus miradas de sorpresa, pero aún así me levanto listo para comenzar caminar, porque necesito verla.

―¿A dónde vas? ―pregunta curioso, Jimin.

―Necesito ir al baño.

―Ponte la camiseta.

Suspiro frustrado, pero aún así tomo mi camiseta oscura que se encuentra en el suelo a un lado de la piscina. Sé perfectamente que no quiere que su madre me vea así, lo cual entiendo, pues debo mostrar respeto, pero en realidad, me importa una mierda y quiero llamar su atención.

―¡A mí no me gusta la verga!

Escucho aquel grito de Taehyung, que me hace rodar los ojos. Pues, lo recalca con algo de nervios, como si no le gustara para nada que pensáramos eso, pero sólo provoca que comience a creérmelo. No es algo malo por lo que no entiendo porqué buscaría ocultarlo.

―¡La camiseta!

El grito de Jimin me hace desear que se calle de una vez y deje de ser tan niñito, pero aún así me pongo la camiseta, para luego correr el ventanal y entrar.
Comienzo a caminar por el living, pensando en dónde podría encontrarse Haneul, hasta que escucho unos sonidos provenientes de la cocina por lo que camino cautelosamente, mientras vuelvo a quitarme la camiseta y paso los dedos por mi cabello aún húmedo tirándolo hacia atrás, pero luego sacudo la cabeza para que se acomode mejor.

Al pasar la veo de espaldas observando por la ventana, aunque no hay nada interesante allí, sigo acercándome y logro notar que lleva una copa de vino.
Vaya, parece que Jimin realmente no sabe que nunca ha dejado beber, ¿tan poca atención le da a su madre? Porque si fuera la mía sabría cada pequeño detalle de ella, nunca la dejaría sola, ni la haría sentir mal.

Maldición, ¿por qué Jimin debe tener el privilegio de que sea su madre cuando no la valora? Luego estoy yo que sólo puedo observarla desde lejos, deseando poder sentir una muestra de cariño de su parte.

La veo darle un gran sorbo acabando el vino, en ese momento al parecer siente mi presencia porque voltea rápidamente. Cuando nuestras miradas se conectan, provoca que la copa caiga al suelo rompiéndose en varios trozos.

―Oh, lo siento. No quise asustarte, lo siento ―me pongo rápidamente en cuclillas para recoger los trozos de vidrios, al igual que ella.

―No, suéltalos ―pone su mano sobre la mía y no dudo en obedecerle.

Su tacto es tan cálido, su piel es tan suave, por lo que comienzo a observarla notando la cercanía. Sus orbes cafés me observan con atención, brillan de una manera única como siempre lo hacían cuando era pequeño.
Sigue siendo tan dulce como la de mi madre, como si siguiera cegada imaginando que sigo siendo aquel niño del pasado, como si no tuviera deseos oscuros y quisiera pecar al verla.

―Usted tampoco lo haga, puede lastimarse ―paso mi mano sobre la suya, hasta llegar a su muñeca tomándola con suma delicadeza, notando como se tensa.

Aún así llevo la otra mano a su otra muñeca y hago que nos levantemos lentamente, sin apartar la mirada del otro, pero al estar levantados por completo noto como su ojos comienzan a bajar admirando mis pectorales, como también mis abdominales.
Sus labios están entreabiertos y su mirada sigue recorriendo mi cuerpo, lo que me hace sonreír con arrogancia, porque sé que está admirando el gran cambio que he dado.
Ya no me mira como un niño que necesita protección, me está observando como si fuese un hombre y eso me hace sentir satisfecho, porque es lo que quiero. Quiero que me desee de la misma manera que la deseo cada segundo.

Vuelve a levantar la mirada y al verme al rostro con sus mejillas enrojecidas, cubre rápidamente sus ojos, soltando un chillido, lo que me hace querer reír, porque ya me ha saboreado con la mirada por varios segundos.

―¡Lo siento! He olvidado ponerme la camiseta, pero es que no creí encontrarte aquí.

―¿Ya estás vestido? ―pregunta insegura y me pongo la camiseta.

―Claro.

Ella baja lentamente su mano y al ver que llevo la camiseta suspira aliviada.

―En verdad, lamento que me haya visto así...

―Está bien. No te preocupes ―desvía la mirada por un momento, pero luego vuelve a mirarme rápidamente con sus ojos abiertos a la par y toma mi rostro entre sus suaves manos, sorprendiéndome.

Un jadeo escapa de mis labios mientras observo detalladamente su rostro, esperando que siga acercándose, deseando que lo haga. Quiero cerrar mis ojos para esperar ese momento, pero al notar que está viendo mi pómulo abro mis ojos a la par por el temor y me alejo rápidamente. Aunque no es lo que quiera.

―¿Qué te sucedió? ¡¿Quién rayos te ha hecho eso?! ―pregunta alterada.

Así es como actuaría una madre y pensar que se preocupa por mí así, me hace querer sonreír. Recuerdo haber tenido una pelea a los siete años en el colegio, perdí y salí herido. Mi madre al verme comenzó a gritar histérica, queriendo saber quién se había atrevido a herir a su hijo.
Estaba realmente preocupada por mí y yo estaba sumamente contento de notar cuanto le importaba. Ahora estoy sumamente contento al notar que Haneul actúa como ella lo haría.

―No es nada...

―¡Claro que lo es! Te han golpeado. Dime quién ha sido, Jungkook.

Quiero acercarme, quiero abrazarla para que se calme, pero sé que no es correcto. No aún.

―Me metí en una pelea en el instituto, pero no es nada. En serio.

―Dime que el otro chico quedo peor ―me mira ilusionada.

―Claro que sí.

Le regalo una sonrisa tranquilizadora, pero en realidad, me recuerdo a mí tirado en el suelo, temblando, llorando y pidiéndole que pare, como el maldito marica que soy como dice mi padre.
Siento mi sangre hervir por lo que empuño las manos, pero sigo sonriéndole como si nada pasara en mi interior.

En ese momento ella me sonríe contenta, lo que hace que me olvide de todo por completo y mi sonrisa se vuelva verdadera.

―Muy bien, Jungkook. Por cierto, ¿a qué has venido?

―Oh...jugo. Taehyung y Jimin quieren algo de beber.

―Ahora les sirvo ―se apresura a caminar hacia la nevera, para luego sacar una jarra de jugo de naranja.

La observo con atención como busca los vasos, pero algo llama mi atención, la botella de vino que se encuentra en la mesada que va por la mitad.
¿Cuánto es capaz de beber? ¿Lo hace todos los días? ¿Por qué el imbécil de Jimin, no es capaz de darse cuenta lo que hace por su culpa?

Ella acomoda los vasos y la jarra de jugo en una charola de madera, que no dudo en tomar por ella, lo cual la sorprende.

―No se preocupe, yo la llevo.

―Cierto, si Jimin me ve acercarme se enfadará.

Observo la angustia en sus ojos, pero aún así se atreve a sonreírme como si eso no le afectara, lo cual me molesta porque conmigo no debe fingir. Quiero que me muestre la verdadera Haneul, que muestre sin miedo cada emoción que siente.

Aún así no digo nada, le sonrió a medias y comienzo a dirigirme hacia el patio donde están mis amigos, los cuales se sorprenden a verme.

―¿No ibas al baño, JK? ―pregunta curioso, Taehyung.

―Sí, pero decidí también traerles algo de beber.

―Ésto no es obra de mi madre, ¿cierto? ―pregunta molesto, Jimin.

―Ya, déjala en paz. Yo quise traerles ésto ―respondo molesto y este se tranquiliza rápidamente.

―Cierto. Gracias, Jungkook ―dice el de sonrisa cuadrada, cuando le entrego uno de los vasos con jugos y le sonrió falsamente.

Vuelvo a sentarme en la reposera volteando a verlo interrogante, por lo que frunce el ceño confundido y Jimin nos mira curioso.

―¿A quién prefieres hacerle una mamada? ¿A Jimin o a mí? ―alzo una ceja.

Este se ahogó con el jugo, por lo que comienza a toser, mientras que Jimin suelta una carcajada, para luego mirarme contento levantando el pulgar.

Sin dudas debo quedar bien con él. Demostrarle que soy su mejor amigo, que soy alguien en quien puede confiar plenamente y que lo va a proteger, porque de esa manera voy a poder acercarme con más facilidad a Haneul.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro