▶18 | MISTERIOSA MUJER
❧ OBSESSION
O18. MISTERIOSA MUJER
JEON JUNGKOOK
Creí que ahora al ser sólo Haneul y yo porque Jimin se marchó y la odia, ella tan sólo pondría su atención en mí. Sería tan sólo yo ante sus ojos, así como ella lo es ante los míos, pero terminé equivocándome de gran manera. Haneul siquiera parece notarme, todo porque se la pasa todo el jodido tiempo llorando por el idiota de su hijo. Parece no tener ganas de salir de su habitación, y por más que intento pasar, no me lo permite porque se encierra allí.
No soporto escucharla llorar por él, no soporto que piense tan sólo en Jimin, porque quiero que se dé cuenta que soy todo lo que necesita. Quizás puedo ser algo posesivo, pero los celos son mis monstruos favoritos, que llegan a dominarme de gran manera y piden a gritos que sea sólo mía, sin libertad a nada más.
Haneul es mía.
Mía. Mía. Mía. Tan mía que hasta la sábana de su cama debe pedirme permiso por rozar su piel.
Ella es la maldita causa por la que siento que hasta respirar se me dificultad y que mi pecho arde de la rabia. Ahora me encuentro en el despacho, golpeando todo a mi paso, pateando y tirando lo que veo. Haneul es mía, y ella lo sabe aunque se haga la desentendida. Tomé una lámpara y la lancé contra un mueble de puertas de vidrio que se rompe en pedazos muy pequeños, por lo que sonrío. Me gusta destruir ésto. Más si sé que les pertenece a ellos.
Tomo una figura de piedra con mi mano derecha, y lo vuelvo a lanzar contra las mismas puertas de vidrio que terminan por romperse del todo. De allí dentro cae algo muy llamativo, por lo que estiré mi brazo hasta que mis dedos tocaron aquel objeto.
―¡Oh! Mira que tenemos aquí ―murmuro al notar cómo brilla su color negro con tonos plateados―. ¿Será la solución a todos mis problemas?
Todo empezó hace unos meses atrás cuando Jimin, que era mi mejor amigo, me invitó a su casa y me reencontré con su bella madre. A partir de ahí fue cuando todo comenzó porque mientras él la odiaba, yo ya estaba volviéndola a amar, mientras él la despreciaba, yo la valoraba, mientras él la evitaba, yo quería verla cada segundo. Sin embargo, Haneul siempre lo prefirió a él, a su perfecto hijo homosexual. Pareciera que ama a la gente que la trata como basura, y si quiere ser escoria, entonces, so va a ser. Una escoria.
Es una pena, una mujer tan bonita como ella debería estar en un museo de artes incontables. Pero, ella desea que todos la toquen, como la debe tocar el grandísimo idiota de Seokjin. ¿Por qué no le es suficiente conmigo? ¿Por qué tiene que lastimarme? ¿Por qué no puede amarme como tanto necesito que lo haga? ¿Qué está mal conmigo?
Caminé hasta posicionarme enfrente del espejo del despacho, mirando lo que hay a mi alrededor, cómo en el escritorio está esa jodida foto donde salen Jimin y Haneul, mientras mis pensamientos parecen volverse más oscuros.
En esa postura volví a tomar el arma con la mano izquierda y colocando los dedos en el gatillo, apunté al espejo donde está mi figura en reflejo mientras sonrío. Estoy tan concentrado en eso, que al escuchar el sonido de una puerta cerrarse, me sobresalto. Cautelosamente guardo el arma en uno de los últimos cajones debajo de unos documentos.
Al salir del despacho, camino hacia la sala, sorprendiéndome al ver a Jimin, que terminaba de subir las escaleras, por lo que no dudo en seguirlo y él voltea al escuchar mis pasos. Parece paralizarse por completo y traga con dificultad, pero yo sigo subiéndolas.
Quizás no esperó verme todavía aquí y tuvo la ilusión de que Haneul me echara al descubrirnos, por eso siquiera sabe cómo reaccionar, pero provoco sus nervios y que no sea capaz de retenerme la mirada, lo cual hace que una sonrisa ladina se dibuje en mis labios.
—Vaya, qué sorpresa volver a verte en esta casa —comento mientras que él decide seguir el camino a su habitación, sin decir nada en absoluto—. ¿Ahora vas a ignorarme? —pregunto siguiéndolo. Cuando llega a su habitación entra rápidamente, por lo que quiero hacer lo mismo, pero él intenta cerrar la puerta y yo lo detengo rápidamente para pasar al tener más fuerza, lo que hace que me observe molesto con su respiración pesada—. ¿Ahora no sabes hablar o qué?
—Sólo vengo a buscar mis cosas, así que déjame en paz —ordenó acercándose a su armario para buscar un bolso y así empezar a guardar su ropa allí.
—Oh, ¿ahora no te gusta que te hable?
—¡Te follaste a mi madre, Jungkook! —masculla girando a verme con sus ojos cristalinos, mientras en sus manos se encuentran algunas camisetas perfectamente dobladas.
—Y no una vez —recalco provocando que me observe dolido, lo cual me da satisfacción.
—¿P-Por qué me haces ésto?
—Deberías aceptarlo. Cuando dos personas se quieren...
—¡Ustedes no se quieren! —apunta enfurecido—. Ella es jodidamente inestable desde que falleció mi padre, ¿y tú? ¿Cómo puedes fijarte en una mujer muchos años mayor que tú? ¡Sé trata de la madre de quien era tu mejor amigo!
—¿Y eso qué? También se supone que los mejores amigos no pueden verse de la manera en la que tú me ves, ¿verdad? —cuestiono provocando que él me mire atónito, pero comienzo a acercarme cautelosamente con una pequeña sonrisa—. Pero tú...tú te atreviste hasta invadir mi privacidad, masturbarte viéndome...
—¡Cállate! —ordena histérico, intentando alejarse.
—Eres tan sucio, Jimin —murmuro teniendo la intención de acercarme más, pero me empuja con fuerza haciéndome retroceder.
—¡Aléjate de mí!
—¿Ni siquiera toleras mi cercanía? —pregunto cínico—. Antes deseabas más que nada hasta un beso mío, y ahora me apartas.
—¡Estás enfermo! ¡Aléjate de mí! —grita volviendo a empujarme para acercarse a su bolso, mientras yo suelto una risilla divertida.
—Haznos un favor y no vuelvas aquí, así que llévate todo.
—Ésto es lo que querías, ¿verdad? —examina volteando a verme sorprendido—. ¡Claro que sí! ¡Por eso me decías que ella volvería a enamorarse, a olvidarse de mí! ¡Querías alejarme de mi madre!
—Cree lo que quieras, Jimin.
—¡Estás muy mal!
—¡Haneul es todo lo que quiero! —confieso entre dientes, tomándolo de los brazos con brusquedad, provocando que jadee asustado y abra los ojos a la par—. Tú no seguirás siendo una maldita molestia para mí.
—¿Y...Y qué harás al respecto? —pregunta con un ligero temblor en su voz, aunque intenta no demostrarme miedo—. ¿Ser un maldito psicópata como dijo tu exnovia que eras con ella?
—Tú no sabes una mierda —rio negando con la cabeza mientras lo suelto—. ¡Siempre exageran todo!
—Ahora puedo confirmar que lo que dicen de ti es cierto. Estás enfermo —masculla mirándome con rechazo y con sus lágrimas brotando—. Ni siquiera puedo reconocer al Jungkook que está al frente mío.
—No me importa lo que pienses de mí, Jimin —confieso relajado—. Sólo me importa Haneul. Apresúrate y vete de una jodida vez.
Él me observó con sus facciones endurecidas, queriendo poder ser capaz de enfrentarme, pero era fácil de notar que se encuentra temblando de miedo al pensar de lo que puedo ser capaz. Sin más, salí de la habitación dando un portazo, escuchándolo romper en un llanto desconsolado.
Ahora tan sólo estoy agradecido de que haya llegado cuando Haneul no se encuentra en la casa.
Al salir con la intención de caminar hacia mi motocicleta, me encuentro a unos metros el coche de Taehyung, por lo que una sonrisa cínica se dibuja en mis labios al notar que él no deja de observarme.
(...)
Coloco una mano en mi frente y suelto un suspiro de frustración, porque como la mayoría de días, debo ir a trabajar. No me quiero seguir atormentando con mis pensamientos torturantes, deseo olvidar todo, mandar a la mierda todo mi maldito sufrimiento de una buena vez. ¿Por qué me cuesta tanto ser feliz? Me siento como en un laberinto sin fin, un lugar artificiosamente formado de calles, encrucijadas y rodeos, dispuestos con tal artificio que, una vez dentro, es muy difícil encontrar la salida.
Parece que lo que realmente quiero en mi vida, no lo puedo obtener, y lo que no quiero, lo obtengo. ¿Acaso la vida quiere jugarme una mala pasada? Quizás estoy exagerando un poco y tan sólo eso me merezco por existir, aunque sostengo que mi único error es haber venido a esta vida. Igual, estoy tranquilo. No me siento mal por haber perdido a Jimin, ni mucho menos de haber pecado con su madre.
Levanté mi cabeza, mirándome ya vestido con el uniforme de trabajo, y salí por la puerta de servicio para ir a mi puesto. Hoy hay poca gente, lo que es un alivio porque no estoy apto para tratar con gente el día de hoy.
Puedo divisar a lo lejos una mujer muy bella, mirando la cartelera, y entra indecisa, observando a su alrededor.
Una chillona joven está detrás del mostrador, registrando en el ordenador a los que vienen a consultar, así que, rápidamente, tomo su lugar en un movimiento veloz cuando se movió para buscar algo detrás de ella. Me miró con cara de pocos amigos, porque me odia tanto como yo a ella ya que me hace doler la cabeza con sólo abrir la boca. Se dió la media vuelta yéndose a tomar otro puesto, lo que agradezco.
—Buenas tardes… —dice arrugando el rostro, tratando de leer el nombre de mi identificación— Jeon Jungkook…—sus ojos almendrados se fijan en mis labios y sonríe tímida.
Estoy encantado de conocerte. ¿Dónde has estado todo este tiempo?
Pero mira que hermosa eres, tienes la cara de ser la mujer que puede darme lo que necesito.
¿Podrás cuidar de mí, cariño? Dime que sí, por favor.
—Hey, ¡hola! —sonrío, feliz de que me haya saludado— ¿En qué puedo ayudarla? ¿Señora…?
Curiosamente, ahora mis labios se mueven con timidez al pronunciar ese inocente saludo. ¿Será que los comienzos siempre son complicados? Yo mantengo la mirada, incapaz de bajarla, de moverme, de hacer algo, de detener aquel pequeño corazón que palpita como loco.
Qué hermosa es. Ya me vuelves loco, cariño.
—Busco una buena película para ver, ¿Alguna que me quiera recomendar? —pregunta alzando tímidamente la mirada— Y no, no le diré mi nombre.
—Le podría recomendar… ¿Un beso mío, señora misteriosa?
Sorprendida, la señora volvió la mirada hacia mí con los ojos abiertos a la par.
—¿Disculpe?
—Perdone mi atrevimiento, es que… es muy hermosa —confieso inclinándome hacia adelante—. ¿Existirá el amor a primera vista? Quiero decir, yo creo que sí, porque eso sentí cuando la vi.
La bella mujer, da un paso hacia atrás y mira distraídamente a su alrededor.
—¡Ay, mi Dios! —exclama sonrojada— Deja de decir eso. Qué atrevido es, joven Jungkook. ¿Te pagan más por sonrojar a tus clientes?
—Ojala, pero es la primera vez que lo hago, porque como mencioné antes, solo sentí galopar mi corazón por usted.
Puedo leerte como una revista, ¿no es gracioso? Te gusto, así que, ¿no deberías aprovechar que tú a mí también me gustas?
—Bien, curiosamente...hoy tenemos estrenos, y combos. ¿Viene sola?
—¿Por qué la pregunta? —examina alzando una ceja—. Me interesa, ¿cuáles hay?
—Vaya…veo que además de guapa, también eres misteriosa.
—¿Sí? —suspira sonrojada— ¿Lo dice en serio?
Me inclino más sobre el mostrador, acercando mi rostro al de ella, admirándolo por un momento.
—¿Tengo el rostro de estar mintiendo?
—¡Ven aquí! —grita una voz masculina, intentando llamar la atención de la mujer misteriosa que, al oído, me habla como si no hubiésemos tenido ocasión de hacerlo en toda la vida, porque así había sido.
Sonrió mirando hacia donde proviene la voz. Se trata de un hombre de estatura mediana, cabello oscuro y corto, su piel blanca como la nieve, y sus ojos cafés parecen salirse de órbita. Parece ser varios años mayor que yo.
—Disculpe, señora… fui muy atrevido en coquetearle —finjo pena y vergüenza— El hombre que está acercándose, imagino que es su pareja…
—Tengo que ir a ver qué necesita. Cualquier consulta, estaré volviendo.
La miro en el intento de alejarse y aprieto el puño para no ir, agarrar de la chaqueta a aquel hombre y romperle el rostro. Sintiendo el zumbido de mis latidos, el tiempo parece haberse detenido, así que no pierdo la oportunidad de tomar su antebrazo para atraerla a mí.
—¿Por qué se va? No estábamos haciendo nada malo, sólo estamos charlando —salí detrás del mostrador, coolocándome enfrente de ella—. ¿Es su esposo?
—¡Oh, no! Es mi hijo, que es muy sobreprotector conmigo. Es sólo eso, así que ignóralo. ¿Qué me decías?
La señora abre los labios para decir algo más, pero fuí aún más rápido y me incliné hacia adelante para besarla en la mejilla. Ella, casi inmóvil, delicada y suave, acoge mi beso, abriendo los ojos abruptamente.
—¡Mamá! —oigo gritar de repente a mis espaldas.
La bella mujer baja la cabeza en silencio, y cuando creo que podría tomar la valentía para besarle esos esponjosos labios rosados, siento cómo tiran de mi brazo y un fuerte dolor se instala en mi mejilla, haciéndome temblar en mi lugar y logrando tumbarme al suelo.
—¡Maldito asqueroso! ¡¿Qué mierda querías hacerle a mi madre?! ¡¿No ves que es alguien mayor que tú, mocoso?! —grita el hombre, pateando mis costillas izquierdas.
Había un silencio aterrador, no se escuchaba nada más que la respiración nerviosa de algunos presentes, los gritos alocados de la hermosa mujer que intentaba detener a su hijo. Yo, en cambio, sólo gemía del dolor que me causaban las patadas del hombre, que estaba seguro que en algún momento va a llamarme "padre", pero en vez de llorar, comencé a reírme. Levanto el tronco y me siento de inmediato con los ojos a medio abrir, aún riendo.
—¡¿De qué te ríes, estúpido?! —pregunta entre dientes, la voz algo aguda de él hizo que retumbara todos mis tímpanos. Se acercó para volver a golpearme, pero su madre intervino.
—¡¿Qué haces?! ¡¿Por qué golpeas al muchacho?!
—¡Vi que quería besarte!
—Mientes. Sólo estaba siendo cortés, cómo soy con todos mis clientes, y tú me atacas de la nada. —amago levantarme, pero suelto un quejido— ¡Carajo! Creo que tengo una costilla rota. Me duele.
—¡Oh, por Dios! ¡Lo lamento mucho! —dice ella, inclinándose hacia adelante— Déjame ayudarte.
—¡No lo toques, mamá! —reprocha tomándola del brazo—. Nos largamos de aquí.
—Pero...
—¡Nos vamos!
Suelto un quejido llevando una de las manos a mis costillas, queriendo poder ser incapaz de ignorar el dolor mientras observo como se la lleva casi a rastras, lo cual hace que desee tener la suficiente fuerza para poder impedirlo.
—¡¿Qué rayos sucedió aquí?!
Al escuchar esa voz masculina, giró a ver a Minhyun, un hombre calvo y de baja estatura con piel bronceada, el cual es el dueño del cine. Cuando veo que a su lado se encuentra la chillona de mi compañera, endurezco mis facciones al darme cuenta que ella fue a decirle lo que sucedió.
Si me echan, puedo jurar que va a arrepentirse por ser tan chismosa.
(...)
Parece ser que en este día todo está en mi contra, pero aun así, intento concentrarme en que conocí aquella bella y misteriosa mujer. Mi Jefe me reprochó por varios minutos, aunque le juré que jamás busqué sobrepasarme con la mujer, por lo que me advirtió que si vuelve a pasar una situación así, entonces, me quedaré sin trabajo.
Intenté relajarme al saber que puedo seguir trabajando allí, porque tengo la esperanza de volver a verla.
Me dejaron marchar antes por lo sucedido, y durante el camino no puedo dejar de pensar en qué haré ahora. Pues, mi corazón ahora parece latir por esa misteriosa mujer, así que, ¿qué puedo con Haneul? El tan sólo pensar en verla, escucharla llorar, hace hervir mi sangre, pero volver a mi casa no es para nada una opción.
No puedo dejar de pensar en cómo ganarme a esa misteriosa mujer y marcharme de la vida de Haneul, pero para mi sorpresa, cuando estoy cerca, me detuve rápidamente al verla bajándose de un coche.
Ese maldito coche que puedo reconocer con gran facilidad al tratarse de Kim Seokjin.
Cuando lo veo marcharse, me apresuro a llegar sintiendo cómo se me dificultad respirar. Al entrar, doy un portazo, logrando llamar la atención de Haneul que se encuentra subiendo las escaleras, pero gira a verme sorprendida.
—¡¿Qué rayos significa eso, Haneul?!
—No sé de qué hablas y no me grites, Jungkook —habla desganada, terminando de subir las escaleras, por lo que me apresuro a seguirla.
—¡¿Por qué demonios la trajo Seokjin?! —pregunto tomándola del brazo para hacerla voltear, encontrándome con su piel más pálida de lo normal y sus ojos hinchados como también enrojecidos que se ven vacíos.
—¡Suéltame! —alza la voz, intentando zafarse de mi agarre.
—¡Dígame porqué se ve con él! —ordeno sacudiéndola. Creí que ya no me importaría lo que pudiera pasar con ella porque tan sólo quería liberarme y marcharme con la mujer misteriosa, pero el verla con ese idiota, me enfureció. Sigo queriendo que sea mía. Sólo mía.
—¡Jimin está quedándose en los Kim, así que me junté con él para saber cómo está mi hijo! —explica histérica con los ojos cristalinos.
—Me importa un carajo su molesto hijo —mascullo provocando que me mire sorprendida—. No la quiero cerca de Seokjin.
—¡¿Qué carajos pasa contigo?! —grita empujándome logrando zafarse de mi agarre.
—¡Dijo que era mía!
—¡Ya basta! ¡Reacciona, por Dios! ¡Estamos hablando de mi hijo, el cual perdí por ti! —apunta dolida—. ¡Déjame en paz o te vas de mi casa, Jungkook!
En ese momento sentí cómo mi pecho parece incendiarse por la ira contenida, por lo que empuño las manos intentando controlarme, pero al verla marcharse, no puedo soportarlo más. Me acerco rápidamente a ella, tomándola con brusquedad provocando que jadee mirándome aterrorizada.
—¡No se atreva a volver a amenazarme con sacarme de su vida! —grito sacudiéndola, para luego soltarla haciéndola caer al suelo, escuchando cono suelta un chillido—. No la quiero cerca de nadie más, ¿o acaso a usted le gustaría verme con otrq mujer y que la deje completamente sola? ¿Quiere eso? ¿Quiere que yo también la abandone?
Haneul solloza mientras un mechón de su cabello cubre la mitad de su rostro, en su mirada puedo notar el miedo, pero no sólo por mi reacción, sino por el hecho de pensar en que si me voy, ella va a quedar sola, así que niega con la cabeza.
—Ahora mismo podría estar rogándome que me detenga y la perdone...—advierto acercándome a paso lento mientras ella sigue sollozando, pareciendo tener la intención de alejarse—, pero yo no soy el mismo monstruo que mi padre —recalco colocándome en cuclillas, para así apartar el mechón de cabello de su rostro, tomándola del mentón, observando sus lágrimas rodar por sus mejillas y cómo se estremece ante mí tacto—. Aprenda a darme lo que necesito antes de que sea tarde, Haneul.
¡Hola!
¿Qué les pareció este anteúltimo capítulo? Creí que quedarían como tres, pero no, he decidido finalizarla más pronto. ¿Cómo creen que sea el final de esta historia? Decidí que ese va a ser narrado en tercera persona para más comodidad por lo que tengo pensado que suceda.
Nuevamente he tardado un buen tiempo para actualizar y pido perdón por eso. En cuanto tenga el final escrito, lo publicaré.
Por cierto, quiero agradecer a mi amiga Lonely_M93 por aceptar ayudarme a escribir este capítulo y el final de esta historia. Te amo ♡
Espero que les haya gustado este capítulo, si es así, no se olviden de votar y comentar
¡Nos leemos pronto!
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