Epilogo.
Un tiempo despues...
Apilando el último libro de cuentos que habia terminado de leer con sus alumnos, Harry se aseguro de que todos los ejemplares estuviese allí antes de cerrar las pequeñas puertas de la biblioteca. Decenas de dibujos con marcas de diminutos dedos le devolvieron la mirada desde la madera pintada de colores alegres. La mayor parte de las paredes de su aula tenian la misma decoración, cambiando cada año cuando nuevos alumnos ingresaban al colegio.
Harry amaba la alegria que se podia sentir allí dentro.
Girandose, observó a sus alumnos por un momento antes de palmear sus manos para llamar su atención. Cuando todas las cabecitas subieron para mirarlo, sonrió—. Es hora de irnos, niños —cuando los pequeños comenzaron a tomar sus mochilas, cruzó hacia el frente del salón e hizo lo mismo con su propio bolso antes de usar sus manos para guiar a los pequeños—. Quiero dos filas, niñas de un lado y niños del otro.
Habia comenzado a separar a los pequeños rufianes de las damitas cuando se dio cuenta de que solian terminar en una pelea digna de un ring. Una vez que tuvo a los niños organizados en dos filas. Tomo la mano del primer niño de cada fila, no se sorprendio cuando fue Ginger quien se aferró a sus dedos desde el lado de las niñas. La pequeña solia apresurarse a ser la primera en formarse para poder ir a su lado. Ella era una niña hermosa y Harry se habia alegrado mucho cuando supo que la tendria como alumna.
Al salir por la puerta, esperó un momento hasta que la maestra del salón paralelo al suyo sacó a sus propios alumnos. Un momento despues, Shane estaba despidiendose de sus compañeros y se acercaba a ellos, aferrandose a la mano de Ginger. Siendo su padre, Harry no podia tenerlo en su clase pero la otra maestra era muy simpatica y sabia de sobra que su bebé estaba perfectamente en su salón.
Al llegar a la puerta principal, uno a uno fue despidiendo a los niños mientras veia a los padres en la multitud, listos para llevarselos. Cuando solo quedaron Ginger y Shane, se despidio de la otra maestra y bajo las escaleras del edificio, sonriendo cuando vio a Louis entrar jadeando por el portón principal.
Ginger soltó su mano y corrió hacia él, arrojandose a sus brazos al grito de:— ¡Papá!
Harry tomó la mano de su hijo y miró a Louis con una sonrisa cuando este le devolvió la mirada—. ¿De nuevo tarde, señor Tomlinson?
El castaño rio, avergonzado—. Niall me pidio un aventón hasta el hospital y no me pude negar, siento llegar tarde.
—Acabamos de salir, no llegaste tan tarde, no te preocupes —tranquilizó—. ¿Como esta Niall? Hace semanas que no lo veo.
—Los turnos del hospital estan tragando su vida social pero él es feliz con su trabajo —se encogio de hombros, como sino lo comprendiera totalmente.
Harry asintió, entendiendo—. Es su trabajo soñado, no lo culpo.
—Si, supongo que lo es.
Cuando su hijo jaló su manga, Harry automaticamente lo levantó en brazos y le sonrió. El sol brillaba en los ojos de Shane, los cuales se veian verdes gracias al mismo—. Papi, consegui tres estrellas de oro hoy, ¿puedo tener un helado ahora?
—Tres estrellas, ¿eh? Eso es genial, cariño —sonrió—. Creo que si mereces un helado.
—¡Si!
Harry miró a Louis y Ginger—. ¿Quieren acompañarnos?
—Yo no creo que...
—Oh vamos, Lou, la heladeria queda a solo una cuadra de aquí y los niños se lo merecen, ¿por favor? —Harry batió sus pestañas hacia él de la forma más encantadora que encontró.
El ojiazul lo observó serio por un momento antes de rodar los ojos—. Bien, creo que tienes razón.
Ginger saltó, aferrando su mano mientras festejaba junto a Shane. Saliendo del predio escolar, Harry dejó a su hijo en el suelo y lo observó tomar la mano de Ginger para caminar un par de pasos frente a ellos. A pesar de que los periodistas no solian seguirlo a su trabajo, Harry pudo sentir a dos de sus guardaespaldas seguirlos de cerca. Ellos no intervendrian a menos que algo sucediera pero era bueno tenerlos cerca despues de todo lo que habia sucedido.
—Así que... —Louis pareció dudar un momento antes de soltarlo:— Me enteré de que Liam y tu estan trabajando juntos.
—¿Te enteraste o lo leiste en una revista?
Las mejillas de Louis se sonrojaron—. Revista.
Harry asintió, él sabia de sobra lo reconocido que era por lo que no le extrañaba realmente—. Hemos estado... jugando con algunas letras de canciones y demás.
—¿Cantas?
—Eh... si —miró a su hijo, sintiendose un poco avergonzado al admitirlo—. Habiamos estado pensando en sacar una canción juntos hace un par de años mientras Liam me enseñaba a tocar la guitarra pero no pudimos llevarlo a cabo por, bueno, todo lo que sucedio. Pero ahora retomamos ese camino y nos esta yendo bien.
—Mhm, dejame recapitular por un momento —pidio Louis antes de comenzar a marcar con los dedos:— Eres modelo, fotografo, maestro de kinder ¿y ahora tambien cantante? ¿Acaso hay algo que no sepas hacer?
Harry rio—. No se encender la lavadora.
El más bajo le dedicó un puchero—. Eso no me hace sentir mejor, yo tampoco sé hacerlo.
—Oh, Lou, no te pongas mal, tu tienes una cantidad de cualidades.
—¿En serio? Dime tres.
—Bueno, eres un gran fotografo, un padre genial —se inclinó más cerca—. Y tienes el mejor culo que he visto en mi vida.
El rostro de Louis enrojeció de golpe cuando lo miró sorprendido antes de poner una falsa mirada de enojo—. No mires mi trasero, Styles.
—Hey, no puedes culparme. Una vez que lo ves, es dificil alejar la mirada —paso sus dedos indice y pulgar por su barbilla de forma pensativa—. Es más, estoy planeando conseguir una nueva camara para poder inmortalizar tu retaguardia.
Louis rodó los ojos—. ¿Empezarás de nuevo con eso?
Sonriendo, Harry abrió la puerta de la heladeria, viendo a sus niños entrar antes de que Louis lo hiciera. Inclinandose, puso su boca en el oido del castaño—. Sabes, empezar de nuevo no se oye tan mal.
Cuando el ojiazul sonrió, Harry tambien lo hizo. Ellos finalmente estaban liberados, ya no más obsesiones o sentimientos encontrados. Habian hecho vidas paralelas y habian sanado. ¿Por qué no volverlo a intentar?
FIN.
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