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24. Shane.

Harry se recostó en la comoda cama de su habitación y acomodó a Shane en su regazo. Los grandes ojos gris-verdosos lo miraron con curiosidad, como si estuviera debatiendose algo antes de que una sonrisa apareciera en su pequeño rostro. El rizado no pudo evitar imitar el gesto al ver los hoyuelos formarse en sus mejillas. Era adorable y al parecer, no estaba ni un poco afectado por haber sido separado de su madre, Harry se pregunto si la chica tonta siquiera pasaba tiempo con Shane. No le importaba, él se haria cargo de que su hijo supiera que era querido. No la necesitaban.

Tomando el biberon que habia comprado en el camino a casa y preparado, se aseguro que no estuviese muy caliente antes de acercarlo a los labios del pequeño. La preocupación de Harry creció aun más al ver el desespero con el que el pequeño atrapaba el chupón y comenzaba a comer. Queria creer que Shane era uno de esos niños ansiosos que se apuraban al comer y no que realmente hubiese estado pasando hambre. Aunque intentaba pensar ello, sabia que era una mentira. El niño habia sufrido, se notaba en su delgado cuerpo y en el cansancio en su angelical rostro.

—Hey, no tan rapido, campeón —pidio con suavidad, cepillando un pequeño beso en la frente del niño—. Despacio, ¿si? No quiero que enfermes.

Harry sabia que no el pequeño no estaba entendiendo lo que le decia pero lo hacia sentirse mejor hablarle. Shane no habia despegado la mirada de su rostro, por lo que se sentia escuchado aunque no lo comprendiera. Al menos el bebé no le estaba diciendo que era un estupido y que debia llamar a Louis para decirle lo que sucedia. Habia salido del hospital con la misión de darle de comer al pequeño, ahora que lo habia hecho no tenia más que hacer.

Okay, si tenia. Llamar a Louis estaba a la cabeza de su lista en ese momento pero él en verdad no queria tener esa conversación. ¿Por qué las cosas no podian ser más faciles? Siempre tenia que estar metiendo la pata, era como si el universo conspirara en su contra y utilizara su estupidez para hundirlo más. Claro, Harry se lo dejaba bastante facil tambien.

—¿Llamaste a Louis? —Ed entró a la habitación sin llamar, arrojando una carpeta amarilla sobre la cama antes de detenerse a mirarlo.

Harry puso mala cara—. No —susurró—. ¿Por qué tengo que llamarlo? La imagen habla por si sola.

El pelirrojo parecio examinar la escena, pasando de él al bebé por un momento antes de bufar—. Sehh. Y dice "Soy un mentiroso que no conoce la existencia del preservativo".

—Hey, ese no es un tema para hablar frente a un menor de edad.

—Si sale como tu, es mejor que aprenda sobre ello desde ya. Ya tengo suficiente con dos, uno más de ustedes y me doy un tiro.

—¿De que calibre quieres el arma? Estoy seguro de que puedo obsequiartela para tu cumpleaños. —bromeo.

Ed rodó los ojos, sentandose en el borde de la cama—. No me cambies el tema. Debes llamar a Louis y advertirle, ¿te imaginas lo que sucedera si va a esperarte al aeropuerto y tu te le apareces con el mocoso? Le dara un ataque como minimo.

—No seas dramatico. —miró hacia Shane, encontrando los ojos del menor cerrados. Jaló suavemente el chupón del biberon pero no logró quitarlo cuando el niño desperto y siguió bebiendo. Harry suspiró—. Dios, ¿que rayos le hacian a este niño en ese lugar? Parece como si temiera que si le quito el biberon no fuese a verlo nunca más.

El pelirrojo puso mala cara—. Hable con sus abuelos y su madre, ellos practicamente olvidaban que el niño existia, ninguno de ellos lo queria y por lo que supe, la única razón por la que no habian llegado a ti antes es que la chica se negaba a decirles quien era el padre —hizo un gesto hacia el sobre—. Por suerte ya tenemos los papeles firmados.

—¿Entonces ya puedo llevarmelo a Londres?

—Debo poner un par de cosas más en orden pero seguramente podemos volver en un vuelo mañana mismo. —aseguró.

Harry suspiró—. ¿Eso quiere decir que ya es mi hijo? ¿No tengo que darle explicaciones a su madre o algo?

—No, ellos te cedieron legalmente su custodia total —explico—. Por ello quiero quedarme un poco más, los examenes de Adn nos serán entregados en un par de días y ya puedes reconocerlo como tu hijo sin dudas.

—¿Puedo reconocerlo sin eso?

Ed lo miró dudoso—. Si puedes pero puede que él no sea tu hijo, Harry, no...

—Lo haré —aseguró—. Quiero que lleve mi apellido, los examenes solo los quiero para saber. Si es mi hijo en verdad o no, quiero saberlo, no quiero que Amber tenga nada para poder quitarmelo luego. Quiero estar seguro de que las leyes impediran que me lo quite si en un par de años decide que lo quiere de nuevo.

El pelirrojo lo observó por un largo momento antes de suspirar y asentir—. Bien, entiendo, arreglaré todo. Llamaré a Amber y sus padres para que mañana mismo puedas ir a reconocerlo como tu hijo —se puso de pie—. Llame a un medico para que lo revise, seguramente llegue en un par de horas.

—Gracias, Ed.

Asintió, su mirada se perdio en el vacio por unos segundos antes de que suspirara—. Llama a Louis.

—Lo haré —observó al chico salir antes de murmurar:— Luego de que Shane se duerma.

Por desgracia, Shane parecia entrar y salir del sueño muy rapido. Frustrado, Harry aparto el biberon y decidio cambiar al pequeño, pensando que talvez si estaba fresco podria dormir tranquilo. Estuvo a punto de echarse a llorar cuando abrió el pañal y se encontró con todas las pequeñas llagas que adornaban la palida piel.

—Dios, mierda, jodida perra —gruño, buscando la crema que habia comprado en caso de irritación para ponerle. Miró el rostro lloroso desprovisto de lagrimas de Shane, lo cual tampoco era bueno, e intento calmarse y se inclinó para dejar un beso en su frente—. Esta bien, cariño, no voy a dejar que esos deshechos de la naturaleza vuelvan a tocarte. Seré el mejor padre del mundo, prometo que voy a amarte mucho y jamás te hará falta nada.

Shane detuvo su llanto un poco, un puchero aun en sus labios cuando alcanzo el rostro de Harry con una de sus manitos. El rizado sonrió, besando la palma de la misma antes de secarse una lagrima rebelde de su mejilla.

Como Ed habia prometido, el doctor llegó poco despues y reviso a Shane. El hombre era bastante mayor, con el cabello blanco y sonrisa amable. No le dijo mucho más de lo que Harry ya sabia. Nadie habia cuidado adecuadamente del pequeño, tenia principios de desnutrición y deshidratación, además de que al parecer las llagas eran porque nadie le habia cambiado el pañal hasta que estaba totalmente cargado. Por lo que dijo el medico, el pequeño podria haber pasado sucio varios dias y nadie se preocupo por cambiarlo.

Para cuando el hombre se fue, Harry estaba tan enojado que hubiese masticado piedras sin problema. Observando la pequeña forma acurrucada en el centro de la cama, se dijo a si mismo que lo haria mejor. Shane se merecia algo mejor, no iba a arruinar esto.

Pero tampoco iba a perder a Louis, esperaba no tener que renunciar a alguno de ellos porque seguramente, se quedaria con su hijo.

Marcando el numero del ojiazul, espero por un momento, gruñendo cuando el contestador le respondio—. Hey, Lou —saludo—. Supongo que no estas en casa. Te llamaba para saber como estabas y decirte qu todo esta bien por aquí, volveré en un par de días y... no vuelvo solo. Tengo que contarte algo muy importante y aunque me gustaria hablarlo contigo personalmente, temo que te enojes si espero tanto. Te prometo que no es nada malo.... solo, llamame cuando escuches esto, ¿si?

Shane se revolvió en la cama por un momento y a Harry se le detuvo el corazón por un momento cuando los ojos del niño se dirigieron a él y una sola palabra escapó en medio de un sollozo—. ¡Pa-pá!

—Llamame, Lou —cortó la llamada y se trepo sobre la cama, tirando a Shane contra su pecho—. Papá esta aquí, Shane.

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