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07. Perfecto.

 —Necesito que vengas por ella ahora, Louis, no dentro de una hora cuando tengas tiempo.

La voz de Emma habia subido una octava en las últimas palabras, su voz chillona penetrando en la cabeza de Louis y logrando provocarle el comienzo de una jaqueca. Dios, esa era una de las cosas que nunca extrañaria de la chica. Se sentia como si estuviese peleando con una sirena en pleno canto ya que su voz solia hacerse muy aguda cuando se enojaba, tanto que seguramente podria romper copas con un solo grito.

Cerrando los ojos, soltó un suspiro y murmuro una respuesta:— Estaré allí en quince minutos, ¿bien?

—Quince minutos y contando, Louis —su voz era todo amenaza—. Por suerte el chico con el que van a fotografiarme es un verdadero amor y se ofreció a esperar todo lo necesario para que encontrara alguien que cuidara de Ginger. No voy a abusar de su bondad, mueve tu culo de araña tapera hacia aquí ahora.

Dicho eso, la línea quedo en silencio. Louis rodó los ojos al darse cuenta de que su ex esposa le habia cortado el telefono, seguramente para darle más drama a su amenaza. Lo peor era que aun sin que lo hubiese dicho directamente, sabia de sobra que Emma era capaz de hacerle cosas verdaderamente malas si se enojaba con él. Como esa vez que habia quemado todas sus camisetas luego de que se enojara con él por no haber arreglado la gotera del grifo en la cocina. Louis tuvo que ir a comprarse camisas con el torso desnudo y Emma contrato un plomero.

Apagando el televisor, se puso de pie y miró hacia abajo. Llevaba unos holgados pantalones de chandal grises y una vieja y agujereada camiseta negra de Nirvana que le habia robado a Niall hacia años. Se encogio de hombros, era su dia libre y no tenia pensado cambiarse de ropa, además de que sabia que a Ginger no le iba a importar como se veia, su bebé lo amaba sin importar que se viera como un vagabundo con hambre.

Tomando las llaves de su auto, las giró en su dedo y se apresuró fuera del departamento. Los niños que vivian en la puerta contigua a la suya, lo siguieron hasta el ascensor a base de golpes con sus espadas de juguete. Habia veces que Louis en realidad tenia ganas de atarlos juntos y dejarselos con un moño al leon del zoologico cercano. Esos dos niños no podian tener más de cinco y siete años pero eran peor que una manada completa de lobos. Siempre estaban al acecho de su nueva victima para golpearla con el juguete de la semana. Louis les enseño la lengua de forma infantil cuando las puertas comenzaron a cerrarse, ambos niños arrugaron sus naricitas, una promesa de venganza en sus ojos.

Riendo entre dientes, sacó su celular y busco entre sus contactos, su mano vaciló sobre el numero de Harry que Niall le habia dado. Estuvo tentado en llamarlo su dedo quedo suspendido sobre la tecla de llamar pero en el momento que iba a apretar la tecla, una llamada entrante apareció en la pantalla. El numero era desconocido por lo que encogiendose de hombros, atendió y lo llevo a su oido.

—Louis Tomlinson —respondió.

—Hola, Lou —una voz cantaria chilló desde el otro lado antes de quedarse en silencio por un momento—. Puedo decirte "Lou", ¿verdad?

Louis sonrió—. Si, Zayn, puedes decirme así.

—Oh bien, gracias —susurró—. Yo te llamaba para invitarte a una fiesta que estamos organizando para este fin de semana, será en nuestra casa y queria saber si puedes asistir.

—Estaré cuidando a mi hija el fin de semana, lo siento.

—¡Traela! —chilló con emoción—. No se pondra loco, lo prometo. Solo será una fiesta pequeña entre amigos.

Saliendo del ascensor, se mordisqueo el labio un momento pensando en la posibilidad de ver a Harry. Estaba siendo tan patetico pero tenia la esperanza que si se esforzaba lo suficiente, lograria enamorar de nuevo a Harry. Sabia que con el rizado a su lado, las cosas finalmente se arreglarian para él.

—Esta bien —contestó luego de pensarlo—. Iré por un momento, ¿si?

—¡Genial! —Louis podia ver al chico saltando en sus pies en su imaginación cuando contesto. Prometiendole enviarle un mensaje con su dirección y la hora de la fiesta, el moreno se despidio.

Arrojando su celular al asiento del acompañante, Louis se subio detrás del volante y metio la llave en el encendido. Mientras sacaba el auto del estacionamiento, su mente volvía al hecho de que volveria a ver a Harry el fin de semana. La imagen que habia obtenido del chico en la cafeteria no habia sido suficiente aunque con esa mirada rapida podia decir a ciencia cierta que Harry ya no era el mismo niño que se habia ido.

Habia estado llevando una camisa suelta y desprendida en el pecho, dejando ver varios tatuajes que no habian estado allí la última vez. Sus jeans eran más justos ahora, moldeando sus largas piernas que eran similares a las de una chica. Su cabello habia crecido y ahora caia en ondas de chocolate sobre sus hombros de forma perfecta aunque se notaba que no se habia esforzado mucho por arreglarlas. Aun así, se veia malditamente sexy. De todas esas cosas, lo que más habian cambiado eran sus ojos. Lo que antes era un verde alegre y burlon, ahora parecia cansado y demasiado golpeado por la vida. Era extraño como una sola mirada podia decirte tanto de una persona pero Louis habia leido perfectamente lo atormentado que Harry estaba con una simple mirada.

Por un momento Louis se pregunto si la vida de excesos que el chico llevaba estaba cobrandole factura pero a decir verdad, él no podia asegurar eso. Él se destacabs en su trabajo pero siendo solo un simple reportero de deportes para un diario local, no tenia demasiadas fans a decir verdad. Él solo era el tipo que les decia de forma bonita que su equipo habia sido aplastado en el último enfrentamiento o habia ganado de forma increible. Si, no tenia demasiados seguidores de su trabajo pero ganaba bien y eso estaba bien para él.

Encendiendo la radio, se concentro en la letra ociosa de alguna canción que ya comenzaba a aburrir al mundo y quito los pensamientos de Harry. Tendria tiempo de preocuparse por él cuando lo viera, además de que podia aprovechar a Zayn para averiguar más sobre el rizado. Podia ver con facilidad que el moreno era lo suficientemente inocente y bondadoso para ayudarlo a recuperar al ojiverde y utilizaria eso a su favor todo lo que pudiese.

Para cuando llegó frente al hotel donde tenia lugar la sesión de fotos, estaba tarareando la canción de la radio pero sus pensamientos seguian en el rizado. Tal vez realmente necesitaba un maldito psicologo. Se hizo una nota mental de preguntarle a Niall por alguno de buena reputación mientras cruzaba el lobby del hotel y se metia en el ascensor, marcando el piso que Emma le habia indicado.

Bien, debia ser sincero consigo mismo, ningun psicologo podia sacar a Harry de su mente ni aunque lo medicara. Él lo queria y haria cualquier cosa para recuperarlo.

—Diez minutos tarde. —siseo Emma cuando lo vio salir del ascensor.

Ella se veia increible de pie en la puerta de una de las habitaciones, aun cuando tenia el ceño fruncido. Un vestido corto de un tono rojo neon se pegaba a su delgado cuerpo como una segunda piel mientras que los altos tacones blancos le hacian unas piernas kilometricas. Emma era hermosa y mientras la miraba, Louis se maldijo internamente por haberla encadenado a él por esos tres años. Ella se merecia algo mucho mejor.

Llegando a ella, le dio su mejor sonrisa compradora—. Te ves hermosa.

La pelirroja bufó—. Si, eso ya no funciona, bomboncito de cianuro —aseguró antes de apuntarlo con una de sus muy esculpidas uñas blancas—. Estas en problemas.

—Lo siento, mamá, no volveré a hacerlo. —se disculpo con su mejor voz de niño, haciendo ojos de cachorro.

Le dedico una sonrisa tonta que le dijo que habia cedido un poco, más aun cuando cambio de tema—. ¿Por qué tardaste tanto?

—Trafico y pensamientos —hizo un gesto hacia su cabeza, quitandole importancia—. Lo siento.

—Esta bien, de igual manera aun faltaba que nos vistieramos y maquillaramos.

—¿Donde esta mi niña? —preguntó, mirando a todos lados.

Emma le dedico una sonrisa cariñosa—. Nuestra pequeña acaba de robar su primer corazón, y de un modelo nada menos.

—Hey, es muy pequeña para ese tipo de cosas —entró rapidamente en modo padre guardabosques. Su ceño se frunció mientras hacia una mueca—. ¿Donde esta el primer tipo que debo espantar?

Riendo entre dientes, Emma le hizo una seña para que entrara y cerró la puerta detrás de él. La habitación habia sido convertida en un pequeño estudio, como muchos que habia visto antes, cuando habia acompañado a Emma a sus sesiones. Habia camaras y luces por todos lados, apuntando a un punto unico. La cama habia sido corrida a un lado y en su lugar habia colocado una gran pantalla blanca y lo que parecia ser una alfombra del mismo color al frente. Eso no fue lo que hizo que Louis se detuviera de golpe. No, fue la escena que estaba tomando lugar sobre la alfombra la que lo tenia embelesado.

Harry estaba sentado al estilo buda en la mullida alfombra. Llevaba unos jeans oscuros apretados a sus piernas con algunos agujeros en la tela que le daban un aspecto más desprolijo. La camisa bordo se aferraba a sus brazos, estaba doblada hasta sus codos y abierta, dejando ver su pecho completamente. Su rizado cabello caia sobre su rostro mientras le dedicaba una enorme sonrisa con hoyuelos a su hija. La pequeña vestia un vestido rojo con flores que extrañamente combinaba con Harry, al igual que la sonrisa de encias que estaba devolviendole al chico. La imagen era simplemente perfecta.

—¿No crees que nuestra pequeña tiene buen gusto? —pregunto Emma, deteniendose a su lado—. Joder, ella ha estado pegada a él desde que llegamos y ni siquiera se ha quejado por una vez, pensé que para este momento seria una bola de llanto incesante pero lo único que hace es sonreirle.

Louis asintió a medias, aun embobado con la imagen antes de que finalmente comenzara a acercarse a ellos. Una sonrisa se extendió por sus labios cuando estuvo lo suficientemente cerca y logró escuchar la endulzada voz de Harry, murmurandole palabras bonitas a su hija:— Eres una cosita hermosa, ¿sabes? Con esos ojos hermosos y ese pelo precioso, vas a tener a todos de rodillas cuando crezcas, ¿verdad? Serás una rompecorazones —beso su nariz, sacando una risa de su hija—. Oh si, serás un gran problema, ya robaste mi corazón, ¿lo sabes? Eres un amor.

—Estoy muy seguro de que sacó la belleza de su madre.

El rizado dio un salto sorprendido antes de posar sus ojos en Louis, una mueca deslizandose en su rostro antes de volver a mirar a la niña—. Si tu lo dices. —murmuro, poniendose de pie con cuidado—. Supongo que viniste por Ginger, Emma dijo que vendrias a recojerla.

—Si, ya estaba comenzando a extrañarla.

Harry sonrió un momento, el gesto enteramente dedicado a la pequeña y Louis se dio un golpe mental cuando sintió los celos golpearlo. ¿En serio sentiria celos por su propia hija? Joder, estaba malditamente mal mentalmente. No podia sentir ese tipo de cosas pero él en verdad queria una de esas sonrisas dirigida a él. Se mordió el labio con fuerza al darse cuenta de que habia tenido muchas de ellas hace tres años y las habia dejado pasar sin prestarles atención. Pensar en ello hizo que se obligara a prometerse prestar más atención a ese tipo de cosas para no volver a darlas por sentadas.

—Adios, princesita —Harry dejo un sonoro beso en la mejilla de Ginger—. Nos volveremos a ver, ¿si? Estoy seguro de que nos encontraremos de nuevo.

—A decir verdad, Zayn me llamo para invitarme a la fiesta que harán el fin de semana —Louis intentó llamar su atención, recibiendo una mirada curiosa del chico—. Llevaré a Ginger, ¿estarás allí?

—Seria un poco dificil que falte a ella cuando vivo en la casa donde se organizara —bromeo. Dandole una última mirada a la bebé, finalmente se resigno y se la entrego a Louis—. Nos vemos el domingo, pequeña. —Harry levantó la mirada hacia Louis, sus orbes lo miraron intensamente y por un momento, Louis volvió a ver al Harry de tres años allí, esperaba ver la sonrisa de siempre pero Harry solo hizo una mueca antes de dar un paso atrás—. Nos vemos, Louis.

Antes de que pudiese decir nada, el rizado se alejo en dirección al sector de maquillaje, dejandolo de pie allí con la pequeña acurrucada en sus brazos. Louis gritó por dentro, esto era injusto, él solo habia querido hacer lo correcto, no era justo... no era...

—Es él, ¿verdad? —Emma se detuvo a su lado, mirando hacia donde Harry estaba siendo maquillado con curiosidad. Louis la miró con confusión cuando ella dirigio sus ojos verdes hacia él—. ¿Él es el chico del que me contaste, del que estas enamorado?

—Si. —confesó.

Ella lo miró un segundo antes de soltar un suspiro—. Estas jodido, Louis.

Louis casi suelta una risa al darse cuenta de que esa era la segunda vez que se lo decian y la verdad, comenzaba a pensar que era de esa manera. Pero tampoco iba a rendirse, menos ahora que sabia que Harry habia aceptado a su pequeña hija con tanto amor. No habia forma de que renunciara al rizado nuevamente, él era todo lo que siempre habia querido y estaria jodido realmente si dejaba que se fuera nuevamente. 

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