Estábamos a mitad de la segunda semana, era miércoles. En estos últimos días he visto a Tom algo nervioso, cada vez que le preguntaba si estaba bien me salía con alguna tontería.

Estaba terminando de arreglarme para ir al cine con Tom cuando escuche el timbre. Era algo temprano para Tom, pero tal vez estaba demasiado ansioso, salí de mi habitación para ir a abrir la puerta. Me quede demasiado sorprendida al ver a Nate en mi puerta, baje la mirada y vi que en su mano tenía una rosa de color rosa.

—Nate—murmuré su nombre.

—Ammm... ¿puedo pasar?

—Ah... claro, claro, pasa—me hice a un lado y lo dejé entrar, él me dio la rosa y le agradecí. Le ofrecí asiento y él se sentó en el sofá y yo en el sillón frente a él.

—Iré al grano, bueno, vine a pedirte perdón por lo del beso y... tu mano, no te sientas culpable por nada de lo que dije, solo quiero seguir siendo amigos, sé que él es a quien amas y... tú felicidad es la mía. Además... el domingo me voy a Madrid y vine a despedirme.

Eran tantas cosas las que dijo Nate que me quede un minuto callada viéndolo como idiota mientras procesaba todo.

—Ah... no te preocupes y... maldición, voy a extrañarte, al menos estaremos más cerca ¿no? —Suspiré pesadamente, sé que esta era mi semana con Tom, pero Nate se iba y quién sabe cuándo lo volvería a ver, necesitaba pasar tiempo con él, aunque a Tom le pesara— ¿tienes algo que hacer hoy?

—No.

—Ven con nosotros al cine.

—¿Nosotras?

—Sí, Tom y yo—le sonreí y Nate hizo una mueca de desagrado.

—No creo que él quiera.

—Vamos, solo nos quedan pocos días juntos, hay que pasarlo juntos.

—Está bien.

En aquel momento tocaron el timbre, me levante para abrir y Tom entro a la casa dándome un dulce beso en los labios, Tom giró su vista a la sala y sus facciones se oscurecieron, como si el mismísimo Loki estuviera ahí.

—¡¿Qué haces tú aquí?! —Tom se iba a lanzar sobre Nate y me interpuse en su camino.

—Tom, Tom. Tranquilo, se vino a disculpar y a decirme que se irá a España.

—Bueno si ya terminaste, lárgate de aquí—dijo Tom viendo a Nate con una mirada amenazadora.

—Tom necesitamos hablar en la cocina. —le dije.

—Pero...—lo interrumpí.

—¡Ahora! —levante la voz sintiéndome exasperada.

Tom le dio una mirada asesina a Nate y se dirigió a la cocina, camine detrás de él y Nate se quedó esperando en la sala.

—Tom, sé que te molesta lo que Nate hizo, pero él es un amigo muy importante.

—Pero si tú nunca te hubieras ido, nunca lo hubieras conocido.

—Por favor Tom, no seas tan enfermizamente celoso, déjame tener amigos que por primera vez no sean tu primo o tus amigos. Por favor, Thomas, él se va el domingo, déjame pasar unos cuantos días con él.

—Bien—ese "bien" fue más como un gruñido que yo interpreté como "bien".

Le di un pequeño beso en los labios a Tom y me giré para ir con Nate a la sala, me dolió mucho al ver que él se había ido, solo había una hoja en el sofá, la tomé y leí la nota que él dejó: "Andrea. Lamento irme sin despedirme, solo no quería causarte más problemas. Espero que siga en pie lo de salir, aunque sea solo nosotros, espero tu llamada. Te amo. Nate." Suspiré pesadamente, de seguro él me escucho discutir con Tom, doblé la nota y la guardé en mi pantalón, me sentí mal por haber hecho sentir mal a Nate, él siempre que bueno conmigo y así le estoy pagando, me siento terrible, comencé a llorar y Tom me abrazó la espalda.

—¿Por qué lloras?

—Por haber hecho sentir mal a Nate cuando él siempre fue tierno y dulce conmigo, tengo que hablarle.

—¡No!

—¿Qué? —voltee a verlo con el ceño fruncido.

—Déjalo que se calme—dijo mientras acariciaba mis hombros—mientras tú y yo nos vamos al cine.

—¡No! Tengo que arreglar las cosas con Nate, mira nos vamos a ir todos, el domingo, podemos pasar juntos el sábado.

—¡No!

—¿Por qué no?

—El sábado tenía algo especial para nosotros—dijo Tom bajando la mirada.

—Tom ¿puedes cambiarlo para el viernes?

—Está bien—murmuró.

—Tom, deja de ser enfermizamente celoso con Nate, tú sabes que a ti te amo más que a nadie en este mundo.

Puse mi mano en su mejilla, con las yemas de mis dedos acaricié delicadamente su mejilla, lo miré a los ojos intentando darle a entender con una simple mirada, que él era todo para mí y que lo amaba con todo mi corazón. Tom tomó mi rostro y besó mis labios con amor y desesperación. Enredé mis brazos en su cuello mientras correspondía el beso de la misma manera, sentí que lagrimas corrían por mis mejillas. Cuando nos separamos también vi que él estaba llorando, ambos nos miramos a los ojos y pude ver su miedo como sé que él pudo ver el mío.

—Jamás he tenido tanto miedo, ni siquiera tuve miedo cuando pensé que mi sueño de ser actor no se cumpliría. Ningún miedo se compra con el miedo que siento ahora, siento que cerrare los ojos y tú ya no estarás aquí, es que, si te fuiste y me dejaste amándome, no me imagino que pasaría si me dejaras por él. Eres la chica que tanto he esperado, déjame saber que estarás aquí, porque no tengo miedo de caer si eres tú quien me atrapa, déjame saber que estarás aquí cuando pierda todo y me harás ver que algunas veces está bien caer.

—Te amo, te amo, sé que todo esto que hemos vivido no es en vano, a veces me alegro que la felicidad no encuentre su final. Algo cambio en mi interior todas mis esperanzas se están cumpliendo.

Después de una larga platica entre Tom y yo, le hable a Nate porteléfono, los tres iríamos al cine el sábado y el domingo nos despediríamos enel aeropuerto.