Capítulo 11
No podría lastimarte

Tina sería trasladada a su país para su funeral, todos en la universidad no dejan de hablar sobre su muerte y me duele cada día más, ella era mi mejor amiga, la quería más de lo que podía contar. La policía cree que el asesino es alguien cercano a Tina, dijeron que al ser extranjera podía estar en malos pasos, algo que me pareció absurdo pues nadie era tan buena como ella. En los primeros días entrevistaron a la mayoría de la universidad incluyendo a los profesores, mis padres no podían creer su muerte como yo.

Nadie puede creerlo.

El salón está llenándose como siempre, todavía la mayoría de los asientos están vacíos, voy a mi puesto de siempre mirando a mi derecha donde Tina solía sentarse, es inevitable pensar en ella y no sentir ganas de llorar. Dejo mi bolso sobre mi mesa revisándolo, mientras estoy sacando mi libreta con un lápiz alguien deposita un vaso con el logo de una cafetería, la reconozco porque la he visto. El vaso tiene una tapa color marrón, levanto la mirada encontrando a Tae con una pequeña sonrisa, su cabello cubre un poco sus ojos.

—Buenos días.

Nuestro contacto se ha vuelto nulo, mucho más ahora que mi amiga no está. Ni siquiera he hablado con Hoseok, me he sentido realmente mal.

—Buenos días.

—No debería preguntar esto, pero... ¿Cómo te sientes? —acomoda el bolso en su hombro.

Ante esa pregunta mis ojos contienen las lágrimas. Siento un nudo en mi garganta, TaeHyung me ofrece su mano, sabe que quiero salir del salón. Acepto dejando mis cosas en el asiento, salimos del salón dirigiéndonos al balcón del segundo piso. Está vacío a esta hora, una vez estamos solos acabo llorando sin evitarlo, el chico me abraza y me aferro a él.

—La extraño mucho, TaeHyung—digo entre sollozos.

—Lo siento mucho, DaHee—acaricia mi espalda.

Sigo llorando sin poder controlarlo, tengo derecho a llorar su muerte. Tae no me suelta, me deja sollozar en su pecho y una vez logro calmarme seco mis mejillas separándome.

—Acabo de mojar tu camisa.

—No importa, ¿Te sientes mejor?

—Estaría mejor si ella estuviera aquí—hago un puchero.

—No la conocí lo suficiente, pero sé que no le gustaría verte así—acaricia mis mejillas. Los ojos del chico me miran con ternura—La policía encontrará al culpable, ¿Sí?

—Espero que lo hagan y se pudra en la cárcel—retrocedo. Tanta cercanía me sigue incomodando—Tina era buena con todos, el resto era cruel con ella, es que...—niego con la cabeza—Sigo sin creer que ya no está, sus padres...—recuerdo la última conversación que tuve con ellos.

—¿Ellos te conocen?

—Sí. Hablábamos poco, fue tan doloroso escuchar a su madre—bajo la vista—Siento que todos me tienen lástima por haber sido su amiga.

—No es así.

—Lo es.

—No estoy aquí porque te tengo lástima—coloca su mano en mi barbilla haciéndome subir el rostro. De nuevo sus ojos son tiernos—Estoy aquí porque me importas, ¿Lo olvidas?

—No creo que sea un buen momento.

—Al contrario, si te sientes mal quiero estar allí para curar cualquier dolor—acaricia mi mejilla—Quiero que confíes en mí y cuentes conmigo para cualquier cosa, DaHee—sonríe un poco. Deposita un beso en mi frente que me hace sentir un extraño calor en mis mejillas— ¿Puedes tomarme en cuenta?

—No lo sé.

—DaHee, sabes que me importas, no te lastimaría. No podría hacerlo—susurra acercándose más. No sé si tal vez sea el dolor de haber perdido a Tina, pero quiero que me abrace de nuevo.

—¿Puedo pedirte una cosa?

—Lo que sea—me mira con atención.

—Abrázame y no me sueltes—mi voz flaquea. Sonríe de lado obedeciendo, esta vez mis manos se aferran con más fuerza a su camisa.

▪︎▪︎▪︎

—Piénsalo, ¿Sí?, nos ayudará a distraernos—dice Hoseok del otro lado del teléfono.

—No tengo ganas de ver una película, Hobi.

—Entonces simplemente caminemos por la playa.

—No recuerdo la última vez que fui a una.

—Vayamos este fin de semana, incluso podemos invitar a nuestros padres, los míos siempre preguntan por ti—sonrío un poco moviéndome por la habitación preparando algunas cosas para mañana y también preparándome para dormir. La llamada está en alta voz.

—Voy a pensarlo.

—DaHee.

—Debo ir a dormir, estoy cansada.

—No decaigas, ¿Sí?, Tina no hubiera querido eso para ti ni para nadie.

Tomo una bocanada de aire recordando las palabras de TaeHyung, mi vista se va al oso en mi cama, debo admitir que fue muy comprensivo y dulce conmigo en todo el día, me acompañó al trabajo y esperó por mí llevándome a cenar algo, esperando un taxi me invitó algo caliente. Luego de ese latte me sentí más cansada.

—Deberíamos invitar a TaeHyung.

—¿Qué? —puedo imaginar su rostro atónito— ¿Qué dijiste?

—Sólo digo que podemos invitar a Tae.

—A Tina no le agradaba.

—Pero a mí me agrada—me acerco al oso acariciando una de sus orejas—Ha sido bueno conmigo.

—Apenas y le gusta socializar, necesitamos levantarnos el ánimo, no deprimirnos más.

—Dale una oportunidad. Invitémoslo, ¿Sí?

—Significa que irás.

Rodeo los ojos.

—Iré.

▪︎▪︎▪︎

Entreabro mis ojos sintiéndome desorientada y un poco mareada, quiero moverme sin tener éxito, mi cuerpo no responde. Vuelvo a abrir los ojos encontrando todo oscuro, algo está acariciando mi cabello, puedo sentirlo con claridad.

Deposita un beso en mi frente y lo escucho susurrar:

—Pronto estaremos juntos.

Esa voz es de Kim TaeHyung.