Capítulo-6 [Editado]
Salgo jadeando cuando un grito desgarrador se escucha desde la profundidad del bosque. Miro a todos lados buscando quien o que provoco ese sonido. Nado hasta la orilla para caminar, me cuesta un poco pero lo consigo, me ayudo de los troncos para seguir el recorrido.
Otro grito.
Más fuerte que el anterior, más desgarrador.
No imagino lo que deben de estar haciéndole a ese chico o chica para gritar de esa manera.
Me giro en alerta cuando siento ramas rompiéndose detrás de mí. Hay una chica de pelo rubio y largo hasta su cintura que me mira como si fuera su presa.
— Hola, estoy perdida ¿podrías decirme donde queda un río por esta zona?— sabe mentir a la perfección pero la sangre que corre de sus manos la delata.
La miro a los ojos y son de color rojo como los de Derek, se da cuenta de que sé que está mintiendo y su sonrisa maliciosa se ancha.
No le temo, estoy entrenada para pelear en cualquier ocasión, es lo único que le agradezco a mis padres.
La chica corre a una velocidad inhumana y apenas me da tiempo a esquivar su ataque.
Me toma del cuello y me tira a un árbol que está a unos doce metros.
Me encorvo en el suelo por el golpe, me duele la columna. Trato de pararme y lo consigo con un poco de dificultad.
No sé que sea esta cosa pero humana no creo, alguien normal no puede tener tanta fuerza.
La miro con una sonrisa y tiro una daga que tomé cuando me tiró, trata de esquivarla pero se le hizo tarde, se le encaja en el hombro y su grito es música para mis oídos.
Corro en la dirección contrataría del río y la siento seguirme. Esta cerca de mí, lo sé, pero no paro de correr.
Caigo al piso de golpe cuando me alcanza. Me giro dándole la cara y golpeó con el puño su rostro, su sangre corre por su labio. No me asusta, lo que lo hace en realidad es el color de esta.
Negra, sangre negra.
Forzajeo con ella por su agarre en mi cuello que me corta la respiración poco a poco, quiero morir pero no a manos de otra persona.
Sonríe y deja sus dientes a la vista pero lo que llama mi atención son los colmillos afilados que posee.
Acerca su boca a mi cuello y el miedo crece en mí, aunque si esta es mi muerte la recibo con gusto.
Sus colmillos se clavan en el hueco de mi cuello y es imposible contener un grito, el dolor es insoportable. Mis párpados pesan y siento la sangre de mi cuerpo abandonarlo, es raro.
Con brusquedad salen sus colmillos de mi cuerpo y siento a alguien tocar mi cara pero no tengo fuerzas para abrir mis ojos.
— Vanesa.— la voz enfadada de Derek y la sorpresa de que este aquí hace que lo mire con alivio. Tiene a la tal Vanesa por el cuello y de un movimiento que apenas logre ver arranca su cabeza y la sangre lo baña.
Su mirada preocupada es lo último que veo antes de desmayarme.
— No lo haré y punto.— su voz me despierta de sobresalto.
Derek coloca sus manos en mis mejillas logrando trasmitir esa calma que lo caracteriza. Sonríe y deposita un beso en mi frente.
— ¿Estás mejor?— asiento— ¿necesitas algo?— pregunta neutral pero en el fondo de su voz puedo percatarme de su preocupación.
— Agua— logro decir. La garganta me arde y mi boca seca apenas me deja hablar.
Se aleja de mí y sale de la habitación que es bastante linda. Quito las sábanas que me cubren y trato de pararme pero no lo consigo y caigo al suelo, la chica peli negra con la cual estaba hablando me mira con desdén como si quisiera matarme.
Sale de la habitación dejándome en el piso, trato de pararme pero las piernas me fallan y vuelvo a caer.
Unos segundos después entra Derek y me ayuda a pararme, no me pregunta como es que termine ahí, pero realmente no me molesta.
Me tiende el vaso con agua y lo bebo todo de un trago.
— ¿Qué es esto?— le pregunto cuando siento un enorme placer al beber ese líquido que definitivamente no es agua.
— Sangre— responde como si eso fuera lo más común del mundo.
— ¿Qué? ¿Cómo me vas a dar un vaso con puta sangre? estas demente— no me lo creo me dio a beber sangre y me gustó.
Esto está mal, me siento mal.
— Derek, la cabeza me da vueltas.
La habitación se desvanece poco a poco y se va formando un escenario en el cual predomina el rojo. Hay una chica mordiendo a un niño de unos trece años, la vida poco a poco abandona sus ojos que miran con terror a todos lados.
La chica lo suelta y el niño hace un ruido seco al caer contra el piso. Va hacia una niña que mira a todos lados esperando ser salvada.
Camino acercándome a la pequeña. Mis piernas se mueven por sí solas, no tengo control sobre mi cuerpo.
Del brazo de la pequeña salen gotas de sangre, y me lleno de un intenso deseo de beberla.
Me quedo más tiempo mirando su herida y la chica se asusta y retrocede.
La agarro para que no escape— ¿Cómo te llamas?— le pregunto acariciando con mis dedos ensangrentados su mejilla.
— Laura— dice temblando por el miedo que le provoco y eso solo aumenta mis ganas de arrebatar su vida.
Dejó un beso en su mejilla y encajó mis colmillos en su cuello.
Su cuerpo se retuerce y con sus manitas trata de liberarse de mi agarre. Los espasmos de su cuerpo llegan y la siento soltarme. Me doy cuenta de que muere y la dejo caer.
Miro alrededor y hay cuerpos inertes por todos lados. Estamos en una gran casa, que por haber tantos niños supongo que debe ser un orfanato.
— Sherlyn, Sherlyn, ¡Sherlyn!— miro a Derek que se ve preocupado—. ¿Estás bien?— asiento mientras pienso en que fue ese sueño—, ¿Qué te pasó?— me encojo de hombros sin mirarlo—. Dime— su voz se vuelve ruda y no quiero provocar más problemas para mí.
— Tuve algo así como una alucinación. Había una chica bebiendo la sangre de un niño, luego se acercó a una niñita y yo también lo hice. Solo que no era yo, no controlaba mi cuerpo. La niña estaba herida— tragó con fuerza— su sangre me volvió loca y quise beberla así que lo hice y fue una de las mejores sensaciones que he tenido.
Derek me mira molesto y no se porque conmigo si no he hecho nada.
— ¿Eso pasó en realidad?— niego rápidamente. Eso no ha pasado en ningún momento, nunca me ha gustado la sangre ni he ido a un orfanato
— Carajo, quédate aquí.
Se desaparece de mi vista. Mi mente trabaja a mil. Me gusta la sangre, una chica me mordió, Derek tiene súper fuerza y además se teletransporta.
Es algo sobrenatural ¿pero qué?
Pienso en Derek, trato de imaginarme a su lado y levanto las manos a la altura de mis pechos.
Abro mis ojos pero sigo en el mismo lugar.
Pienso nuevamente pero ahora moviéndome a su lado, tocándolo y besándolo.
Hay un silencio enorme que me alarma. Abro mis ojos con miedo de lo que pueda encontrarme, pero definitivamente no era esto.
Varios hombres me miran de pies a cabeza con lujuria, entre ellos Derek, me sonrojo por tantas miradas y los chicos guapos que lo hacen.
Hay uno en específico pero no lo hace como los demás más bien me mira con curiosidad. Pelirrojo como yo y ojos verdes como los míos. Podría decir que somos hermanos pero que yo sepa soy hija única.
Derek se abalanza sobre mi tapando mi cuerpo, y es así cómo caigo en cuenta de que solo llevo mis bragas de encaje.
Siento el calor en mis mejillas y seguramente no me había puesto tan roja desde años.
— Demonios.
Me lleva a tropezones a la cocina con cuidado de que nadie me vea.
— ¿Cómo llegaste aquí?— estoy segura de que sabe la respuesta pero quiere que sea yo quien la diga.
— No sé— miento.
— Ya claro y mis siglos en esta tierra son en vano— lo miro con cara "¿qué mierda dijiste?" Parece caer en cuenta de lo que dijo—. Es una forma de decir— y cree él que voy a caer ahí—. Ahora dime ¿cómo mierda llegaste aquí?
— Ajá claro. Estaba aburrida en la habitación así que te imaginé, cerré los ojos y levanté las manos hasta la altura de los pechos y ya, cuando abrí los ojos mis manos soltaron chispas pero seguía en el mismo lugar. Lo volví a intentar pero con más fuerza y luego estaba acá abajo.
Bufó.
— No lo vuelvas a hacer— y este quién se cree ni que fuera alguien para regañarme—. No quiero que nadie te vea, ¿entendido? Si lo vuelves a hacer le voy a sacar los ojos uno por uno a esos idiotas. ¿Entendiste?.
— Sí, eso y más. Pero ahora bésame— se acerca como un depredador a su presa cuando está hambriento. Miro sus labios y con lentitud levanto la mirada a sus ojos, utilizando la técnica del triángulo—. Bésame— suave y sensual. Atrapa mi labio inferior y juguetea con él como si la vida se le fuera en ello, no pierdo tiempo y ataco esos carnosos labios que me vuelven loca. Aprieta mi culo y suelto un gemido. Se despega de mí y me mira con malicia, deja un pico en mis labios y se va.
— Maldito.
Ja, pero yo soy peor que tú.
Me siento en la encimera y abro las piernas, me apoyo en un codo. Escabullo mis dedos por las bragitas, llevo mi mano a mis pliegues y los acaricio. Suelto un gemido cuando entierro mis dedos en mi interior y me bombardeo, con el pulgar acaricio mi hinchado clítoris y me deleito con la sensación.
Entro y salgo pensando en Derek y que es él quien me hace llegar.
Grito de placer cuando siento el nudo formarse en mi vagina con rapidez.
Aprieto las piernas mientras mis paredes vaginales se contraen por sí solas. Gimo fuerte. Cuando puedo reaccionar de nuevo me acuesto de piernas abiertas en la encimera.
Unos segundos después siento la puerta abrirse de un portazo. No lo miro pero su colonia masculina llega a mí, llevo mis dedos a mi boca y los chupo probando mi sabor.
Escucho un gruñido de su parte y como sus zapatos resuenan por todo el lugar cuando pisa fuerte.
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