🔪Capítulo 8 🔪
"Que no sepan dónde duele, para que no sepan en donde herirte."
Jace King.
Aria
Me sorprendía el buen gusto de los gemelos, sabía por su manera de vestir que eran adinerados, pero no imaginé algo como esto.
Incluso la habitación de huéspedes en donde ahora me encontraba era otro nivel de elegancia.
Paredes de color blanco, una enorme cama con dosel y sábanas de satín en color negro.
Al entrar al baño quedé impresionada con su tamaño, bien podría ser una habitación aparte. Disfrute de una ducha antes de seguir curioseando los libros que estaban en la pequeña estantería en la esquina de la habitación.
Leí un poco del trabajo de Brönte, luego de llamar a Joss para avisarle que no llegaría está noche, pensé que podría preocuparse de no hacerlo, vaya sorpresa al saber que nisiquiera sé había percatado de mi ausencia.
Una hora más tarde estaba acostaba pensando en la llamada que recibí y viendo el techo hasta que escuché como abrían la puerta de la habitación y me sobresalté un poco.
Había olvidado cerrarla con seguro luego de que Kasia se despidiera.
—¡Oh, Diablos! —Se escuchó algo cayendo al suelo y luego una leve maldición.
Eso te pasa por entrometido.
Ojalá te hayas dado en el dedo chiquito del pie.
Segundos después la cama se hundió bajo el peso de un cuerpo, allí si que olvide mis burlas y me tensé de inmediato.
—Lo siento.—La voz aterciopelada de Alec rompió el silencio luego de un suspiro.
No quería hablar con él, con nadie realmente.
Estaban pasando demasiadas cosas por mi cabeza justo ahora, sumado a la llamada que recibí, las manos de Hael en mi cuello y la mirada amenazadora de Zoe.
Aún no tenía claro como iba a proceder, estaba confundida y eso me ponía nerviosa porque no tenía derecho a sentirme de esa manera.
Porque si, la presencia de ellos era desconcertante.
Me voltee quedando de espaldas a Alec y cubrí mi cara con la gruesa sábana.
—Sé que estas despierta Aria.—Resopló.—Tu respiración te delata.
¿Acaso tenía complejo de vampiro para saber eso con solo mi respiración?
—No lo estoy.—respondí de mala gana.
Alec comenzó a reír—Entonces hablas dormida, buen dato.
—Te haré cosquillas si no me miras ya mismo.
—No tengo cosquillas.—Respondí borde.
No mentía, desde pequeña nunca supe que era sentir cosquillas normales en axilas, pies o abdomen. Mi hermano Alex siempre, bueno, antes de que sucediera todo, se las ingeniaba para lograr hacerlo pero jamás lo conseguía.
Sonreí automáticamente ante el recuerdo sin que me viera el chico frente a mí y me senté en la cama.
—Ha sido un día bastante agotador Alec, no quiero hablar.—Suspiré cansada.
—Lo siento, de verdad. Lamento lo que sucedió hace unas horas.—Hablo sin tapujos.
No esperaba una disculpa por su parte, sin embargo no sería así de fácil.
Me di cuenta que se había cambiado de ropa, ahora estaba con un pantalón de pijama y sin sudadera dejando a la vista su marcado torso, el tatuaje de unos símbolos extraños que no entendía lo hacían lucir jodidamente sexy.
—¿A que te refieres exactamente?.—Logré artícular cuando pude apartar la vista de sus tatuajes.—¿El hecho de que me dejaste en la friendzone delante de todos o que hayas asesinado a alguien en mis narices.?
—Zoe... No es lo que crees, ella piensa que es algo así como mi ex.
Definitivamente el hombre que inventó el manual de excusas absurdas debería actualizarlo.
—¿Algo así?—Aguante la ganas de reír, alce una ceja y me tape de nuevo con la sábana.
—Bien, yo no he tenido una relación formal, no soy de ese tipo de chicos. ¿Recuerdas aquella vez que nos conocimos? —cuestionó mientras intentaba quitar la tela que me cubría.
—¿Recuerdas, en la oficina del director?
Como no hacerlo, si el muy metiche estaba espiando mi lectura.
—Ese día ella casi mata a golpes a una chica por acercarse a mi, solamente dije eso porque quiero cuídarte, me importas.
—Yo se cuidarme sola, gracias, pero nunca he necesitado la ayuda de nadie.—Escupí con amargura.
—Claro, pero hace horas no pensabas lo mismo.—Soltó y comenzó a reír irónicamente.
—Lo de hace horas fue algo diferente, eventualmente buscaría la forma de huir.—Rode los ojos.
Estos hombres y su falsa creencia de que las mujeres los necesitamos a ellos para todo. Ilusos.
—Lo sé, y por eso me gustas, porque no te quedas callada ante nadie.—Quito por completo la sábana.
—Yo no te gusto Alec, te gusta la novedad, soy nueva en el pueblo, todo esto cambiará cuando pasen los días.—Lo encaré.
—Quizás tengas razón, quizás no.—Se acercó a mí hasta rozar sus labios con los míos.—No te ofrezco una historia de cuentos de hadas, pero si una llena de aventuras y adrenalina.
—Yo no quiero una relación, allí estás equivocado. Además, ¿qué te hace pensar que en caso de quererla, sería contigo?.—Esta vez fue mi turno de reír.
Bien, estaba jugando con fuego, la verdad si me gustaba un poco Alec, irritante, insoportable, a veces frío y tosco, pero no podía negar que me gustaba estar cerca de él.
Pero no podía arriesgar todo un plan porque mis hormonas no se comportaban a la altura de la situación.
Además de eso, estaba D de por medio.
—Eres curiosa, sé que te gusta la adrenalina y tu respiración se acelera cuando estamos cerca.
—La curiosidad mató al gato.—Trate de desviar sus palabras.
Sentí como se tenso en su lugar de inmediato.
—¿Qué te sucede? Solo fue un chiste.—Me encogí de hombros.
—No me gustan.—Hizo cara de asco.
—Bien, otro motivo para decirte que no, porque yo los amo, buenas noches, ahora cierra la puerta y déjame dormir .—Por tercera vez me lancé en la cama, esperando que esta vez saliera de la habitación.
Afuera únicamente se escuchaba el sonido de las gotas de agua contra el techo y los árboles moviéndose frenéticamente.
—Eres tan insoportable cuando quieres.—Comenzo a reír y se acostó a mi lado.
—¿Estás loco? Si te ven aquí van a creer...—Lo observé con los ojos muy abiertos.
—Que follamos toda la noche como animales.—Hizo un gesto restando importancia.—Quizás que te tenía de rodillas sobre esta linda alfombra.—Señaló al suelo y di un respingo ante la imagen mental.—O que gemías mi nombre en cada orgasmo, eso creerían.
Lo golpee tan fuerte que casi lo saco de la cama.
—¡Suficiente, vete de aquí! —Advertí un poco desorientada ante el cosquilleo que sentí por su elección de palabras.
El muy cínico reía la ver mi rostro sonrojado y cruzó sus brazos por debajo de su cabeza.
—Sucede que no sé lidiar con el rechazo nena, siempre tengo lo que quiero, no siempre por las buenas debo admitir, pero lo importante es que lo consigo. —No borro su sonrisa en ningún momento, pero algo me decía que hablaba muy enserio.
Me estaba ... ¿ Manipulando?
—¿Eso es manipulación?—No podía creer esto.
—Tomalo como quieras, puedes aceptar salir conmigo o puedo quedarme aquí.—Golpeó la pared varias veces.—Será divertido hacerles creer que follamos.
—Oh mierda! Alec deja de hacer eso.—
Lo tome de la muñeca par evitar que siguiera golpeando la pared— Esa es la habitación de Kasia.
—Lo sé.—Sonrió de lado, orgulloso de ponerme en esta situación.
Resoplé frustrada.
—¿Entonces que dices princesa?
—Esto es jugar sucio.—Rodé los ojos e intente alejarme cuando me tomo de la cintura y de un solo movimiento me dejó a horcajadas sobre él con ambas manos en sus hombros desnudos.
Trague saliva.
—Esto si que es jugar sucio.—Movió un poco sus caderas.
Gemí automáticamente mientras lo veía directo a los ojos y me perdía en ese azul.—¿Por qué no te has bajado aún?—Hasta ese momento me di cuenta que no me estaba sosteniendo, yo podía bajar si quería.
¿Realmente era lo que quería ?
Su risa llenó el lugar y yo caí en cuenta de que no hice nada por detenerlo.
Maldito Alec
Maldito Hael
Maldito Redville
Malditos Leine
Me levanté rápido de la cama con mal humor y abrí la puerta.
—Largo de aquí Alec.—Señalé la salida.
—Hasta mañana princesa malvada.—beso mi frente y salió con una enorme sonrisa sacando un cigarrillo del bolsillo de su pantalón de pijama.
Apenas cerré la puerta me vi riendo como una idiota.
Me lo estaban poniendo más fácil de lo que creía, o eso pensaba en ese momento.
Debí tener en mente aquel consejo que Álex me daba de niña.
Si algo llega a ti demasiado fácil y sin esfuerzo, seguramente tiene una trampa oculta.
Ese es el problema con los seres humanos, recordamos los consejos que nos dan cuando ya es demasiado tarde para aplicarlos.
(...)
Al día siguiente luego de que Joss se fuera a clases comencé a investigar en mi laptop sobre el pueblo.
La verdad es que me tomé el día porque no quería lidiar con todo lo que estaba sucediendo.
Había recibido por la mañana otra llamada en la cual reinaba el silencio y eso me hacía sentir como la chica nueva del vecindario a la que sus vecinos aburridos le hacen bromas telefónicas.
Luego de revisar la conexión a internet varias veces, ya que estaba fallando, teclee en el buscador.
Redville
Me aparecieron muchos resultados, pero ninguno era el que necesitaba.
Pueblo situado en el condado de Maine, población aproximada de 3000 habitantes.
Únicamente aparecían notas poco relevantes sobre los habitantes y escuelas del lugar.
Tome mi taza de café que se encontraba sobre el escritorio y mientras veía concentrada el humo salir de la taza, me llegó una idea.
Deep web.
Me había escapado una noche con Dex a la oficina principal del edificio en donde estábamos encerrados, lo que hacíamos en ese momento, bueno ... Lo importante es que esa noche aprendí a entrar en la parte oscura de la red.
Asesinos a sueldo
Sicarios
Venta de órganos.
Desapariciones
Mutilación
Estaba sorprendida con la cantidad de información que aparecía sobre el pueblo, más aún cuando vi la foto explícita de un anuncio, con una cabeza decapitada en donde ofrecían ese tipo de trabajo.
Seguí bajando un poco más hasta que me topé con el artículo de la masacre en la escuela hace diez años.
Como únicos sobrevientes la imagen de un grupo de chicos que ya conocía muy bien.
Quizás ser los únicos sobrevientes los unió y de allí forjaron su amistad.
Todo era muy confuso.
Porque realmente nada de esto me daba una respuesta real del por qué yo estaba aqui.
Pase el resto de la tarde esperando una llamada, alguna señal de Dex, porque estaba completamente segura que era él, pero eso no sucedió.
Me quede sola en casa porque Joss salió a una cita, y puedo jurar que sentía como me observaban a cada instante, cerré bien las puertas de la casa y todas las cortinas de las ventanas antes de irme a dormir.
Esa noche vi mucho fuego en mis sueños, escuché los gritos de auxilio, sentí como el humo entraba a mis pulmones, como el olor a carne humana quemada llegaba hasta mí y en medio de la oscuridad vi claramente la risa retorcida que se marcaba en el rostro de una pequeña niña blanca como la nieve y de ojos azules.
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N/A:
Hola criaturas del mal, siento no estar tan activa, seré clara y honesta, siento que estoy a punto de entrar nuevamente en depresión.
Mis episodios de insomnio han ido en aumento y con ello los ataques de ansiedad por las noches, he escrito mucho en este libro, he tenido nuevas ideas, pero realmente no me he sentido del todo bien para subir los capítulos.
No dejaré de actualizar, de hecho, hay doble o triple, todo depende de los votos y comentarios que dejen.
¡Se viene el cumple de los gemelos!
Por allí, ya hay algunas que les dicen "los norteños" jajajajajaja
¿Será eso cierto o solo es su mente pervertida creando teorías?
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