🔪Capítulo 4 🔪
PonyAngie por hacer tan hermoso mockup♥
Corrí tal cual desquiciada, como si mi vida dependiera de ello.
Aunque técnicamente dependía de ello.
Cállate
Intenté callar la voz chillona e insoportable en mi cabeza y seguí corriendo, no me había dado cuenta de lo lejos que estaba, todo el alcohol que había estado en mi sistema desapareció como por arte de magia.
Para colmo, no traía el móvil ya que se me cayó y ni loca regresé a buscarlo.
—¿Pero qué te pasó?—Preguntó
Alec cuando llegué a donde estaban las demás personas.
—Un... —mi respiración estaba completamente acelerada.—Había algo en el bosque. Señalé en dirección a los árboles.
—¿Algo como qué?.—Fruncio las cejas y se cruzo de brazos.—¿Qué droga le colocaron en la bebida?—Preguntó riendo e ignorando mi preocupación.
No quería contarles que minutos atrás vi como su amigo follaba en el bosque con alguien, ni de coña dejaría que pensarán que tenia complejo de You, simplemente fue accidente.
Los accidentes pasan.
Dijo un asesino cuando fue encontrado con el arma en sus manos.
—¿Donde? yo quiero.—Llegó Kassia a donde yo estaba con Klaus y Alec.
Decidí cambiar el tema, tampoco estaba en mis planes que me tacharan de loca o rara apenas venía llegando y ya tenía miles de problemas en el pueblo como para agregar uno más a la lista.
—No es nada, seguramente me confundí con una sombra.—Mentí, aunque si era una sombra lo que vi.
¿Pero de quien?
—Cómo digas.Pero sigo queriendo esa droga.—la rubia esbozo una sonrisa tonta.
—¿Joss no aparece?—Mire a todos lados preocupada.
Escuche como se reían cuando formule la pregunta.
—De hecho sí, está por allá con aquel grupo.— Alec coloco su brazo por encima de mis hombros y señaló a las personas que formaban un pequeño círculo jugando a las cartas y diferentes juegos de mesa.
Estaban divirtiéndose, me sentía un poco mal por cortarle el rollo a Joss, pero despues de semejante susto solo quería ir a casa y olvidar todo.
—Iré a buscarla, yo me largo.—sentencié separandome un poco de ellos .
—Si quieres te llevo.—la gemela ofreció y lo agradecí aunque no podría aceptar.
—No gracias, traje auto.—sonreí a modo de disculpas.
Mi auto no era espectacular, como el de los chicos, pero al menos cumplía su funcion y eso para mi estaba bien.
—Aria... —La voz ronca de Alec me hizo girar a verlo y pude sentir lo frías que estaban sus manos incluso a través de los guantes que llevaba, cuando se acercó y me tomó por el rostro.
Sus ojos enfocados directamente en los míos con esa pizca de malicia.
Ojos azules, pero no ese azul que se te hace lindo como el cielo, más bien un azul tan turbio como el océano.
—Tranquila, olvida lo que te haya asustado y luego yo te acompañaré a casa.— Sus ojos azules tomaron un tono mucho más oscuro.
No sé como, pero algo me decía que no debía aceptar, quizás era paranoia.
—Tengo muchos pendientes, estamos remodelando algunas cosas y la verdad es que fue mala idea venir.-menti
En ese momento su rostro se quedó estudiandome, me observaba de una manera un tanto perturbadora, como analizando mis palabras.
—Ok —rasco su cabeza mientras miraba al bosque con curiosidad.
—En otro momento será—sentencié y fui en busca de mi amiga.
—Mi turno, mi turno...—Escuche la voz de Joss un poco extraña hasta que la vi sentada en las piernas de un muchacho castaño bastante alto y delgado, la verdad es que no me sorprendí, su forma de ser es un tanto..... coqueta.
—Tú eres mala para esto, en serio.— Uno de los chicos hablo y ella hizo un puchero.
—Esta bien, más te vale que sea bueno o te lanzó al lago y que te coman los peces.
—¿Por qué Estados Unidos no juega ajedrez?—Preguntó emocionada y todos los presentes hicieron cara de "No lo sé, tu dime"
—Porque le faltan las dos torres.—Todos comenzaron a reír sin control y yo moría de vergüenza ajena.
¿Es enserio?
Yo estaba a punto de morir en medio de un bosque y mi amiga muy tranquila contando chistes malisimos y con personas que ni conoce.
Pésimo servicio
☆☆☆☆☆
Deja el drama Aria.
—Joss nos vamos.—Hable mientras la sacaba del regazo del tipo que me miró con ganas de asesinarme.
—Pero si llegamos hace poco.—Explicaba mientras movía los brazos de un sitio a otro.
Lo que me faltaba, tener que lidiar con una borracha. Que ni se le ocurra vomitarse porque soy capaz de dejarla fuera de la casa toda la noche.
—Hey, calmate no seas aguafiestas y quedate un rato más—Kassia llegó hasta nosotras intentando mediar y por alguna extraña razón quise hacerle caso.
El poder de persuasión de la rubia es simplemente irreal, además estar cerca de ella te da una extraña sensación de bienestar, nunca pensé hacer amigos el primer día y ella cambio todas mis expectativas.
—Solo un rato.—resople cuando esas palabras salieron de Joss con un tono de súplica.
—Está bien...—masculle de mala gana dejando caer las manos en mis piernas derrotada.
El tiempo transcurrió con rapidez, Joss volvió con los chicos de antes y al parecer encajaba muy bien así que decidí ignorar que estaba lejos, entre risas y juegos en menos de una hora todos estaban ebrios a excepción de Kassia, Alec y su hermano Klaus.
—¿Como lo hacen ?—Pregunté cuando vi a la rubia llevarse a la boca otro trago de tequila.
—Años de práctica.—me guiño el ojo mientras chupaba un limón.
—Sí apenas debes tener dieciocho años, no es que seas muy mayor que digamos.—Hable y esta vez fue su turno de reírse.
No respondió y se sentó en el medio de las piernas de Klaus, acomodando todo el peso de su espalda en el pecho de él, quien con ese contacto suspiró.
Wow admiraba la relación que llevaban la verdad es que yo no puedo estar cerca de mi hermano y de verdad lo quiero.
—Casualidad ellos son todo lo contrario.—escuche claramente que murmuraron y esta vez no fue la voz de mi cabeza lo que fue sumamente extraño.
Me giré a ver el dueño de esa voz y era el chico al que defendí el primer día de clases.
Lo primero que vi fueron las botas de combate negras y mientras mi mirada subía examinandolo, me dí cuenta que vestía un pantalón negro que se ajustaba perfectamente a sus largas piernas y una sudadera gris plomo.
Sin duda es ese chico que ves en la calle y solo tienes ganas de saber más de él, cosa que seria tecnicamente imposible; era obvio que no me soportaba, el mensaje había quedado claro al mostrarse como idiota el día que lo conocí.
—¿En donde estabas metido? tenía horas marcando a tu móvil.—Klaus pregunto un poco preocupado.
Su piel no era pálida como la de Alec y Klaus, pero si que tenía un hermoso color, se sentó cerca y me fije en que sus pestañas eran enormes, sus labios mientras hablaba se me hacían tentadores.
El chico al fin me observó a mi, mordió su labio con fuerza e hizo una mueca, como si mi presencia le incomodara.
—Por mí no hay problema, si quieren voy por un vaso de cerveza en lo que hablan.
Estaba dispuesta a levantarme cuando el brazo de Alec me tomó fuertemente por la cintura impidiendo mi acto.
Sentí frío ante su contacto ya que mi camisa se había elvado un poco y sus dedos tocaron la piel desnuda.
Calma hormonas, que fue solo un ligero toque.
—Tú no te vas, tranquila que el amargado de Hael no te incomode.—Hablo pausadamente y me quedé tranquila.
—Si, anda con cara de culo 24/7 no es nada personal.—Exclamó Klaus y yo sonreí un poco.
Bueno, al menos eso explicaba su mal humor.
—¿Si saben que puedo oírlos?—habló a quien había identificado como Hael.
Hael...
Lindo nombre.
Lindas pestañas
Lindos labios
Horrible carácter.
*x*
La observé sentada allí en medio del bosque toda la noche, notaba la hemosura de su piel, tan blanca como la luna, solo imaginaba que tan increíble seria verla manchada de sangre.
Su risa que ahora sonaba como melodía no podía ser tan perfecta como escucharla suplicar por su vida, y lo haría en algún momento.
Pero esta noche tenía otros pendientes que solucionar.
Desde el momento que la vi me causó mucha intriga, y ahora muchísimo más.
Porque puedo ver tras esa fachada de niña buena, que algo esconde; solo es cuestión de averiguar.
¿Qué es?
Al finalizar la reunión salí como siempre en busca de diversión, era un pueblo pequeño, con gente de cerebro pequeño.
No es mi culpa, ellas son las que salen de noche y solas, aún con la orden de permanecer en sus casas.
Miro fijamente y sonrio a la chica que me agradece con un gesto de cabeza desde la barra.
He estado observándola desde que llegó, ella también me miraba de reojo, no le importó estar acompañada, ese tipo de mujeres son las que busco.
Hago una señal con mi dedo índice y salgo caminando al callejón atrás del local, sé que vendrá en...
5, 4, 3, 2...
—Hola—Se escucha seguido de un ligero suspiro.
Bingo.
Me acerco lentamente a ella y camino a su alrededor detallandola, buen trasero, buenos pecho, pero muchísimo maquillaje.
No me gustan las mujeres que usan maquillaje como si tienen complejos de pan o empanadas.
—¿Quieres jugar chica traviesa?—Me acerco a su oído y puedo notar como se eriza la piel de su cuello mientras muerde sus labios.
Casi puedo sentir como aprieta las piernas.
—S...si — La palabra sale más bien como un jadeo y sonrio victorioso.
La tomo del cuello y la empotro en la pared, no hay cámaras, no tienen presupuesto para eso así que puedo estar tranquilo cuando comienzo a apretar con fuerza sus pechos.
Ella jadea, mientras me toma por el cabello y enrosca sus piernas en mis caderas.
Mientras la beso ella pierde toda la noción del tiempo y aprovecho para sacar la navaja que llevo en mi bolsillo.
Beso su garganta y ella cierra los ojos, mi polla comienza a reaccionar pero no por ella, lo hace cuando el filo de la navaja se va clavando en su piel dejando salir un hilo de sangre.
—¿Qué haces?—La chica aterrorizada me mira y luego lleva sus manos al cuello.—Estas demente.
—Eso debiste pensarlo antes de irte con un completo desconocido. —Digo mientras tapó su boca con mi mano y rasgo su cuello completamente.
Veo como cae al suelo desangrándose, quito mis guantes que van cubiertos de sangre y camino hasta mi auto.
Saco un cigarrillo de mi chaqueta al subir y enciendo el vehículo, quizás es momento de visitar a mi chica.
*Aria*
Sentí que me observaban, no podía dormir tranquila.
Abrí los ojos y en la ventana de mi habitación, imponente silueta de alguien, cerré mis ojos mientras los estrujaba con mis manos, quizás tanto alcohol me estaba causando alucinaciones, pero cuando los abrí allí seguía.
Inconscientemente me incorporé en la cama apretando la sábana en puños mientras tragaba saliva y mi corazón latía a toda velocidad. Encendí la lámpara dispuesta a golpear a quien se tratara de acercar a mi, pero el sujeto salió por la ventana, me levante corriendo, mi habitación estaba en la segunda planta así que tenia que haberse lastimado, pero cuando saque mi cabeza por ella no había rastros de nadie.
Sólo la brisa acariciando mi rostro.
Salí corriendo de la habitación para verificar que Joss se encontrara bien, ella se encontraba con la boca semiabierta y acostada sobre su estómago con un brazo saliendo de su cama.
—Son solo alucinaciones.—repetí varias veces intentando calmarme.
Todo es real, yo soy real.
Esa voz en mi cabeza llego nuevamente en un mal momento, tome mis medicamentos que ya no estaban haciendo efecto, puesto que desde que llegamos al pueblo la voz estaba más presente.
Cuando entre a mi habitación se encontraba mi móvil encima de la mesita de noche junto a un papel.
—Esto no es posible.
Se me había quedado en el bosque, eso no podría olvidarlo ni con cinco botellas de tequila en mi sistema.
"Vete de aquí mientras puedas"
A cualquier persona esas palabras podrían provocarle pesadillas, pero quien haya sido no contaba con que yo no era una cobarde, tampoco la chica ingenua y sumisa, no para nada, mi curiosidad siempre me había ganado así qué al decirme aquello mis ganas de quedarme en Redville se hacían cada vez mayores.
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