Habían pasado semanas desde que Jimin supo sobre la verdadera razón del porque JungKook había vuelto, no tocaba el tema con él, pero si me parecía ver que la amistad entre ellos era tensa. Ya no hablaban como antes y ni siquiera Kook le colocaba atención a lo que hacía conmigo, él ya no pasaba tiempo en la casa y aunque me relajara un poco...me preocupaban sus planes. Decidí buscar esa agenda de nuevo, ya no estaba en el sótano y mucho menos en la habitación de Jimin, sólo me quedaba el cuarto de JungKook, revisé por su cama, su armario, incluso el baño, pero se me ocurrió revisar en los cajones de ropa interior que éste tenía.

— No puedo creer que haga esto—susurré introduciendo mi mano y allí estaba. Abrí la agenda encontrando esas fotos, todas eran mujeres, contándolas había cuarenta chicas diferentes. Sentí un nudo en la garganta ante eso sin poder creerlo, la última era Mina. Él contaba como la conoció, que le gustaba y que detestaba de ella, JungKook estuvo meses siguiéndola, ella no sospechaba, pero estuvo volviéndose paranoica con cada cosa que él hacía—Lo siento mucho, Mina—susurré acariciando la foto—Eras muy joven.

Pasé la página encontrando una foto, la chica era de cabello largo y oscuro, ojos del mismo color, sonrisa tímida y piel blanca con labios rosados. Mi corazón se aceleró, conocía a esa chica.

Se llama Yuri, tiene la misma edad que yo, veintidós años, era mi compañera en Química, la chica era de poco hablar, no socializaba mucho... ¿Cómo es que JungKook pudo acercarse a ella? Leí lo que estaba anotado.

"Difícil de manipular, muy observadora y no me gusta lo silenciosa que es, por primera vez me preocupa que guarde tantas cosas para sí misma, necesito conocer sus debilidades, pero ella es difícil de tratar, sé que acabaré logrando lo que quiero porque nunca pierdo. Para mi desgracia lo que más detesto...es que conoció a la zorra de Sunny"

— No caigas en sus encantos, Yuri—susurré mirando la foto. La puerta de abajo se escuchó, di un respingo cerrando aquella agenda rápidamente, me apresuré en guardarla en su sitio sabiendo que si JungKook me veía aquí estaba muerta. Salí de la habitación, pero me quedé paralizada, escuchaba sus pasos subir la escalera, no me daría tiempo de llegar a la habitación. Respiré profundo intentando fingir estar tranquila, caminé con calma a las escaleras encontrándolo allí.

— ¿Qué haces fuera del sótano? —quiso saber mirándome de pies a cabeza.

— ¿Qué haces tú tan temprano en casa? Pensé que era Jimin.

— Lamento decepcionarte.

— No luces contento.

— Sólo cierra tu boca y no me molestes...—pasó junto a mí empujando mi hombro.

— No creo que quieras que haga eso.

— ¿Qué dices? —giró sobre sus talones.

— ¿Nunca has tenido sexo con una chica? —pregunté sin saber a dónde iba a llegar, realmente quería saber qué tan macabro podía ser—Has asesinado a varias mujeres y te aseguro que eres virgen—JungKook no era estúpido, bufó negando con la cabeza dejándome allí. Al menos no parecía sospechoso el hecho de que no estuviera en el sótano.

[...]

— ¿Has visto mi celular? —preguntó JungKook algo agitado ya que debía irse, nos había despertado a ambos sólo por esa tontería. Jimin lo ayudó a buscar, pero yo tuve que quedarme quieta en la cama ya que no confiaba en mí, el chico llamó varias veces y sentí el móvil vibrar en el pantalón de mi pijama, se lo había quitado a JungKook anoche, había usado durante la cena uno de esos sedantes en píldoras, volví polvo esas pastillas colocándola en el jugo. Hubiera llamado a la policía antes, de no ser porque Jimin se había levantado.

— Seguiré revisando, si lo consigo puedo llevar...

— No, olvídalo, cuando venga lo busco—escuché del pasillo. Fui al baño encerrándome por precaución, el celular tenía contraseña.

— Mierda, piensa—susurré. Pedía cuatro números— ¿Qué será? ¿Qué será? —intenté darle vueltas al asunto. No tenía fotos suyas en el fondo de pantalla, la pantalla de hecho tenía un fondo negro—Piensa Sunny...—miré el teclado atreviéndome a intentar con el número de víctimas que él tenía más la edad que Jimin me dijo que tenía el chico. Sonreí en cuanto así fue—Bien, bien...

— ¿Sunny? —escuché a Jimin. Miré la puerta recordando que tenía el seguro—Oye, ¿Estás bien?

— Sí, sí, sólo...un momento, no me siento bien.

— Déjame revisarte...

— No, tranquilo, dame unos minutos—pedí— ¿Puedes traerme un vaso con agua?

— Claro—escuché sus pasos alejarse. Me apresuré en marcar el número de la policía, pero mi atención fue en el primer contacto que apareció, era Yuri. JungKook tenía su número, preferí la nueva opción y esperé a que respondiera.

— Por favor, responde...

— ¿Qué haces llamándome, JungKook?

— Yuri, hola, por favor, escúchame, mi nombre es Sunny, somos compañeras de clase, necesito que por favor te alejes de JungKook lo más pronto posible...

— ¿Sunny?

— Sí, Sunny, es confuso, lo sé, pero escucha, ve a la policía, diles que yo te llamé, haz que rastreen este número, estoy en la casa de Park Jimin, estoy secuestrada desde hace unas...

— ¿Qué? No entiendo...

— ¡Yuri! Escucha—intenté calmarme, pero no podía. Todo estaba saliendo demasiado bien—Jeon JungKook es un asesino, él es Killer Rabbit, debes avisar a la policía, debes entregarlo, él va por ti, tiene en mente engañarte, Park Jimin es su cómplice, está obsesionado conmigo, me drogó para tener sexo con él...

— Sunny, yo...no entiendo...

— Por favor haz lo que te pido—pedí al borde de las lágrimas—Me han golpeado y torturado aquí, avisa a la policía, informa de todo lo que te he dicho, no me dejes, no tengo a nadie...

— Tranquila, tranquila, prometo llamar ahora mismo.

— Gracias—sentí alivio—Gracias enserio.

— Resiste—fue lo último que dijo antes de colgar. Respiré profundo sonriendo, agradecí a los cielos por esta oportunidad, guardé el celular en mi pantalón, pero al salir sentí el impacto en mi cabeza, caí al suelo teniendo algunos pedazos de vidrios en mi cabello, miré mis dedos notando manchas de sangre.

— Dame el celular, Sunny.

— ¿Qué? —miré a Jimin quien estaba de pie. Retrocedí sintiendo una fuerte punzada de dolor allí.

— ¡Dame el maldito celular! —alzó la voz.

— Y....yo n....no tengo...—comencé a temblar. Tomó mi cabello obligándome a colocarme de pie, jadeé por la herida en la cabeza y por su fuerza, golpeé su brazo intentando empujarlo o algo parecido.

— Tú robaste el celular de JungKook—metió sus manos en mi pantalón consiguiéndolo, me soltó empujándome a la cama— ¿Así es como me pagas? ¿A quién llamaste? —negué con la cabeza ante su mirada psicópata. Jaló de mi tobillo colocándose sobre mí—No lo repetiré de nuevo, bebé, ¿A quién llamaste?

— J....Jimin...p....por favor, déjame...

Otro golpe llegó, pero a mi rostro, mi nariz comenzó a sangrar. Sollocé por el temor de no salir viva.

— JungKook tiene razón, eres una zorra.

— ¡Él es un asesino! —chillé histérica intentando golpearlo, pero alcancé a darle una bofetada. Sorprendida por ello el chico rasgó mi ropa dejando besos por mi cuello mientras forcejeaba con él— ¡Ayuda! ¡Por favor! ¡Ayuda!

— Nadie vendrá a rescatarte, eres mía y sólo mía, que te quede muy claro—tomó mi rostro besando mis labios a la fuerza. Prefería estar drogada que ser consciente de todo.

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Esta historia no es muy larga así que estamos cerca del final, lamento si los capítulos son asquerosos 😞