CAPÍTULO 1 Encuentro
En las calles desoladas de los barrios de Toronto, a altas horas de la madrugada, se encontraba patrullando uno de los solteros más cotizados por la estación de policía: el recién llegado Thomas Reed, acompañado de su superior, Lucía.
Al ser un novato en la ciudad, Tom debía hacer los turnos nocturnos sin queja alguna, visitando las zonas más abandonadas y evitadas de estas.
Pov. Tom
Me encontraba patrullando las calles de Toronto; parecía una noche tranquila y solo faltaba visitar el barrio de clubes nocturnos, donde generalmente surgen los problemas a altas horas de la madrugada.
—Espera... ¡Mira ahí! —señaló Lucía, mi jefa, hacia la parte trasera de un bar gay muy popular de la avenida.
Miré de reojo y pude ver cómo una pareja se encontraba discutiendo, llamando la atención de varios presentes.
Decidí dar un vistazo y asegurarme de que no pasara a mayores.
—S-suéltame, Troy, me lastimas—
—¡Jake, ya te dije que no te engañe! ¡Carajo, estás haciendo una escena!—
Se trataba de una pareja joven de dos chicos: uno de pelo rubio y tez blanca, y el otro chico... Aquel que captó mi atención desde el primer momento, un chico de tez blanca y cabello peliazul. Debía admitir que era bastante lindo, aunque su novio parecía estar sometiendo su brazo, pues podía escuchar leves quejidos de dolor.
Normalmente dejaría pasar esta situación solo con una advertencia, pero eso cambió cuando escuché el sonido de una botella romperse. Al girar, vi cómo el rubio intentó atacar al menor, a lo que yo intervení.
—¡Alto, policía de Toronto!—
Corrí y me abalancé sobre el chico, sometiéndolo en el piso, mientras llamaba a los refuerzos cercanos a través de la radio.
—Oficial Thomas Reed, necesito refuerzos en la calle Lake, por favor—
Después de eso, me percaté de cómo las personas se acercaban. Lucía corrió a esposar al chico y llevarlo a los vehículos de mis compañeros que llegaban.
La mayoría de las personas que estaban en la multitud solo bulliciaban entre ellos; otros aplaudían y me felicitaban, pero por alguna extraña razón, sentí la mirada de alguien todo el tiempo sobre mí.
Se trataba de él... El chico peliazul, la víctima...
El pobre ahora yacía en el suelo. Me acerqué lentamente a él para asegurarme de que estuviera bien.
—H-hola, soy el oficial Reed, ¿te encuentras bien?—
No obtuve respuesta de él, por lo que le extendí mi mano. Aunque pude percatarme de que el chico miraba al suelo, no pude evitar ver que su cara estaba muy notablemente sonrojada.
—G-gracias por ayudarme—
Dijo aquel chico con un nerviosismo en la voz.
—¿Ese era tu novio?—
Me atreví a preguntar. Rápidamente sentí cómo me apretaba la mano fuertemente, pues nunca me fijé en que el chico peliazul nunca la soltó.
—¡Claro que no! ¡Yo no tengo pareja! —
Un silencio incómodo se formó. Después de unos segundos, se percató de que todavía sostenía mi mano, por lo que la soltó bruscamente.
—Oye, chico, yo...—
—Tom, debemos irnos a dar la declaración— interrumpió Lucía, por lo que me despedí del chico.
—Seguro... ¿estás bien?—
—Claro, oficial Tom, gracias—
Me contestó con una sonrisa, mientras se despedía con la mano y un lindo sonrojo.
Decidí irme a la estación para llenar el papeleo. Debía admitir que, aunque ese chico me pareció lindo, es mejor que no me involucre con víctimas.
De todos modos, no creo volver a verlo...
¿Verdad?
Pov. Jake
Recuerdo cuando conocí al oficial Reed, mi dulce Tom...
Fue en una noche de verano, cuando uno de amigos Aiden me pidió ir a un bar muy popular de la ciudad, iríamos con su novio James para celebrar su compromiso, me avergonzada la situación de ser el único sin pareja, pero era lo mejor...
Hace unos meses habia terminado mi relación por una infidelidad que descubrí, desde entonces jure que no volvería a enamorarme....
O eso creí
–¿J-jake?–
Lamentablemente ese día me encontre con mi ex...
–Troy...–
(...)
Cuando menos lo sentí, mi brazo estaba siendo apretado mientras me llevaba a la parte trasera del bar, quería pedir ayuda, imploraba qué alguien le llamara a la policía.
–T-troy sueltame me lastimas–
La gente al rededor solo nos miraba con desagrado.
–Jake, ya te dije que no te engañe...–
Quede deslumbrado por las luces de una patrulla qué se acercó, vi como una silueta de un hombre mayor se fue acercando, aunque no podía ver más que su sombra.
–¡Troy basta!–
En un acto de liberarme, solté un fuerte golpe a Troy, rasguñando su cara, sin darme cuenta, tomo una botella para romperla y atacarme.
Sin embargo él me salvo...
Mi dulce Tommy....
No recuerdo mucho, desde entonces solo puedo asegurar con exactitud, verlo a él, en mi ayuda, un chico blanco y alto con unos hermosos ojos y una peculiares cicatrices en la cara, sin razón alguna el solo verlo me dejo cautivado...
Cómo si de amor a primera vista se tratara, quería que esos ojos me vieran solo a mí, un impulso inexplicable en mi interior.
—Oficial Thomas Reed, necesito refuerzos...—
Thomas... Thomas Reed. Desde que supe su nombre y nuestros ojos se cruzaron, supe lo que tenía que hacer...
Lo amaba.
(...)
Pasadas las horas del incidente, Aiden me llevó a casa, disculpándose mil veces por no darse cuenta de lo sucedido. Llegué a casa y, desesperado, busqué en mis redes el nombre del oficial que me ayudó.
Pero sin mucho éxito, hasta que encontré un perfil con pocas fotos. Se trataba de él... Mi Tom.
Solo me limité a ver las pocas fotos, pero eran suficientes para darme cuenta de varias cosas; realmente me parecía un hombre encantador. Tenía fotos de su familia, su mamá y, asumo, su hermano.
Algunas de él en casa con su gato, y otras del trabajo.
—Esas calles... No están muy lejos de la estación de policía. Me pregunto, ¿Dónde vives, mi dulce Tom?—
A través de sus fotos, empecé a tomar nota de los lugares que frecuentaba. Me di cuenta de las calles que transitaba; por alguna extraña razón, quería verlo otra vez. Jamás había stalkeado a nadie, pero... Tom me hacía sentir cosas que no entendía.
Quería estar con él, quería que me quisiera y quería... que él fuera mío.
Miré una última foto en donde sonreía a la cámara; era como si me estuviera mirando a mí. Mi corazón se aceleró, sintiendo punzadas en el pecho.
¿Qué me está pasando?
Un mes había pasado desde su primer encuentro. El turno del policía había llegado a su fin, por lo que cierto pelinegro se dirigía a su casa.
—¡Nos vemos mañana, chicos!—
Tom se dirigía a su departamento. Ya era algo tarde, por lo que pensó en ir por algo de comer. Sin embargo...
*Flash*
Escuchó el sonido de una cámara a sus espaldas.
—Mph... ¿Qué fue eso?—
Si era sincero, no era la primera vez que escuchaba un destello cerca de él. Lo escuchaba todos los días, comenzando a pensar que era su imaginación o el estrés del trabajo.
—N-no debe ser nada—
Se dijo a si mismo, rápidamente, el mayor retomó su camino, sin darle importancia a los sonidos que escuchaba. Sin embargo, no podía negar que sentía la presencia de alguien detrás de él.
Sentía los pasos siguiéndolo desde hace unas semanas.
—(Tranquilo, Tom, solo es tu imaginación, no pasa nada)— pensó mientras aceleraba el paso. Empezó a sudar frío, constantemente miraba a su alrededor y de vez en cuando hacia atrás, solo para encontrarse con la nada.
*Flash*
Volvió a escuchar el sonido de una cámara más cerca de él, con la diferencia de que ahora vio un ligero destello iluminando su cara al momento de escucharlo.
—E-h... ¡¿Quién anda ahí?!—
La calle se encontraba sola y oscura. El miedo empezaba a rondar por la mente del mayor, pero lo enfrentaría como el policía que era. Caminó en dirección opuesta, solo para nuevamente toparse con una pared.
No había nadie; no tenía sentido... Pero el miedo y la sensación de ser observado lo abrumaban. Cuando se dio la vuelta de reojo, vio una silueta corriendo hacia la calle opuesta. Al darse cuenta, solo pudo ver un corto mechón de pelo desaparecer...
Por la oscuridad, no pudo ver el color de este, pero estaba casi seguro de que se trataba de un color negro o... ¿azul?
Se acercó a pasos lentos, mientras sacaba su teléfono, dispuesto a llamar a sus colegas en caso de necesitarlo. Sin embargo, lo único que sintió fue una mano sobre su hombro.
—¡Tom! ¡Cuánto tiempo, amigo!—
—¡AGH!... ¿Gabby?—
Rápidamente, el policía dio un pequeño salto en señal de susto. Con el corazón a mil, solo pudo darse cuenta de que se trataba de una de sus viejas amigas de la academia.
Gabby, una chica morena, estaba acompañada de su novia pelirroja, Ellie.
—Lo lamento, es solo que te vi de lejos y pensé en venir a saludar. ¿Todo en orden? Pareces asustado— se disculpaba la chica mientras le daba pequeñas palmaditas en la espalda al chico.
—N-no es nada... Solo pensé ver algo—
Realmente, la imaginación le estaba jugando bromas crueles. Tal vez eran los traumas del trabajo que vivía; después de todo, ser policía no es fácil y pensar que alguien te sigue debe ser normal para ellos... O eso quería creer Tom.
—L-lo lamento, Gabby. ¿Tienen hambre? Mi casa está cerca de aquí, deja invitarles algo—
—Claro, amigo, será un honor—
Los tres amigos se dirigieron al departamento del policía. Sin embargo, al llegar a la entrada, el pelinegro se percató de algo: cierto sonido peculiar...
El flash de una cámara.
—¿Tom, pasa algo?— preguntó la pelirroja mientras veía a su amigo mirar a la calle con temor antes de entrar al departamento.
—Y-yo... No es nada, solo mi imaginación, Ellie. ¿Por qué no entramos?—
Ese día, Tom nuevamente sintió inquietud incluso en su casa. Sentía ansiedad... Era como si hubiera llevado a su peor enemigo a casa, revelando su ubicación.
Sin saber que desde lejos, cierto peliazul miraba desde la oscuridad la ventana del departamento ajeno, guardando las fotografías que obtuvo.
—(Así que esta es tu casa, Tommy, me pregunto ¿cómo debería actuar...?)— se decía a sí mismo un extraño entre las sombras, quien se decía ser...
Su más grande fan.
Continuará.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro