Narra Elliot.

— ¿Por qué andas con el?

— Sophie, ya hemos tratado este tema más de un millón de veces —me quejé mientras caminábamos hacia el aula correspondiente, nos tocaba Matemáticas.

— Si pero aún así Elliot. Sé que está súper bueno y toda la cosa, que su trasero es enorme y tiene un cuerpo para morirse-

— Y que somos mejores amigos desde la infancia —le interrumpí, porque si seguía por dónde iba, me iba a traumar de por vida.

— Si, eso también. Pero todos dicen lo mismo sobre el; todos le temen.

— Ay Sophie por favor —me limité a decir ante sus exageraciones.

— Entonces ¿qué me dices del profesor Simpson? Desapareció "misteriosamente", un día después de haber discutido con el en una de sus clases —miró a todos lados como una maniaca y se acercó a mi oído discretamente para comenzar a susurrar—. Y según escuché, descuartizó a su madre y se la comió —volvió a retomar su postura—, y estoy segurísima de que esa es la causa por la que ya no se le ha vuelto a ver en el pueblo a la pobre mujer.

La miré sorprendido ante lo que estaba diciendo.

— Sophie yo no creo esas cosas. Damien no es como todos piensan. Es una buena persona —dije mientras entrábamos al aula, pude ver que Alexis se encontraba sentado en uno de los taburetes hablando en un pequeño círculo con Joseph y Evan; dos de nuestros compañeros.

Ya habían varias personas en el aula a pesar de que el profesor aún no había llegado.

— ¿Pero por qué lo defiendes tanto?—preguntó Sophie siguiendo con el tema, luego abrió su boca de par en par —. No me digas que te gusta Damien —dijo, seguía con la boca abierta y lo único que pude hacer fue taparle la boca para que no siguiera hablando y que alguien la escuchase.

— ¡Cállate! Deja de decir bobadas. Damien es solo mi mejor amigo, al igual que Alexis —le dije alterándome un poco y quitando mis manos de su boca, comprobando así que tenía saliva en ellas —. Guácala —me queje mientras limpiaba mis manos con mi ropa frenéticamente y ella solo reía.

Ya tengo suficiente con que me hicieran bullying por ser nerd, sería el colmo que también me lo hagan por homosexual.

Y si, estoy consciente de que soy nerd.

— Yo veo algo más que solo eso
—meditó Sophie por unos segundos—, a mi se me hace que eres de los que les gustan los tríos —puso una sonrisa traviesa mientras me tanteaba  con el codo— Siempre he dicho que los calladitos y tímidos tienen sus demonios ocultos por dentro —seguía con su faena de irritarme y mirarme con los ojos entrecerrados y esa sonrisa de maniática.

— ¡Shh, ya cállate! —le ordené mientras sentía arder mi cara, haciendo un montón de ademanes inconscientes.

— Está bien, está bien —dijo riéndose de mi mientras nos acercábamos hacia los chicos.

En momentos como estos es que me arrepiento de haberle revelado mi sexualidad a Sophie.

Sophie es una chica bastante atractiva; delgada; aunque no es muy alta, su cabello es rubio y un poco largo, mientas que sus ojos son grandes y de un hermoso tono grisáceo. También la considero una de mis mejores amigas.

— Miren, ahí está mi nerd favorito —señaló Alexis acercándose hacia mi para luego saludarme con un fuerte abrazo que me desencajó literalmente los órganos—. ¿Cómo has estado? —preguntó poniendo ambas manos en mis hombros.

— B-bien —me limité a responder mientras trataba de encajar nuevamente mis pulmones y recuperar el aire.

«A veces soy tan exagerado...»

— Yo también estoy bien por si te lo preguntas —se introdujo Sophie a la conversación.

— Mira que cosa. Ni siquiera me había percatado de tu presencia —dijo Alexis haciendo uno de sus tantos chistes y de inmediato Evan y Joseph comenzaron a reírse de Sophie.

— Si. Imbéciles —respondió Sophie propinándole una mirada fulminante a los chicos—. Eli, te espero por allá, cuando te liberes de la chusma —miró a los chicos con cara de asco y dió un "pelucazo" antes de ir a tomar asiento.

Me había olvidado de los demás, así que también saludé a Joseph y a Evan.

Joseph es un chico de estatura baja, de ojos y cabello marrón. Es el amor platónico de Sophie. Por otro lado Evan es bastante alto y fuerte, su cabello es rubio.
Al igual que Damien, Evan pertenece al equipo de fútbol americano de la escuela. Damien es el capitán del equipo. Si, realmente no sé cómo me relaciono con dos de los chicos más populares del Clinton High, ya que si de Alexis hablamos, es bastante popular por ser el "galán de la escuela" y por su fama con las chicas. Mientras que yo... yo solo soy el chico torpe.

Tenía mucha suerte de tenerlos a ellos dos.

— ¿Y qué tal sus vacaciones? —preguntó Joseph y todos comenzaron a contar sus anécdotas, a excepción de mi que no tenía nada interesante que contar, pues me la había pasado en casa y con Sophie como casi todos los años, ya que Damien siempre viaja con su familia por el mundo, y Alexis; digamos que su ambiente no es de mis preferidos.

Pude visualizar a Damien entrar con sus audífonos puestos y dirigirse hacia uno de los últimos taburetes para tomar asiento. Todos los años era así y al parecer este no iba a ser la excepción.

Damien y Alexis tienen diecinueve años, se supone que ya deberían haber terminado la secundaria, pero ambos reprobaron cuarto grado, y gracias a ello pudimos conocernos cuando nos tocó la misma clase, y hasta ahora seguimos juntos.

Fue una linda casualidad.

— Bien. Se acabó la fiesta —calvo, de estatura baja y una prominente panza; el profesor Spencer—. Vamos a comenzar con la clase —ordenó con su característico semblante serio poniendo su maletín, algunos papeles y libros encima de su escritorio.

El profesor Spencer era, por así decirlo; el más estricto del plantel, por lo que de inmediato todos hicimos silencio y nos acomodamos en nuestros asientos.

Escribió el tema en el pizarrón y posteriormente comenzó a explicarlo.

— ¿Qué harás esta noche?

— Haré mis tareas, sabes que me gusta hacer todo a tiempo —respondí a Sophie mientras cerraba mi casillero luego de haber guardado unos libros.

— Ay que aburrido eres —exclamó con cara de fastidio—. Joseph dará una fiesta hoy en su increíble casa—, puso la cara de estúpida que siempre pone al hablar de él—, ¿no quieres ir?

— Sophie, sabes que no me gustan esos ambientes —le recordé buscando a Damien con la mirada mientras caminábamos, pues ya era hora de irnos y no lo había visto por ninguna parte.

— ¡Aburrido! —gritó para luego darme un beso en la mejilla—. Nos vemos al rato cariño, espero que llegues virgen a casa. La cosa está muy peligrosa últimamente. Dímelo a mi —dicho esto comenzó a reír y luego se fue
dejándome parapléjico tratando de procesar sus sandeces.

— ¡Ay Joseph!, no sabía que estabas por aquí —le escuché decir a lo lejos.

Luego de recuperarme decidí sentarme en uno de los bancos de la escuela a esperar a Damien. La mayoría de los estudiantes ya se habían ido, pues ya era tarde.

Me sobresalté al sentir una mano tocar mi hombro, era Alexis.

— Hola cariño —saludó sentándose a mi costado.

— Hola. Y no me llames así —aparté mi mirada al sentir ardor en mis mejillas.

«¿Por qué era tan estúpido?».

— ¿Y no piensas irte, piojo? Casi todos se han ido, si quieres te llevo.

Puse nuevamente mi vista en el, se veía tan, tan...

— E-espero a alguien—dije nervioso para sacar ese pensamiento de mi cabeza—. Y no creo que puedas, ya que hoy estuviste bastante ocupado con tus "amigos", al igual que Damien que está muy distante. No se que le pasa a ustedes dos —volví a apartar mi mirada— ya nada es como antes.

— ¿Qué dices? Jamás te haría a un lado Elliot. Eres muy importante para mi —puso su mano encima de la mía mientras me miraba fijamente.

Mi cara ardía y de nuevo estaba paralizado.

— Ven, te llevaré a un lugar.

No dije nada y simplemente lo seguí, y a pesar de mi miedo a las motos, me subí con el como si nada más importara.