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Capítulo 18- Amor

Xiang comenzó la grabación de la serie policial. Para eso tuvo que cortarse el cabello muy corto, y el cambio de look sorprendió un poco a Sienna, que después de mirarlo un poco, por videollamada, y hacerlo impacientar, le dijo que estaba precioso.

—Me siento un poco raro —le respondió el chico—. Nunca había estado tan pelado...

—¡Ay, Xiang! —dijo Sienna, fingiendo impaciencia—, haces todo esto para escucharme decirte que estás hermoso... Y bueno, si. ¡Es cierto, estás hermoso!

La contagiosa alegría de la chica llenó a Xiang de nostalgia:

—Te extraño mucho, linda...

—Yo también te extraño... —Ella le puso una cara tan triste, que el chico se enterneció:

—Ven a China, Sienna… —volvió a pedirle.

—No puedo, Xiang...

El chico tomó la decisión de decir la verdad, y le respondió:

—¿No quieres volver por el problema que tuviste con Chris Wen?

—¿Eh? —El nombre que Sienna había tratado de olvidar por cuatro años, en boca de Xiang, la tomó de sorpresa.

—Lo siento, linda —trató de explicarse el chico, preocupado al ver la palidez de ella—, pero descubrí todo de casualidad...

Ella lo miró con una mezcla de dolor y rabia, y cortó la comunicación sin responderle.

—¡Sienna! —exclamó Xiang. Sabiendo que había cometido un error, le mandó varios mensajes de texto pidiéndole que se reconectara, pero ella no lo hizo—. Dios mío... ¡Yo y mi maldita boca!

La chica demoró un día en responderle, y él le pidió perdón por meterse en su vida:

—De veras, lo siento mucho, linda...

—Ya, bebé. No debí cortarte así. Tú no tienes la culpa… —Sienna por fin se sinceró y le contó su mala experiencia en China, los insultos y amenazas que había recibido en las redes, y el desprecio de la opinión pública que, después de alabarla como cantante, la había destruído por ser una rompe hogares—. Estaba sola y tuve tanto miedo, Xiang... —musitó la chica.

—Lo imagino, linda. De veras lo siento… —dijo, Xiang, dolido al verla casi a punto de llorar—. Pero tú no hiciste nada. Fue ese tipo el que ensució tu buen nombre. Quiero que sepas que puse a un grupo de investigadores a averiguar sobre él. Todavía no hay nada concreto, pero estoy dispuesto a encontrar la prueba de tu inocencia.

—Ya déjalo, Xiang. Ese tipo siempre se salió con la suya. 

—¿Siempre? ¿Qué quieres decir?

—Que yo no fui la primera, y seguramente tampoco la última que ese tipo acosó.

—Eso es importante... Pero, ¿por qué no hay ninguna prueba contra él? ¿Nadie lo denunció?

—Poder, Xiang. Es un hombre poderoso, y entre sus víctimas, las que no tuvieron miedo aceptaron dinero para callarse.

—Qué maldito...

—Si, es un desgraciado. Pero tú no te metas. Eres famoso allá en China, y este escándalo podría ensuciarte también.

Sienna había descubierto quién era Xiang, por casualidad. Un día lo llamó, y él le contestó la videollamada vestido con ropa de época, con peluca y todo. 

—¿De qué estás disfrazado? —Parecía que Xiang se había escapado de un libro de historia china. Estaba precioso.

—Estoy filmando, linda. Soy actor.

—¡Me estás mintiendo…! —Sienna no le creyó y se burló de él. El chico se rió de su cara de incredulidad.

—¿Nunca me buscaste en internet? —le preguntó.

—No, nunca...

—Bueno, luego búscame.

Así ella había descubierto quién era el chico que amaba en secreto. Porque nunca se lo había dicho, pero lo quería tanto, que había dudado ante la invitación de Xiang de ir con él a China, pero el miedo que tenía de que la descubrieran sus haters era demasiado grande.

Xiang le mandó fotos de sus vestuarios para los dramas, videos de sus presentaciones musicales y de sus bailes.

—¿Así que también cantas?

—Canto, bailo y actúo…

—¡Wooww! Pura modestia...

Los dos se rieron, pero después el chico volvió a insistirle para que fuera a China:.

—Te juro que te protegeré de cualquier cosa. Te pondré guardaespaldas, y no estarás sola nunca. ¡Ven conmigo, linda!

—¡Ay Xiang! ¡No me tientes...!

—Si te tiento... No sabes cuánto te extraño... —Tenía que decirle lo que sentía—. Yo... yo me enamoré de ti, Sienna...

—¡Xiang...!

—¡Si, es verdad! Ya no quiero callarlo más. Te amo y quiero que estés aquí conmigo. Y si tengo que agarrar a ese Chris Wen y molerlo a golpes para que confiese, ¡lo haré!

El chico no se había dado cuenta, pero Sienna había empezado a llorar. Cuando él la vió, se asustó.

—¿Qué pasó, linda? No llores así, no me asustes...

—Tonto... me dices que me amas, y no quieres que llore... 

—¿Tú qué sientes por mí, Sienna?

Ella se quedó en silencio, por unos segundos que para Xiang fueron eternos.

—Eso te lo diré cuando llegue a China...

                          ***

Xiang organizaba la llegada de Sienna en los descansos de la filmación. Tenía a sus asesores legales enloquecidos, haciendo que  averiguaran sobre las mujeres que Wen había acosado; pero hasta el momento no habían encontrado nada. 

Había hablado con Lee para que le consiguiera un auto y dos custodios de absoluta confianza para la chica, que llegaba a Shanghai en menos de una semana. Xiang tenía un apartamento grande y seguro en esa ciudad, donde pensaba alojarla para que estuviera tranquila.

Él pasaba dos días a la semana en Shanghai, y también podía llevarla a Changsha de incógnito por dos días más. Los otros tres los dedicaba al drama que estaba pronto a terminar. Después tendría más tiempo para ella. 

El último día de Sienna en Estados Unidos, se conectaron por videollamada, pero los dos estaban tan nerviosos que casi no pudieron hablar sin emocionarse.

—¿Tienes todo tu equipaje listo, linda?

—Si, bebé. Mañana a la mañana vuelo para allá, así que nos veremos en dos días.

—¿Y Patrick? ¿Se lo dejaste a tu hermana?

—Si, pobrecito. Lo voy a extrañar mucho...

—Bueno, pero un mes pasa rápido... —Xiang se puso serio: Sienna le había dicho que iba a estar un mes en China, porque aún tenía temores sobre su situación en ese país 

—Todo depende de cómo me trate un cierto actor, cantante y bailarín que conozco. Tal vez pueda prolongar un poco mi estadía.

—Si es por eso no te irás nunca...

—Zalamero...

—Tonta...

—Voy a cortar. Adiós.

—¡Ni se te ocurra!

—¡Xiang, debo dormir! En dos días estaremos juntos... Prepárate, descansa ahora, porque conmigo vas a dormir bien poco...

—¡Sienna...!

—¡Ah, cómo se escandaliza el santito! 

Las orejas rojas de Xiang hicieron reír a la chica. 

                          ***

Sienna llamó por teléfono a la chica de la cual se había hecho amiga en China:

—Luoluo, ¿cómo estás?

—¡Sienna! ¡Qué alegría oírte, amiga!

—¡Gracias Luoluo! Quiero avisarte que estoy por embarcar rumbo a Shanghai. Espero que podamos vernos...

—¿En serio? ¡Me alegra mucho que vengas, y por supuesto que nos vamos a ver...! Pero... ¿qué pasa con tu problema con "Ya sabes quién"?

—"Ya sabes quién" me importa bien poco. En realidad me voy a encontrar con alguien...

—¿Cómo...? ¿Acaso tienes un novio en este país?

—Se puede decir que sí...

—¿Y me lo vas a presentar? ¿Es lindo? ¿Tiene amigos lindos?

—Si, si, no lo sé.

-¿Y cómo se llama?

—Eso no te lo puedo decir todavía. Es un famoso.

—¡Un famoso! ¡Wowwww! 

-Si. Lo conocí aquí, de casualidad, y bueno, me invitó a ir para allá.

—Debes tener cuidado, Sienna. "Ya sabes quién" tiene muchos contactos. Tal vez se conozcan con tu chico...

—No. No se conocen. Él sabe todo; es más, me está ayudando a investigarlo. Tal vez logremos averiguar algo que pruebe la clase de persona que es en realidad "Ya sabes quién"...

—¡Ay, amiga...! Tengan cuidado… Ese hombre es muy peligroso...

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