Capítulo 6 (fin del juego, yo voy en serio)
Kamila.
Se sentó conmigo encima de la cama, lentamente despegó sus labios de los míos. Sus ojos tienen esa chispa de deseos en ellos, me acerco succionando y dando una suave, lenta y exquisita mordida en su labio inferior. Da un fuerte apretón en ambas nalgas, una de sus manos se cuela por debajo de mi falda frotando sus dedos por encima de mi braga húmeda, que hace que no pueda evitar que un gemido corto salga de mis labios.
-¿Kami que sientes por mí?-pregunta con la voz seca.
Su pregunta me toma por sorpresa, la verdad lo que siento por Near Klein es algo confuso. Es mi primo, mi mejor amigo, mi hermano, hay amor de por medio. Pero más que eso me gusta, lo quiero, lo amo, y no puedo evitar verlo como hombre; ya sé... es algo enfermo y retorcido. Pero es que no puedo evitarlo, es tan delicado, sensible, pero a la vez tan salvaje, sexy. Se que no debería tener nada con él serio, y no pienso hacerlo yo no quiero nada serio con él. No quiero vivir el resto de mi vida casa con mi primo ni nada por el estilo, solo estamos jugando y es eso nada más.
<<Mentirosa>>
<<que sabes tú>>
<<que tú estás muerta con ese hombre>>
-Amor... si eso es-finalizó moviendo mis caderas, frotando mi humedad en su mano-¿tú?-me inclino hacia delante dando una pequeña mordida en su oreja.
-Deseo-concluye colando su mano por dentro de la tela de la bragada, introduciendo sus dos deos.
Sea lo que sea quiero que lo haga, quiero que me haga suya. Me inclino hacia atrás dándole más acceso a mi cuerpo. Sus dedos comienzan a entrar y a salir de mí, su otra mano va a uno de mis pechos estrujado, jugando con mi pezón.
-Así...no pareces por favor-suplico entre jadeos, retorciéndome de placer.
-jamás pensé verte suplicar... Pero créeme que hoy más que suplicar, vas a gritar mi nombre sin importarte quien nos oigan-una sonrisa de malicia se dibuja en sus deliciosos labios.
Me tira a un lado de la cama poniéndose de pie, me toma de los tobillos tirando de mi hasta el borde de la cama. Y ahí se agacha haciendo un recorrido de besos húmedos, suaves mordidas. Toma la otra haciendo lo mismo hasta llegar a mi zona íntima, la braga para el no es nada y me lo demuestra rompiéndola de un tirón. La visión de su cabeza perdiéndose entre mi entre mis piernas me hace volverme loca, sus manos abren mis piernas a su paso. Siento su respiración en mi zona más sensible y no puedo evitar soltar una risita, por las cosquillas que aquello me provoca. Uno de sus dedos entra y sale de mi en lo que él aún se dilata y disfruta de mis muslos, pensé que solo haría eso hasta que su lengua comienza a jugar con mi botón provocando que maldiga en voz baja. Sigue dando lengüetazos, de arriba abajo, lenta y tortuosamente. El nivel de placer que sus dedos entrando y saliendo de mí, su lengua, sus caricias en mi seno me están llevando al borde del clímax. Muevo mis caderas haciéndolo que se mueva a mi ritmo, muerdo mis labios para no soltar ningún gemido. Siento que cada vez estoy más cerca, mis músculos se tensan. Él se separa y sin saber en qué momento un fuerte y alto gemido se escapa de mi boca cuando entra en mi de manera violenta y sin esperarlo.
-Duele-suelto jadeando del dolor.
-lo siento...yo te advertí que era mi primera vez-susurra nervioso y lleno de inseguridad.
-lo sé y por eso eres perfecto-digo en apenas un susurro, dándole un corto beso animándolo a seguir.
Sus ojos se encuentran con los míos veo la inseguridad y el debate entre continuar o parar, acaricio su mejilla haciéndolo entender que es solo el. Duele, pero yo sabía que no sería Perfecto... y las cosas imperfectas son las más reales y verdaderas, hasta hermosas. Sus ojos se cierran y con toda la ternura del mundo me besa, su beso es tierno, suave. Con sus manos recorre mi cuerpo, sus labios se despegan de mi boca mirándome directo a los ojos. Deja un rastro de besos húmedos por todo mi cuello, juega con mis senos, sin apuro, despacio, disfrutando mi cuerpo dándome placer. Excitándome aún más, arreglando el error de antes, y poco a poco comienza a moverse. Siento un ardor y un pequeño dolor, pero poco a poco todo se desvanece y solo va quedando él, yo y el placer, las Mil y una sensación. Su piel es cálida, su aroma delicioso, todo me vuelve loca cuando escucho sus jadeos, su calidez. Es tan exquisito que estoy a punto de correrme y así hago, sus ojos se encuentran con los míos cuando me corro. Enredo mis piernas alrededor de sus caderas, con mis manos acarició su cuerpo, lo pegó más a mí. Sentirlo dentro de mi es maravilloso, comienza aumentar el ritmo y yo comienzo a mover mis caderas acompañándolo. Sus jadeos se hacen fuerte y no puedo evitar correrme cuando murmura.
-Córrete ahora...te lo ordeno-ordena, aumentando el ritmo.
Mis piernas se debilitan, nuestra respiración aumenta. Su orden me lleva lejos, haciéndome recrear mil y una escena.
-¡Ohh Ne...-una de sus manos me tapa la boca ahogando mi gemido con ella.
-¡shh!, silencio-ordena.
Me toma de las caderas haciéndome ponerme en cuatro patas, entrando en mi nuevamente su ritmo es rápido, violento. Con mis manos me aferro a la sabana, ida con cada embestida u estocada que me da. Me da una fuerte nalgada y yo creo que estoy a punto de correrme por...ya ni se por cuántas corridas voy, me tiene nula. Enreda su mano en mi cabello tirando de este encorvándome, lleva una de sus manos a mi botón jugando con este en lo que continúa entrando y saliendo. Siento una corriente bajar por mi vientre acompañado de un fuerte gemido por mi parte, y él también se detiene. Nos quedamos así por unos minutos recomponiéndonos, mis piernas están débiles y no paran de temblarme. El líquido se desliza por mis muslos, él se deja caer a mi lado y yo no puedo hacer más que ver cómo su pecho sube y baja. Me dejo caer luego a su lado en la cama, me recuesto en su pecho. Pero algo me deja muy nerviosa cuando veo que aún sigue duro, su erección aún no baja.
-no te corriste... ¿acaso no te gusto lo suficiente? -pregunto llena de dudas he inseguridad.
-mírate.
Me miro viendo que el líquido que corre por mis muslos no es mío sino de él, eso me relaja demasiado.
-estabas tan caliente, que ni siquiera sentiste cuando me vine. Si sigo así es porque aún quiero seguir-Sus palabras son como un pedestal que me eleva la confianza en mí misma.
-podemos seguir si quieres-insistí, mirándolo a los ojos y tirando de él.
-¿por qué me mentiste Kami?-si voz es una mezcla entre decepción, molestia pero de algo más.
Me aleja de él sin ni siquiera mirarme tomando su ropa y colocándosela. En sus ojos hay un sentimiento nuevo difícil de entender, hoy por primera sus ojos no me permiten ver más allá.
-¿A qué te refieres?-finjo no entender.
-por qué me mentiste diciéndome que era tu primera vez, no es justo. Yo fui sincero contigo... esto acaba aquí-su voz sale tan fría que me duele.
-esto...no quise que te sintieras inseguro... yo la ver...-se pone el dedo encima de su nariz y su boca.
-calla no digas nada más... no tiene nada que ver que no sea tu primera vez, lo que me duele es que me mintieras. Aun así, continúe porque eres tú... porque por más que me quiera engañar me gustas, pero aprendí de la peor forma que está mal y debemos parar. Se acabo Kami esto nunca paso, jamás volveremos hablar de esto seguiremos siendo primos, pero nada más. Me traicionaste, yo confié en ti y eso duele. Podía esperármelo de todos menos de ti, de ti que sabías que me iba a doler y lo hiciste-el dolor en sus palabras es tanto que se puede palpar.
-lo siento, ¿Vale? -me levanto sentándome en la cama-yo sólo quería este momento contigo y sabía que si te lo decía no ibas hacer jamás esto.
-no me conoces entonces, pero ya... no hay problema. Descansa-dejo un corto beso en mi mejilla, saliendo del cuarto.
Dejándome a oscuras, llena de sentimientos, culpable por mis actos por primera vez. Queriendo que todo hubiera sido distinto.
<<que manera de liarla>>
<<y que lo digas>>
Near.
Salgo de la habitación de Kami encontrándome con Erick parado frente a mi puerta. Me dedica una mirada llena de comprensión, y yo solo puedo darle una sonrisa llena de melancolía.
-¿qué haces aquí E? -pregunto intentando fingir que estoy bien.
-todo estará bien, yo estoy aquí... lo hiciste bien-dice poniendo una mano en mi hombro.
- ¿puedes quedarte un rato? -mi pregunta me toma a mi hasta de sorpresa.
-cla...claro-sonríe.
Entramos en mi cuarto y él cierra la puerta detrás mío, nos sentamos en mi cama.
-me acosté con ella Erick, me siento como la peor mierda. Pero es que no puedo evitarlo me gusta-digo aguantando el nudo en mi garganta.
-lo sé... sé que se gustan, sé que no está bien pero mientras sea una sola vez todo está bien. No soy el mejor en dar estos consejos ya que yo me tire a mi media hermana, Es un dolor saber qué hay tantos putos secretos en esta puta familia, que nos lo oculten-hay dolor en sus palabras, exigencia.
-si...-intente formular una palabra más cuando las lágrimas que estaba conteniendo cayeron.
-suéltalo, yo estoy aquí no te dejaré-me aprieta del hombro, intentado darme fuerzas.
-Gracias Erick, se me hace raro que ahora tú y yo estemos más unidos.
-estaremos los tres unidos no importa que...tenemos un cuerpo arrastras-sonrío.
-me da curiosidad, cómo limpiaste todo tan rápido, los cuerpos que hiciste-pregunto lleno de curiosidad.
-Near, déjame eso a mí que soy el asesino tu encárgate de hacer justicia. No quiero corromperte-pronunció algo serio.
-Creo que es lo mejor-afirme.
-bien, hagamos algo divertido. Tenemos todo arreglado entre nosotros, créeme hermano que no te arrepentirás. Yo te levantaré el ánimo-el entusiasmo es claro en él.
-adelante sorpréndeme-lo desafío cruzándome de brazos.
-ya verás-sonríe con triunfo.
La verdad me siento fatal, no quiero hacer nada sólo quedarme en mi cuarto solo, pero después de hablar con Erick cuando llegamos aquí a casa solucionamos nuestras indiferencias, ahora me alegra tenerlo aquí a mi lado. Me duele más el hecho de que Kami me mintiera lo esperaba de todos menos de ella, lo hizo y yo me siento como una puta mierda al acostarme con mi prima. Porque me gusto y no puede volver a suceder, no sucederá.
<<estás equivocado todo fue placer, no hay nada más >>
<<calla conciencia, que sabes>>
Erick y yo hablamos tanto, vimos pelis y no sé cuándo, pero nos quedamos dormidos. Pero sintiéndome bien.
(...)
Despierto solo en la cama, me imagino que tuvo que haberse ido a trabajar. Y yo debería prepararme para trabajar, voy al baño a listarme para luego bajar. Llego a la sala encontrándome con mi madre, la conversación viene a mi mente. Aún no hay confirmación de que ese sea mi padre, puede ser alguien que se parezca a él. Buscaré en la comisaría los datos a ver si aparece algo de él. Me acerco a ella y enseguida sonríe, pero está rara, su sonrisa no es la de siempre sino una de medio lado aparece en su rostro. La miro fijo sin dejar ni un segundo de hacerlo, ella solo sonríe acercándose a mí. Hasta su manera de caminar de es distinta, su ropa nada igual con la que se viste mi madre.
-¿Que sucede mi pequeño?-su voz es fría, falsa, vacía y llena de cinismo.
-¿mamá te tomaste las pastillas?-pregunto levantando una ceja, en señal de rareza.
-hablas de esto-saca de su bolsillo el frasco de las pastillas-pues no, y no lo haré más... ahora estoy de vuelta a la vida-sonríe.
-estás rara creo que deberías tomarte las pastillas-intentó dar pasos lentos hacia ella. Para intentar calmarla.
- ¿tienes miedo cielo? -cada palabra solo hace que su sonrisa se ensanche.
-no....solo que no estoy adaptado a verte así vestida, ni caminar así-finjo una sonrisa inocente.
-Soy yo... solo que en otra versión de mi -inclino la cabeza de lado, sonriendo con inocencia.
-Esto parece una peli de terror-espeta Kayle detrás de nosotros.
- ¡Oh, Kayle!, ¿hace cuánto estás ahí? - la falsa emoción es tan evidente.
- ¿Meg? -en su rostro hay una expresión de miedo y preocupación.
- ¿Meg?, tenía entendido que ese era el nombre que mamá se había puesto para tapar nuestra identidad. En verdad es Jessie y tú siempre la llamas Jessie, ¿qué pasa aquí? -pregunto algo nervioso.
-¡ups!, eres rápido exactamente igual que tú madre y tu padre-sonrío.
- ¿de qué hablas?, ¿por qué hablas como si mamá fuera otra persona?
-porque lo somos. Un gusto mi niño porque eres mío, me llamo Meg-cada palabra es menos entendible que la otra.
-no entiendo nada-me dejo caer en el sofá, abrumado.
-Meg para, acaso no ves que lo abrumas-habla tía enojada.
-no sé de qué hablas Kayle- ríe llena de diversión.
-¿de qué te ríes?
-de que cayeron, ¡Ja,ja,ja!-su cara se torna roja.
-Mamá me asustaste-digo levantándome del sofá, dejando un corto beso en su mejilla.
-lo siento cariño, era una broma-sonríe encogiendo sus hombros.
-te veo que te levantaste de humor, me encanta verte así. Bueno me voy-sonrío.
-cuídate cariño. Kayle tu y yo debemos hablar, ¿no crees? -la toma del brazo caminando a la cocina.
Podría ir a la cocina y escuchar la conversación, pero solo llegaría tarde al trabajo. Cierro la puerta montando en el auto de camino al trabajo, aun con lo ocurrido en la cabeza.
Erick
Ver a tía en la mañana tan distinta me hizo preocuparme, supongo que debe ser que no tomo su medicación; Ya con eso podría engañar a cualquiera, pero no a mí, pero que más da aun no tengo nada que me haga sospechar lo suficiente.
-Tierra llamando a Erick-capta mi atención, pasando sus manos delante de mí.
-Perdón...estaba dándole vueltas a un asunto, ¿Qué necesitas? -disimulo con una sonrisa agradable.
-Espero que no sea nada grave, ¿tienes algo que hacer esta noche? -pregunta nerviosa, jugando con su cabello.
<<Ya tienes una presa nueva>>
<<Calla, ella no>>
-Bueno, hoy mi madre en la mañana me dijo que teníamos una cena familiar, invito a una amiga con su familia a comer con nosotros-explico, sin dejar de mirarla a los ojos. Adoro como la pongo de nerviosa.
-Bien, supongo que podría ser para otra ocasión-dice con decepción, girando para irse.
La tomo del brazo, sintiendo su mano temblar, contiene la respiración un segundo para luego girarse y mirarme nuevamente.
-Espera, yo tengo una idea mejor-la tomo de la cintura pegándola cara a cara conmigo-Ven conmigo a la cena de esta noche.
-mmm...no será en familia-habla en tono rendido sin dejar de mirar mis labios.
-Ya, pero yo quiero comerte esta noche...perdón, cenar contigo esta noche-digo, rozando mis labios con los suyos, dándole una pequeña y suave mordida en su labio inferior.
Me alejo ofreciéndole una sonrisa pícara, pero sutil. La veo tragar, y llevar sus manos a los bolsillos de la bata llena de nervios. En un gesto inocente pasa la lengua por su labio inferior, haciéndome querer abalanzarme sobre ella y devorar esos labios.
- ¡Ejem! -aclara su garganta- Muy bien-me regala una sonrisa nerviosa.
- ¡Erick, una emergencia! -grita la enfermera.
- ¡voy! -grito-A las 7 paso por ti-le regalo una última sonrisa, antes de alejarme a paso apresurado.
(...)
Salgo del trabajo yendo a casa a alistarme para ir a recoger a Grace. Tomo el claxon para que sepa que estoy aquí, salgo del coche esperándola recostado a la ventanilla, a lo minutos aparece en mi campo de visión con un elegante vestido anaranjado pegado al cuerpo que hace contraste con su piel trigueña, resaltando sus hermosas curvas, sus generosos senos y su empinado, redondo, pero nada exagerado trasero. Su hermoso cabello castaño claro, ondulado, suelto cubriendo con uno de los mechones el escote. Sus finos, pero deliciosos labios llevan solo un ligero brillo rosado claro, que me dan ganas de quitárselo a besos. La sombra de ojos, resalta el color verde aceituna de sus ojos. Luce sencillamente bella, por eso me gusto la primera vez que la vi. Ella es tan diferente a todas esas mujeres con las que he estado, es tan natural, espontanea, tímida, divertida. Y eso la hace jodidamente única ante mis ojos. Me acerco tomándola de la cintura sintiendo como la respiración se detiene, eso me encanta. Me encanta como la hago sentir nada mas de hablarle, tocarla, sin tan siquiera haber llegado tan lejos. Dejo un corto beso en su frente, llevando mis labios a su oído.
-Te ves...no existe palabra para expresar lo maravillosamente hermosa que te ves esta noche-susurro, oliendo su aroma.
-mmm... ¿enserio?, no estaba convencida-musita nerviosa.
-no tienes que preocuparte por esas cosas, tu siempre luces jodidamente hermosa-acaricio su mejilla sin dejar de mirarla a los ojos.
-Tú también estas muy guapo esta noche.
-Gracias-abri la puerta del auto ayudándola a entrar.
Me subo al auto conduciendo a casa.
(...)
Guardo el auto en el garaje, me volteo para verla, sus temblorosas manos juegan con el borde el vestido. el nervio es obvio hasta en su rostro, no sé qué le causa tanto nerviosismo porque mi familia es tan... anormal, eso es porque normal no es. Todos estamos locos de alguna manera. le tomo de la mano haciendo que sus ojos se encuentren con los míos.
-no estés nerviosa.
-Estoy bien-fuerza una sonrisa nerviosa-solo espero caerles bien.
-no te mentiré, son raros...mi hermana es grosera. Pero fuera de eso no te debe importar nada más, todo estará bien-hablo en lo que acaricio su mano.
-muy bien, si puedo luchar contra la muerte, para salvar a los pacientes puedo con esto-sonrió al oírla auto animarse.
-No te rías, ¿Qué te hace gracia?
-Esto-estampo mis labios con los suyos.
Dejando un corto y tierno beso, para luego alejarme de ella dejándola con los ojos abiertos como platos.
-respira...no quiero ser el primero en matar a una persona por un beso-alerto lleno de diversión. Saliendo del auto.
-Erick, quiero que me dejes claro si solo juegas o...-no la dejo proseguir.
-me gustas Grace...la verdad es esa, de verdad estoy enamorado de ti, pero no creo ser suficiente hombre para ti-aclaro, ayudándola a bajar del auto.
-Para mi eres hombre suficiente, estoy enamorada de ti y ahora que me diste una oportunidad no te dejare- su voz esta llena de sinceridad. Sujeta fuerte mi mano.
-No sabes lo que dices, puedo hacerte mucho daño... y lo peor es que lo disfrutaría- la sostengo de la barbilla, pegándola mi frente con la suya.
-tómame, úsame, Dáñame, corrómpeme. Pero déjame ser tuya, solo tuya-susurra, rozando sus labios con los míos.
<<toma, rompe, destruye>>
-será un placer corromperte hasta el alma-susurro, pegando sus labios a los míos.
-¿Qué tenemos aquí?-la insoportable voz de mi hermana hace que nos alejemos.
-Kam, ¿qué haces aquí? -pregunto irritado, tomando de la mano a Grace.
-Mamá te vio cuando llegaste, me pidió que me asegurara que estabas bien, por tu demora. Pero veo que estas bastante bien.
<<Es tan falsa que da asco>>
- ¿Qué quieres? -voy directo al grano.
-Que bien me conoces, sabias que nuestra media hermana se puso en contacto con mamá para decirle que se mudo de cuidad-su molestia, preocupación es obvia.
<<era eso>>
-lo sé, ella me lo dijo a mi primero-hablo con tranquilidad.
- ¡oh, entiendo!, muy bien-se giró-por cierto, chica... Grace creo que era, cuidado con lo que deseas-con eso desapareció escaleras arriba.
<<Hija de puta>>
<<no la mato porque es mi hermana>>
<<mataste a Jade>>
<<Cierto>>
-sí que es rara-hablo Grace trayendo a la realidad.
-si. Venga, vamos antes de que manden a la guardia civil a buscarnos.
Meg
Grace la chica que Erick trajo a casa nos cayo bien a todos, excepto a Kamila que claro ella se puede ignorar. Tocaron al timbre y Kayle con todo el embullo del mundo fue abrir, yo me dirigí a la cocina por un vaso de agua, tanta cháchara me dejo la garganta seca. El liquido hace contacto con mi garganta haciendo que esta se refresque. Siento los pasos de alguien acercarse, debe ser Kayle debo de dejar de estar tan alerta.
-¿Puedes darme un poco de agua?
<<esa voz>>
Me giro para confirmar que enserio no este alucinando, pero no lo hago, es el... su cabello Castaño como cuando nos conocimos la primera vez, sus ojos miel, su musculoso cuerpo. Adriel.
-Claro, tómala por ti mismo-me aparto de la nevera, sentándome con el vaso de agua en la meseta.
La extrañes en su rostro me hace gracia, yo si no me creo ni una mierda que enserio haya perdido la memoria, pero bueno veamos hasta donde puede seguir con sus mentiras. Fueron unos años lejos de él, Jess culpándose por su muerte, extrañándolo, necesitándolo. Y estaba vivo, lo mas gracioso con otra mujer, porque el es el esposo de amiga de Kayle. Ella y yo jurando que sería el único hombre, cuando a él parece olvidársele que el mío...solo mío, mi rey.
-está bien.
-Tu debes ser el esposo de la amiga de Kayle, un gusto soy Meg-extiendo mi mano.
-el gusto es mío, me llamo Adriel Klein-toma mi mano con fuerza.
Su tacto vuelve loco mi cuerpo, que enseguida lo reconoce.
-Mira qué casualidad nosotros también somos Klein. Pero yo te visto antes-sonreí de lado.
-Lo siento, pero no recuerdo nada de mi pasado-habla con sinceridad.
No puedo evitar que una risa maliciosa se dibuje en mis labios, me levanto posicionándome frente por frente a él.
-Tranquilo que fue reciente, en el parque-aclaro.
-Ah, cierto. La chica que se fue a toda prisa llorando-sonríe.
-bien, debo ir a ver unas cosas fue un placer conocerte antes de irme.
-¿A dónde iras?, pregunto porque tenemos una cena no participara-intenta ocultar la molestia.
-Lo siento, pero ya quedé con una persona importante esta noche-miento.
-No es de mala educación-se acerca más a mí.
-¿El que?-pregunto haciéndome la tonta.
-Dejar a los invitados en casa-sus ojos se clavan en los míos.
-¡Ja,ja,ja!-no puedo evitar estallar a carcajada.
Porque es obvio que recuerda todo y le jode, que me vaya a salir con alguien más. Cuando aprenderá que no puede jugar conmigo porque terminará perdiendo.
-¿de qué se ríe?-su molestia es tan obvia.
Me acerco tanto a el que nuestros labios están a escasos centímetros de distancia, recuerdo de mis labios devorando los suyos se repiten una y otra vez. Sus ojos observan los míos con tanto deseo que creo que debe estar haciendo de todo su auto control.
-Qué se puede perder la memoria, pero jamás el sentimiento-hablo pegada a su oído. Haciendo que sus músculos se tensen.
-concuerdo contigo, pero es mejor vivir el presente y enterrar el pasado-cada palabra se grabó en mi mente. Y dolería sino fuera porque eso es trabajo de Jess.
-Cierto...gracias por recordarme eso.
-De nada-se despegó de mí.
-fin del juego-me giro para continuar mi camino.
-¿Qué?-ríe lleno de diversión.
-fin del juego...el rey acaba de perder a su reina-digo llena de seguridad.
¿Qué creen de esto?
Dejen sus comentarios.
besitos. advierto el próximo capítulo estará caliente.
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