Capítulo 18 (Lado Oscuro bienvenido seas)
Evelyn
Mi mente por alguna razón viajo a aquel día, recuerdo estar escondida cuando Ray lo trajo muerto. Dariel lo hizo esperar en la sala en lo que sus hombres llevaban el cuerpo a la habitación de tortura, el pobrecillo de Ray esta con los ojos tan rojos por las lagrimas que parecía un vampiro, Dariel le daba un sermón de que había echo lo más conveniente. Me apresuré en entrar en la habitación viendo su cuerpo pálido sobre la camilla, algo parecido al dolor pude sentir porque a pesar de todo yo lo quería vivo quería ser personalmente yo quién lo matara. Lleve una mano a su rostro y fue cuando noté que aun respiraba, aun no estaba muerto más bien estaba dormido. Golpeé su rostro repetidas veces hasta que lo abrió sus ojos, sea lo que sea que le había dado sabía que estaba apunto de despertar. Sus ojos miel me recorrieron enseguida algo confuso, le di una sonrisa fría y fue más que suficiente para que fruñera el entrecejo.
-¿Quién eres?-preguntó con certeza.
-Ya veo que a ti no te puedo engañar como Adriel, y mira que me costo, aunque al final se dio cuenta y tuve que aplicarle un chantaje. A ti no te haré ningún chantaje porque en verdad vine a asegurarme de que estuvieras muerto-sentencié con malicia.
-¡Te hice una maldita pregunta!-espetó furioso.
-Seguro que quieres saber quién soy, en el momento en que lo sepas tendré que matarte no tendrás oportunidad de salvarte. Ni siquiera de hablar con ella por última ves-lo dudo por lo último pero al final asistió-Pues bienvenido al juego de Evelyn-susurré en su oído, al agarrarlo del rostro con ternura.
Me aparto de un empujón de él haciéndome chocar contra la mesa de utensilios, dibuje una sonrisa de diversión ya que esto se estaba poniendo bastante interesante. Volvió a caer en la camilla débil, ese veneno que le habían inyectado Ray hacía efecto lento, dentro de poco no podría moverse. Me acerque a él viendo como escupía sangre por la boca, sus labios se pintaron de un carmesí tan tentador que lo besaría sino fuera porque debo aguardar la distancia.
-¡Mátame de una vez!- esculpió furioso.
-Cariño se que piensas que la salvaras de pasar dolor nuevamente pero no, Lex morirá mañana y por si fuera poco será un dolor doble. Tanto para Jess como para Meg, ella te encontrará muerto mañana y tendrán que presenciar la muerte de Lex frente a sus ojos. ¿Qué doloroso verdad?, sinceramente gracias por ahorrarme el trabajo. Pensé que sería más difícil deshacerme de ti, pero Meg se descuido y tú también. Se notan que son uno para el otro-confesé, sus ojos me miraron con desprecio-No me mires así, en la guerra y en el amor todo vale, yo siempre hago todo por lograr mi objetivo.
-Jamás conseguirás destruirles; mientras permanezcan juntas. Nunca lo conseguirás mientras la luna roja siga existiendo...ella te destruirá cuando lo sepa. Hay algo en ti que me causa sentimientos ¿sabes qué?-me cruce de brazos recostándome a la otra camilla indicándole con la cabeza que continuará- Que me das pena, demasiado para ser exacto. Porque podrás eliminar a las personas que las quieren y ellas quieren, para hacerles daño y dejarlas solas, lo que no sabes es que ellas jamás estarán solas. Jess nunca desaparecerá mientras tenga quien la quiera y quien ella pueda querer. A Meg mucho que menos, mientras tenga a quien cuidar y proteger estará siempre ahí, pero en cambio tú...nada, no hay absolutamente nada que impida eliminarte. Estas tan jodida, incluso más que yo. Yo al menos descansaré y se que mi Luna me vengará...pero tú no tienes nada y lo peor de este mundo es estar solo y saberlo, saber que lo único que te mueve es un solo objetivo ¿y luego que? Nada, eso eres nada. Y al final se que quieres que te odié pero no puedo, porque eso implica odiarla a ella y yo nunca jamás la odiaré a ninguna de las dos. Una porque es mi mejor amiga y la otra es todo.
-Yo no necesito a nadie, eso es lo mejor...yo nací sola y el día que muera, moriré sola. Así que al final uno siempre esta solo. Y si tengo que matar a todas las personas del mundo para eliminarlas para siempre lo haré, por que no hay nada que me complace más que ver a todos sufrir. Tranquilo se que estoy muy jodida y enferma cuando disfruto de cosas que solo un verdadero demonio disfrutaría- Confirmo con decisión.
Con miles de esfuerzos se levanta de la camilla agarrándose de las cosas ya que se esta tambaleando. Hasta detenerse frente a mi, su cuerpo cayo encima mío abrazándome su cabeza quedo apoyada en mi hombro. Me abrazó con tanta fuerza que pensé que me rompería, movió su cabeza pegándola en mi oído.
-Luna, se que puedes oírme. Quiero que sepas que a pesar de todo no te odio, no quiero que te odies por esto, no es tu culpa. Al revés soy yo el que tiene que disculparse contigo...yo...yo tuve que haber sido más fuerte y haberte sacado de aquel sótano, así tan vez jamás te hubieras roto de esta manera. Fue débil y te fallé, lo que sí me jode es que no voy a poder cumplir la promesa de aquella noche. Mi luna, perdón. Te amo y se que tú también, si ódiame pero jamás podría yo hacer daño sabiendo que te lo hago a ti. Te espero en nuestro sitio, con el firmamento vestido de negro bajo una inmensa luna roja-susurró casi en suspiros.
Mi corazón se acelero y la cabeza me comenzó a palpitar dolorosamente. Ella intenta salir, no se que esta haciendo él exactamente. Una de sus manos se enredo en la mía, con apenas fuerza pego sus labios a los míos. Mientras el beso se intensifica siento que no puedo mover mi cuerpo, que pierdo el control por segundos.
-Te amo, Oscurito-musité sobre sus labios, mientras una lágrima rueda por mi rostro.
Entrelazo sus dedos con los míos sujetándome con firmeza, la otra mano permanece en mi rostro acariciando mi mejilla. Mis labios se mueven al ritmo de los suyos, sin poder controlarlo. Mis manos lo sujetan con fuerza para que no se caiga. Siento una fuerte opresión en mi pecho, el dolor. Abro mis ojos lentamente sin dejar de besarlo grabando cada centímetro de su rostro, presencio como las lágrimas caen de sus ojos cerrados mientras me besa. Tomo uno de los cuchillos de la mesa con cuidado de que él no lo note, lo aproximo a mi costado con la intención de apuñalarme. Pero la mano que mantiene en mi rostro baja hasta el cuchillo tomándolo en su mano y encajándoselo del impulso el mismo, un quejido de dolor es traga por nuestro beso. Me sostiene con fuerza la mano sobre el cuchillo con su sangre, más lágrimas salen. Siento la necesidad de salvarlo. Sé que sigo así perderé por completo el control.
<<Maldita sea>>
Por un segundo su mano deja de sostenerme, sus labios se detienen. Su cuerpo cae pesadamente sobre mí. Siento sus últimos suspiros en mi oreja.
-Te...a...m...o-salió entre suspiros entre cortados, tan bajito e inentendibles.
La cabeza me dio un último latigazo haciendo que mi cuerpo cayera con el de él al suelo y nuestros ojos que se miraron por última vez se cerraran.
Fue la sensación de derrota que sentí por primera ves y debo confesar que no me gusta para nada. Por suerte Dariel me sacó de ahí antes de Ray me hubiera visto, jamás quiero volver a sentir sentimientos tan asquerosos con esos. Lo de Lex por suerte no tuve que presenciarlo, no quería tener que sentir nada nuevamente.
Me levante con cuidado quitándomelo de arriba igual, me bañe, me vestí y salí del cuarto. Sé que a Erick y Near no les tomara mucho tiempo encontrarme ya que ellos vendrán aquí, pero el mejor plan es atacar desde dentro. Iré hasta halla y me haré pasar por Meg, luego desde adentro será cuestión de días para que los lleve de regreso a casa y ahí sin los ojos de Drex. Dariel cobrara su estúpida venganza con Erick y yo mataré a Near.
Siento unos brazos abrazarme por la espalda, lo miro sonriendo con malicia.
-Tengo un plan, para acabar con los Klein-anuncio, su rostro se llena de malicia y diversión.
-Dime preciosa.
-Daremos el golpe desde dentro-digo y los dos reímos a la par.
Buenas noches Klein, bienvenidos a mi lado oscuro preparaos para morir.
Nota Importante: Ya nos acercamos casi al final de la historia unos capítulos más y acabaremos con esta magnífica historia. Necesito saber si quieren un apartado de los momentos de Edén y Meg, déjenmelo en los comentarios.
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