Erick 

Buscamos a toda prisa a Kami pero no estaba así que nos montamos en el coche, y justo cuando arrancamos apareció Kami. Near le hizo señas para que viniera hasta nosotros, se montó en el coche.

-¿Qué sucede?-pregunta con normalidad.

-Que estamos en peligro y mi madre a pedido que salgamos de casa, hacia casa de tio Drex-responde Near.

-Ya, ¿todos debemos ir?-en su voz hay frialdad.

-Si.

-muy bien, ya que estoy obligada adelante-se cruza de brazos mirando hacia a la casa.

-¿estas bien Kam?, desde lo ultimo no te hemos visto en la casa. Y con lo de mamá pensé que estarías más afectada-digo mirándola por el espejo en lo que conduzco.

-Lo de mamá me afecta, pero no soy una llorona, y estoy mejor que nunca-confiesa, pero en su voz hay algo raro.

-Siempre has sido una chica sin corazón-la observa esperando una respuesta por parte de ella Near.

-Si, sentir no es algo que hago. Pero imagino que tienes que estar muy feliz ahora que sabes que no te acostaste con tu hermana, o prima-Divulga con malicia. Near se calla incomodo.

Pensé que dirían algo más, pero Kam se centró en su celular, Near en hacerse el dormido. A la mente me viene mi dulce Grace, mi madre. Siento el nudo crecer, pero al ser el más maduro prefiero mantener la máscara. Un olor raro se empieza a ser presente en el auto. Mi vista se me nubla, detengo el auto y sin poder decir algo caigo de cabeza contra el timón.

(...)

El ruido a lo lejos hacen que despierte, lo primero que detecto es un fuerte olor a sangre que hace inquietarme. Abro mis ojos y el escenario delante de mi me hace quedarme inmóvil por unos segundos, hay un hombre con la garganta rajada a mis pies. Su sangre a salpicado mis zapatos y mi ropa, frente a mi están todos... y cuando hablo de todos me refiero a Near, Kam y Grace. Siento que me descontrolare en cualquier momento, pero sin ni siquiera moverme lo se estoy tan amarrados como ellos. Observo toda la habitación parece una especie de cuarto moderno, está lleno de cámaras y las cuatro paredes tienen cuatro tubos que salen de ellas. Hay armas, toda clase de armas en toda la habitación, desde tortura hasta objetos para torturar. La puerta se abre y mis ojos se encuentran con un pelirrojo de ojos negros, en sus ojos hay diversión al igual que en su sonrisa.

-Bienvenido Erick, ¿estás a gusto? -pregunta con una fingida sonrisa de amabilidad.

-Si yo estuviera en donde estas tú ahora, y tú donde estoy yo. Entonces si sería divertido-Dictamino con diversión.

-Pudiera, pero entonces no sería tan divertido, ¿no? - dicho lo último da un certero golpe en el estómago.

-Hijo de puta, eso fue un golpe bajo-digo entre dientes.

-No un golpe bajo sería esto-da un rodillazo en mi entre pierna haciendo que pierda el aliento.

-Golpeas como niña-bromeo.

-Vale, entonces si golpeo como niña no tendrás ningún inconveniente con que golpee a una cierta doctora-habla con obviedad ante lo que es claro que quiere hacer.

-¿Y porque mejor no me comes la polla?-soltó Near con molestia.

-¡Oh!, que tierno-Finge ternura-Veremos si piensas lo mismo después cuando tengas a los perros delante-dictamina. Se gira encaminándose a la salida.

-¡Ay!-un quejido por parte de Kam hace que miremos-putos hombres, débiles de mierda dejen dormir-se queja de mala gana.

-Tú....¿por quien empiezo Kamila?-Pregunta centrando sus ojos en ella.

Kam mira hacia nosotros y luego sus ojos se detienen en la persona que más temo que escoja, niego con la cabeza cuando me mira.

-¡No, no lo hagas!-rujo con enojo.

-¡Silencio Klein!-me calla el tipo ese.

-¡No me callo!-escupo con ira, intentando zafarme.

-No me queda más remedio que callarte-se acerca a mi para amordazarme, pero le doy un cabezazo.

-¡No!, ¡nadie la toque, matare a quien se atreva!-grito con ira.

-Hijo de puta, me rompiste la nariz-me propina una patada en el estómago-date prisa Kamila que estoy cambiando de opinión, y a lo mejor...-interviene.

-¡Grace!-suelta con rapidez.

-¡No!, ¡no!-grito.

-Muy bien Kami...ambos tuvimos el mismo pensamiento-sonríe con diversión.

Me retuerzo entre las cuerdas intentando soltarme, pero están muy bien atadas, siento impotencia y la ira acumulándose. La cabeza me duele, las voces aumentan, los susurros. Siento la sangre bombear con rapidez, los ojos me arden, lagrimas acumularse; el solo echo de que le pongan una mano encima me causa un fuerte dolor en el pecho.

-Por favor, a ella no... Hazme daño a mí, pero a ella no. Por favor-suplico cuando una lagrima cae por mi mejilla.

-¿Qué dijiste que no logro escucharte?-coloca una mano en su oído.

-Dáñame a mí-pido casi suplicando.

-¿Qué la mate?-verbaliza como si no escuchara, acercándose a ella y con un cuchillo acariciando su cara.

-¡A mi joder!, ¡A mi...por favor!-suplico.

-Muy bien solo porque me conmoviste...haremos un trato, ¿la amas tanto que serías capaz de morir por ella?- pregunta aproximándose a mí.

-Si... Mátame, pero déjala ir-respondo con sinceridad.

-¡¿Erick estás loco?!-grita Near intentando hacerme entrar en razón.

-Erick, no lo hagas por favor. No quiero perderte...prefiero morir yo-suplica Grace ahogada en lágrimas.

-Si, estoy loco por ella eso contesto el asesino que intento matar de tristeza a la princesa, hasta que un día termino enamorándose de ella-solté mirándola directamente a los ojos.

-¡No Erick!-suplicó con los ojos llenos de lágrimas.

-Bien...haremos lo siguiente yo te hare de todo, pero en el momento que pierdas el conocimiento ella será tu relevo.

-Muy bien, acepto-determino sin ni siquiera dudarlo por un segundo.

-Qué bonito el amor-Ríe con malicia.

-¡Mierda, yo lo haré!-determina Near.

-No, Near Klein...aun no es tu momento-admite con alegría-ahora silencio.

Se acerca a cada uno de ellos amordazándolos, luego se acerca a mí. Las luces se apagan haciendo que no vea nada, solo oír. Lo último que siento es un fuerte golpe en mi cabeza.

(...)

Despierto en el centro de una habitación blanca, todo están blanco que siento que me estoy mareando. Mis manos están encadenadas al techo, por lo menos mis pies tocan el frio suelo blanco. Y ahí en aquella habitación en una silla a unos metros de distancia esta Grace mirándome fijamente con los ojos vidriosos, esta atada y amordaza. La observo con dolor se cuanto le duele esto, me preocupa tanto lo que le pueda pasar que no me preocupa lo que me pueda pasar a mí. Fue suficiente cuando perdí a mi madre, perderla a ella también seria algo que me llevaría a la locura.

-Tranquila Princesa saldremos de esta-Hablo para tranquilizarla.

Sus sollozos descontrolados y fuertes hacen eco en la habitación, quiero abrazarla jurarle que saldré de aquí con vida. Quiero poder hacerla dejar de llorar, siento que si la ira me diera super fuerza ya hubiera roto las putas cadenas y le hubiera reventando la cabeza al idiota ese.

-Me haces difícil que me porte bien, tal vez cometa una locura sino dejas de llorar-advierto con tranquilidad.

La puerta se abre revelando al mismo hombre, se sienta en una silla con unas palomitas. Detrás entra un tipo pelinegro y ojos verdes, este trae una pistola que desde que entra apunta hacia Grace. La suelta al igual que le quita la mordaza, ella tiembla de miedo y eso me altera.

-Toma ese cuchillo-ella obedece con temor.

-Ahora comienza el juego, ella será quien te torturará a ti. Y si pierdes la conciencia tu se lo harás a ella, o dejare que mi querido Ale aquí presente se divierta con ella...y créeme no te va a gustar-determina.

La veo negar y se que esto la matara, que quedara en su mente. Y es que debe hacerlo, prefiero morir en sus manos que en manos enemigas.

-Venga princesa...hazme mucho daño-solté con seguridad-te dejo mi vida en tus manos, confió en ti-termino.

Continuará...