Capítulo Único
chatea.com
Esa página web que fácilmente podrías encontrar gracias a cualquier navegador de Internet.
Esa página donde unía a muchas personas para cualquier necesidad urgida o no, publica o no, bizarra o no, mayores o menores.
Un página social todo público.
Una página donde podías crear un nickname loco sin mucha censura.
Dónde podías ocultar tu verdadero yo, solo para conseguir una cita, una amistad, pareja, un momento hot, o tal vez inclusive amigos locos.
Un lugar que sin dudas había sido un gran amigo para Maná.
Lugar donde innumerables veces había ido por aburrimiento.
Mucho antes de que Amino apps, messenger, tinder u otras aplicaciones fueran de moda social.
Girl96, era su nickname.
Y así había comenzado su nueva aventura, donde escribió el hashtag de su país, para luego abrirse un mundo de personas que le empezaban a escribir sin parar.
Otras sólo deseaban tener una amistad, otros si que estaban urgidos, mientras que otros sólo se unían con él mismo objetivo que ella, hacer un amigo y que onda pasaba.
JOsFe4.
Ese fue el nombre de la persona que le intrigó con su intención sólida de solo tener amistad. No escribía nada mal, no era difícil entenderle y trabajaba.
Ella con 22 años aún no trabajaba de manera estable, pero algo era algo. Este tipo le había dicho que tenía 26 años, unos años mayor que ella. Pretendió que aquello no le molestaría, creía que no sería problema aunque nunca había estado hablando con una persona regulamente cercana a su edad. Si bien tuvo hace tiempo atrás amigos de 30 o 29 pero nunca de veintiséis años. Por lo que le daría el beneficio de la duda, y lo conocería.
En fin, el tiempo fue pasando, meses tras meses siguieron conectándose en la misma sala y se buscaban para charlar, empezaban a notar que era difícil mantener una charla estable por el sitio entonces se mudaron a Hangoust, evidentemente Maná no tenía mucha confianza como para pasarle el número telefónico.
Por lo que el tiempo fue pasando, cumpliéndose cinco meses, creyó que el momento había llegado, el men empezó a insinuarse, y una cosa llevó a otra. Siendo así como un domingo por la mañana, ambos habían acdado encontrarse en un motel.
Sin embargo, Maná estaba algo inconforme con pequeños detalles que iba notando. Estaba nerviosa, si. Pero el men sólo le dejaba elegir un motel gratis, pero éste le había dicho que consiguiera el preservativo, menos mal que había salido con dinero por si las dudas, pero algo en ella se empezó a incomodar. El recuerdo de la última vez en una farmacia con el mismo objetivo había sido muy vergonzoso, por lo que aprovechó que una estación de servicio estaba muy desierta y la dependienta era mujer, para pedir consejo lo cual apesar de que tuviera las mejillas calientes por la vergüenza, se sintió independiente al hacer esa diminuta acción sola pero por algún motivo sentía que estaba mal hacerlo sola. No sabía porque esperaba que las cosas fueran distintas.
El men había llegado, con una mochila y la situación era incomoda. Ni siquiera un beso, ni siquiera un abrazo solo un saludo incómodo se dieron. Ambos llegaron a la cuadra totalmente encubierta por una cadena de moteles, tenían todo a sus manos pero con cierta inseguridad ella seguía el paso del men tratando de hacer una conversación pero su falta de resistencia ya la empezaba a cansar de solo caminar. Odiaba no saber conducir aún.
Maná, al entrar en el estacionamiento se sintió pequeña. Ya no había marcha atrás, era ahora o nunca. Volvería a estar en la cama con alguien demasiado desconocido y de cierta manera se alegraba de que no formará parte de círculo cotidiano. Capaz era muy desconfiada o fría, pero desde la última vez había aprendido a no confiar su identidad real ni ubicación con los hombres que iban a saciar su necesidad sexual.
Tal vez los años la habían hecho ser precavida. O cautelosa.
En fin, Maná se encontraba viendo como el hombre de seguridad les abría la puerta del garage de la habitación la cual utilizarían. Había oído que no era muy caro la hora en aquel lugar, por lo que ya sabía que si esto funcionaba este sería el lugar frecuenta ya que no era ni muy lejos de su propia casa ni tan cerca.
El costo de la hora en la habitación era solo 15000 guaraníes. Por lo que ni tan caro era. Aunque nunca había durado una hora en mantener relaciones sexual. Así que esperaba que todas las cosas tuvieran un motivo bueno para ser caras.
Aunque con lo de haber gastado en el preservativo esperaba que ya cumpliera como ayuda comprometida en la situación. Bueno, al entrar en la habitación se encontraron con una gran cama, una pared de espejos con una silla en forma de "s" acostada, aire acondicionado y una TV. Dos puertas una conducía a donde debíamos pagar por la habitación y la otra era directo para el baño que al parecer tenía discoteca incluida.
Cosa que nunca en la vida había visto antes, bueno, mejor dicho Maná nunca había estado en un motel. La última vez lo había hecho en la casa del chico así que esperaba que valiera la pena esto o se tendría que volver a resignar a una vida triste.
[...]
El tiempo pasó, la respiración de Maná se volvió incomoda al ver como el chico se empezaba a quitar los zapatos mientras que prendía el aire acondicionado, ella dejaba en la silla extraña su cartera pequeña pero en cuanto se empezó a deshacer también de sus zapatos, sintió la respiración de alguien en su cuello. Tanto que por un minuto se sintió tan pequeña e inexperta, y bueno lo era en cierto sentido, no sabía que pasaría pero en cuanto el men beso su cuello tembló completa.
«¿Te parece si quitamos esto? Me estorba un poco.»había escuchado Maná. Siendo así como los besos nacieron, y la ropa fue a segundo plano, los besos iban por todas partes hasta que ya nada tenían. Aunque el men tras toquetear la parte íntima de ella, unos minutos donde solo jadeos se escuchaba provenir de ella tras las palpitaciones de su corazón acelerado, pero aquello se detuvo abruptamente cuando el men le dijo que era su turno. Por lo que con algo de molestia, bajó a la altura de la entrepierna y con mucho cuidado empezó a practicar el oral, bastante inexperta pero aún así escuchó los "mmm" de placer y los buenos elogios venir del men. Por lo que, se sentía feliz y orgullosa de saber que al fin algo estaba haciendo bien.
En cuando terminaron eso, llegó el momento esperado, ella se acostó en la cama con la espalda contra el colchón avergonzada de ser tan consciente que nuevamente estaría con otro hombre, mientras que el men frente a ella con maestría se colocaba el preservativo. Con delicadeza empezó a sentir la penetracion del glande, y así poco a poco sentir una molestia inminente en esa zona por el tamaño del miembro, claramente no se dejaría llorar no era de demostrar lo débil que era, demasiado orgullosa era. Por lo que en cuanto lo sintió completamente llegar al límite de su propio interior ambos se quedaron un momento paralizados.
Maná no lo podía ver, tenía vergüenza porque había visto sangre en sus manos y luego está manchar la sabana. Pero este solo la veía, sin decir nada la besó, no emitió nada y poco después se empezó a mover, logrando que las piernas le temblaran.
Cada vaivén era una sensación entre incomodidad, quemazón y dolor, pero no era tan insoportable por lo que siguió callada por bastantes segundos o tal vez minutos, hasta que el chico empezó a notar tal vez que estaba menos tensa y el vai en empezó a ser constante. Sintiéndose en la gloria por un momento.
Por primera vez sentía placer, sentía que tenía algo llenándola y no era más falso contacto. Así iba sintiendo las buenas y bien recibidas embestidas fuerte, tanto que sin poder evitarlo pidió que fueran profundas. Siendo así que descubrió sus deseos más condenados y los que de verdad le gustaba. Pero al parecer al chico no le bastaba la posición por lo que le pidió que se pusiera en cuatro, y no se hizo esperar de nuevo la molestia del quemazón al entrar pero la forma en la que la fue penetrando la hizo flaquear y casi quedar totalmente Boca abajo en la cama.
Las embestidas iban y venían, sintiendo como cada vez le gustaba más, tanto que en el momento que ya al fin estaba por llegar a ese momento, lo sentía, sentía como su intimidad cada vez se mojaba más pero de un momento a otro el men terminó por correrse y ella no. Se sintió ofuscada y caia cuando la sacó de su interior.
Decepcionada una vez, Maná ni pudo moverse, ni siquiera en mucho tiempo no había hecho tal actividad física ni deportiva. Por lo que cuando se iba a volver a rendir, se negó a sí misma terminar así por lo que lo estiró demandando más de él. Extrañamente agarró otro Condon y se lo puso, pero está ella pidió que probarán esa extraña silla. De la cual el hombre negaba ni sabía para que Sérvia por lo que ella se colocó pancha y perezosa mente a cuatro sobre la superficie semi alta de la "s" acostada al suelo, y dirigió el pene de nuevo a su interior, gimió gloriosamente al sentir ya placer en vez de dolor ante la penetracion y así fue como nuevamente las paredes parecían que cedería ante el placer, ella ya no podía decir palabras por lo que solo emitía suaves y pequeños gemidos y jadeos. Nunca había sido ruidosa en el sexo. Pero está vez al menos emitía sonidos de que sí le gustaba la situación.
Pero en cuanto de nuevo estaba a punto el men se detuvo, y los humos de calentura se quedaron allí. Se había corrido nuevamente el men, pero ella no, ya para esta vez se entia sumamente frustrada.
Le pidió por última vez, que le hiciera un oral capaz así si podía llegar. Pero el men no quiso mas. A menos que.. A menos que la dejara tener un anal. Pero ella dijo que no, desde la última vez que no salió bien, su trauma era esa, no podía ni quería volver a sentir dolor en esa parte.
Por lo que el men se le quedó mirando con enojo, y le dijo: "entonces no cuentes conmigo, me voy a bañar, no vengas, no me gusta el sexo en la ducha", una vez dicho esto, ella cansada y adolorida solo se sentía humillada y triste.
Algo andaba mal con ella, quizás. O esté hombre hacia todo mal. Le había pedido más, no se había callado pero de igual manera al haber sido más exigente se había quedado aún así con la ganas del ansiado orgasmo.
Desde aquella vez, pasó varias veces que tuvieron sexo como follaigos y nunca pasaba el orgasmo, le gustaba la situación pero nunca llegaba. Y no podía sentir más allá que saber que esto no iba para más, porque el mismo men no deseaba ninguna relación con ella por lo que mató toda existência en ella y se enfrió como para nunca si quiera sentir amor, solo placer y ya. Solo tenían sexo los fines de semana, nunca entre semana.
Siempre acababa pasando lo mismo, ella frustrada y el satisfecho. Por lo que despertada porque le hiciera tener un orgasmo, en la quinta vez del mes, le concedió el anal a cambio del sexo oral.
El men lo cumplió pero no pasó nada, sintió placer y pareció que culminó pero no se sintió así. Sin embargo, el ya estaba sobre la marcha, no iba a esperar más. Por lo que agarró el pequeño juguete o consolador pinky de Maná, y con ayuda de un lubricante fue preparando el ano.
Maná, al principio se sintió incomoda, pero poco a poco le daba escalofríos el vaivén del juguete que no le hacía ni generaba dolor. Milagrosamente lo estaba disfrutando pero en cuando sintió que se había detenido, tembló con miedo. El Josh dijo que no se tensara, que no le haría daño que hiria suave, por lo que aunque se pusiera el preservativo con mucha lubricacion aún así dolió. Y cuando dolió ella retiró sus nalgas de allí llevándolas hacia adelante, pero las palabras que el men decía «confía en mi» que eran repetitivas, volvió a cerrar los ojos, sintió como le acaricia las nalgas y se sentía más incomoda, nunca le gustó que le tocarán la retaguardia. Esto era muy incómodo para su salud mental, tanto que cuando lo sintió meter el glande en su ano, su cuerpo y mente gritaron «dolor» se quejaba, le dolía, no quería. Pero temia que se enojara si le decía que no. Ya se notaba frustrado él, así que intentó y procuró no ser llorona, resistiendo se al dolor pero no podía su cuerpo decía no, por lo que no pudo ni meter la mitad del miembro el muchacho.
Sieno así como comenzó el vaivén, después de cierto tiempo de respirar varias veces había un intermedio entre dolor y placer, pero le seguía sin gustar el anal. Por más que le generara algo de placer, no le gustaba. Era más dolor que placer, lo sabía y se arrepentía.
En cuanto el men enloqueció, exigiendo que le diga de quien pertenecía ese culito, le daba vergüenza y dolor, a tientas s elo había dicho que era suyo, para calmarlo, para ya terminar el sufrimiento. Siendo así como hizo nuevamente algo más para el disfrute de el3, y no suyo.
Tanto que esa fue la última vez que lo vio. Solo una vez disfrutó el men del anal, y no se repetiría. Este se emputó y ya no le hablaba con frecuencia. Ella dio por sentado que ya no iba a saber del men así que, sólo se enfocó en seguir con su vida.
Sin embargo, en 2020 a principios de la pandemia, el loco volvió pareciendo un obseso, exigiendo que tuvieran sexo el 14 de febrero, pero al ser tan así, ella dijo que através de un trato: "regalame un helado y te daré lo que quieres", pero en vez de recibir un dulce si, le dijo el men:"crees que cago dinero o que? Ya de por si debo pagar el motel." esa respuesta le dolió y se enojó tanto que lo mandó a la mierda. Siendo así como terminó todo.
Sin embargo, días después otro número de contacto le escribió, diciendo que era el amigo del men y que este se había deprimido por la mala persona que había sido ella, pero casualmente la foto de perfil del número desconocido era del men con el que se acostaba así que solo le bloqueó, bloqueo las llamadas normales, todo e intentó cerrar etapa.
Tiempo después, se dio cuenta que se olvidó de bloquear en el Instagram, donde le amenazó con subir algún video y hacerla prostituta a Maná, lo cual ella indignada y dolida le dijo que sí lo hacía lo denunciaba. Y por suerte, tras esa amenaza su obseso compulsivo la dejó de molestar.
Aprendió muchas cosas de moteles y sus costos, de como le gustaba la penetraciones pero entendió que si no sentía amor, nunca iba a poder sentir el deseado y esperado orgasmo.
Una vez más, se quedó sola.
Pero mejor sola que acompañada.
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