Capítulo diecinueve.
Capítulo diecinueve.
21 de septiembre, 2018.
Hay algo que incomoda bastante a Lin y es la curiosidad e intromisión de algunas personas, eso que los impulsa a querer saber lo que no deberían y que al final de cuentas acaban descubriendo todo y la terminan poniendo en una situación difícil.
Ahora que una gran parte del misterio te ha sido desvelado siento satisfacción, pues junto conmigo has sido testigo de cada una de las cosas que en esta ciudad se han dado. Aunque para serte sincero… yo ya sabía algunos detalles importantes pero que los he dejado al final por una razón.
No tendría sentido si te desvelara todo de un solo tirón pues perdería el sentido, ¿no crees?
Desde un principio yo sabía quienes eran la pareja que conocí a mi llegada y también no fue una casualidad el que decidiera seguir a Lin y sus amigos, desde que la vi supe que había algo mal con ella y me causó intriga el que no estuviera su novio con ella ese día en el campus. Por supuesto, en ese entonces desconocía su naturaleza, pero lo vine a descubrir el día en que decidí seguirla para ver donde trabaja, en un principio me confundí un poco, quizás tu lo hiciste conmigo porque fuimos testigos de ella laborando en una tienda de conveniencia, pero lo cierto es que con ese suceso me quedó de experiencia no confiar siempre en todo lo que veía.
Porque quien verdaderamente trabaja en una tienda de conveniencia es Dan, al parecer Lin solo cubría su turno, ya que su verdadero trabajo es en el bar.
Que, por cierto, es el lugar en el que me encuentro. Han pasado dos semanas en las que para la población en general el paradero de Pamela Spitney aún es desconocido. La policía no consigue pistas, pero eso no significa que no estén cerca de descubrir todo. Y además de ello, aun hay una persona que a pesar de todo lo que sucede a su alrededor trata de mantenerse cuerdo, aunque poco a poco falle en el intento. Y la curiosidad que este se carga, es lo que mantiene a Lin con los nervios de punta.
La chica termina su jornada y se despide con una sonrisa de sus compañeros, pasa por la bodega que es mi lugar y escondite habitual, y extiende sus brazos para cargarme, por supuesto no me muestro arisco ante dicho gesto y salto hacia ella quien me recibe con unas caricias en mi cabeza y me cubre con un suéter, dejando libre solo parte de mi cabeza para que no me asfixie. Y de esta manera salimos al exterior, solo que a diferencia de otras veces no camina en la dirección habitual para llegar a su casa, sino que se va a través de unos callejones que me recuerdan al barrio donde vive Archie.
Cuando nos hemos alejado un buen tercio, veo que saca de su bolso un móvil diferente al que usa y marca un número. Creo que la persona a la que le está llamando le contesta pues cambia su voz de tranquilidad por una sofocada y llena de temor.
—¿Lex?
—¿Lin? ¿Eres tú? —Logro escuchar.
—¿Dónde estás? —De repente Lin se señala el hombro con su cuello para que me mueva hacia ahí y es mi señal para caminar por mi propia cuenta. Salgo del agarre de sus brazos y en lugar de colocarme donde me ha indicado, extiendo mis brillantes alas elevándome en el aire sobre ella.
Como siempre cuando hago este tipo de cosas, los ojos de Lin brillan llenos de fascinación y me sonríe de manera melancólica, como si ella quisiera estar en los aires también.
Sí, sí, lo sé ahora estás un paso más cerca de descubrir lo que soy.
Vuelvo a enfocar mi atención en la conversación que ambos chicos sostienen, creo que esta es la última jugada.
—Acabo de salir de mi trabajo. —Repentinamente Lin empieza a correr y yo la sigo colocándome a su lado, pudiendo de esta manera escuchar lo que Lex le responde—. Creo que alguien me está siguiendo y tengo miedo.
Hay un breve momento de silencio entre ambos, Lin empieza a girar su cuello haciendo que cruja levemente y cuando Lex responde, su voz se escucha temblorosa.
—Exactamente, ¿dónde estás?
Entre jadeos Lin le da su ubicación.
—¿Ya llamaste a la policía?
—No, aún no —Lleva sus uñas hacia sus labios—. No quiero hacerlo por si solo se trata de una simple coincidencia, ¿sabes? Tal vez solo lleva la misma ruta que yo… —hace un breve silencio—, pero no quiero que me pase lo que a Pam —Termina susurrando.
Parece que esa ha sido la palabra clave para que toda pizca de coherencia que tenía el chico desaparezca pues Lin ha sabido dar en el clavo. Sabe que se siente culpable por la ocasión en la que Pm fue atacada y él no llegó a tiempo, y ahora que ella ha desaparecido la culpa ha incrementado.
—Sigue corriendo en esa misma dirección, no tardaré en llegar y si puedes ir a un lugar donde se encuentre más gente, es mejor.
—Por favor, apresúrate —gimotea la chica y escucho como Lex maldice—. Diviso un túnel, estaré ahí.
—¡No! —grita, pero su voz queda en el aire cuando intencionalmente Lin corta la llamada y deja de correr esbozando una sonrisa en su rostro.
Detiene su andar y estrella con todas sus fuerzas el móvil contra el suelo, lo patea unas cuantas veces hasta dejarlo prácticamente inservible y lo recoge para luego seguir caminando. Reconozco la dirección en la que nos encontramos, es la avenida morte. En un momento pienso que tal vez si iremos al barrio de Archie, pero me descoloca un poco pues sigue caminando entre callejones hasta llegar a un lugar que parece ser habitado por vagabundos. A paso ligero se interna en el callejón, obviando las miradas de los indigentes ahí sentados, únicamente para lanzar dentro de un barril en llamas el despedazado móvil deshaciéndose por completo de la evidencia.
Y como si nada, se da la vuelta rehaciendo su camino hacia el lugar donde le dijo a Lex que iba a esconderse, el túnel que conduce al barrio de Archie y en el cual es un lugar perfecto para poder ocultarse, tanto una víctima como un delincuente.
—A veces quisiera ser tú, Blackie —murmura con pesar, mojando por completo un pañuelo que luego oculta entre sus pechos—. Pasas completamente desapercibido y puedes hacer lo que se te venga en gana sin preocupación alguna de que alguien te va a delatar —suspira—. No tienes preocupaciones, motivaciones o sentimientos humanos…
Estira su mano hacia adelante, gesto que interpreto como para que me acerque a ella. Me poso con cuidado en su brazo y ella acaricia con suavidad mi cabeza, sintiéndome completamente relajado y con ganas de dormir.
—¿Quieres venir conmigo en el auto? —pregunta y yo muevo mi cabeza como una señal de afirmación. No me perdería de eso por nada del mundo—. Bueno, ven acá entonces —Y diciendo eso, vuelve a tomarme como lo hizo a la salida del bar y me cubre con su suéter negro.
No pasa mucho tiempo cuando divisamos un auto negro venir a toda velocidad, las linternas alumbran con intensidad el túnel donde nos encontramos y cuando miro hacia arriba los gestos de Lin han cambiado por completo, de serenidad a miedo y angustia.
—¿Lex? —Camina con indecisión hacia el auto.
—¡Lin! —El chico de ojos bicolor baja con rapidez del auto corriendo hacia ella. Su rostro está un poco pálido, algunas gotas de sudor surcan su frente y unas enormes bolsas negras están formadas bajo sus ojos—. Vamos —Ni siquiera le da tiempo a formular alguna palabra pues inmediatamente la toma del brazo y la mete en el auto. Una vez dentro, el chico se abalanza sobre ella para rodearla entre sus brazos y tengo que poner toda mi fuerza de voluntad para no emitir algún sonido que pueda delatarme.
¡Incompetente humano! ¡Casi me aplasta!
» ¿Por qué te has escondido ahí? ¡Eras una presa fácil!
—No lo sé… yo solo… —Lin ni siquiera termina de hablar pues empieza a sollozar y creo sentir como sus lágrimas golpean el suéter con el que estoy cubierto.
—Creí que algo te había pasado —susurra—, colgaste de manera apresurada e intenté llamarte… —Sacude su cabeza—. Pensé lo peor…
—Lex… —La mano izquierda de Lin se coloca sobre la del chico en un intento de consolación, supongo.
—Vamos, hay que salir de aquí.
A partir de ahí solo soy consciente de como el silencio es lo único que se escucha en el transcurso del camino. No puedo ver bien por donde o hacia donde nos dirigimos, pero creo que van en dirección hacia la casa de Lin pues la noto algo nerviosa, se remueve mucho y a este punto empiezo a ponerme nervioso también.
—¿Sabes Lex? Hay algo que quiero decirte —susurra repentinamente logrando sobresaltarme.
—¿Qué es eso?
—He estado investigando algunas cosas con respecto a Pam y me he dado cuenta de mucho.
Parece que el tema ha llamado la atención del chico pues aparca el auto, dirigiendo por completo su atención a las palabras de la pelinegra.
—¿Qué sucede? ¿Qué has averiguado?
—Hay posibilidades de que en la carretera a Nordal se encuentre Pam.
El chico ni siquiera espera a que Lin suelte más información porque de inmediato enciende el vehículo y este avanza a toda velocidad por la carretera. Siento como Lin acaricia mi cabeza dejando correr un poco el suéter y con un poco de cuidado me alzo un poco para ver en medio de la oscuridad como los arboles parecen un borrón a medida avanzamos.
—¿Cómo lo sabes? —Su voz tiene tintes de nerviosismo y diría que lucha por no dejar salir sus lágrimas.
—Me han estado llegando mensajes de amenazas desde esa dirección.
—¿Amenazas? —grita preocupado—. ¿Quién es? ¿Le has dicho a la policía?
Creo que Lin niega con su cabeza pues escucho a Lex chasquear su lengua evidentemente frustrado.
—¡Lin! Estas cosas son importantes para ellos, es una evidencia que puede ser crucial —Hay unos breves minutos de silencio—. ¿Sabes qué? Mejor iremos con ellos, ellos sabrán que hacer.
—¡Espera! —exclama la chica dejando de acariciarme para desabrochar su cinturón de seguridad y llevar sus manos hacia su pecho—. ¡Detén el auto!
—¡¿Qué?! ¿Por qué? —Sin embargo, a pesar de su apuro el chico le obedece.
¡Oh no! ¡No debiste hacerlo!
—Por esto —sisea al tiempo en que se lanza sobre él con el pañuelo en su mano para cubrirle su nariz.
—Pero, ¡qué haces! —El chico abre sus ojos con una evidente sorpresa y como una forma de defensa empieza a forcejear con la chica, pero al estar con el cinturón de seguridad puesto no es como que pueda hacer gran cosa. El efecto de lo que llaman cloroformo parece ser rápido pues a pesar de su intento de lucha no tarda en caer inconsciente.
Y así es como todo empieza a ser el final.
Una vez más nos encontramos en el sótano de la vieja casa que es el refugio de Lin. Si miras con cuidado aún hay leves rastros del caos que sucedió el otro día. Sin embargo, la chica realmente se está preparando para acabar con su última victima y evidencia, todos los utensilios que usa están listos, únicamente esperando su momento para hacer el trabajo.
Por supuesto el traer a Lex a este sitio no fue fácil, el chico pesa el doble que ella y tuvo que hacer un esfuerzo enorme tanto como para sacarlo del vehículo y pasarlo a otro asiento para poder manejar, como para luego tener que llevarlo rastras hasta este sitio. Desde la última vez que estuvimos aquí las cosas han cambiado un poco, ya no hay nadie habitando el lugar, las celdas están vacías, aún hay rastros de la lucha y el caos que se vivió semanas atrás, hay sangre en el piso y las paredes, también algunas herramientas de las que Lin usaba yacen en el suelo, y parece ser que quebró algo de vidrio porque aún hay esquirlas. Además, no olvidemos los ocho pares de ojos intactos y uno sin compañía… en fin, fue increíble como en un abrir y cerrar de ojos todos habían muerto.
Creo que Lex empieza a recuperar la conciencia poco a poco, pues se remueve y lucha por abrir sus ojos. Lin como toda buena chica que piensa en todo, ha cruzado sus brazos por la espalda y le ha atado de manos y pies, pues no es tonta y sabe que a comparación de los demás Lex puede llegar a lastimarla con tal de liberarse de su destino.
—¿Lex? —pregunta la chica acuclillándose para estar al nivel del chico de ojos bicolor—. ¿Estás bien?
—Lin… —Su voz suena lastimada y un poco ronca, como si recién estuviera despertándose de un mal sueño—. ¿Qué pasó?
Creo que quiere restregar sus ojos con sus manos pues hace el intento de levantarlas y cuando no puede hacerlo parece ser el detonante para que se espabile por completo.
—Pero ¿Qué carajos?... —Mira hacia sus manos que están atadas con varias tiras de amarra cables y luego a sus pies, e intenta zafarse logrando solo causarse daño y gritar levemente.
Su mirada está llena de miedo y confusión, parece que aun no entiende lo que está pasando. Su ceño está fruncido y por más que quiere hablar, no puede. Solo se limita a abrir y cerrar su boca como si de un pez en busca de agua se tratase. Creo que busca respuestas por parte de Lin, pero esta solo se limita a sonreírle de manera cínica y negar con su cabeza.
—Realmente no quería hacerte daño, —susurra acariciando la barbilla de Lex— eres un buen tipo, pero demasiado entrometido.
—¿Qué? —atina a decir—. ¿De qué estas hablando Lin? ¿Por qué estoy atado y me siento mareado? ¿Qué estás haciendo? —Empieza a removerse tal cual babosa a la que le han echado sal, queriendo liberarse, aunque es imposible.
—¿Aún no has unido cabos, Lex? —El tono de voz que emplea está lleno de sarcasmo y mezclado con una falsa dulzura—. ¿Crees que no me di cuenta de que estabas siguiéndome como un loco porque sospechabas de mí? —Alza su mentón con arrogancia—. Me parece que fuiste hasta mi lugar de trabajo con tal de encontrarme, pero creo que no pudiste.
—¿Tú?...
Suelta una risa.
—Yo… —Se acerca lentamente hacia su rostro quedando a escasos centímetros uno del otro—. Fui la persona que buscaste todo este tiempo, pero como lo has descubierto necesitas morir.
Parece que el pobre se encuentra aturdido aún y no logra descifrar lo que está pasando, pues empieza a negar con su cabeza y a cerrar una y otra vez sus ojos como si en una pesadilla se encontrase.
—¿Eras la novia de Zach? —Pregunta luego de varios minutos de silencio—. Yo… no entiendo —Sus ojos se mueven con frenesí por todo el lugar, observando como loco algo que le ilumine su aturdida mente—. Te seguía porque lo único que quería saber era si habías estado con Zach el día de su desaparición… Tú me ayudaste a investigar… te amenazaron… lloraste por él… por Pam —Su vista se enfoca en Lin por unos segundos.
—Más que ayudar diría que a entorpecer —Se encoge de hombros—. Pero eres muy terco, no entiendes por más que se te diga que no lo hagas —Suelta un enorme suspiro poniéndose en pie—. Si tan solo me hubieras obedecido, esto no estuviese sucediendo.
Y creo que solo falta el que preste más atención a su alrededor para que termine de unir los hilos sueltos. El terror se refleja en su rostro cuando sus ojos se posan en los pares de colores que yacen en la repisa, el asco y la repulsión también se unen cuando por fin parece percatarse del olor nauseabundo que emite el lugar debido a la sangre y creo que está a punto de enloquecer cuando posa su mirada en mí, y en los objetos sobre los que me encuentro de pie: los celulares y el portátil de Zach.
Alzo vuelo para colocarme en el hombro de Lin.
—¡Pero qué mierda! —Es lo único que logra decir.
Lin empieza a reír con desmesura mientras acaricia mi cabeza
—¡Ups! Creo que debí deshacerme de eso —murmura Lin viendo hacia la repisa donde yacen los artículos que mencioné antes.
—¿Por qué hiciste eso? ¡Dime que lo que estoy viendo no es lo que creo, Lin Evenson! ¡Dímelo! —grita con frenesí, sus ojos arden en lágrimas y su rostro está completamente rojo.
—Tú serás mi última víctima, Lex, una lástima si me lo preguntas.
—Lin… —El chico no hace nada por detener sus lágrimas—. ¿Por qué? Dime el por qué —gimotea—. Yo, yo solo pensé que habías tenido algo con él, pero no que llegaras a este extremo.
—Fue un poco de todo. —Se encoge de hombros mientras le da la espada para tomar de entre las repisas una jeringa y llenarla con un líquido—. En un principio fue por una venganza que ya fue cumplida pero luego —Suelta un suspiro cargado de resentimiento—, fue por diversión y, por último, por compasión a las que sufren como yo.
—¿Qué quieres decir con eso?
Lin arquea una de sus cejas mientras niega con su cabeza.
—Supongo que mereces escucharlo, después de todo vas a morir y sería injusto que te fueras sin saber por qué.
La chica empieza a narrarle lo que en su día me contó a mí, el origen de todo esto, de su trauma y de su obsesión. Le cuenta con lujo y detalle cada movimiento que hizo para capturar a los chicos, cada corte que les hizo para obtener sus ojos. El dolor que estos reflejaban y que extasiaban a Lin, los gritos de súplicas por parte de Zach y las lágrimas de agonía de Pam. Todo lo que hizo se lo dice al chico de ojos bicolor quien está aterrado, mientras que, para Lin, sus ojos brillan llenos de adrenalina y emoción al contar todo y por los gestos de Lex, creo que piensa que esta no es la dulce chica, tímida, que siempre buscaba ser protegida y llamar la atención de él.
—Si todo esto empezó por tu padre, —musita con una voz temblorosa— ¿por qué desahogarte con ellos? ¿Por qué no solo con él?
La pelinegra ríe.
—¿Crees que no lo he hecho? —Alza su ceja—. Él pronto lo pagará también, solo que no de la manera en la que ellos lo hicieron.
Lin vuelve a acercarse hacia el chico, poniéndose en cuclillas lista para mandarlo a dormir nuevamente, solo que esta vez será un sueño del cuál jamás podrá despertar.
» Creo habértelo dicho antes —Esboza una sonrisa manteniendo su vista fija en los ojos de Lex—. Pero tienes unos ojos fascinantes, y ha sido una locura el tratar de contenerme para no matarte antes sin ninguna razón. —Sus labios rozan el lóbulo de la oreja del chico—. Tienes unos ojos preciosos, que me vuelven loca porque uno me dice que eres normal, que de seguro no eres infiel y no tengo por qué hacerte daño, pero el otro… —Lex se estremece ante sus palabras—. Me dice que eres igual que ellos y por eso, y porque sabes más de lo debido debes morir.
De manera discreta Lin alza su mano lista para insertarle la jeringuilla en el cuello, pero antes de que eso suceda, el chico estira sus piernas por completo y se lanza hacia el suelo arrastrándose a como puede. Alzo vuelo ante el giro brusco que ha dado Lin pues se ha puesto en pie y camina sin prisa hacia el humano con complejo de gusano.
—No puedes escapar de mí —Niega con su cabeza—. Acepta tu destino.
Lex continúa arrastrándose hasta que Lin revolea sus ojos y decide no seguirle más el juego. Agiliza el paso y cuando está a punto de acercarse para tomarle de las piernas y arrastrarlo, veo las intenciones que este tiene. Sin poder evitarlo emito un graznido de advertencia que es pasado por alto por mi pelinegra amiga humana, pues cuando menos lo espera el chico se da la vuelta de manera ágil alzando ambas piernas con brusquedad y por consiguiente golpeando su costado izquierdo, haciendo que pierda el equilibrio y caiga de cara al suelo.
Lex ni siquiera se detiene para asegurarse de que Lin se haya lastimado, sino que aprovecha el tiempo en seguir arrastrándose hasta llegar al pie de a escalera. Mi vista va de inmediato hacia Lin quien gime de dolor y lleva su mano hacia su costado izquierdo, a como puede logra ponerse de rodillas para luego quedar sentada. Mira con furia hacia Lex quien está tratando de girar acostado para lograr apoyarse en la pared y ponerse en pie.
Sus ojos están rojos y llenos de lágrimas de rabia, coge la jeringa del suelo y hace el esfuerzo por ponerse en pie, pero le es imposible. Se nota que le es difícil poder respirar bien y tiene que cerrar sus ojos por varios minutos como si de esa manera se le fuese más fácil tratar con el dolor. Mientras tanto, escucho un sonido un poco molesto, es fino como si algún tipo de filo estuviera chirriando contra algo, miro hacia Lex quien solo se remueve de espaldas contra la pared como si estuviera tratando de tomar impulso para poder ponerse en pie y poco a poco va lográndolo pues de pasar sentado pasa a estar de cuclillas y poco a poco empieza a ponerse en pie.
Pero cuando miro hacia donde está Lin, con dificultad ha logrado pararse también y no tarda en caminar hacia el chico con la rabia destilando en su mirada, pero aún así creo que el dolor en su costado todavía puede más que ella pues cojea un poco y aun mantiene su respiración irregular. El irritante sonido se hace más fuerte para mis sensibles oídos y cuando guío mi vista hacia Lex solo puedo enfocarme en su gesto abatido y lleno de temor.
—Te dije —masculla entre dientes—, que no escaparás de mí.
Y a comparación de lo que yo creía, desvía su camino hacia el chico y se dirige a la mesa donde tiene todos los utensilios preparados cogiendo un bisturí.
» Realmente no quería lastimar tu cuerpo, pero no me dejas otra opción —masculla de camino hacia él, como un gato esperando a que se mueva el ratón para lanzarse a devorarlo. El cuerpo del chico empieza a temblar, cayendo sentado debido al miedo. Lin está frente a él e intenta lanzar una patada de nuevo, con sus piernas atadas pero sus fuerzas e impulso le fallan pues lo único que logra con ello es caer completamente acostado en el suelo, cosa que le beneficia a Lin pues, aunque el intente escapar queriendo arrastrarse de nuevo, las escaleras y la pared le impiden hacerlo.
Sucede en un abrir y cerrar de ojos. Lin se incorpora sobre Lex quedando encima de él, los gritos de dolor del chico cuando la aguja atraviesa su piel, se mezclan con los de Lin pues, aunque la chica consiguió inyectarlo, por alguna extraña razón su camisa empieza a teñirse de rojo.
Porque Lex Relish la ha apuñalado.
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¡AAAAAAHHH! *INSERTE GRITITO AQUÍ* Finalmente ya sólo nos queda un capítulo y decimos ba bai a esta historia😭💕
Muchísimas gracias a todas las lectoras que han estado pendiente por cada actualización 💜
Déjenme sus teorías finales. ¿Qué pasará en el final? ¿Logrará Lex salir de esta? O ¿Lin obtendrá sus ojos?
Comenten que las estaré leyendo.
Recuerden seguirme en IG para saber más cositas sobre esta historia.
¡Nos leemos mañana con el capítulo final! ㅠㅠ
Baaaaiii❤
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