Solo queda un capítulo que es el epilogo. Ojala les guste <3. El epilogo lo subo el domingo.

********************************

Narra Rafael.

Llame varias veces a Eugenia y no me ha respondido a ninguna llamada después del mediodia. Se que debe estar almorzando pero siempre tiene un tiempo para devolverme la llamada. Todavia estoy en la escuela y tengo ganas de salir para ver como está. Se que algo paso y eso me pone pone con los pelos de punta. No quiero estar en pánico pero es difícil no estarlo y más cuando no me responde a las llamadas.

No aguante más y sali del colegio, ya eran las dos de la tarde y todavia no tengo noticias de ella. No tendria que haberla dejado sola, Dios me siento tan culpable. Acelero hasta la empresa y cuando veo a su secretaria me acerco completamente nervioso hacia ella.

–¿Eugenia?

–Se fue a almorzar y todavia no volvio.

Mi respiración empieza a fallar y tengo que sentarme para no desmayarme. Ella no desaparece así sin avisar... se que Eduardo hizo algo. Si el se atrevio a hacerle algo... juro que lo matare con mis propias manos.

Antes de irme, el telefono de la empresa empezó a sonar y la chica atiende enseguida la llamada.

–¿Si?

Se queda en silencio mientras escucha y su rostro se pone duro, sus ojos me miran con temor y mis sentidos estan en alerta. Cuando ella reacciona, agarra una lapicera y anota algo en su libreta. No puedo ver lo que escribe por el panico que estoy sintiendo en estos momentos.

–Muchas gracias.–Susurra y corta la llamada.–El señor Eduardo fallecio, ellos chocaron y la señora está en el hospital.

Mis manos empiezan a temblar y las llevo hacia mi cabello. Que Eugenia este bien, Dios mio. Ella tiene que estar bien.

–¿Ella está bien?

–No me dijeron.–Ella esta nerviosa y arranca la hoja.–Me dijeron la dirección del hospital.

Agarro la hoja y me voy enseguida hacia el auto. No me detuve a mirar los semáforos, maneje lo más rapido que pude hacia el hospital.

Apenas llegue, pregunte por ella en la administración y me dieron el número de habitación, me alivie tanto al saber que no está en terapia intensiva. Al entrar, una enfermera está con ella.

–¿Como está?

–Esta bien, ella tenía el cinturon de seguridad puesto cuando fue el accidente. El hombre que estaba con ella no tuvo esa suerte. Le hicimos unos estudios y no se le dara el alta hasta ver su estado de salud.

Ahora que estoy mas calmado pude caer de que Eduardo fallecio, me acerco a Eugenia y ella está durmiendo... se la ve tan hermosa, está tan tranquila y gracias a dios que está bien. La enfermera se retira y me quedo con Eugenia, contemplandola mientras duerme y acaricio su cabello suavemente. Nadie nos va a separar mi amor, somos libres. Podremos amarnos cuanto querramos. Mi pecho se hincha y me siento tan feliz.

Avise enseguida a Constanza apenas era el horario de salida. Mientras me quedo esperandola en la habitación, Eugenia abre los ojos . Quiere sentarse pero la detengo.

–Tranquila amor, ya paso.–Digo mientras beso su cabeza.

Ella se queda en silencio por un tiempo, sus ojos azules me miran con miedo.

–¿Eduardo? –Traga saliva.–Tenia tanto miedo, pense que me quería matar y tuve que hacer eso... lo siento tanto amor.

–Silencio.–Me siento a su lado y la abrazo.–Ese hombre fallecio y nadie nos va a molestar. –Sonrio.–Somos libres de amarnos, amor.

–Yo siempre te ame Rafael, con odio y sin.

–Yo también amor, te amo con locura.

Beso suavemente sus labios y fuimos interrumpidos por la llegada de Constanza.

–Mamá.

Nuestra hija la abraza con fuerza y los tres permanecimos así. Mi pecho se infla de felicidad, somos una familia. La familia que siempre quise formar con ella.

Un doctor entra a la habitación y nos saluda cordialmente.

–¿Esta todo bien, doctor?–Eugenia pregunta.

–Si.–Sonríe.–Solo fue un susto. Usted está bien pero también tengo algo que decirle.

Los tres nos quedamos en silencio mientras que el doctor sigue sonriendo.

–Felicidades señora, usted está embarazada.