Narra Rafael.
El tiempo que pase en la librería fue una tortura, ya mismo quería estar solo. Mi cabeza no paraba de dar vueltas y pensar en lo que había pasado. Estaba entregado a la idea de que nunca la volvería a ver y hoy aparece para estabilizar todo el mundo atroz que tenía. A pesar de esa mirada, estaba tan feliz de volverla a ver.
No puedo dejar de recordar lo hermosa que se veía, Dios, me estaba muriendo por correr hacia ella y poder terminar con la agonía de todos estos años. Besar esos labios que necesito tanto y abrazarla para siempre, recuperar el tiempo perdido.
Sigue estando igual, aunque ahora esta rubia, después no ha cambiado nada, tiene esas curvas que me siguen volviendo loco, esos ojos azules y su perfecto rostro. El tiempo no le hizo nada, solo lo perfecciono.
No se como no choque, estoy tan desconcentrado que me pudo haber pasado cualquier cosa. Llego a mi casa y me quedo encerrado en el auto, llevando la cabeza contra el volante. Como hubiera querido acercarme a ella, pero la realidad es mucho más dura, sabia muy bien que ella me rechazaría, lo vi en sus ojos. No puedo decir nada, todo odio o desprecio que sienta por mi me lo he ganado, pero hay algo en mi corazón que quiere volver a verla. Suspiro, siento que me estoy desesperando, a pesar que mi cabeza me dice que me rinda, que la perdi para siempre, mi corazón no lo quiere escuchar.
¿Qué debo hacer? Dios mio, respiro tranquilo para poder calmarme y pensar tranquilo... la amo demasiado, ya la perdí una vez y la vida me esta dando una oportunidad. Primero su hija aparece de la nada para pedirme su ayuda y ahora ella... no puedo rendirme ahora y no volveré a perderla. No seré otra vez un cobarde. Le demostrare a Eugenia que nunca deje de amarla, que me estoy volviendo loco por saber ahora mismo donde está. Haría cualquier cosa para que me perdone y poder borrar cada sufrimiento que paso por mi culpa. Esta culpa por haberle hecho tanto mal me carcome la cabeza, no me deja vivir tranquilo.
Salgo del auto y entro a mi casa, tiro mis cosas arriba del sofá y agarro el borrador de Constanza que estaba arriba de la mesa de la sala. Me quedo viendo la hoja en donde me quede hasta que recuerdo las características de Magali. Busco la hoja donde habla de ello y leo con atención, ojos azules, curvilínea, su edad exacta... ¿Constanza esta hablando de su madre? ¿Se había vuelto una persona fría o esto es solamente ficcion? ¿Por mi culpa? Trago saliva y me desplomo en una silla, leo con más atención a lo que ella escribió. No hay una explicación a su comportamiento, pero el protagonista la ama y ella solo se mantiene seria, nunca da indicios si lo ama o no. Llevo mi mano izquierda hacia mi cabeza.
Esto me puso peor de lo que estaba, esto lo provoque yo, arruine su vida... tengo que hablar con Constanza y no puedo aguantar hasta el lunes. Dios Santo. Necesito despejar mis dudas, esto tiene que ser solamente una ficción o que solamente baso su físico para hacer una historia. Me estoy volviendo loco.
Cierro los ojos y respiro hondo, largo todo el aire contenido y rápidamente me hago un té.
¿Qué hare si llega a ser cierto? ¿Rendirme o arreglar las cosas? Me dije que no me voy a rendir, voy a luchar para que ella me perdone y cambiar las cosas de una vez por todas. No me importa si tengo que pasar por Eduardo o quien sea.
Voy a hacer lo que tendría que haber hecho en la noche que nos íbamos a escapar.
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