Narra Rafael.

Me quedo helado tratando de procesar en lo que me dijo Eugenia. ¿Me esta hablando en serio? Si eso es cierto ¿Por qué nunca me lo dijo? Tenía derecho de saber la verdad. Puedo ver como me mira asustada, respirando lentamente.

–¿Por qué nunca me lo dijiste Eugenia? –Todavía la sostengo entre mis brazos. –Es mi hija.

Mi garganta se cierra y ella me mira con los ojos llenos de lágrimas.

–Te odiaba Rafael, me habías dejado sola, ¿Cómo te lo iba a decir? No sabia como contactarte... no sabia nada respecto a ti. –Suspira. –Antes intente decirte, no aguantaba más pero tenia tanto miedo de que me odies... perdón por haber tardado tanto.

Acaricio su mejilla y la abrazo con suavidad.

–Nunca te odiaría amor. –Acaricio su mejilla con suavidad. –Me arrepiento tanto de haber hecho lo que hice.

Beso lentamente sus labios y la miro por un momento.

–¿Cuándo te enteraste?

–Al mes de casarme con Eduardo... por un momento pensé que era de el pero cuando me dijeron cuanto tiempo de embarazo tenia supe de inmediato que Constanza es tu hija.

Sonrio con suavidad al saber que soy padre, al fin tengo la familia que siempre quise con Eugenia. La abrazo con fuerza y ella también sonríe.

–Me hubiera gustado tanto verte embarazada, pero estoy tan feliz de que hayamos tenido a Constanza.

Asiente en silencio mientras me mira y agarra mi mano, entrelazo mis dedos con los suyos y sonreímos.

–¿Me perdonas por lo que les hice? –Me mira.

Sigo sonriendo y acaricio su mejilla con mis nudillos.

–No tengo nada que perdonarte mi amor. Solo te doy gracias de haber criado a nuestra hija. Siempre quería tener una familia contigo y ahora que la tengo, quiero que estemos juntos.

Quiero a mi familia conmigo y no me importa pasar por encima de Eduardo, ya me arruino la vida alejándome de Eugenia y ahora que somos felices, no dejare que el le haga daño a ella o a mi hija. La beso con dulzura y me mira con una sonrisa.

–¿Al final vamos a salir o nos vamos a quedar aquí todo el día? –Bromea.

Largo una risa y agarro su mano suavemente.

–Quedarme contigo aquí suena bastante tentador pero te dije que saldríamos y eso haremos.

Sonríe y salimos de la cama rápidamente. Tardamos un tiempo en vestirnos y prepararnos antes de salir. Agarre su mano cuando salimos a la calle y caminamos tranquilamente, la miro con una sonrisa y veo como el viento juega con los bucles de su hermoso cabello rubio. Ella es tan hermosa, el tiempo que paso no hizo efecto en ella, solo la hizo más maravillosa.

Aprieto su mano con fuerza y la atraigo hacia mi cuerpo, envolviendo mi brazo en su cintura y beso su mejilla. Quisiera hablar de tantas cosas con ella, pero la primera es la que mas impacta en mi cabeza, ¿Cuándo estaremos juntos definitivamente? No quiero que nos estemos escondiendo nunca más.

–Estas muy callado. –Ella me mira.

–Estaba mirándote y pensando. –Sonrio suavemente. –No quiero compartirte con Eduardo nunca más. No podría soportar verte con el. Quiero a Constanza y a ti conmigo. –Digo con seriedad.

Ella sonríe y besa mis labios.

–Nunca fui de Eduardo, amor. No se como se lo dire a Constanza pero los tres estaremos juntos. Te lo prometo.

No puedo evitar sonreir, mi corazón late con fuerza y la beso con pasión, apoyándola en la pared de un edificio.

–Seremos una familia. –Digo emocionado.

–Siempre lo fuimos.

–Te amo tanto Eugenia. –La abrazo con fuerza.

–Yo también te amo. –Me dice feliz.