Parte/5
Gabriel
Gabriel y su hermana Beatriz eran hijos del matrimonio formado por Constanza Miraflores y Ramón Cadena, ellos vivían en el pueblo de San Bernardo un pueblo más grande que San Cristóbal.
Los padres de Gabriel eran personas acomodadas, su padre era dueño de la única tienda del pueblo donde se vendía alimentos para animales domésticos, e implementos de trabajo desde un clavo hasta arados para trabajar la tierra.
Beatriz era más grande que Gabriel tres años, en tres meses se casaría con un ingeniero agrónomo que llegó al pueblo para aconsejar a los campesinos que tipo de alimento se podían sembrar en sus tierras, le había gustado el lugar y su gente y optó por quedarse a vivir ahí.
Victoria, era la mejor amiga de la madre de Gabriel, fue hija única, nunca se casó, no por falta de pretendientes, ella ponía de condición vivir con sus padres, eran un par de ancianos, pero sus enamorados no aceptaron, cuando los señores murieron ella quedo sola en el mundo, Constanza la invito a vivir con su familia lo cual acepto con gusto, siendo para sus hijos como una segunda madre.
Lentamente pasaron dos años, Gabriel venia ocasionalmente al pueblo sobre todo en las festividades, a mi cada día se me hacía más guapo, pero él nunca me vio más que como la futura esposa de su mejor amigo.
Cuando cumplí catorce años, me hicieron un pequeño festejo, fue cuando Ernesto me pidió que fuera su novia.
-Conchita como tú sabes desde que éramos unos morritos (Unos niños), siempre me has gustado, miento siempre te he querido. quiero que seas mi novia, y más adelante mi esposa, mira ahora que ya salí de la escuela voy a entrar a trabajar en las oficinas de la compañía minera mi papá ya me recomendó con el ingeniero.
-Para tu carro, Ernesto yo no quiero ser tu novia ni mucho menos tu mujer.
-Pero que estás diciendo, yo estaba en la creencia de que también te gustaba.
-Sí, si me gustas, pero nada más como amigo, casi como mi hermano hemos crecido juntos y no me imagino casada contigo.
-No, no me digas eso, tú me quieres como yo te quiero.
-Que no Ernesto, además yo quiero a otro.
-A otro cuál otro, yo nunca te he visto con nadie.
-Tú qué sabes, no eres mi sombra para andar conmigo a todas partes.
-Escúchame bien, Concepción tu eres mía y de nadie más y si no es por las buenas será por las malas.
-Ay si mira que miedo tengo, mira como tiemblo y sabes una cosa, ya no me gustas ni como amigo, ya no me dirijas la palabra porque no te voy a contestar.
-Concepción espera no te vayas, no me dejes con la palabra en la boca.
Pero yo no lo escuche más, me fui corriendo en el camino me encontré con Lucia.
- ¿A dónde vas con tanta prisa?
-Vengo bien enojada.
- ¿Uy, y quien te hizo enojar tanto?
- ¡Ernesto!
- ¡Ernesto! ¿Pues qué te hizo?
-Me pidió que sea su novia.
-Ay tú y por eso te enojas tanto.
-Pues sí, también me dijo que voy a ser su mujer, si no es por las buenas va a ser por las malas.
-Y dime Coni ¿No te gusta ni tantito?
-La mera verdad si me gusta, pero no como novio, yo al que quiero es a su amigo Gabriel.
-Pero Coni, todavía sigues con esa necedad, a ese muchacho no le gustas.
-Lo que pasa es que no me hace caso, porque Ernesto le hizo creer que somos novios y claro como él es su mejor amigo, pero la próxima vez que lo vea lo voy a sacar de su error.
-No quiero desilusionarte, pero ese muchacho nunca se va a fijar en una muchacha como nosotras.
- ¿Por qué dices eso?
-Porque él es rico, ya no te acuerdas cuando se casó su hermana que nos invitó que fiestota hicieron, todos los ricos de su pueblo y muchos de los de aquí estaban allí.
-Ay si, claro que me acuerdo el me saco a bailar.
-Te saco a ti, a mi y a todas las muchachas que estaban en la fiesta, pero está bien haya tú, pero si tú de plano no quieres nada con Ernesto, yo voy a ser mi luchita con él, a mí siempre me ha gustado.
Cuando escuche a mi prima decir esas palabras me entro una rabia que no supe a que atribuir.
-No, nada de eso hay muchos muchachos en el pueblo a Ernesto lo dejas en paz.
-Ay mira que chistosita estas como el perro de las dos tortas ni comes ni dejas comer, eso sólo quiere decir una cosa que, aunque lo niegues si quieres a Ernesto.
-Pues sí, si lo quiero, pero sólo como amigo y no quiero que una vieja buscona ande de bolada con él.
-Pero si me acabas de decir que ya no lo quieres ni como amigo.
-Eso lo dije porque me hizo enojar.
-Pues decídete, porque va a llegar otra muchacha y no te va a pedir permiso para andar con él, jajaja
-Bueno, pero vamos a seguir siendo amigas ¿No?
-Claro que sí, vente vamos a la casa mi mamá va hacer pan con chocolate.
Las palabras de Lucía me hicieron reflexionar ¿Por qué me dio coraje cuando me dijo que le gustaba Ernesto? No podía imaginarlo con otra. ¿Acaso era amor lo que sentía por Ernesto? ¿Entonces qué era lo que sentía por Gabriel?
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