Parte/3
-Como ya, han adivinado esa niña que nació en las últimas soy yo Concepción Cantú Ballesteros.
-Mi abuela se encargó de avisarle a mis hermanos mayores de mi llegada a este mundo y como somos una familia muy unida se dejaron venir a conocer a la nueva integrante de la familia o sea yo.
La primera en llegar fue mi hermana, Paula ella también estaba embarazada de su tercer hijo, esperaba que naciera en esos días, enseguida llegaron mis hermanos Pedro con su esposa y sus cuatro hijos dos mujeres y dos hombres, por último, llego mi hermano Juan con sus tres hijos y su esposa para variar embarazada de su cuarto hijo.
-Los vecinos al ver al sacerdote entrar a la casa y a toda la parentela pensaron lo peor, tenían la incertidumbre de que algo muy grave pasaba en la familia, es por eso que fue más fuerte la curiosidad que la prudencia y se dirigieron a la casa para ver qué era lo que pasaba.
- ¡Julia mija! ¿qué pasa por qué vino el padre? ¡ay mija no me digas que tu mamacita se está muriendo, No me digas eso por favor mija, yo la acabo de ver en la mañanita y estaba bien es algo malo verdad mija, ¡si ya todos tus hermanos vinieron!
-Cálmese Doña Petra lo que pasa es que mi mamá tuvo una niña y nació malita, es por eso que vino el padre a bautizarla.
-Ay mija me quitas un peso de encima, pero mira que no estaba tan errada y si se trata de tu mamacita.
- ¿Oyes mija y podemos entrar a ver a Simoncita?
-Pues yo creo que sí, pasen.
Entre los familiares y las vecinas la casa se vio invadida, todos me querían ver después de saludar a mi mamá, hasta que mi papá se impuso.
-Señoras por favor no se ofendan, pero comprendan que mi mujer quiere descansar, que les parece si mañana se turnan para venir.
-Usted dispense Don Pedro, pero teníamos inquietud por Simoncita.
-Bien señoras ya vieron que mi esposa está bien.
-Ya, ya don Pedro, ya entendimos ya nos vamos y vamos a rezar por su niña va a ver que con la ayuda de Dios ella va a seguir adelante, ya lo va a ver usted.
-Se los voy agradecer, que pasen buenas tardes.
Cuando las vecinas salieron mi mamá le reclamó a mi padre su comportamiento.
-Ay Pedro, pero que pesado te pones, ellas solo se preocupan por mí.
-Pues que se preocupen en su casa, ustedes necesitan oxígeno y con toda esa gente metida en el cuarto, que aíre van a dejarles, y ya no me reclames, trata de dormir que buena falta que te hace.
-Sobreviví, gracias a los cuidados de mi familia, especialmente los de mi madre y mi hermana Julia, a los dos meses alcancé mi peso que correspondía a mi edad, el doctor les advirtió a mis padres.
-La niña ya llegó a su peso normal, pero regularmente estos niños tienen un retardo en sus funciones motoras.
- ¿Qué quiere decir con eso doctor? Le pregunto mi padre.
-Lo que quiero decir, es que la niña va a tardar más tiempo en sentarse, hablar, caminar, y cuando tenga la edad de ir a la escuela va a aprender más lentamente, les digo esto para que estén preparados.
-Gracias doctor por advertírnoslo.
-Julia que también estaba con ellos dijo.
-Nada de eso yo me voy a encargar de que eso no pase.
A los dos días de mi nacimiento, nació mi sobrina la hija de Paula, yo nací el cinco de noviembre y ella el siete solo nos llevábamos dos días.
Mi hermana Julia cumplió su promesa de ayudarme para que no me atrasará en mi crecimiento, me obligaba hacer lo que hacía Lucía (mi sobrina), cuando la niña empezó a sentarse, Julia me obligaba a sentarme con almohadas hasta que lograba hacerlo, me enseñó a hablar y a caminar a la par de mi sobrina, hizo lo mismo cuando empecé a ir a la escuela ella y mi padre, no dejaron que me atrasara en mis conocimientos.
Poco a poco fui creciendo sin ninguna secuela, gracias a Dios; -cuando tenía seis años se casó mi hermana Julia, pero siguió al pendiente de mí.
Mi infancia transcurrió feliz, tenía varias compañeras, pero Lucía mi prima y yo éramos inseparable y las mejores amigas junta llegamos a la adolescencia.
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