Parte/21
Esa noche no pude dormir, pensaba y pensaba, como iba a arreglar el desaguisado que mi insensatez había ocasionado, no solo dañe a mi marido, también a mi hija, fui a su recamara con el fin de hablar con ella, pero con espanto vi que también ella había empacado su ropa y se había ido de la casa, estaba sola con mis remordimientos y mi dolor.
En cuanto amaneció me comuniqué con mi prima Lucía y mi paño de lágrimas, solo le dije.
-Lucía, puedes venir.
- ¿Qué pasa? ¿Todo bien?
-No, no nada está bien, todo es un desastre en mi vida.
-No me asustes, todos están bien.
-Sí, si todos bien, solo te necesito, ven por favor.
-Voy para allá.
Tardo cerca de tres horas en mi egoísmo no tomé en cuenta que ella vivía en el pueblo, y que tenía una familia que atender.
-Por fin llegas.
- ¡Pero! ¿qué pasa? ¡Mírate como estas! Parece que te paso un tren por encima, por favor no me juzgues ni me digas te lo dije.
-Ojalá y eso hubiera pasado yo estaría muerta y no tendría que sufrir lo que estoy sufriendo.
- ¿Pero qué paso? ¡Habla ya!
-Mi matrimonio se fue a la mierda.
-Pero que cosas dices ¿Acaso Ernesto tiene una amante?
-No, no, aunque eso hubiera sido preferible y no lo que está pasando.
Le conté todo sin omitir nada, Lucía escucho atentamente, cuando termine de hablar dijo tristemente.
-Sabía que esa obsesión por Gabriel, solo te iba a traer desgracias.
-Y lo peor de todo, es que me di cuenta que al que en verdad amo es a Ernesto, cuando vi su mirada llena de dolor.
-Y Zuly, ¿qué dijo? ¿Hablaste con ella?
-No, se fue con su padre, no sé con qué cara la voy a ver, ahora resulta que mi hija y mi amor platónico están enamorados.
-Gabriel siempre tuvo preferencia por Zuly.
-Ya no me importa que se amen, que se casen lo único que quiero es conseguir el perdón de mi marido y mi hija, que vergüenza.
- ¿Y qué piensas hacer?
-No sé, ¿tú que me aconsejas que haga?
-Ese es un asunto delicado, solo tú puedes arreglar eso, has lo que tu corazón te dicte.
-Mi corazón quiere ir a buscarlos.
-Creo que es mejor que esperes a que las cosas se calmen, Ernesto te ama, deja que reflexione, si no te busca tú lo buscas y arreglan las cosas.
Lucía se quedó dos días conmigo, tuvo que regresar su familia la necesitaba, me invito a ir con ella, pero yo quería estar en la casa por si Ernesto o mi hija regresaban, pero los días pasaban y Ernesto y mi hija brillaban por su ausencia, me decidí a buscar a Ernesto, le hablé por teléfono al trabajo, pero no me tomo la llamada.
Fui al trabajo, pero se negó rotundamente a recibirme, como no sabía dónde vivían me decidí ir a buscar a mi hija a la escuela, pero al igual que mi esposo se negó rotundamente a hablar conmigo, me decidí hablar con Gabriel, él fue más accesible.
-Perdón que te busque, pero estoy desesperada, Ernesto no quiere hablar conmigo, ni mi hija, ayúdame por favor.
-Creo que les tienes que dar tiempo, Ernesto está pasando por una depresión muy fuerte, Zuly está a su lado, ella te culpa por lo que le está pasando a su padre, yo hablaré con ella para que no sea tan severa contigo. Aprovecho para decirte, que Ernesto aprobó nuestro noviazgo, en tres meses nos casamos, espero que estés de acuerdo con la decisión que hemos tomado, después de todo eres su madre.
-Yo solo te pido que la hagas feliz, tienen mi bendición.
-Tenlo por seguro que lo voy hacer, estoy consciente de la diferencia de edad, pero lo que me quede de juventud la voy aprovechar para hacerla plenamente feliz.
Salí del despacho de Gabriel, derrotada, sin esperanza alguna, no me quedaba más que esperar, y pedirle a Dios que mi marido y mi hija aceptaran hablar conmigo. Pero pasaba el tiempo y seguía sin tener noticias de ninguno de los dos, faltaba una semana para la boda de mi hija, vinieron mis padres a visitarme, me extraño ya que ellos no les gustaba para nada la ciudad, mi padre no se anduvo con rodeos.
-Hija ¿Por qué no nos habías dicho que están separados Ernesto y tú?
-Papá no es nada es solo un desacuerdo de los que pasan en todos los matrimonios.
-No mientas por favor, Ernesto habló conmigo para decirme, que están separados y que pronto se van a divorciar, quería que lo supiera por él, y no por otras personas ya me olía algo desde que empezaron a ir al pueblo cada uno por su lado.
Yo sentí que el piso se hundía y poco a poco me absorbía, todo me esperaba menos que Ernesto quisiera divorciarse yo solo dije con una vos apagada.
-Te dijo los motivos.
-Simplemente que ya no se llevan bien, que viven peleando por cualquier motivo que así no se puede vivir, pero yo no creo eso, ustedes se veían muy bien.
¿Acaso Ernesto tiene otra mujer? Aunque me parece imposible, pero quiero la verdad.
-No padre, nada de eso, Ernesto sería incapaz de eso, el motivo son las discusiones, no sé si les comento que Zuly pretende casarse con Gabriel y yo no estoy de acuerdo por la diferencia de edad.
-Pero hija no sé porque te opones, si ellos están enamorados la edad no importa, míranos a tu madre y a mi yo ya ni sé cuántos años tengo más que tu madre, y siempre juntos en armonía hasta que la muerte nos separe ¿verdad vieja?
-Sí, viejo, y hemos sido muy felices además ya no hay vuelta atrás nos llevaron la invitación a la boda y es en una semana.
-Bueno eso fue lo que derramo el vaso de agua, nosotros ya teníamos tiempo discutiendo, es por eso que decidimos separarnos, creo que este matrimonio se fue a la mierda, ya no podemos vivir juntos.
-Pero hija están casados por la iglesia, el sacerdote dijo que tenían que estar juntos hasta que la muerte los separe, si se divorcian van a estar viviendo en pecado mortal, ya no te podrás confesar ni recibir la sagrada comunión- dijo mi madre angustiada, mi padre refuto enojado.
-Al diablo con lo que diga o deje de decir el nagualudo del cura, aquí lo que importa es que sean felices, que se ganan con estar juntos si se van a estar peleando, es mejor cortar por lo sano, es mejor un buen acuerdo a un juicio largo, ya me dijo Ernesto que te va dar lo que dicta la ley el cincuenta por ciento de los bienes que han hecho desde el matrimonio, solo me queda un sentimiento contigo, que no me hayas informado tú el problema, espero que tus hijos no salgan afectados con esto, y aclarado el asunto nos regresamos al pueblo.
-Pero papá quédense a dormir, mañana se van descansados.
-No hija gracias por tu ofrecimiento, pero ya sabes que no me gusta la ciudad, además no puedo dormir en otra cama, que no sea la mía.
-Bueno si no se quieren quedar yo los llevó, mañana me regreso, pero primero vamos a comer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro