Parte/13
Ernesto salió muy responsable a pesar de su juventud, sabía distribuir muy bien el dinero que ganaba, no tenía vicios ni siquiera fumaba, mi padre encontró en él a un buen amigo, hablaban de diferentes temas, a mi padre le sorprendió que pese a su juventud dominaba cualquier conversación eso solo quería decir que mi marido leía mucho, lo cual era verdad. se respetaban mutuamente, mi padre le preguntó.
- ¿Por qué ya no seguiste estudiando?
-Desde que tengo uso de razón, me enamore perdidamente de su hija, en lo único que pensaba era en trabajar y ahorrar para poderme casar con ella, y estudiando no lo iba a lograr.
-Bueno ya te casaste, puedes seguir estudiando estoy seguro que si estudias la carrera que elijas serias un buen profesional.
-Me temo que, aunque quisiera no lo podría hacer, mire don Pedro, como empleado de confianza que soy, me enteré de algo muy grave del trabajo.
- ¿De qué se trata? Puedes hablar con entera libertad lo que digas se quedará entre estas cuatro paredes.
-Hace días vinieron unos altos funcionarios, y, según dijeron la mina ya no está produciendo, van a empezar a liquidar a los trabajadores, aunque los empleados de confianza vamos a hacer los últimos en salir, va a llegar el día en que me toqué, ya hace tiempo que se empezó a rumorar del asunto, empecé ahorrar para afrontar la situación mientras consigo otro trabajo, además hay otro inconveniente.
- ¿Qué otro inconveniente?
-Para estudiar una carrera, me tengo que ir a la ciudad, y allá la vida es más cara, y no me gustaría separarme de mi mujer y de mi futuro hijo.
-No te preocupes, cuando llegué el momento de dejar el trabajo ya veremos cómo le hacemos, pero no está mal que pienses en lo que te dije, eso de estudiar sería muy bueno para ti mi hija y mi nieto.
Mis amigas insistían en que le contara todo lo que había pasado en mi luna de miel, yo les contestaba.
-Ya se casarán y sabrán.
Poco a poco fueron desistiendo de saber lo referente a lo que pasa la primera noche de bodas, en los años 60s, no era raro que las mujeres contrajeran matrimonio a muy temprana edad, una joven de veinte años si aún no contraía matrimonio, recibía el mote de cotorra, era muy común que les dijeran.
-Si no te casas pronto te vas a quedar a vestir santos, o ya se te esta pasando el tren.
Era muy común que las mujeres en grupo si veían pasar alguna mujer ya entradita en años y se había quedado soltera cuchicheaban entre ellas.
-Miren ahí viene María, pobre se quedó de cotorra.
-Por mensa, estuvo esperando a los de carro, desprecio a los de a caballo y cuando perdió la esperanza ya ni los de a pata (a pie) la quisieron jajaja.
Así eran las personas de crueles; mi vida de casada no estaba mal hasta me parecía que estaba jugando a la casita, afortunadamente no me valió que fuera la más pequeña de la familia, tuve que aprender las labores del hogar desde muy pequeña.
Además, recibí mucha ayuda de mi hermana Julia ya que en realidad ella me quería como a su hija y yo a ella como mi segunda madre.
Mi vida en la intimidad con mi marido era buena y satisfactoria, aunque yo seguía con mi obsesión con el mejor amigo de mi marido "Gabriel" cada que lo veía mis hormonas enloquecían.
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