¿Qué hice?
Cada ves que despierto, me hago esa pregunta, ¿Que pensé, en el momento en que me casé?.

Cuatro años después obtuve la respuesta, nada, no pensé en absolutamente nada, solo me interesó el dinero, ¡claro! Mi egocéntrico ser solo quería dinero y lujos, algo que nadie me podía dar, ni siquiera yo, siempre fui dependiente, maldita sea la hora en la que me encontré con un vejete de 58 años, que tengo que complacer sexual y sentimentalmente, odio esto, pero amo el dinero; malditas contradicciones.

La verdadera historia es esta, mi marido es Peter, dueño de 8 empresas petroleras en Dubai; lo conocí cuando una amiga mía, Sarah, hija de empresarios, me llevo a una fiesta privada en Madrid, España.

Peter se enamoró de mi apenas me vio, se acercó, tomamos unos tragos y tuvimos sexo, desde ahí, nuestros encuentros eran constantes y 9 meses después decidimos casarnos; vale ahora dirán, ¿Cuál es puta verdad en todo esto Maïa?, Bueno, en una de las tantas reuniones aburridas que tenía Peter, conocí a Tom, y esta historia fue al revés, me enamoré de Tom, de su acento inglés, de sus ojos azules, de su cabello castaño, de su distinguida figura, de su caballerosidad, de su forma de caminar, y de sus hermosos 37 años; oh vamos!,al lado de mi marido, Tom es un dios de la juventud. Intenté seducirlo, pero el no cedió, ¿Porqué?, Tiene mujer, Elizabeth Jones, una mujer independiente de 36 años.

En fin, cada ves me es más difícil acercarme más a Tom y cada ves lo deseo más, pero como siempre digo, ¿nadie se resiste para siempre no?

¿Te quedas?