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🎄| Cuarta Parte


|CUARTA PARTE|
🎄

      No sé en qué momento terminamos en su cuarto pero estamos aquí, sus manos están debajo de mi camiseta tocando mi piel. Mis dedos hundidos en las hebras de su cabello y nuestros labios unidos mientras su cuerpo está inclinado sobre mi.

Gimoteo cuando se presiona contra mí y me arqueo cuando sus manos deciden ahuecar mis pechos apretando mis pezones entre sus dedos.

—No sabes como me pasé todo este año martirizándome con que había sido tan malo para ti ese día—Resoplo y tiro ligeramente de su cabello.

—Déjalo estar, Lucas — susurro, él muerde mi labio superior y me quejo. Sus manos bajan a mi cintura y luego están en mi vientre bajo acariciando la piel por sobre el borde del pantalón que llevo puesto.

Se endereza arrodillándose entre mis piernas, le observo expectante. Su mano encuentra mi cuello y la desliza por mi piel, acaricia mi clavícula, mis pechos, mi abdomen y mis caderas, se detiene en mis muslos y su mirada busca la mía; relame sus labios.

—Dame dos años…—Ladeo la cabeza y me arrastro por la cama hasta sentarme frente a él.

—¿Para qué?—cuestiono, él toma un mechón de mi cabello y lo echa detrás de mi oreja. Acaricia mi cuello y ahueca mi mejilla.

—¿Aún estás enamorada de mi? —Mi corazón se agita y siento mis mejillas, cuello y pecho calentarse con lo que debe ser un fuerte sonrojo. Aclaro mi garganta y asiento bajando la mirada. Sus dedos se deslizan bajo mi barbilla y me obliga a verlo a los ojos.

»Dos años, dos años y prometo no volver a irme —susurra, bajo la vista y trago saliva.

—No me gusta eso, no me gusta tener que esperar todo un año para verte dos semanas o menos —murmuro.

—Dos años y si en ese tiempo no te enamoras de alguien más entonces prometo no volver a irme

—¿Y si sucede? ¿Y si me enamoro de alguien?—Cuando miro sus ojos veo un destello de dolor pasar por ellos pero me ofrece una sonrisa y se encoge de hombros.

—Entonces seré feliz por ti —dice, sacudo la cabeza

—No lo sé ¿qué haremos en esos dos años? —Él besa mis labios y acaricia mi mano.

—No nos comunicaremos, no quiero que tengamos una relación a distancia porque no quiero que te cohíbas de vivir por mi culpa, por sentirte comprometida conmigo —dice, frunzo el ceño.

»No somos nada, no tenemos ningún compromiso, solo está mi palabra de que si en dos años no me has olvidado no te has enamorado de alguien más, entonces lo nuestro puede ser un hecho. Pero no estoy atándote a serme fiel —Su pulgar cepilla mi labio inferior y tuerzo los labios.

—¿Qué sientes tu por mi?—Elevo la barbilla apretando los dientes, él sonríe y se inclina hasta depositar un beso en mis labios.

—Me encantas, me traes loco desde antes de irme por primera vez —dice, atrapo mi labio inferior entre dientes—. ¿Aceptas?

—¿Y qué más?

—Solo eso—susurra muy cerca de mis labios nuevamente

—Quiero poner una condición —Accede moviendo la cabeza en una afirmación, aclaro mi garganta antes de decir —. Tenemos un trato, pero cada vez que nos veamos estás es la obligación de follarme—Sus cejas se disparan y hace un sonido extraño, sus labios se curvan en una sonrisa.

—¿De verdad?

—De verdad —afirmo, sus ojos me observan por varios segundos antes de asentir y su mano acaricia mi cuello tirando de mi hasta que sus labios rozan los míos.

—Deberíamos comenzar desde ahora —susurra antes de que sus labios atrapen los míos y su cuerpo me obligue a tenderme sobre la cama. Se cierne entre mis piernas.

Soy consciente de la erección que se presiona en mi vientre bajo y cómo su mano se pierde hasta dar con mi trasero, me obliga a flexionar una de mis piernas y restriega su erección contra mi, suspiro contra sus labios.

Me parece un poco increíble que esto esté sucediendo, que la persona de la que siempre he estado enamorada sienta cosas por mí y sobre todo que esté proponiéndome algo como esto.

Pero ¿Qué pasa si el se enamora de alguien más?—El nudo crece en mi garganta pero no digo nada para no romper el momento que siempre he anhelado desde el año pasado.

No lo digo a pesar de que sé que eso rompería mi corazón si a pesar de la promesa que me ha hecho él encontrará alguien más.

No me molestaría, solo rompería mi corazón.

No puedo obligarlo a amarme y mucho menos a estar junto a mi si es a alguien más a quien de verdad ama; espero que eso no suceda pero si sucede, mi única opción sería alejarme.

Sacudo la cabeza cuando su rostro se hunde en mi cuello y mi espalda se arquea cuando una de sus manos acuna mi sexo, un gemidos abandona mis labios cuando palmea el vértice entre mis piernas causando que miles de sensaciones se deslicen bajo mi piel haciendo que me estremezca.

Nos hace girar, mi cuerpo queda sobre el suyo y apoyo mis manos en su pecho cuando por instinto arrastro mi cuerpo hacia su erección y muevo las caderas, él gruñe.

—Rose…—Me inclino sobre él sin dejar de moverme en círculos sintiendo la fricción entre ambos, gimo en su oído mientras escabullo mis manos bajo su camiseta arrastrando mis dedos por su piel tibia.

—Lucas…—susurro en un gemidos contra su oído y clavo mis dientes en la piel de su hombro mientras acelero el movimiento de mis caderas sintiendo el orgasmo construirse, aprieto los párpados y sus dedos se hunde en la piel de mi cadera. Lloriqueo por las oleadas que me hacen temblar ligeramente sobre su cuerpo.

—Mierda…—gruñe contra mi cabello, me quedo quieta por unos segundos antes de enderezarme un poco hasta presionar mi frente en la suya, rozo sus labios notando la tensión en su cuerpo debajo del mío y me enderezo completamente sobre su cuerpo.

Sus ojos permanecen clavados en los míos cuando llevo mis manos al borde de mi blusa y tiro de ella hacia arriba deshaciéndome de ella. Siento el ardor expandirse por mi cuello, pecho y mejillas y seguramente me encuentro completamente sonrojada. Sus ojos no permanecen mucho tiempo en los míos porque vagan hacia mis pechos y relame sus labios como si fuera la primera vez que los contemplara.

—Un año en mi cabeza no les hacen justicia —dice, suelto una risita entre dientes y él se alza hasta que su pecho está contra los míos, su rostro se hunde en mi cuello y besa mi piel deslizando su lengua por ella haciendo que la tensión en mi vientre bajo crezca.

—¿Así que te pasaste todo el año pensando en ellos?—Hace un sonido de afirmación y se aleja para clavar su vista en mis ojos, mi cabello hace una cortina alrededor de nuestros rostros y él suspira.

—Me pasé todo el año pensando en ti, en tus pechos, en tu cuerpo completo, en tus gemidos y en como se siente estar dentro de ti. Pero también me la paso todo el tiempo pensando en tu inocencia, en como te sonrojas cuando te veo desnuda y como te estremeces cuando te toco —murmura, mis dedos se hunden en su cabello y ladeo su cabeza a mi antojo antes de susurrar sobre sus labios:

—Follame ahora, Lucas—Eso basta para que todo el control entre nosotros se esfume, él vuelve a hacernos girar y tira de mis piernas hasta tenderme sobre la cama, se deshace de su camiseta y luego de su pantalón.

Gimoteo cuando engancha sus dedos en el borde de mi pantalón junto con mis bragas y tira de ellos hasta sacarlos de mis piernas, me hace flexionar las rodillas apoyando mis pies en el colchón y sus dedos se deslizan hacia mi entrada comprobando si estoy lista para esto.

Gemimos al unísono: yo porque dos de sus dedos entran en mi, él por la humedad que abraza sus dedos.

No pasa mucho para que se coloque el preservativo y se cierna sobre mi, sus labios encuentran los míos y jadeo cuando desliza la punta de su miembro arriba y abajo por mi entrada antes de alejarse y presionar dentro e mí.

Mi espalda se arquea y gimo alto al sentir como se abre paso en mi interior, hay un ligero ardor pero nada como el año pasado cuando perdí la virginidad con él. Clavo mis uñas en su espalda y él dice algo pero me encuentro ensimismada en la sensación de el llenándome casi por completo.

—Dios, Rose…—Gime en mi oído antes de que sus caderas comiencen un vaivén que causa todos los sonidos de placer que puedo emitir, no sé donde poner mis manos por que me encantaría tocar todo de él.

Gimo en su oído antes de sus labios caigan en los míos sin dejar de moverse entrando y saliendo de mi.

Nuestros gemidos llenan la habitación, el sonido seco de nuestros cuerpo chocando los complementa y una que otra palabra sucia que susurra en mi oído solo hace que mi humedad crezca y que sienta que el orgasmo comienza a tirar de mi hacia algún lugar oscuro.

—Lucas…—gimo clavando aún más mis uñas en su espalda y no pasa mucho antes de que mi orgasmo me atrape haciéndome temblar debajo de él.

Sus movimientos no se detienen, se vuelven más frenéticos mientras busca su propia liberación que no tarda demasiado en llegar chupando que se desplome sobre mí.

Acaricio su cabello húmedo por el sudor y giro mi rostro para depositar múltiples besos en el suyo, sale de mí y se hace a un lado. Pasa una mano por mi rostro perlado de sudor y aprieto un poco los labios recordándome que cualquier cosa puede suceder en dos años.

Que cualquiera de los dos puede olvidar al otro y enamorarse de alguien más.

—¿Pasa algo? —Evado su mirada y acaricio su barbilla antes de volver a hablar para distraerme:

—¿Nos bañamos juntos?

. . .

Los días subsecuentes a navidad fueron parecidos a ese día en su habitación, de noche cuando todos dormían iba a la mía o yo a la suya. En la mañana nos despertábamos más temprano que nuestra familia para estar en la que nos pertenecía a cada uno.

A pesar de la felicidad de esos días no podía dejar de reprocharme a mi misma que talvez aceptar aquello podía hacer que él se sintiera atado a mí.

Muerdo mi labio inferior el último día del año sentada en la playa al atardecer, el ultimo atardecer del año.

El penúltimo día que lo vería, apoyo mi barbilla en mis rodillas y jugueteo con la correa de mis zapatillas mientras observo el lugar donde se unen el cielo y el mar.

Mi corazón se siente tranquilo en este lugar a pesar de que mis pensamientos me martirizan un poco. El sonido de las olas me relaja pero no lo suficiente a pesar de todo me mantengo ahí viendo el agua moverse, acariciando la arena y volviendo a su lugar.

Se siente igual que él y yo.

Solo nos acariciamos a fin de año y luego volvemos a nuestros lugares todo un año.

Me pregunto si podría depararnos un futuro juntos, una vida juntos.


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