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Cap13:" Suéltame".


"El sacrificio no se trata de una vida o un alma, no valen nada a comparación del poder que quieres. El precio que debes de pagar para conseguir lo que tanto deseas, es algo que te duela a ti. Lo que tienes que dar, es algo que jamás dejarías ir, que te rompa, duela y te destruya cuando lo pierdas."

— ¿Por qué te tardaste?— Reclamó Vary una vez me vio.

Audy iba a tras de mí, un poco a la defensiva y esperando algún ataque de mi parte. La revelación del costo para obtener más poder era imposible de pagar, una situación que no me ponía de buen humor. ¿Yo, enamorarme de Thyler? ¿Amarlo? Debía de haber otra salida y la iba a encontrar me costara lo que me costara.

Audy explicó la trampa y en ese momento Syr dejó dos Ilumineas negras en la mesa, para después desaparecer. Ella no quería ver mi reacción y mucho menos, lidear conmigo. Audy me ofreció más bolitas de sangre escondiéndose detrás del cuerpo inerte. No hice nada, contra nada. Sencillamente, lo procesé intentando no descontrolarme. Eso no me quitaba lo furiosa que me ponía esto.

—Porque quise.— contesté grosera, pasándome de largo.

—Bruja.— saludó con desagrado Vary a Audy, fingiendo que no le dolió mi contestación.

— Inútil.— respondió ella con sarcasmo y pasando de él.

— Cuida tus palabras.— amenazó el nuevo rey, irguiéndose a la defensiva.

— Creo que me necesitas, así que si quiero me regreso a mi casa.— Se detuvo frente a vampiro.— Tengo mejores cosas que hacer, que ver si un vampiro es o no mitad Cyelle. Incluso si me van a dar una Iluminea pura.

— Cállate, Varyck.— Ordené molesta, furiosa y sin una pisca de delicadeza.— Mejor vete a tu estúpida área.

— Los veré mañana en la frontera de los Obscury, pero el precio de mi intervención es 10 humanos, no me importa del área a qué pertenecen.— Le explicó al rey.— Y dos Ilumineas puras.

— De acuerdo.— dijo el rey apretando los dientes, no tenía de otra más que aceptar.

La bruja se fue, no sin antes dirigirme una mirada de advertencia para que no me saliera de mis cabales. Necesitaba maquinar un segundo plan, pensar muy bien cómo salir de esta victoriosa.

— ¿Qué pasa contigo? — Me detuve en seco al escuchar la voz de Vary.— Jamás me habías hablado así.

Su reclamo me enardeció la sangre.— Perdona.— pero lo necesitaba de mi parte.— No... No es un buen momento.

Se giró para ver si Audy ya no estaba cerca, antes de tomarme la cara entre sus manos y besar mis labios suavemente.— ¿Qué te ha echo Hell?— para responder a su pregunta negué con mi cabeza, aún en enmarcada por sus grandes y masculinas manos.

El puchero que expresó mi rostro fue suficiente para hacerle entender que mi vida era un asco. Sus morados ojos que eran delineados por unas cortas y rubias pestañas me analizaron amorosamente, una mirada falsa, hipócrita, egoísta y embustera. Varyck creía conocerme, creía haber sido mi mentor, pero quién de verdad me enseñó como jugar, fue mi padre. No me encerró porque no me quisiera de su lado.

Todos los días mandaba una mente débil, un sumiso, sabiendo que lo destruiría en el momento en que estuviese a menos de un kilómetro de mí. Hija de los dos Immaculate que llevan años recibiendo la energía del mismo Inframundo, su poder era excesivo y la heredaron. Poco a poco, mandaba a vampiros con un poder mayor, que controlaban su mente y eran difíciles de destruir. Me fue costando más trabajo matarlos con solo entrar a su consciente, pero llegó un punto dónde nadie lograba sobrevivir nada más pisaban en primer escalón para llegar a lo más fondo de las catacumbas. Curiosamente, Vary llegó cuando los vampiros de mi padre llevaban meses sin aparecer. No creo que fuese coincidencia. Mi padre sabía que el rey Ghist mandaría a alguien para matarlo, no espero que el príncipe me quería tener para él, pero no como pareja.

Yo era un arma para cada uno de los vampiros.

Me creían poder moldear a su antojo y conveniencia.

Vey y Hyde, me mostraron que yo era un arma pero que debía matar para mí.

Mi padre siempre supo la relación con Vary, me dejó estar ahí, para conseguir información y en un futuro poder utilizarme, lo mismo hacía Vary.

— Estás haciendo el ritual.— Vio mis muñecas, dónde comenzaban a aparecer pequeñas marcas parecidas a cicatrices con forma de las runas vampíricas.— Te está lastimando.— No solo los sacrificios se conectaban con el infierno, también yo y así recibir el poder. — No regreses a tu zona, ven conmigo.

Oh, Vary.

Que fácil me pones esto.

Si, irme a su lado para no terminar el ritual y así no rejuvenecer mis habilidades.

Ni en sueños.

— Ojalá pudiera.— susurré triste.— Me tengo que ir.

Beses sus labios una última vez y emprendí camino a mi zona. No insistiría, no me dejaría ver qué necesitaba que me fuera con él. Irme, significaba que estaba de su lado y que el rey Hell había sido traicionado por el nuevo rey Ghist. No, no iba a perder credibilidad, aún no.

Llegué a mi zona más rápido de lo que esperaba y no pude idealizar un plan para evitar el precio. Me desvíe antes de poder llegar al castillo, no sin antes ver cómo el amanecer se acercaba. A una gran velocidad, enterré las Ilumineas, que me había dado Syr antes de desaparecer. Cada una las puse a la misma distancia del castillo de manera que, si las conectabas, formaba una figura de 3 lados perfecta. Al momento de que las tres estuvieron enterradas, un halo verde se formó en su perímetro, al mismo tiempo que se iba extendiendo para cubrir todo el castillo. Era un tipo escudo, para que nadie se enterara de mis movimientos, a menos que yo quisiera. También con ellos, Syr y Audy podían entrar al castillo cuando les diera si gana, sin que el rey se enterase.

Corrí hacia la entrada del palacio, justo antes de que la puerta de metal se cerrará y protegernos del sol. El sonido pesado del metal cerrándose, me confirmó que están dentro, porque mis sentidos no lo hacían.

Mi cuerpo estaba tan cansado y débil que no logré dar un paso más. Mi energía estaba siendo consumida por el portal y los tributos, quienes ahora seguramente están despertando. Caí al suelo sobre mis rodillas, puesto que mis piernas ya no lograban sostener mi peso. Los dos vampiros guardias dieron un paso en mi dirección con la intención de ayudarme.

— No me toquen.— Grité enojada, a la defensiva y sin un gramo de tolerancia.

Se detuvieron de golpe, seguramente viéndose entre ellos al no saber que hacer. Mi cabeza comenzó a quemarme, pero mis manos no me respondían, no lograba sostenerme la cabeza. Cuando abrí los ojos, me di cuenta de que mis manos las tenía apoyadas en el suelo, mi cabello escondía mi cara y por mis ojos salía sangre.

No gritaba.

No pedía ayuda.

No la quería.

Cerré nuevamente mis ojos apretándolos, metiendo aire a mi interior en un intento de tolerar el dolor. Inhale y exhale, apaciguar mi mente debía de ser mí prioridad. Pronto, sentí como en mi mano se marcaban con fuego que salía del interior de mi piel, las runas del ritual. Estas se extendieron por todo mi brazo, tatuándome mi blanca y muerta piel. El dolor que causaba era ridículamente insoportable, al grado de olvidarme de lo que debía hacer.

Me estaba debilitando con cada segundo que pasaba y sentía que dejaba este mundo, sin que pudiera hacer algo para evitarlo.

— Lárguense.— Alguien gritó con dureza, pero no distinguí quien habló.

Escuché pisadas, yéndose y otras viniendo a mí. Mi mente no comprendía nada, ya me resignaba a eso. Como si fuera agua en el desierto, un olor a sangre llegó a mis fosas nasales. Mi instinto sangriento se despertó, en busca de la sangre que nos haría fuerte. Sin embargo, me detuve al sentirla más de cerca; un aroma a sangre pura, con algo distinto que jamás había experimentado. Poderosa, celestial y con eso supe quién estaba frente a mí, aún sin poder verlo.

— Eres un imbécil.— Expresé con mucho esfuerzo, apartándome se la sangre que no veía.— Vete.

— No seas ridícula.— respondió igual de rudo.— Necesitas la sangre.

Tenía razón. La quería, necesitaba y deseaba. Estaba usando la mayor de mis fuerzas para no irme encima de él y probar de su sangre. Pero no podía hacerlo, no podía arriesgar a tener circulando por mi cuerpo sangre Cyelle y que Vary se diese cuenta que le he mentido.

— Acabo de salvarte el pellejo junto a tu madre, no lo tires a la mierda.— Escupí enojada por su incapacidad de análisis. Termine tumbada en el suelo, sin fuerza, sin mucha vida por delante.

En seguida unos brazos tomaron de mi cuerpo, levantándolo sin esfuerzo.

— Suéltame.

— Quisieras.




Hey

¿Cómo están?

Espero que bien, yo ando un poco ocupada en mi universidad pero no se preocupen, he estado escribiendo como siempre.


Cuentenme:

¿Qué les pareció el cap?

¿Alguna teoría?

¿Cuál creen que sea la solución que encuentre Scay para la solución?


Tengo que admitir que Audy me da mucha risa.


para quien no me sigue en ig, mostré unas portadas de Obscurity del libro 1 y 2.


Así es, Obscurity va a tener 2 libros. 

No se va a llamar la parte 2 Obscurity L II.

Les dejaré la inicial.


D


Y con esto quiero decir que esta historia no va a ser tan larga.



Los quiere 


Ale 

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