Cap12:"La bruja"
Al estar cada vez más cerca de la dichosa cueva de la bruja, los árboles, el suelo, el ambiente, hasta el cielo, se tornaban más negros. Se percibía la maldad, crueldad y engañosa vibra de la magia negra que vivía en el sitio, sentimiento que me decía: hogar.
La bruja odiaba a los invitados sorpresa, los odiaba tanto, que un kilómetro a la redonda mantenía muchas trampas letales. Caminé sigilosamente evitando los troncos caídos y las obvias trampas mortales. Sabía muy bien dónde pisar, dónde brincar y cuando correr. La maldita podía llegar a ser tan cruel y sádica como yo, solo que a ella nadie la detenía.
La entrada de la cueva se encontraba rodeada de demasiados huesos humanos; Cráneos apilados uno sobre otros, creando una figura torcida de muertos, los huesos más grandes y largos los ordenó en el suelo, como creando un camino en dirección a la entrada; Y justo a lado de su "puerta", un esqueleto completo estaba sentado con las piernas cruzadas, simulando que fumaba con sus esqueléticos dedos y detrás de este, había un tipo tendedero en donde se exhibían pieles de humanos cubiertas de moscas grandes, verdes que zumbaban intensamente, emocionadas por comer carne putrefacta.
Esta mujer tiene mucho tiempo libre.
Me adentré a la dichosa cueva que, en vez de mejorar el aspecto, se ponía más sádico. La cueva era adornada por cientos y miles de runas echas con sangre, dispersas desde la pared hasta el techo. También había instrumentos de tortura, frascos con órganos humanos dentro, algunos con menjurjes, hierbas o minerales. El fuego de unas lámparas de aceite iluminaba el camino hacia el cuarto principal, por lo que supuse conveniente seguir ese sendero.
Al llegar al cuarto, me encontré con una divertida escena.
Un humano estaba colgado de ambos brazos con unas cadenas del techo. El hombre estaba completamente desnudo y sudoroso, con la cabeza caída, de tal manera que lucía muerto. En su moreno cuerpo, lucía como una hermosa obra de arte sangrienta; heridas muy peculiares. Lucían como si fuesen echas por un látigo con púas que le arrancaban la piel a cada tajada. Y de repente me di cuenta, el hombre desangrado ya estaba muerto, pero la bruja seguía golpeando su cuerpo con ganas y muy feliz, ya que reía a carcajadas de locura.
— Huele a sexo y mentiras.— Habló la bruja dándome la espalda, sin dejar de latigar el cadáver.— ¿La princesa Scayth se ha portado mal?
Me recargué de una pared, cruzada de brazos con una sonrisa picarona.— ¿Quién es tu amigo de la entrada? Es muy carismático, se parece a ti.— Volteo a verme, sonriendo con maldad.
— Verdad que si.— dejó el látigo sobre una mesa de madera.— pero créeme que él es más divertido.— señaló a su espalda, dirigiéndose la cadáver colgado.
— Se nota.— dije con sarcasmo.— ¿Me extrañaste, Audy?
— En realidad, no.— Ladeo su cabeza en altanería y egocentrismo. — Pero sé que tú me extrañaste a mí, aunque no lo admitas.
Su cabello rubio le llegaba hasta los hombros, ocultando sus tatuajes de su cabeza y exponiendo solo los de su frente, cienes y mejillas. Las grecas y símbolos que enmarcaban su rostro la hacían ver más tétrica de lo que era sin ellos. La hermosa y fina cara que tenía, junto con sus enormes ojos azules, sin los tatuajes, la hacían lucir como toda una noble y dulce dama.
— Eres rubia, que curioso.— Fisgonee un estante a mi lado, en dónde había un frasco con bolitas de sangre; Una forma en la que Audy conserva sangre, que es como bolas de algo transparente en dónde metía la sangre que le sobraba. Me metí dos a la boca.
— !Ah, claro¡ acábate mis reservas.— Caminó hacía mí y yo levanté las manos.— ¿Por qué hueles a Varyck?
— Eres el único que me conoce...— Me arremedó Syr con una voz chillona, entrado a la habitación.— Yo no sé cómo es que te cree.
— ¿Volviste con él?— Audy exclamó sorprendida.— ¿Qué no estaba exiliado de la vida?
—Se acaban de reencontrar y no perdieron tiempo para meterse mano.— Se quejó Syr, robándome una bolita de sangre.— Sus gemidos se escuchan hasta el cielo.
— Pero bien que estabas viendo, al menos espero hayas disfrutado el espectáculo.— le insinué, a lo que ella puso cara de asco.
Las tres nos comenzamos a reír.
Cuando salí de la celda negra, quise saber de mi madre, pero ella llevaba mucho tiempo muerta. Sin embargo, Syr y Audy, que eran hijas de sus amigas, me esperaban en la superficie. Nos conocimos, me forme junto con ellas, guiadas de sus madres. En secreto, porque el rey Hell no quería que yo supiera sentir, me quería como un arma y no como su descendencia. Vey, la madre de Syr, me habló de mi madre y me explicó lo que ella hizo con la joya que mi padre tanto escondía. Por otro lado, Hyde, la madre de Audy, sembró en mi cerebro esa semillita de rebeldía, descontrol y el deseo de seguir los planes de mamá. Mi madre Fiall, tenía una meta muy egoísta, una meta que la convertí en mía.
¿Qué pasó con Vey y Hyde?
Vey fue asesinada por la reina Ziel de ese momento, condenada por ser una Ziel oscura y hacer magia prohibida, que la mayoría de esos hechizos conllevaban al sacrificio de criaturas y no siempre de una manera sutil. Hyde, continúo siendo mentora de las tres, hasta que mi padre se enteró y bueno, la mató.
Las tres acordamos en no vernos, para evitar sospechas de mi padre. Syr y yo nos veíamos seguido, porque se convirtió en la reina Ziel. A Audy, la dejé de ver hasta el día de hoy.
— !Eres rubia!— Exclamó Syr, viendo a Audy asombrada.— Yo creía que eras castaña.
Lo años en los que estuvimos juntas, Audy lucía una cabeza sin nada de pelo, exhibiendo sus extraños tatuajes al mundo.
— Te queda lo rubio.— Señalé con honestidad al mismo tiempo que jugabas con uno de sus tantos artefactos de tortura.
— Escuchaste eso, mi amor.— Audy fingió sorpresa, exagerando sus expresiones de emoción en su rostro. Tomó de las mejillas al hombre colgado, como si le fuese a escuchar.— La vampirita se puso sentimental.— Soltó una risa macabra, burlona y muy divertida.— Ya recordó cuánto ama a Varyck.— Beso los labios del cadáver, apretando más sus mejillas.
Syr y yo nos volteamos a ver incrédulas ante la escena de locura. Audy carecía de empatía y remordimiento, características que la llevan a hacer y decir lo que piensa sin procesarlo. Yo me creía sanguinaria, cruel y sin mucho control, pero sabía que la bruja era mil veces peor que yo. No sé detenía jamás, si quería algo, lo tomaba y valía el camino que debía tomar.
En escala de locura, ella estaba en la cima.
— Pero ella no nos engaña a nosotras.— Me volteo a ver, alzando una ceja altanera.— Jamás lo amó.
— Te urgía molestarme con eso ¿No?— Cuestioné divertida, no mentía en nada. No lo amé, pero claro que es especial.— ¿Encontraste algo?
— La verdad si quería joderte.— admitió gustosa.
— Tenemos problemas, Audy.— Se metió Syr preocupada.— Los planes cambiaron.
— !Cierto¡— Nos miró extrañada.— Le dije a Shane que nos veríamos después del sacrificio. ¿Se murió? ¿No te dijo?
— Si me dijo.— Me senté en una silla de un rincón.— Dinos que encontraste y luego te damos los detalles de porque estamos acá, hoy.
— Si, mamá.— Levantó los brazos en rendición.— Las áreas Crull y Obscurity, son las áreas más juntas.— Su rostro se volvió serio, puesto lo que venía era crucial.— La de los Ghist, es la más alejada de todo. Más allá de ellos, solo hay animales, uno que otro brujo y humanos incivilizados. — Syr tomó asiento a mi lado.— La bruja de la que mi madre me habló, seguía con vida.
— ¿Seguía?— Syr se impactó un poco.
— Pues si quieres saludarla, está ahí.— señaló a un frasco con una cabeza de una mujer dentro.
Me causo mucha curiosidad la cabeza. Me acerqué para tomar el frasco y verlo más a detalle. La cabeza estaba negra, con poco cabello pelirrojo, ya pudriéndose, pero lo que me llamó la atención fue que no tenía ojos. Las hendiduras de dónde debían estar sus globos oculares, estaban huecos, de tal manera que podías incluso ver un poco que hay dentro.
— ¿Era necesario?— se quejó Syr.
— ¿Qué le hiciste a los ojos?— Solté la pregunta sin pensármelo, luego me arrepentí, si lo había usado para algo sexual, no quería saber los detalles y Audy no era de las que no daban detalles.— No, mejor no me digas.
— Me aburrí con ella.— Se justificó y para mí tenía mucho sentido.
No dejaba de ver la cabeza, los colores negros, morados y azules variaban, y la piel más putrefacta, dejaba ver el cráneo blanco. No tenía ningún líquido, solo estaba así. Lo abrí y el fétido aroma a muerte se coló en mis fosas nasales; un olor agrio, fuerte, a carne podrida y rancia. El olor había estado tan encapsulado que, al liberarlo, se esparció por la habitación.
— !Qué asco, Scay¡— Syr se tapó la nariz con su mano y comenzó a tener arcadas.
Audy y yo solo ignoramos el olor.
— Tenía este pergamino antiguo.— Continúo la bruja, sin preocuparse por el olor o por Syr vomitando en otro frasco antes vacío.— En pocas y prácticas palabras, lo intentaron hacer hace años pero fallaron.— Le dio un vaso de agua a Syr, ella lo acepto gustosa y aun con arcadas.
— Ajá...— La presioné.
— Hicieron el ritual escrito aquí.— Me volteo los ojos antes de seguir.— Ellos hicieron el sacrificio de los humanos, el que conocernos. Se conectaron con el Inframundo y le dieron a Lilith sus respectivos humanos.— Me tendió el pergamino viejo; amarillo por el tiempo y delicado como el viento.— Dice que antes de cerrar el portal, tomó el poder de los vampiros, Ziel y brujas a su alrededor, según para obtener lo que tanto queremos.— La hoja estaba llena de letras antiguas y símbolos muy extraños.— No funcionó porque todos eran seres oscuros, ninguno tenía el poder que ellos querían por eso jamás lo podrían tener de ellos.
— ¿Ya sabes lo que se necesita?
— No me fui décadas de aquí para perder el tiempo, Syr.— exclamó sentida por la duda.— Ya les dije lo que se necesita.
— ¿Ah, si?
— Pon atención, Syr.— Regañé a la Ziel.— Necesitamos a alguien que tenga el poder.
— No solo eso.— Interrumpió Audy— En el momento final, hay una conexión entre tú y el Inframundo por pocos segundos, en los cuales tienes que hacer el sacrificio de esa criatura. Al hacerla, absorbes el poder y al cierre del portal, nadie podrá quitártelos.
— ¿Y ya?— No era tan difícil como pensé.
— Si, yo también pensé que iba a ser más complejo.— Me apoyó Syr, quien ya se veía menos vomitiva.
—¿Y me pueden decir de dónde mierda vamos a sacar sangre celestial? — enfureció Audy contra nosotras.
— Si... Eso, es una muy divertida situación.— Explicó Syr, riendo un poco.
Al ver cómo Audy estaba confundida, Syr y yo, procedimos a explicarle porqué vinimos hoy y no la fecha acordada, los por menores de porque los líderes vampíricos querían verla y por ende, la naturaleza de Thyler.
— Las únicas criaturas con ojos blancos, han sido los Cyelle.— La señora bruja, quedó maravillada, extasiada y muy excitada nada más terminamos de contarle.— Puedo hacerlo, puedo engañar a todos.— No esperaba menos de ella.— pero, eso no quiere decir que lo no descubran. Si me dices que Thyler es muy inocente, cualquier idiotez que haga, lo puede exponer.
— Padre me obligó a hacer el ritual, para mantenerme débil y vigilada.— Las piezas se acomodaban a nuestro beneficio, no podíamos desaprovecharlo.— Si logramos evitar que maten a Thyler hasta esa fecha, creo que podría funcionar.
— Hay un detalle que puede joder un poco este plan.— mire mal a la rubia loca.— No te quería decir porque, ammm...
—¿!Qué¡?— le gritamos Syr y yo.
— Tienes que amarlo.
¿Qué les pareció Audy?
Se esperaban algo así.
Espero que no sea tan sádico la historia, pero es una historia de vampiros y yo los queria hacer super crueles.
En fin... ¿Qué les pareció?
¿Teorias de lo que sigue?
debo decir que yo no sé que me tomo cuando escribo Obscurity que me salen cosas así.
Los quiere
Ale
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