En un lugar alejado de la civilización se alza imponente el castillo del malvado señor oscuro Lord Shalok un sujeto de apariencia sombría luciendo sus túnicas negras y detalles metálicos como cadenas y colgantes repletos de simbología alusiva a la muerte el cual yacía de pie observando desde el gran ventanal de su trono hacia el horizonte, hacia el resto del mundo que algún día caería a sus pies. Desde esa vista privilegiada Shalok reflexionaba sobre el pasado y también sobre sus planes para el futuro, pensaba en el largo tiempo y el gran esfuerzo que le había tomado construir su imperio del mal, como también en el futuro del mismo y en qué hacer después de haber conquistado el mundo.

De pronto la esfera de cristal en el escritorio de Shalok comenzó a brillar indicando un mensaje entrante, era uno de su lacayos con una información importante.

- Mi Lord, tengo la dicha de informarle que el proyecto está terminado.

- Excelentes noticias - contestó el Lord - por fin el esfuerzo de años ha dado frutos.

Acto seguido Shalok conjuró un sello de magia a sus pies transportándose hacia las catacumbas debajo de su castillo en las cuales se llevaba a cabo su ambicioso proyecto, un proyecto le había costado una fortuna al señor oscuro, un proyecto que a palabras de este serían la clave para una victoria aplastante sobre sus enemigos.

Las catacumbas eran un extenso espacio subterráneo repleto de pilares e iluminado por un tenue brillo azulado proveniente de unas cápsulas de incubación despuestas alrededor de los pilares mientras numerosos lacayos supervisaban dichas cápsulas, entonces cuando los lacayos vieron a su amo rápidamente se inclinaron en señal de reverencia mientras Shalok se dirigía al jefe a cargo de su proyecto un duendecillo jorobado y de aspecto grotesco.

- Veo que has hecho un buen trabajo supervisando el proyecto - dijo Shalok observando las cápsulas.

- Así es mi Lord, usted sabe mejor que nadie que fue un proceso difícil, pero la espera dio su frutos.

Shalok sonrió satisfecho mientras decía.

- Finalmente el momento llegó, por fin tengo mi ejército de clones, 1 millón de clones del guerrero y hechicero más poderoso de todos los tiempos, y por supuesto que me refiero a mí - rio Shalok.

Todos los lacayos aplaudieron mientras ovacionaban al unísono.

- ¡Salve Lord Shalok! ¡Salve Lord Shalok!

Mientras tanto Shalok se acercó a una de las cámaras de incubación viendo al clon que estaba en su interior, era como verse al espejo, una copia fiel de pies a cabeza del poderoso señor oscuro yacía inerte flotando en el líquido de nutrición bajo un profundo sueño, fue entonces que Lord Shalok le dijo a sus lacayos.

- Ya es hora, despierten a los clones.

Los lacayos rápidamente se pusieron manos a la obra y se dirigieron a los paneles de control para despertar a los clones, una vez hecho los preparativos el jefe de la operación tras recibir el asentimiento de Lord Shalok oprimió el botón rojo que despertaría a los clones, al instante una poderosa corriente eléctrica recorrió el recinto a través del techo de aquella catacumba iluminándola por completo para luego bajar por los pilares llegando finalmente a las cápsulas dándoles un estimulo eléctrico a los clones los cuales rápidamente abrieron los ojos, acto seguido las bombas de las cápsulas comenzaron a bombear el líquido de nutrición para que los clones pudieran respirar antes de abrirse mientras los rayos provocados por las descargas eléctricas continuaban iluminando de forma intermitente la catacumba dando un espectáculo de luces que emulaba una tormenta eléctrica subterránea.

Mientras todo esto sucedía para Lord Shalok fue inevitable no querer iniciar un monólogo para expresar las emociones que sentía en aquel momento.

- Eso es ¡Levántese mis clones! ¡Levántense y conquisten este mundo! ¡No dejen estructura en pie! ¡Sepulten toda luz de esperanza bajo el grueso manto de las tinieblas! ¡Levántense! ¡Levántense!

Pero cuando las capsulas se abrieron algo inesperado sucedió, los clones en lugar de levantarse se quedaron sentados, algunos se pusieron a gatear mientras que otros lloraban inexplicablemente, esta situación confundió en gran medida a Lord Shalok quien no dudó en hacerlo saber a su lacayos.

- ¿Qué? ¿Qué está pasando? ¿Por qué no se levantan ni destruyen? - mirando a sus lacayos - ¡Qué alguien me dé una explicación!

Un silencio incomodo se hizo presente entre los lacayos, ante eso Lord Shalok se molestó aún más y conjurando unos rayos de energía rojos disparó al suelo asustando a los lacayos mientras reiteraba su pregunta.

- Díganme ¿Qué está pasando?

Rápidamente un nervioso jefe dijo.

- Mi Lord nosotros estamos tan confundidos como usted, se lo juro, no sabemos que pasó.

Shalok miró a uno de sus clones para decirle.

- Oye tú, te ordeno que salgas a destruir.

Pero el clon solo se rio de su contraparte original y comenzó a aplaudir a lo cual Shalok suspiró confundido.

- Es como si fueran retrasados mentales o algo así.

Entonces el jefe de los lacayos intervino.

- Mi Lord, creo saber qué es lo que está pasando.

- ¿Ah sí? Pues dímelo antes de que te estrangule.

- Claro, claro mi Lord, verá, creo que lo pasa es que los clones están en blanco.

- ¿En blanco? ¿Qué quieres decir con "en blanco"?

- Lo que quiero decir y lo que supongo es que estos clones al ser recién nacidos no saben nada del mundo, son como bebés.

- ¿Cómo bebés? ¿Y no se suponía que ellos heredarían mi conocimiento y mi poder? - inquirió el Lord.

- También pensábamos eso mi Lord, pero por lo visto la clonación no funcionaba como creíamos, al parecer los clones no heredan el conocimiento y habilidades su padre genético y salvo por el crecimiento acelerado su desarrollo cognitivo es exactamente igual al de un ser vivo común.

- Entonces eso significa ¿Qué tenemos 1 millón de bebés inútiles a los cuales tenemos que enseñarles a caminar, hablar e ir baño? - inquirió Shalok con un vena marcada en su su frente y sus ojos brillando de rojo.

- En efecto mi Lord - contestó el duendecillo.

Shalok agarró a su lacayo por el cuello mientras sus ojos brillaban de un intenso color rojo.

- Gasté 5 años y 2/3 de mis recursos para este proyecto y conquistar el mundo y todo para qué, para tener 1 millón de bebés crecidos a los cuales debo criar ¡Soy Lord Shalok el señor oscuro del Páramo de las Tinieblas! ¡No soy un niñero! Así que más te vale que corrijas este defecto o te dejaré de alimento para las gárgolas.

- E... entendido mi Lord - contestó el lacayo.

Tras eso Shalok se dio media vuelta mientras refunfuñaba entre dientes.

- Fui un tonto al confiar en la ciencia, por eso la magia y la ciencia no deben combinarse, de haber sabido este resultado hubiera seguido apostando por los ejércitos de muertos vivientes o los ejércitos de monstruos - reflexionando - aunque quizás haya una forma de sacar provecho de esto, un hechizo de transferencia de memorias para dotar a los clones de mis conocimiento y otro hechizo de control mental para mantenerlos dóciles y evitar una rebelión - pensando - sí, podría funcionar, pero no tengo el poder suficiente para entrar a 1 millón de mentes al mismo tiempo, tendré buscar un modo de amplificar mis capacidades para lograrlo aunque eso implique - haciendo una mueca de desdén - recurrir a la ciencia otra vez.