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━━ chapter O5

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ʜᴏʟᴅ...
ʜᴏʟᴅ ᴏɴ...
ʜᴏʟᴅ ᴏɴ ᴛᴏ ᴍᴇ
ᴄᴀᴜsᴇ ɪ ᴀᴍ ᴀ ʟɪᴛᴛʟᴇ ᴜɴsᴛᴇᴀᴅʏ
ᴀ ʟɪᴛᴛʟᴇ ᴜɴsᴛᴇᴀᴅʏ
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Mientras miraba el haz de luz insistente que se colaba por la ventana de su minúsculo dormitorio, Stiles no paraba de preguntarse qué más seguiría después de eso.

Apenas logró pegar un ojo en toda la noche, pues sus demonios no dejaban de atormentarle la cabeza, sobretodo después de lo acontecido.

El día anterior no solo habían encontrado a su mejor amigo después de casi dos meses sin saber de él, sino que además de eso, se habían dado cuenta de que para mayor desgracia este había perdido su memoria de forma parcial e inexplicable.

Siete años de su vida olvidados, personas cercanas que lo apoyaban ahora eran como completos desconocidos, y lo más doloroso de todo, aquellas experiencias que no regresarían a menos que hicieran algo al respecto continuaban siendo un papel en blanco para él.

La situación era un desastre por dondequiera que se pararan a mirar. Ninguno sabía arreglar algo tan frágil como una mente confundida a causa de la amnesia, y la desesperación de buscar una cura crecía con cada segundo marcado. Especialmente para el apellidado Stilinski.

Cuidadosamente se fue levantando de la cama, apartando el brazo de Lydia, quien dormía de manera profunda aferrada a su torso en el lado contrario.

Bien sabía que ella se merecía tener un respiro a través de unas buenas horas de sueño. Estaba tan estresada, que verdaderamente no le sorprendió en lo absoluto que se quedara dormida inmediatamente después de que su cabeza chocara contra la suavidad de las almohadas.

En silencio, cerró la puerta de la habitación y fue a preparar un poco de café en la cocina, no dejando de debatir consigo mismo todo lo que venía pensando de un tiempo para acá.

Tendría que haber sido él quien descubriera dónde estaba Scott desde un inicio.

Se suponía que fuera él quien lo salvara de sufrir con el dolor todos esos días.

Quien hiciera todo lo posible y lo imposible por encontrarlo, maldita sea.

Y, sin embargo, allí estaba. Tomando café en medio de su turbia tranquilidad mientras esos hijos de perra seguían allá afuera asesinando a más seres sobrenaturales. Personas con el mismo derecho de vivir que ellos.

Una expresión amarga se dibujó en su rostro cuando dió el primer sorbo a la bebida humeante.

Se sentía un inútil estando allí sentado, sin mover un solo dedo para apoyar en la búsqueda del Movimiento, cuando su jefe sabía perfectamente que ese tipo de misiones requerían de su total presencia y conocimiento.

Nadie mejor que él para saber de temas en relación a la guerra entre hombres lobos y cazadores. Tenía suficiente experiencia como para afirmar que era el mejor en ello. Pero existía ese pequeño detalle que nadie tomaba en cuenta, y era el hecho de que lo subestimaban con mucha facilidad.

Quizás, de haberse esforzado con mayor ahínco, en esos momentos tendría un ascenso honorario y la oportunidad de comprar un piso más grande para que Lydia y él pudieran vivir cómodamente. A diferencia de esa cuchitril de cuarta planta.

Se restregó los ojos para espabilarse completamente mientras se dirigía a la puerta del departamento, contestando a los insistentes toques que lo habían hecho reaccionar segundos antes.

Ver a Malia del otro lado fue otra sorpresa para él, además del hecho de recibir una visita a esas horas de la mañana.

- Hey -lo saludó en tono desganado, el mismo con el que él pasó a responderle.

- Hey...

Ambos se mantuvieron en silencio por un corto período de tiempo, solo hasta que ella carraspeó su garganta con incomodidad y señaló el interior de su hogar.

- ¿Puedo pasar?

- Claro -Stiles se hizo a un lado para dejarla entrar, notando las bolsas debajo de sus ojos que demostraban que había estado llorando. Pero por supuesto, ella nunca lo admitiría delante de nadie- Me sorprende que hayas venido. Ayer desapareciste y no diste noticias. Lydia me dijo que no contestabas sus mensajes, se fue a la cama muy preocupada.

- Yo... necesitaba desahogarme conmigo misma -susurró la castaña, intentando sonar neutral.

- Sabes que cada vez que quieras hacerlo, está bien que nos digas, nosotros no vamos a juzgarte. Pero ayer todos estábamos muy alterados, teníamos los nervios a flor de piel...

- No es lo mismo, Stiles -le cortó- no intentes encontrarle un punto de similitud.

- Es exactamente lo mismo, Mal -él insistió, expresando a través de esas palabras lo mucho que le había dolido que los abandonara la otra noche- Todos estamos sufriendo por él, por lo que está pasando ahora.

- Es sencillo para tí decirlo porque no fue a ti a quien borró de su mente -espetó Malia con un dije de rabia en su voz- Y si lo hubiera hecho ¿Cómo te sentirías al respecto? ¿Cómo asimilas la idea de que tu mejor amigo no te recuerda? Que la persona a quién más estimas olvidó todos y cada uno de los momentos que compartió contigo.

Claro, ninguno de ellos se había detenido a pensar cómo se sentía ella con todo lo que estaba ocurriendo.

Stiles la miró. Sus ojos cristalizados desprendiendo un débil brillo de pérdida y tristeza ¿Acaso estaba tan destrozada por dentro como mismo se veía por fuera? No lo pondría en duda. Tanto ella como Liam lo habían perdido en más de una manera, mientras lidiaban con el dolor que les causaba pensar en la posibilidad de que nunca llegara a recuperarse y el daño se hiciera permanente.

- No puedes saber cómo me estoy sintiendo en estos momentos, porque simplemente tendrías que estar en mis zapatos para eso.

El apellidado Stilinski tragó grueso cuando la escuchó, volviendo a elevar su mirada para enfrentarla por cuenta nueva.

- ¿Para qué viniste aquí, Malia?

- Melissa llamó. Me dijo que irías más tarde para hablar con Scott, ya que nadie más tiene el valor y el coraje para hacerlo.

- Es mi mejor amigo. Se lo debo.

- Entonces le evitarás un mayor peso si no le cuentas nada de lo que sucedió entre él y yo.

Automáticamente, los ojos del chico se abrieron como platos, y sus labios intentaron formular una frase que no le salió hasta después de haberse asegurado que había escuchado bien.

- ¿Pero qué estás diciendo? -cuestionó- ¿Por qué?

- Él no me conoce ya, Stiles. Ni siquiera sé si todavía recuerda a esa pobre niña que convirtió en humana aquel día en el bosque. Por eso tienes que evitarle otro tormento no diciéndole la verdad.

- Eso no está bien. Lo vuestro sucedió y él era feliz con ello, merece saberlo.

- Stiles, por favor, no quiero perderlo más de lo que ya -le dijo, suplicándole con la mirada- Si no lo haces por él, hazlo por mí entonces. Porque no voy a soportar verlo tratándome de forma distante. Lo conozco, tratará de hacer que las cosas parezcan normales, pero la verdad es que se sentirá extraño a mi lado y no quiero eso para él. No ahora.

Ocultarle a Scott de su última relación, la más duradera que había tenido, y puede que incluso la más significativa... No, simplemente no estaba bien ¿Pero qué más podía hacer cuando la propia Malia le estaba pidiendo guardar el secreto?

Podía comprender lo extraño que sería todo para él después de tener una charla con respecto a todas las cosas que habían sucedido los últimos años. El cambio que esto traería y el peso que iba a recaer sobre sus hombros nada más saberlo.

Sí, ella tenía razón. Scott intentaría hacer que todo funcionara. Pero ¿Cómo puedes hacer funcionar algo cuando no conoces ni la mitad de la historia?

Las dudas volvieron a instalarse en su cabeza nada más pensarlo.

- ¿Estás segura de cortar esa línea entre vosotros dos?

Ella asintió, decidida.

- Solo quiero que esté bien. Eso es todo.

- Vale. No le hablaré de ello si es lo que deseas, pero por favor, no huyas Malia -le dijo, y esta vez era él quien le estaba suplicando- Scott necesita a su manada, en estos momentos más que nunca, y tú estás incluída. Te necesitamos.

Pero la coyote simplemente negó, las lágrimas amenazaron con volver a acumularse en sus ojos, pero ella las secó con brusquedad antes de regresar por donde mismo había venido.

- Lo siento, Stiles. Ahora no creo poder hacerlo. Perdóname -dijo, y para su impresión, él asintió.

Estaba bien darle algo de tiempo para afrontarlo, o por lo menos, un poco de espacio. De todas formas, ella tenía razón al decir que solo estando en su lugar sería capaz de sentir lo mismo que experimentaba en ese instante.

Y sinceramente, todavía quedaban muchas cosas pendientes por las cuales preocuparse. Por tanto, esperaría hasta que todos estuvieran listos para dar un paso adelante.

Así como él luchaba contra sus propias inseguridades al mismo tiempo que se preguntaba cómo rayos le explicaría a su mejor amigo que ya no era un adolescente.

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- Sabéis lo que pasa cuando mezclan acónito y muérdago ¿No es así? -cuestionó Deaton, paseando su mirada de Melissa a él, y de él a Argent. Siendo este último quien contestó en baja voz.

- Se crea una droga que afecta directamente el sistema nervioso de un hombre lobo.

- Y no solo eso -prosiguió- si separadas son letales, imagínense lo fuerte que puede ser una mínima dosis de esa mezcla.

La señora McCall tragó en seco:

- Pero el cuerpo de Scott luchó contra el veneno ¿No es así? Lo dijiste ayer. Dijiste que por eso todavía seguía vivo.

- Lo hizo, pero no evitó que su anatomía quedara completamente vulnerable a los golpes y las torturas. Haciéndolo tan débil como cualquier ser humano normal.

- Y si los cazadores lo maltrataron a muerte, lo más probable es que recibiera un golpe en la cabeza con la fuerza suficiente para hacerlo perder la memoria -culminó el cazador, acariciando el hombro de Melissa, quien se cubrió los labios con una mano- en un hombre lobo no sabemos si el daño pueda ser permanente.

- Si no lo es en el ser humano, puede que tampoco lo sea en un ser sobrenatural -agregó Stiles- puede que incluso la recupere antes.

- Es algo incierto, todavía no podemos saber -dijo el druida, levantándose del sofá- puede que exista alguna forma de acelerar el proceso se sanamiento en su cerebro, o puede que solo lo haga empeorar. Nunca había visto un caso parecido.

- No quiero exponer a mi hijo a ningún tipo de método de curación hasta que se encuentre completamente recuperado -la señora McCall también se puso en pie, y hablaba con seguridad delante de ellos- Está exhausto, y su mente sigue siendo muy frágil para soportar algo así, especialmente ahora.

- Opino lo mismo que Melissa. Podemos pensar en eso luego de que Scott se recupere.

- Estoy acuerdo. No obstante, seguiré buscando por mi cuenta -Deaton guardó las manos en los bolsillos de su abrigo- Si me necesitan, estaré en la clínica. Malia ya debe de estar esperando por mí delante de la puerta.

- Igual, tengo que ir y pedirle una semana al hospital -agregó la mujer- y si no me la dan, pues dejaré el empleo, no me importa lo que piensen. Mi familia me necesita.

Stiles suspiró.

Sabía que Melissa estaba decidida a apoyar al resto de la manada tanto como a su propio hijo, porque todos y cada uno estaban intentando poner de su parte para ayudarle. Liam, inclusive, estaba buscando la manera de contarle la historia de cómo terminó mordiéndolo para que se sintiera más familiarizado con la idea de tener un beta. Claro, saltándose alguna que otra cosilla. Por ejemplo: la vez que terminaron secuestrándolo en una bañera.

Creía que todo esto podría ayudarlo a sobrellevar la idea de vivir una vida distinta a la de aquel entonces. Lo único difícil, sería el hacerle entender que tanto Alison, como Isaac, o Kira se habían marchado.

Uno de ellos de forma permanente.

- ¿Puedo pasar? -preguntó, abriendo ligeramente la puerta de la habitación.

Scott yacía recostado sobre la cama, en la misma posición del día anterior, pero con varias gazas cubriendo espacios en sus brazos, torso y pecho. La herida de su frente ya estaba sanando casi por completo, lo que significaba que los rastros del veneno iban desapareciendo poco a poco.

- Ya has entrado. No hace falta que te dé mi permiso.

Apenas vió aparecer a su mejor amigo, intentó apoyar sus codos para sentarse, pero ni siquiera fue capaz de separar su cabeza de las almohadas cuando un súbito dolor de cabeza volvió a azotarlo, obligándolo a mantenerse quieto.

- Deberías hacerle caso a tu madre. Mientras menos te muevas, menos dolerá y más rápido podrás volver a la normalidad.

- Normalidad, no es la palabra que usaría para definir lo que sucederá después de esta conversación -le dijo, interrumpiéndolo antes de que pudiera reclamar- Vienes a decirme ¿no es así? El por qué todos ayer se comportaban tan raro y yo no puedo recordar nada más de nosotros intentando salvarte del Nogitsune. Sin contar con que pareces haber envejecido cien años.

- Lo más importante ahora, es algo que ya debes saber, y que comienza conmigo diciéndote que siempre estaré aquí para ayudarte -aclaró el chico, haciéndose lugar en la cama para ayudarlo a reincorporarse, y luego poder tomar asiento a su lado- No importa el tiempo o las circunstancias en las que nos encontremos. Cuentas conmigo Scott. Porque eres mi hermano y eso no lo cambiará nada.

- Lo sé -lo observó algo confundido, todavía mirando hacia la pared como si fuera lo más interesante de esa habitación- Eso quiere decir que lo que me contarás no será nada bueno ¿No es así?

- No -negó- De hecho, está siendo bastante difícil para mí ahora mismo.

- ¿Puedo saber al menos por qué?

- Por supuesto. Solo si tú me prometes que no me interrumpirás hasta que termine, por muy impresionante que sea.

El apellidado McCall se mantuvo en silencio, y luego asintió, aún con miedo de escuchar lo que tenía para decir. No obstante, sabía que era necesario.

- De acuerdo.

Entonces, Stiles le contó. Le contó todo sobre lo sucedido con el Nogitsune, con los demás, con los Doctores del Horror, la bestia de Gévaudan, La Cacería Salvaje y el Movimiento de Cazadores liderado por Tamora y Gerard.

No se saltó nada, ni siquiera midió el tiempo que le tomó quedarse en aquella habitación con su mejor amigo mientras le iba relatando suceso tras suceso. A veces sintiendo que su voz se cortaba, y otras no pudiendo retener las lágrimas por todos los recuerdos perdidos que ahora le caían encima como una ola.

Grabó sus expresiones cuando le habló sobre las pérdidas que habían sufrido, de los planes fallidos y los problemas que nunca parecían acabar. Se apoyaron el uno en el otro cuando evocaron la imagen de Alison en su mente, al igual que un fantasma que no podrían dejar ir jamás, percibiendo una sensación amarga que se extendió por horas y horas en las que no dejaron de llorar, a pesar de que él siempre le repetía que eso no era algo que a los tíos se les permitiera hacer.

Pero llegados a tal punto, cualquier palabra que quedara en el aire era como un día perdido de su pasado.

Uno que, desgraciadamente, no regresaría a él otra vez.








Lo siento tanto por mi Scotty 🤧 Me imagino todo lo que él y Stiles deben estar atravesando, y joder, no es nada fácil de digerir.

¿Creen que Malia haya tomado la decisión correcta al no decirle de su relación? ¿Creen que Stiles esté haciendo lo correcto al ayudarla? O más importante ¿Creen que Scott sea capaz de asimilar todo lo que su amigo le ha contado sin colapsar?

Lo averiguaremos próximamente.

Agradecería que me dejaran sus votos y comentarios para saber si hasta ahora les está gustando la historia. Mientras tanto, a los que lo hacen, les doy las gracias por ello.

Nos leemos en la próxima, wolfens 💙✨

Debbie

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