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━━ chapter O3

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ɪ'ʟʟ ʜᴏʟᴅ ʏᴏᴜ
ᴡʜᴇɴ ᴛʜɪɴɢs ɢᴏ ᴡʀᴏɴɢ
ɪ'ʟʟ ʙᴇ ᴡɪᴛʜ ʏᴏᴜ
ғʀᴏᴍ ᴅᴜsᴋ ᴛɪʟʟ ᴅᴀᴡɴ
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— ¿Quién eres tú? —exigió saber la castaña, echándose para atrás encima de la cama en un estúpido intento por querer huir.

Peter, en cambio, aún sabiendo que su presencia en aquella habitación la perturbaba por el simple hecho de haber tenido la osadía de invadir su espacio de recuperación, no se alejó. Todo lo contrario, se mantuvo quieto e impenetrable mientras la estudiaba de la cabeza a los pies, asustándola mucho más cuando pareció atravesarle el alma con la intensidad que inspiraban sus flamantes ojos azules.

No parecía ser una mala chica. Podría tener solo unos cinco o seis años por encima de Malia. Demasiado delgada, de finos labios, ojos certeros y un rostro fresco y juvenil a pesar de que su expresión revelaba cual era su estado de madurez físico y mental.

Pero estaba tan asustada, que el mínimo movimiento que pudiera hacer la hacía temblar.

Debido a esto, cuando él intentó acercarse, la piel de sus brazos se crispó, y el pánico comenzó a hacer de las suyas dentro de su cabeza a tal punto que Laurel no supo si gritar o quedarse callada.

— Calma, querida —la tranquilizó, aunque por el tono tan bajo de su voz ella no estuvo muy segura de creerle— No estoy aquí para hacerte nada.

— Y-Yo no lo conozco. No debería estar aquí.

— Pero lo harás —resaltó— por eso vine, para conocernos mejor, hablar, intercambiar algunas historias, y puede que con un poco de suerte te acabe dando mi número de teléfono.

— Llamaré a la enfermera.

Antes de que pudiera siquiera parpadear, Peter la frenó reclinándose hacia delante y sujetó la camilla por ambos lados. Sus manos cerrándose en torno al borde del colchón al tiempo que la espalda de la chica volvía a chocar con la superficie de la almohada. Laurel contuvo una exclamación debido a la rapidez con la que él había reaccionado, tan certero como un tiburón, y se dijo que debía ser más cuidadosa la próxima vez.

— Yo que tú no haría eso. No será bueno para ti, créeme.

Él no se venía con juegos, podía notarlo en su mirada.

— ¿Qué quiere?

— Dime qué es lo que viste ayer.

Laurel no pudo evitar tragar en seco con inseguridad y, acto seguido, abrió la boca para decir algo que no llegó.

De pronto, los recuerdos de lo que había sucedido la noche anterior se adueñaron de su cabeza, obligándola a cerrar los ojos con fuerza mientras volvía a sentir en su propia carne la presión y el dolor de las garras rasgándole la piel. Tal y como si pudiera ser capaz de revivirlo con solo adentrarse en su mente.

No obstante, a pesar del terror, todavía conservaba la imagen de aquellos ojos llenos de culpa en medio de la noche. Y su corazón de hinchó de lástima por solo eso.

— ¿Para qué quiere saberlo?

— Aquí las preguntas las hago yo, tú solo abres la boca para responder. Así que te lo pediré una vez más... dime qué fue lo que viste.

— Tú nunca me lo creerías —espetó.

— Nada es demasiado extraño o increíble para mí. A estás alturas de la vida puedo hasta creer que existe un Dios misericordioso que nos perdona de todos nuestros pecados.

— Esto sí lo es.

— Ilumíname entonces.

La chica se frotó las manos cubiertas de vendas con algo de incomodidad, habían comenzado a picarle segundos antes

— No fue un animal —tartamudeó— yo... encontré a un hombre tirado al pie de la carretera. Estaba inconsciente, como si acabara de salir de una gran pelea, y traté de ayudarle. Pero luego... él simplemente me atacó.

El apellidado Hale la miró con el entrecejo fruncido.

— ¿Dices que fue un chico quien te dejó en ese estado?

— No era un chico normal —le cortó, alzando la voz de repente— tenía ese brillo infernal en los ojos, como si fuera un demonio o algo parecido. Y entonces comenzó a cambiar delante de mí, hasta que ya no lucía completamente humano, sino más bien como un...

— Lobo.

La mirada avellana de la mujer se alzó de repente, desconcertada, pero sin asumir la posibilidad de que este pudiera tener el poder de adivinar sus pensamientos. Por lo cual, todo el aura de misterio que lo rodeaba se le hizo incluso más intimidante.

— ¿Cómo lo...

— Escúchame bien, querida. Todo lo que te sucedió tiene una explicación, solo que es una muy difícil, pero estaré encantado de hablarte de ello cuando estés fuera de este sitio y decidas por tí misma buscarme.

— Ahora se supone que querías ayudarme ¿Desde cuándo una persona que viene con esa intención te acorrala en un rincón usando la fuerza en tu contra?

— Ese es mi estilo, te acostumbrarás —agregó con simpleza, arreglándose la chaqueta para dar media vuelta dispuesto a salir de allí.

Laurel se reincorporó débilmente sobre sus codos, haciendo una mueca de molestia en el proceso.

Necesitaba hablar antes de que el desconocido pudiera atravesar la puerta, porque tal parecía ser, que él tenía la respuesta a todas sus interrogantes aunque no estuviera dispuesto a revelar nada más.

— Era un hombre lobo ¿No es así? —soltó de repente, provocando que él se volteara para mirarla otra vez— No estoy loca.

— Ciertamente no.

— Dímelo entonces

— ¿En serio quieres saberlo cuando estás postrada en una cama de hospital? Muy bien, lo más probable es que tu vida de un giro de 180 grados cuando pasen las próximas veinticuatro horas.

— ¿A qué te refieres?

— Lo siento, hasta aquí llegó nuestra charla.

— ¡Esto no puede estarme pasando! ¡Es jodidamente increíble! —le recriminó, como si él fuera el causante de todo lo que le había ocurrido— Acabo de mudarme, iba a iniciar mi nueva vida aquí, lejos de todo. Yo solo quería paz.

De repente, sintió su respiración golpeándole el rostro, cosa que la hizo estremecerse, solo para darse cuenta de que ahora su cara estaba mucho más cerca. Tanto, que si se lo hubiese propuesto habría alcanzado a detallar cada una de sus facciones.

— Lamento muchísimo ser yo quien te abra los ojos, pero no creo que otro vaya a hacerlo ¿Querías tranquilidad en tu vida? Pues te equivocaste al venir a este pueblo, ángel.

Y sin agregar nada más, él se marchó. Dejándola tendida en aquella habitación vacía, con los ojos llorosos y la cabeza hecha una maraña de dudas.

No fue hasta que estuvo fuera del hospital que Peter se percató de que ni siquiera le había revelado su nombre. Pero poco importaba, ya que no sería ella quien lo buscara con el objetivo de arreglar lo que otro había roto.

Ya se encargaría él mismo de ser quien la encontrase.

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Lydia se mantuvo todo el tiempo con la mirada perdida en algún punto de la pared desde su regreso al hogar de los McCall. No lo estudiaba con detenimiento, sino que lo veía como si no existiera nada más interesante a lo que prestar atención en ese salón.

Era de esos momentos en los que su mente se permitía desconectarse completamente del entorno en el que se encontraba, a través de cualquier mínima cosa, o incluso un pensamiento sencillo. Así como el sonido de las teclas de un piano haciendo eco en su cabeza, el adormecimiento de sus sentidos con el tic tac de un reloj cuco o el movimiento de las olas del mar acunándola como a un bebé mientras sus ojos se iban cerrando de a poco...

Solo hasta que otro tipo de ruido volviera a hacerla despertar de golpe. Reventando su nube para golpearse fuertemente con los tambores de la realidad.

Stiles todavía se mostraba inquieto después de tres horas de espera. Caminando de un lado a otro al igual que si fuera un volcán a punto de entrar en erupción debido a su creciente impaciencia.

Llevaba así más o menos veinte minutos, y luego al aburrirse, solo se sentaba a su lado con expresión marchita hasta que no soportaba la idea de quedarse de brazos cruzados sin aportar nada a la búsqueda de su mejor amigo.

Melissa le había traído un vaso de agua en algún momento, pero este reposaba completamente lleno encima de la mesa ratona, y el chico solo se masajeaba la barbilla con incomodidad, luchando contra su instinto de atravesar aquella puerta.

— En un minuto estaba ahí, y luego ya no lo estuvo más —masculló entre dientes, todavía furioso consigo mismo por haberse despistado solo unos segundos para darse cuenta que la mujer coyote había desaparecido.

— Es Malia —argulló su novia como si no lo tuvieran más que claro— La conoces, sabes que es muy impulsiva la mayor parte del tiempo. Si pudo captar su olor...

— Pero ni siquiera nos avisó —no le permitió terminar— Ella no es la única que quiere encontrarlo. Yo he estado machacándome la cabeza día y noche para salvar a mi mejor amigo, y si no he podido lograr nada hasta ahora es porque no todos tenemos poderes sobrenaturales para resolver las cosas.

— Stiles sabemos que has hecho todo cuanto has podido, no te tortures más con eso —la señora McCall se estiró para sostener su mano, de forma que pudo percibir lo nervioso que estaba nada más suspirar— Liam y Chris fueron a buscarla, no debió ir muy lejos.

— Puede que incluso haya encontrado algo que luego nos lleve a Scott —apoyó la banshee, y él no pudo hacer otra cosa que asentir, atrayéndola para depositar un leve beso en su frente— No vas a lograr nada enojándote contigo mismo, cariño.

— Lo sé. Pero no dejo de pensar que debo estar con ellos...

— No eres Superman. No puedes estar en todos lados ni saberlo todo. Vamos a dejar esto en sus manos ¿Vale? Hasta tener noticias.

Resignarse a permanecer allí no era fácil, pero se obligó a pensar que de haber tenido la oportunidad de decirle, Scott le habría pedido cuidar de su manada en caso de que él no estuviera cerca para hacerlo. Siendo esta una de las cosas más importantes en la vida del alfa.

No podría decepcionarlo. Por lo menos no por esa parte.

El apellidado Stilinski hizo una pequeña mueca con los labios y las rodeó a ambas con los brazos para servirles de apoyo. Un gesto que se había convertido para todos en una típica expresión de “Estoy aquí”, y de seguridad a pesar de las circunstancias

Ninguno supo que después de varios segundos, ese abrazo viniera acompañado de una inesperada sorpresa para culminar con su espera, y a la vez, hacerlos contener un grito  cuando vieron a Argent en el umbral de la puerta, acompañado de Liam Dunbar, ambos cargando con un moribundo Scott sobre sus hombros.

Las manos de Lydia viajaron hasta cubrirse los labios con horror y Melissa prácticamente sobrevoló el salón para acunar el rostro magullado de su hijo entre sus manos.

Durante unos segundos, Stiles se preguntó una y otra vez dentro de su cabeza por qué rayos todo parecía correr en cámara lenta, desde el momento en el que Malia atravesó la puerta con los ojos empañados, hasta que la orden de llevarlo a su habitación se escuchó por todo el lugar.

Sus brazos se cerraron firmemente en torno a la cintura de la mujer coyote cuando esta quiso seguirlo, soportando tener que verla retorcerse y llorar de impotencia mientras que, una vez más, lo alejaban de su lado después de haberlo encontrado finalmente.

No podía decir que él tampoco había tenido el instinto de correr detrás de los demás para asegurarse de que Scott estaba bien, siendo tratado por su madre mientras ellos aguardaban nerviosamente junto a las escaleras. Aunque igualmente podía comprender la desesperación de su amiga después de verlo en aquel estado. Sin embargo, su alfa estaba de vuelta, y eso era todo lo que importaba por el momento.

Pero incluso cuando ya había quedado probado que todo no se trataba de otra pesadilla, Lydia seguía sin moverse de su lugar, ni siquiera para dar un pestañazo. Se había quedado helada como si todavía no pudiera creer lo que había acontecido en cuestión de segundos dentro de esas paredes. Ganándose la mirada confusa de ambos cuando, de la nada, sus ojos parecieron brillar con el reflejo de la lámpara.

— Lydia ¿Te encuentras bien?

— Fueron ellos... —pronunció entrecortadamente, con sus ojos destilando lástima y horror a partes iguales— puedo sentir su dolor, es horrible... —tragó grueso— Tu tenías razón todo el tiempo. Ellos se lo llevaron, Stiles.








AHHHHHH! Hasta yo estoy gritando.

Ya tenemos a Scott de vuelta, solo a saber cuan caótico será todo a partir de ahora. Seguro ya saben que las cosas no siempre son color de rosa tratándose de TW (o tratándose de mí 🤭).

Estoy tan emocionada por los próximos capítulos que vienen. Solo espero que ustedes también lo estén tanto como yo, porque digo y repito que Oblivion me tiene la mar de inspirada.

No olviden que me ayudan mucho dejando su estrellita para saber si les ha gustado, y si saben de más personas a las que les gustaría leerla no duden en recomendarla porfis.

Also...

Un saludo a todas las bellas madres ahí fuera, les envío mil bendiciones ✨🌷

Igualmente, quería dedicar este capítulo a mi amiga AllyNicole_C. Quien, a pesar de que no suele leer muchos fics de este fandom, me ha estado apoyando con la revisión de los capítulos antes de publicarlos y dándome su opinión siempre. Thanks a lot Nics 💖.

Nos leemos pronto, wolfens.

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