━━ chapter 31
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ɪ ᴡɪʟʟ ғɪɢʜᴛ
ɪ ᴡɪʟʟ ғɪɢʜᴛ ғᴏʀ ʏᴏᴜ
ɪ ᴀʟᴡᴀʏs ᴅᴏ ᴜɴᴛɪʟ ᴍʏ ʜᴇᴀʀᴛ
ɪs ʙʟᴀᴄᴋ ᴀɴᴅ ʙʟᴜᴇ
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Habían pasado tres días desde lo sucedido, y Beacon Hills volvió a ser como cualquier otro pueblo corriente del Este de California.
El Movimiento de la Flor de Liz era historia ahora, y sus miembros, todos ellos, se encontraban tras las rejas. A Payton Foster se le dió la oportunidad de realizar un pequeño funeral para despedirse de su padre antes de ser sentenciada, recibiendo solo una pequeña condena de meses en prisión dado a que el tribunal había llegado a la conclusión de que debido a su edad, era fácil dejarse manipular por una mente como la de Bill.
Stiles había tenido la oportunidad de hablar con ella durante el juicio y estaba más que seguro que, después de todo lo vivido, la chica no volvería buscando venganza.
Por tanto, los próximos meses serían un alivio total.
Peter se vió a sí mismo en una habitación de hospital cuando abrió los ojos por primera vez después de aquellas setenta y dos horas inconsciente, encontrándose con la imagen de Laurel dormida mientras sostenía su mano.
Su cabeza estaba recostada en el borde de la cama, por tanto, le fue sencillo estirar sus dedos para acariciar el contorno de su mejilla. Debido a esto, ella despertó.
— Hey ángel —murmuró— ¿A qué viene esa cara? ¿Quién se ha muerto y no me he enterado?
Instintivamente, el rostro de la castaña se iluminó y sus labios se curvaron en una sonrisa al tiempo que se lanzaba sobre él para abrazarlo con fuerza, sin importar que todavía se encontrara débil.
— Creí que te perdía —habló bajito, separándose para acunar su rostro entre sus manos y besarlo— Estuviste inconsciente por días. No vuelvas a hacer una cosa así, idiota. Casi me matas del susto.
Sus palabras lo hicieron reír.
— Estoy entero de pies a cabeza. No es momento de lamentarse por lo que podría haber sucedido —suavemente, le apartó el pelo de la cara para mirarla a los ojos— Además, apuesto a que no me veo nada sexy en bata de hospital.
— No, definitivamente no.
Ambos estaban tan sumidos en su pequeña burbuja de felicidad, que no se percataron cuando la puerta se abrió, y por ella entraron su hija y su sobrino con sus respectivas parejas.
Malia dejó caer la bolsa que traía cuando lo vió despierto, haciendo un un mínimo ruido.
— Oh Dios... —susurró, como si no pudiera creer lo que sus ojos le mostraban, y en respuesta, él los recibió con ánimos renovados.
— Hey kiddo, le estaba diciendo a tu madrastra que...
Antes de que pudiera terminar de hablar, la mujer coyote se lanzó sobre él para rodearlo por los hombros y sentir de esta forma que todo el peso de los últimos días comenzaba a abandonarla.
— Estabas dispuesto a morir por mí.
Él se mostró sorprendido en un principio, pero terminó abrazándola de vuelta.
— Lo haría una y mil veces —susurró contra su cabello, y no mentía. Ella seguía siendo una de las razones por las cuales era alguien completamente nuevo.
Cuando se separaron, su mirada fue a parar de vuelta al alfa de Beacon Hills. Aquel que había sido la vena de su existencia, y que sin embargo, ahora le guardaba un gran respeto.
— Hola, Scotty Doo ¿Felíz de verme vivo?
El aludido dejó escapar una corta risa, rodeando la cintura de Malia con uno de sus brazos:
— Sorprendentemente —contestó— De todas formas, la vida en este pueblo ha de ser muy aburrida sin Peter Hale.
El le dedicó un orgulloso asentimiento.
— ¿Y qué hay de vosotros dos? ¿Algún plan de asentarse ahora que el problema principal se ha esfumado? —cuestionó en dirección de Derek y Cassie, quienes intercambiaron una mirada cómplice.
— Nos quedaremos en Beacon Hills solo por un tiempo, luego regresaremos a Colorado.
— Supongo que eso significa que tú tampoco te irás a Alburquerque —dijo, esta vez a Malia.
Ella sostuvo la mano de Scott entre la suya, y ambos se miraron, sonriendo mientras entrelazaban sus dedos significativamente.
— Cambié de opinión.
Ahora que todo estaba bien nuevamente, la mujer coyote quería recuperar cada instante de tiempo perdido a su lado, y nadie en aquel sitio podía culparlos a ninguno de los dos.
Laurel acarició la mejilla de Peter con la punta de su nariz, y este se volteó para dejar un pequeño beso en ella.
Lo peor había pasado, el movimiento de cazadores ya no era algo por lo que debían preocuparse y los ecos del ayer que intentaron separarlos dejaron de importar para quedarse en el olvido.
Porque a pesar de que los obstáculos llegaron para perturbar su paz, ellos encontraron una forma de salir adelante. Unidos.
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Lydia estaba sentada en una de las sillas de la sala de espera, aguardando a que sus amigos regresaran de la hora de visita. De vez en vez, se cruzaba con la señora McCall corriendo junto a las demás enfermeras, y por un momento, se permitió escuchar cada uno de los sonidos que le brindaba aquel sitio.
Desde las ruedas chirriantes de las camillas, a los pasos apresurados que iban en todas direcciones. Y aún sabiendo que no era el lugar más pasivo para estar, Lydia se sintió liviana y más humana que nunca antes en su vida.
No era el ruido lo que le traía esa serenidad, sino la idea de estar en un lugar donde todo era, por así decirlo, normal.
De repente, sintió cómo alguien tomaba su mano, y cuando volvió a abrir los ojos el rostro de Stiles se encontraba delante suyo.
— ¿Cansada?
Ella negó:
— Respirando —respondió— finalmente.
Contento con su respuesta, él se sentó a su lado y ambos se quedaron allí, simplemente disfrutando de la compañía del otro en lo que esperaban por sus amigos.
— ¿Cómo está tu padre?
— Bien, pero va a tener que acostumbrarse a ir a trabajar con la escayola por las próximas semanas —le dijo, recordando lo inquieto que Noah había estado por su brazo roto— Ya sabes lo que dice “No hay problema demasiado grave para evitar que pise esa comisaría”.
— Suena a que vas a tener mucho trabajo de ahora en adelante.
— Al parecer.
Ella dejó caer la cabeza en su hombro, respirando pausadamente mientras sentía la presión de su mejilla contra la piel tersa de su frente. Luego se aferró a su brazo, dejándose llevar por la tranquilidad del ambiente.
— Me gusta esto —dijo Stiles, su barba de varios días haciéndole cosquillas en la frente.
— ¿El qué?
— Estar contigo, así, en paz, sin peleas o problemas de por medio —suspiró— y sé que no es algo que podamos evitar, pero... No lo sé, quisiera hacer de esto algo más sólido. Tu y yo juntos. Por siempre.
— ¿A qué te refieres?
Entonces, él hizo algo que la banshee no pudo ver venir. Se levantó de su asiento, obligándola a ella a hacer lo mismo, y sin previo aviso, se puso de rodillas.
— He escogido el peor lugar para hacer una cosa así, pero cuando el momento llega lo sabes... —inhaló, tomando un impulso de valentía al sacar el pequeño aro del bolsillo— Lydia Martin, perdona por no haber preparado un mejor discurso, pero las palabras no me alcanzarían para expresar todo lo que han sido estos años a tu lado. Tanto aquellos que compartimos juntos como los que no. Pero una cosa siempre he tenido clara, y es que nada me haría más feliz que seguir ahí, sosteniendo tu mano por el resto de nuestros días. Así que ahora, delante de esta sala de urgencias, te pregunto ¿Aceptarías casarte conmigo?
Por un momento, su conmoción fue tanta que Stiles realmente pensó que saldría corriendo o le diría que no, pero contrario a esto, los ojos de Lydia se cristalizaron y comenzó a asentir repetidamente.
— Sí. Por supuesto que sí —sollozó y cuando él le colocó el anillo, lo primero que hizo fue unir sus labios en un beso.
Stiles sonrió, haciéndola girar en el aire con los aplausos de todas las personas escuchándose de fondo. Entre estas, parte de su manada se unió con vítores de celebración. Ya era hora de que se atrevieran a dar ese siguiente paso, habían esperado mucho (en el caso de Stiles más de diez años), y todos estaban muy felices por ellos.
Realmente felices.
●●●
— Cariño, ya nos vamos —anunció Melissa parándose en el centro de la puerta, luciendo increíble.
Su hijo abrió la boca de par en par, impresionado, y también Malia. Ambos recostados encima de la cama de su habitación, se le quedaron observando con expresión maravillada.
No solo estaba preciosa con aquel vestido estampado, sino que había usado una ligera capa de maquillaje para resaltar más sus rasgos, y su pelo estaba recogido en un moño descuidado, pero bonito.
— Luces bellísima, Melissa —exclamó la chica coyote, reincorporándose sobre sus propios codos.
— ¿De verdad? ¿No creen que es demasiado?
— En lo absoluto. Dile que está guapa, Scott.
— Ella no está mintiendo mamá, estás increíble —resaltó el chico, y Melissa dió un giro sobre sí misma para mostrarles mejor el resultado— Argent va a tener que mantener sus ojos en tí, porque apuesto que muchos desconocidos se acercarán.
— No te equivocas, Scott. —el mencionado se detuvo en la puerta y Melissa se sostuvo de su brazo— Llevo la pistola cargada en el cinturón por si las moscas.
— Cuida de ella.
— Siempre lo hago.
— ¡Como si necesitaras hacerlo! —se mofó la mujer, dirigiendo una última mirada a sus chicos— No destruyan la casa mientras no estamos ¿Bien? Y si de algo me sirve avisar, asegúrense de usar protección para no hacerme abuela tan joven.
— Hemos captado, mamá —le cortó el alfa, con el rostro risueño de su novia oculto en su cuello.
— Muy bien ¡Los amo!
Cuando la pareja de adultos abandonó la habitación, Malia pasó un brazo por encima de su pecho para abrazarlo y él hizo lo mismo con su cintura.
Podía ver esa traviesa sonrisa bailando por entre sus labios, y por un momento, se preguntó qué clase de cosas estarían pasando por su mente.
— ¿Qué?
— Nada, solo te estaba mirando —dijo ella, alzando la cabeza por cuenta nueva— ¿Te parece raro? ¿Nosotros volviendo a ser pareja?
— No exactamente. Lo que me parece raro es que me sigas preguntando lo mismo cada diez segundos.
Ella le regaló una pequeña sonrisa, y Scott solo pudo darse cuenta de que nunca se había sentido tan cercano a una persona como con ella. De todas las maneras posibles. Pensando en lo sencillo que era estar a su lado, y en como cuando estaba cerca, todo parecía ser un poco más brillante y simple.
— ¿Has pensado en mi propuesta para después de tu graduación? —preguntó ella, poniéndose boca abajo para apoyar el mentón en su pecho.
— Es tentadora. Aunque todavía nos queda algo de tiempo.
— Un año pasa muy rápido cuando te das cuenta ¿Puedes creer que hace solo seis meses perdiste la memoria y ahora todo marcha con normalidad?
Él sonrió. Casi sin poder creérselo.
— De solo recordar ese primer día... estaba tan confuso, tan perdido. Creí que jamás volvería a arreglar esa pieza rota dentro de mi cabeza.
— Y aún así cumpliste con tu promesa... —los ojos de Malia estaban rebosantes de felicidad— supiste cómo encontrar tu camino de vuelta.
— No. No fui yo —dijo el alfa, apartando un mechón de pelo castaño para llevarlo detrás de su oreja—Fuiste tú. Con tu perseverancia y tu paciencia. Encontraste la forma de guiarme de regreso a casa.
Por los próximos segundos, lo único que pudo escuchar fueron sus propios latidos, agitados dentro de su pecho, al tiempo que su visión se centraba solo en el rostro de la mujer que tenía en brazos, y nada más a su alrededor parecía existir.
Era solo ella, y sus atrayentes ojos oscuros que causaban un gran impacto en él.
No supo si alguna vez recuperaría todos sus recuerdos, y a decir verdad, ya no le importaba tanto como antes. Pero estaba seguro que de ser así, tendría la oportunidad de saber lo que era enamorarse completa y perdidamente de una misma persona dos veces.
Así que volvió a estrecharla contra sí y la besó como si no hubiera un mañana, ambos riendo y rodando por encima de la cama hasta terminar con él encima y ella enredando sus dedos en las ebras de su cabello.
Finalmente, su mundo volvía a cobrar sentido a través de las cosas que en un inicio le habrían parecido imposibles, pero que con el paso del tiempo, demostraron ser todo lo que necesitaba para volver a sentirse como un chico normal, y a su vez, dejar la vida de aquel lobo adolescente donde pertenecía: En el pasado.
Ahora era tiempo de aferrarse a lo que el futuro tenía preparado para ellos, y seguir adelante.
The End.
Y descuiden, todavía falta el epílogo.
Me atrasé un poco en subirlo hoy porque he tenido una muy mala pasada esta mañana. En serio, no puedo creer que en esta plataforma todavía hayan fans tan tóxicos de la serie.
Si pongo desde un inicio en las advertencias que no quiero comentarios ofensivos a los shipps ¿Por qué si saben que no les gusta siguen leyendo? En serio perro coraje tengo.
Al igual que yo respeto otros shipps, las demás personas deberían hacer lo mismo. Creo que todos tienen algo único por igual. Pero todavía hay personas que odian a Malia y la llaman loca por “meterse entre Stiles y Lydia” ¿En serio? No voy a decir lo que pienso de Lydia en las primeras dos temporadas porque también me gusta ese shipp y pienso que el personaje tuvo un gran desarrollo. Pero créanme, opinión positiva no es.
Sin embargo, me lo reservo.
Tengo que dar gracias inmensas por ustedes, los lectores que leen esta historia. Porque créanme que valen todo. Nunca he recibido un mal trato o malos comentarios por ustedes, y eso lo agradezco de todo corazón. Gracias por todo el apoyo y sus palabras lindas. Prometo darles un epílogo genial dentro de un rato.
Besos y abrazos,
Debbie.
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