Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

━━ chapter 2O

┏━━━━•❅•°•❈•°•❅•━━━━┓

ᴍʏ ᴄᴏɴsᴄɪᴇɴᴄᴇ ʙᴜʀɴɪɴɢ,
ᴍʏ ʙᴇᴀsᴛʟʏ ʀᴏᴀʀ
ᴛʜᴇ ʜᴇᴀᴅᴀᴄʜᴇ ᴘɪʟʟ,
ᴛʜᴇ ɴᴇᴄᴋᴛɪᴇ ᴏɴ ᴍʏ
ʙᴇᴅʀᴏᴏᴍ ᴅᴏᴏʀ

┗━━━━•❅•°•❈•°•❅•━━━━┛







- ¡Cariño, se nos va a hacer tarde!

Lydia entornó los ojos cuando escuchó los gritos de Stiles desde el piso de abajo, y sin hacerle mucho caso, continuó buscando su bolso por toda la habitación.

Los días habían pasado como una fina brisa aquel mes de diciembre, y para ese fin de año, había escogido llevar el vestido que Stiles le había regalado en su último aniversario y el cual era su favorito desde que lo vió.

La pequeña reunión sería en casa de Scott, donde últimamente se concentraban todos los encuentros. El resto de la manada de seguro los estarían esperando ya para comenzar, pero apenas eran las nueve, y ella seguía sin encontrar el único accesorio que combinaba perfectamente con su ropa.

- Ajá -exclamó victoriosa cuando logró sacar su bolso Gucci de uno de los gaveteros ¿Cómo se le había ocurrido guardarlo ahí?

- Lydiaaaa.

- ¡Encontré mi cartera!

- ¡Genial! ¿Nos podemos ir ya?

La banshee se miró una última vez al espejo, arreglando su ondulado cabello y dándose un último toque de brillo de labios antes de quedar completamente lista para salir.

Sin embargo, el sonido de un celular encima de la cama la hizo soltar el pomo de la puerta otra vez. Al parecer, su novio lo había vuelto a dejar regado por ahí.

Sus ojos leyeron el escueto mensaje que el agente Morris había dejado para él, tres simples palabras que formaban un «Tenemos que hablar» que solo podía significar más problemas.

Tuvo que pensárselo más de una vez para hacerlo, pero decidida a no dejar que ellos volvieran a alejarlo de su lado en un día tan especial, presionó el botón de eliminar y guardó el móvil en su bolso como si nada hubiera pasado.

Estaba harta de permitir que el jodido FBI interfiriera constantemente en su relación. Hasta ahí había llegado. Esa noche no se la arruinaría nadie.

- Estoy lista -sonrió con naturalidad al detenerse al inicio de las escaleras. Desde abajo, Stiles abrió los ojos con asombro.

- Luces como la chica más guapa de todo Beacon Hills -le celebró- estás usando el vestido.

- Por supuesto es mi favorito -respondió, depositando un rápido beso en sus labios- Además, me lo regaló el novio más perfecto de todo Beacon Hills.

- No sabía que Scott se dedicara a regalar vestidos.

- Muy gracioso... ¿Nos vamos?

- Adelante -la invitó a pasar primero, para seguidamente, rodearle la cintura con su brazo e ir juntos hacia el jeep, el cual aguardaba en espera de ellos como en tantas ocasiones había sido.

●●●

- Malia ¿Puedo pasar? -Scott aguardó pacientemente del otro lado de la puerta, sin obtener una respuesta por parte de la mujer coyote, por lo que volvió a insistir dando tres toques más.

Al tercero, ella respondió.

- Vale, entra.

Su voz sonaba algo acongojada, como si algo la estuviera molestando, o por lo menos eso le pareció al alfa cuando pasó al interior de la habitación y la encontró tratando de mirarse la espalda desnuda como podía.

El vestido oscuro se ajustaba a su cuerpo de forma magistral, delineando cada curva que poseía, y haciendo que luciera mucho más alta de lo que ya. Para él, fue una gran sorpresa que volviera a colocarse uno de esos después de la charla que tuvieron en el baile del instituto, pero no dijo nada porque no quería hacerla sentir incómoda, especialmente cuando lucía tan guapa de esa forma. Demasiado para su propio bien.

El único problema era que, al parecer no había logrado cerrar la cremallera, y eso la tenía rabiando hasta el mismo infierno.

Al que él se iría si seguía mirándola con aquella cara de idiota.

- Lo sé, parezco un desastre -exhaló la castaña con pesadez- no tenía planeado ponerme este molesto vestido, pero Lydia me obligó a comprarlo.

- Pues... hum... no está mal.

- ¿En serio? Pues pica como el demonio -protestó- ya que estás aquí ¿Te importaría ayudarme a quitarlo?

Tras esto, Scott abrió los ojos de golpe.

- ¿Q-Q-Qué dijiste?

- ¿Que si podías ayudarme a subirlo? Ya sabes, la cremallera.

- Sí, claro, la cremallera. Por supuesto.

La mujer coyote lo miró con extrañeza. Ese día había estado más raro que nunca.

- ¿Te encuentras bien?

- Genial -contestó en un santiamén- ¿Por qué lo preguntas?

- Pues porque apestas a miedo.

Él esperó unos segundos y luego negó, liberando una risa nerviosa.

- Supongo que es porque estoy nervioso. Ya sabes, nuevo año y nuevas responsabilidades.

Malia asintió, todavía no muy convencida, dándose la vuelta delante del espejo para quedar de espaldas a él. El alfa alzó las manos, buscando la parte baja del vestido.

- ¿Regresarás a la Universidad? -preguntó ella, al tiempo que lo sentía tocar con sus dedos la piel al descubierto.

- Debo hacerlo. Será como iniciar desde cero, aunque la idea ya no se siente tan extraña como hace unos meses -dijo en un hilo de voz, arrastrando lentamente el zipper por toda su columna hasta llegar arriba. Malia se había recogido la larga cabellera castaña con una mano, dejando su cuello al descubierto, y permitiéndole admirar a través de su reflejo el reluciente dije de su cadena.

Scott sonrió por dentro de sí, feliz de verla usar su regalo esa noche.

- ¿Y tú? ¿Seguirás trabajando en la clínica de Deaton?

- En realidad... -la mujer coyote carraspeó bajito, elevando su semblante para enfrentarlo- Mi padre me ha dicho que hay puestos libres como ayudante en varias veterinarias de Alburquerque.

Él se quedó observándola, confundido.

- Entonces ¿Vas a mudarte a Nuevo México?

- Todos los demás están siguiendo adelante y dejando Beacon Hills atrás: Liam, Derek, Stiles, e incluso tú... Creo que es hora de que yo también lo haga.

Tras aquella confesión, Scott intuyó que eso significaba que no volvería a verla otra vez. O por lo menos, no en mucho tiempo.

Le resultaba extraño porque, se había acostumbrado tanto a su presencia allí que la sola idea de pensar en regresar a casa y no encontrarla se le hacía ajena. Era una persona maravillosa, una gran amiga y cuando estaba a su lado se sentía bien. Hacía mucho tiempo (recordando desde el punto de vista de su corta memoria) que no se sentía así.

¿Quería que se fuera? Pues claro que no. Su lado egoísta así lo pensaba, pero también sabía que no podía retenerla como si fuera suya. Ella era libre de hacer lo que quisiera con su vida, aunque estaba seguro de que su partida lo destrozaría.

- ¿Cuando será eso?

- Puede que al finalizar el próximo mes. Quiero pasar algo de tiempo con Melissa y dejar algunas cosas de la clínica en orden antes de irme.

No podía decir que estaba bien con eso, pero de igual forma trató de aparentar delante suyo.

- Solo espero que no te alejes mucho.

- ¡Jamás, McCall! -exclamó ella- Nunca te vas a deshacer de mí, eso tenlo por seguro.

Ambos curvaron sus labios en una genuina sonrisa, pretendiendo olvidarse de esa conversación para que ninguno tuviera que lamentar el hecho de que pronto tendrían que ir por caminos distintos. Malia sobretodo, no creyó que llegara un momento en el que se dirían adiós, pero las cosas habían cambiado.

Scott al menos no tendría que vivir esperando a que esa herida sanara. Para ella, en cambio, sería mucho más difícil olvidarlo.

- Ya está -murmuró para sí misma. Luego dió un giro sobre sí misma para mostrarle- ¿Cómo me veo?

De más estaba decir que él no encontró palabras para describirla. Así arreglada a su manera, sin tacones y con el cabello revuelto, era como la representación exacta de la chica que le hubiera gustado conocer antes.

Estaba seguro de que a Allison le hubiese agradado conocerla, y que estaría de acuerdo aún si él la presentara como algo más que su amiga. Cosa que no tenía idea de por qué estaba pensando dado a que nunca cruzaría esos límites. Además, era la ex de su mejor amigo también.

¿Por qué rayos estaba cuestionándose todas esas cosas?

- Preciosa.

Malia suspiró, complacida con su respuesta, y tomó su mano en medio de la quietud de la habitación para guiarlo por las escaleras con una sonrisa bobalicona prendiendo de su boca.

Abajo los esperaban todos sus amigos.

Argent traía un vol lleno de galletas recién horneadas por él mismo que dejó en la mesa ratona del salón. Melissa lo miraba con orgullo, muy probablemente porque ninguno de los dos había fallado con la receta a pesar de su corto talento culinario.

Si Peter no hubiera estado tan ocupado abrazando la cintura de Laurel junto a la puerta, de seguro habría soltado algún comentario burlón en cuanto eso, pero se dice que cuando te pierdes en la mirada de otra persona no vuelves a ser el mismo nunca más. Y el más odioso de los Hale había encontrado su razón en aquella mujer cuya sonrisa lo llenaba de vida.

Malia sintió una agradable sensación en el pecho al percatarse de ello. Era solo cuestión de tiempo que sucediera, y ella solo deseaba que fuera lo mejor para los dos.

Por otro lado, Stiles no podía parar de reír mientras señalaba a Liam y Theo, quienes lo asesinaban con una mirada para nada agradable.

- ¿A qué viene tanta gracia? -preguntó el verdadero alfa al llegar junto a ellos. Su mejor amigo trató de explicarle, pero en lugar de eso solo volvió a echarse a reír.

El joven beta tuvo que ser quien lo interrumpiera para decir:

- Tenemos un problema.

Acto seguido, ambos levantaron una mano, mostrándole las alianzas que adornaban su dedo anular y las cuales hicieron que Scott casi se atragantara con su propia saliva.

Tal parecía que el viaje a Las Vegas había sido muy interesante.

- ¿Ustedes están...?

- Casados, sí -masculló Liam ante la interrogante de la mujer coyote- le advertí que no debíamos aspirar aquella hierba.

- Oye no es mi culpa que hayan colocado capillas en todos los hoteles - le recriminó Theo.

- Da igual. Tenemos que acabar con esto lo antes posible.

- ¿Tan malo es estar casado conmigo? -lo miró con indignación, a lo que Liam se pasó las manos por la cara con fastidio.

- No empieces ahora, Theo.

- Por lo menos tendrás el orgullo de decir en la Universidad que tienes un marido hermoso...

Y así fue como comenzó otra acalorada discusión que los mantuvo entretenidos por los próximos minutos. Stiles y Scott intercambiaron una mirada, pensando que los papeles de divorcio se acercaban a pasos agigantados.

Lydia, quien había encontrado un momento para sentarse al lado de Laurel, observó junto con ella cómo Peter se tomaba un millón de fotos con la cámara de su móvil, y en una de esas, Argent levantaba la bandeja de galletas para que salieran en la selfie.

- ¿Cómo te va con tu anciano? -preguntó, y la castaña entornó los ojos.

- Acaba de descubrir para qué sirve el Instagram y no deja de subir fotos.

- Tengo que ser sincera, realmente no me lo esperaba, a pesar de que las señales eran bastante claras delante de mis ojos.

- ¿Por qué lo dices?

- Pues porque no pude darme cuenta de que tu rostro se iluminaba cada vez que lo veías llegar -pronunció en baja voz, con pensamientos algo inseguros rondando por su cabeza. Ella era su amiga, no quería que saliera lastimada- Solo espero que sepas con la clase de persona que has empezado a salir.

- Lo sé -Laurel asintió con seguridad- y también reconozco que no es el mejor de los hombres, pero realmente lo intenta... y lo quiero más por eso.

¿Qué más podía hacer? Ella estaba enamorada de verdad, y Lydia sabía perfectamente lo que era sentirse de esa manera. Por eso decidió darle una oportunidad. Pero si Peter tan solo la hacía llorar una vez, le reventaría los oídos de un solo grito.

Mientras esperaban a que las horas pasaran y llegara la medianoche, Scott tomó la iniciativa y se posicionó en el centro del salón para atraer la mirada de todos en el salón.

Inmediantamente los murmullos cesaron, pero solo cuando todos le estaban prestando verdadera atención, fue que se llenó de valentía para pronunciar lo que hacía un tiempo tenía guardado:

- Solo quería decir que los últimos meses han sido, sin duda, los más duros de mi vida. Es decir, los recuerdos son una parte importante de la identidad de una persona, y sin ellos, solo queda un gran espacio en blanco. Y me desperté un día solo para descubrir que cinco años de mi vida habían desaparecido por completo.

»» Por supuesto, estaba molesto. Pensando en todas las cosas que me perdí: mi graduación, las relaciones, la emoción de hacer nuevos amigos... incluso el dolor de haber perdido a personas que eran importantes para mí. Me sentí como un completo extraño dentro de mi propio cuerpo y, por un momento, todo lo que quise hacer fue desaparecer junto con mis recuerdos. Pero luego descubrí que algo que nunca se fue fueron ustedes. Todos ustedes, incluso los que mi mente dañada no recordaba.
Ni siquiera puedo imaginar lo difícil que debe haber sido todo esto para vosotros, pero aun así permanecieron a mi lado. Me dieron el apoyo que necesitaba, fueron pacientes conmigo y me enseñaron que aunque hubiera perdido todos mis recuerdos, no importaba. Porque seguirían aquí para crear nuevos, una y otra vez, tantas veces como sea necesario. Y eso me ayudó a darme cuenta de que puedo perderlo todo menos a mis amigos. Porque, mientras los tenga, todo estará bien. Así que gracias. Gracias por ser mi familia.

Melissa se llevó las manos al pecho cuando los vió a todos compartir abrazos, tremendamente conmovida, mientras el resto alzaba sus copas en respuesta a la propuesta de un brindis por parte del sheriff Stilinski.

El alfa paseó su mirada por el salón, viendo su realidad de una forma distinta a como la hubiera visto su yo de diecisiete años, y aunque muchas personas no estuvieran ahí para completar ese cuadro de dicha, sentía que ese era el futuro perfecto con el que alguna vez había soñado en su adolescencia.

Continuaron con su pequeña y simulada reunión hasta que la cuenta regresiva inició, y todos contaron juntos hasta que solo quedó un corto plazo de tiempo que los separaba de un nuevo año.

Cinco...

Laurel dió un paso al frente y tomó el rostro de Peter entre sus manos para darle un largo beso. Provocando que el celular de este cayera de sus manos, sin darle nada de importancia.

Cuatro...

En algún momento, Lydia había abrazado a Malia por los hombros, susurrándole lo orgullosa que se sentía por verla usando su vestido esa noche.

Tres...

Argent se quitó el delantal de cocina y lo dejó a un lado de la mesa para unirse a Melissa, quien lo recibió tomando sus manos con notable emoción, sonriendo tan abiertamente como lo hacía Noah Stilinski mientras miraba la tele.

Dos...

El brazo de Stiles pasó por encima del hombro de su mejor amigo y ambos se miraron con complicidad. Siempre juntos, nunca muy lejos.

Uno...

- ¡Felíz Año Nuevo! -gritaron todos al unísono, e inmediatamente, comenzaron a abrazarse y felicitarse entre ellos. Desde cortos besos en los labios por parte de las parejas, hasta largos abrazos para los amigos y familiares.

- ¡Van a comenzar los fuegos artificiales! -exclamó una voz entre tantas- ... Tenemos que ir afuera, los vecinos ya están esperando en la puerta de los portales.

Y justo como había dicho la señora McCall, todas las personas que vivían en el vecindario ya se encontraban en sus portones sosteniendo tanto pequeñas como grandes banderas americanas, y cuando la primera luz estalló en el cuadro oscuro que era el cielo, muchos incluso aplaudieron de lo felices que los hacía tal ceremonia.

Luego fueron más y más explosiones de colores blancos, rojos y azules; cosa que provocó que por entre los labios de Laurel Jones se asomase una clara sonrisa de dicha. Aquel era su primer Año Nuevo fuera de New Orleans.

A través del sonido de las explosiones, comenzaron a escucharse los vítores y exclamaciones de los miembros de la manada que llevaban meses esperando por un momento así. Saltando y abrazándose en conmemoración al primer día del nuevo año.

Stiles Stilinski rodeó la cintura de su novia y la hizo girar en el aire entre seguidas risas por parte de los dos. Theo levantó a Liam sobre sus hombros y comenzaron a aullar al igual que en las fiestas de las hermandades universitarias, mientras que otros como Peter, Laurel, Melissa y Argent solo miraron al cielo como si fuera una maravilla de la que no desearan perderse ni un solo segundo.

Simplemente era eso, un momento de los pocos que poseían para crear memorias gratas en medio de una guerra cuyo fin no veían avecinarse todavía.

Sentada en el césped junto al alfa de su manada, Malia Tate dió gracias a todas las religiones por tener la oportunidad de presenciar algo así, e instintivamente, su vista se posó hacia donde la mirada de Scott se perdía en la inmensidad del cielo, dándose cuenta de que, indudablemente, estar acompañada para compartir ese tipo de experiencias era mucho mejor que permanecer sola eternamente.

Al igual que una luz inextinguible, los dos intercambiaron expresiones muy similares, de una amena paz que los llenó por dentro y los hizo sonreír al unísono para olvidarse de cualquier problema.

Pensando que, después de todo, el mal existía... pero el bien también.

Así que ella lo guardó muy dentro de sí para no olvidarse de ese día nunca. Ni siquiera cuando decidiera irse.

La mano del alfa se deslizó suavemente hasta entrelazar sus dedos con cariño sobre la hierba, y así estuvieron hasta que un auto aparcó delante de la casa, y por él descendió una figura que todos reconocieron.

Derek.

- No pensaron que iban a celebrar este día sin mí ¿No es así?

Él había regresado, y para sorpresa de todos, no solo. Sino con una chica rubia de rostro adorable que bajó del asiento del copiloto para sujetarse de su brazo, a quien Lydia reconoció inmediatamente como la misma con la que habían hablado en su última llamada, Cassie.

El hijo de Thalia había esperado un recibimiento algo turbio, pero en su lugar, lo único que recibió fue un abrazo de bienvenida por parte de Scott.

Y seguido de este, todos los que se alegraban de tenerlo de vuelta.













I know, cabe aclarar que cambié el nombre de la novia de Derek. Antes era Lindsay, pero como ya teníamos muchos nombres con L, decidí que lo cambiaría a Cassie Nolan.

De ellos sabremos un poquito más en los próximos capítulos. Espero me sigan.

¿Ya vieron lo que hizo Lydia? ¿Le traerá esto alguna consecuencia? ¿Y qué me dicen de la decisión de Malia?

Los leo,

Debbie

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro