Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

━━ chapter 23

┏━━━━•❅•°•❈•°•❅•━━━━┓

ᴀɴᴅ ɪ ғᴏᴜɴᴅ ʟᴏᴠᴇ
ᴡʜᴇʀᴇ ɪᴛ ᴡᴀsɴ'ᴛ
sᴜᴘᴘᴏsᴇᴅ ᴛᴏ ʙᴇ,
ʀɪɢʜᴛ ɪɴ ғʀᴏɴᴛ ᴏғ ᴍᴇ,
ᴛᴀʟᴋ sᴏᴍᴇ sᴇɴsᴇ ᴛᴏ ᴍᴇ

┗━━━━•❅•°•❈•°•❅•━━━━┛






Malia despertó con un estremecimiento.

Había estado soñando toda la noche con su vida en el bosque, o lo que fue antes de que los chicos la encontraran, reposando en su cueva caliente y oscura. Pero cuando abrió los ojos por completo se dió cuenta de que la sensación cálida que acompañaba a su cuerpo no se debía a otra cosa que a Scott.

Él la protegía con sus brazos, aprisionándola desde atrás, de forma que la espalda de Malia chocaba contra su pecho desnudo.

Usualmente, ella siempre prefería ser quien adoptara la posición de la cuchara más grande, pero de alguna forma, estar en sus brazos se sentía tan deliciosamente cómodo que ni siquiera le importó cuando ambos cayeron dormidos.

No obstante, eso no era precisamente lo que debía preocuparla en esos momentos.

Suavemente, se removió entre las sábanas para mirar su rostro mientras dormía. Scott lucía tan tranquilo, tan apacible... que por un momento sintió un dije de orgullo al pensar que esto se debía a ella y lo que ambos habían hecho la noche anterior. Lo cual la hizo pensar con mayor profundidad y miedo.

Apartando sus brazos con cuidado para no despertarlo, la castaña se reincorporó sobre sus codos y suspiró mientras buscaba su ropa por toda la habitación.

Ninguno de los dos pudo evitarlo, eso lo tenía muy claro. Sus sentidos la habían traicionado ante su añoranza por tenerlo, y solo de esa forma, pudo darse cuenta que él la deseaba tanto como ella a él.

Y quizás, algo más que solo eso.

No habían tenido simplemente sexo, no. La sensación de complemento que ambos sintieron al hacer el amor era muy diferente a cualquier sentimiento que ella hubiera podido tener con otro chico. Tanto, que no logró detenerse a sí misma cuando él la tomó una y otra vez, hasta alcanzar su propio cansancio.

Recordó la sensación del agua sobre la piel de su nuca cuando él la llevó a la ducha, y luego la suavidad de las almohadas cuando la trasladó de regreso a la cama. Después, todo fue paz... hasta ahora.

La mujer coyote apretó los ojos, cubriéndose la cara con la palma de su mano cuando cerró la puerta que pertenecía a su habitación.

¿Cómo diantres había podido seder tan fácilmente?

Malia tragó grueso y masajeó sus sienes con ambas manos. Pensativa.

¿Y ahora qué? ¿Cómo rayos iba a poder mirarlo a la cara después de eso? O más específicamente ¿Cómo reaccionaría él?

¿La ignoraría? ¿Querría intentarlo? ¿Pediría que hablaran o simplemente haría como si nada hubiese pasado?

No quería aceptarlo, pero lo cierto era que todo lo que sentía en esos momentos era miedo, y lo más complicado de todo, es que no sabía si era por el hecho de marcharse al final del mes o por seguir ocultándole la verdad sobre ellos después de eso.

Tenía que pensarlo cuidadosamente, porque se suponía que ella no huía ante ningún desafío, sino que lo enfrentaba con decisión. Pero en este caso era distinto, y Malia era una experta en huir de sus sentimientos. Eso lo había demostrado desde un inicio cuando cometió la locura de pedirle a Stiles que no le contara nada sobre su relación.

- ¿En qué estaba pensando? -murmuró para sí misma, dejando caer su cabeza contra la puerta.

O puede que haya sido eso precisamente, que no lo había pensado.

Horas después, cuando Scott abrió los ojos debido a la luz que comenzaba a colarse dentro de la habitación, descubrió que ella ya no estaba a su lado, y por alguna razón, la echaba de menos sin saber realmente por qué se había ido.

La noche anterior fue tan intensa que apenas ninguno de los dos tuvo tiempo de decir nada cuando se fueron a la cama, y la verdad, es que para él no hizo mucha falta. Le había bastado con solo sentir, y percatarse de algo que ni siquiera él mismo supo que estaba ahí hasta entonces.

Era sorprendente, de verdad, como una sola noche bastaba para hacerlo cuestionarse sobre un millón de cosas. Principalmente, sobre como se había sentido al estar con ella, la forma en la que ambos compaginaban perfectamente.

Aún podía percibir el fantasma de sus toques por todo su cuerpo, quemándolo desde dentro, y es que todavía no podía entender cómo habían llegado hasta ese punto. De ser solo amigos a ser prácticamente incapaces de mantener sus manos lejos del otro.

A Scott le habría gustado buscarla y que ambos pudieran hablar sobre lo sucedido, entenderse y llegar a algo. Pero a esas horas, Malia estaba lejos de la casa de los McCall, tocando en el portón de la residencia Jones, y siendo recibida por una ojerosa Lydia.

La banshee, al ver la expresión de su amiga, como si estuviera a punto de echarse a llorar, supuso que algo había sucedido y solo eso fue suficiente para darle un hombro donde desahogarse.

Ella necesitaba a una amiga en esos momentos, y Lydia estaba disponible para escuchar todo lo que tuviera que decir y darle los abrazos que necesitara para reponerse otra vez.

Porque nada iba a ser sencillo después de eso.

●●●

- Levántate y brilla, ángel -Laurel hizo una mueca encima de la cama cuando la luz entró a través de las ventanas después de que Peter deslizara las cortinas intencionalmente para hacerla despertar.

Un gruñido de molestia atravesó su garganta y esta se cubrió con las sábanas hasta la cabeza.

- Es muy temprano -se quejó- ni siquiera estoy segura de poder ir hasta la cafetería hoy. Me duelen las piernas y todo el cuerpo. Creo que estoy enferma.

- Es una lástima... -suspiró él, tomando asiento en uno de los lados de la cama- Si no abres esos hermosos ojos, no podrás ver el festín que he preparado de desayuno.

Suavemente, la castaña fue bajando el cobertor hasta que sus ojos y su nariz fueron lo único que quedó visible de su cuerpo.

- No veo ningún desayuno aquí.

- No me refería al tuyo, sino al mío.

De un solo movimiento, Peter apartó las sábanas y la atrajo por sus piernas hasta tenerla aprisionada debajo de su cuerpo. Laurel gritó por la sorpresa, estallando en un mar de carcajadas cuando él comenzó a mordisquear su cuello.

- ¡Ya para! -exclamó entre risa y risa, tratando de empujarlo lejos.

- Solo estoy disfrutando un poco de mi aperitivo mañanero favorito, no puedes culparme.

- Ahora que lo dices, puede que a mí también se me antoje... -ronroneó coqueta, pasando los brazos alrededor de su cuello para atraerlo y besarlo- ...pero tengo deberes con los que cumplir.

Peter hizo un leve puchero a modo de protesta, y la mujer lobo solo pudo entornar los ojos. Acto seguido, él comenzó a dejar una hilera de besos por todo su cuello, y esta vez fue su turno de suspirar.

- Me lo estás poniendo demasiado difícil ¿Sabes?

- Ese es mi objetivo -respondió- Ya te dije que no me gusta ese trabajo.

- Solo lo dices porque tengo que sonreírle a un montón de chicos raros y usar ropa provocativa.

- Y porque has roto más platos de los que sirves -resaltó- aún me sorprende como es que no te han despedido por eso. Pobre señora Miller.

- Es una buena persona y necesita camareras. Soy la única trabajando allí.

- En ese caso no deberías llegar tarde -dijo, poniéndose en pie y extendiendo sus manos para que las tomara, pero ella solo volvió a acurrucarse sobre el colchón- Laurel...

Al no obtener respuesta por su parte, no le quedó de otra que tomarla a la fuerza y cargar con ella hasta la cocina.

- Creo que puedo acostumbrarme a que me lleves a cuestas todos los días -sonrió cuando la depositó delante de la isla de la cocina, donde la esperaba un vaso de jugo con tostadas y tortitas.

- Entre esto y lo demás... -señaló- vas a hacer que me dé un infarto, y lo digo muy en serio.

- Morirás feliz de ser así -entornó los ojos, pero de repente, alzó la cabeza cuando se dio cuenta de algo que había pasado por alto- ¿Me llevas a casa? Lydia debe de estarse preguntando por qué no regresé ayer.

- Pero bien que debe de estarse haciendo una idea.

- Es en serio... ella me necesita ahora.

- ¡Igual que yo! Menuda coincidencia -dijo, y la rodeó desde atrás para besar su hombro con mimo- me parece que Lydia y yo comenzaremos una guerra para probar quien se gana mejor tú atención.

- No seas tonto -agregó, moviéndose de la silla para girarse en su dirección y así poder abrazarlo más cómodamente, sin perder de vista sus azulados irises- Mmm ¿Sabes una cosa? Creo que estás haciendo que me enamore de ti, Peter Hale

- ¿Solo eso? -el frunció el entrecejo ligeramente- Porque yo creo que te amo.

●●●

El líquido ambarino se removió en espiral dentro del frasco cuando Chris lo agitó suavemente, dejándolo encima de la mesa de metal al percatarse de que no hacía espuma. Luego intercambió una mirada de confirmación hacia Deaton, y este lo dejó dentro del pequeño gavetero donde solía guardar las demás medicinas.

Los restos de los ingredientes y hierbas que utilizaron para su preparación estaban esparcidos por toda la mesa junto con los utensilios, y apenas habían podido extraer una pequeña cantidad, no siendo la necesaria para curar a un hombre lobo en su totalidad.

- ¿Crees que funcionará? -cuestionó el cazador, obteniendo una mueca por su parte.

- No lo sé. Nunca había preparado un brebaje antes, menos de un libro de hechizos Wicca. Pero tengo la sensación de que algo puede hacer, ya que las viejas escrituras pocas veces se equivocan.

- No existirán las brujas de verdad ¿O sí?

- Tu eres el cazador aquí. Dímelo tu -respondió el veterinario- Y lo sean o no, en las leyendas, las pociones son bebidas que sirven para curar o para envenenar. Hechas principalmente por aquellos que descubrían la medicina, no la hechicería.

- Entonces depositaremos toda nuestra confianza en el librito.

Sus ojos se posaron automáticamente en el forro del viejo cuaderno que estaba abierto en sus manos, lleno de letras y símbolos inentendibles.

- Guárdalo, puede que nos sirva para después.

Argent asintió, justo cuando el tono de fábrica de su teléfono móvil comenzó a sonar, y eso lo llevó a excusarse unos segundos de su conversación con el druida.

Extrañamente, el número que marcaba no estaba registrado en su lista de contactos.

- Diga -respondió con voz recelosa, escuchando una respiración del otro lado de la línea.

- Christopher...

Esa voz.

Las facciones de su rostro se endurecieron considerablemente, al mismo tiempo que el brillo gélido en sus ojos parecía oscurecerse.

- Foster -pronunció severamente- Me sorprende que te atrevas a llamar.

- Siempre tengo tiempo para saludar viejos amigos, Chris.

- Una cosa que nunca hemos sido ¿No es así?

- Así como tampoco aliados, por lo que sé -murmuró- Es una gran traición para los tuyos que te hayas pasado al lado enemigo.

- Yo solo abrí los ojos, Bill. Pero no espero que personas como tú alguna vez lo entiendan. Por eso te advierto desde ahora, antes de que cometas un error que te cueste pasar el resto de tu vida detrás de los barrotes.

El otro cazador rió con cinismo ante su discurso, y su voz se escuchó ronca y carrasposa desde las bocinas del móvil.

- No soy como tú, Argent. Mi misión siempre ha sido deshacerme de todo lo que considere una amenaza para el resto de la humanidad, y eso es lo que pienso hacer. Primero California y luego el mundo. Solo nos queda una última parada antes de volver a partir.

«Beacon Hills» pensó inmediantamente, incluso antes de que él pudiera continuar:

- Dile al alfa que nos espere despierto. Va a ser interesante volver a vernos cara a cara.

●●●

No tenía idea de cuántos minutos había pasado con la pantalla de su teléfono móvil encendida, tan solo observando la foto de fondo.

Era su favorita. Lydia la había tomado en la primera visita que hizo a la Academia de Quantico, la vez en la que ambos se echaron mucho de menos y comenzaron a creer realmente que su relación a distancia no resultaría. Pero como siempre, ella había demostrado que nada era muy difícil cuando se trataba de ser una Martin.

¡Y vaya que fue una sorpresa para él verla parada en el portón con su maletín de mano!

Recordaba haberse sentido tan feliz por eso.

Tras sentir que otra jaqueca volvería a afectarle, Stiles se restregó los ojos con cierta incomodidad y dejó el trasto a un lado para dejarse caer encima de la cama.

Dentro de poco recibiría otra llamada del trabajo y él seguía sin poder adelantar nada de la investigación ¡Maldita la hora en que Lydia decidió irse de casa! Estaba desolado, y no había nada que lo pudiera hacer sentir menos culpable o triste.

De repente, escuchó cómo alguien llamaba a la puerta, y al bajar, no mostró ningún tipo de impresión al ver que se trataba de Scott.

El alfa miró a su mejor amigo, y rápidamente captó que este se sentía posiblemente igual de perdido que él.

- Necesito hablar contigo -le dijo tras darle una vaga sonrisa- estoy algo confundido, y no puedo contarle a nadie más.

Tras emitir un corto suspiro, Stilinski señaló el interior del apartamento y ambos terminaron sentándose lado a lado en el pequeño sofá del salón, mirando al techo como si fuera la cosa más interesante del mundo.

- Peleé con Lydia -susurró antes de que Scott pudiera decir nada- y creo que esta vez ha sido definitivo.

- Yo me acosté con Malia -le siguió- y creo que voy a perder la cabeza por ello.

Scott volteó la cara en su dirección, viendo que el de lunares se encogía de hombros y continuaba mirando hacia arriba.

- Ya lo veía venir. No te preocupes por mí, continúa. No estoy para nada horrorizado.

- Es que no puedo entender qué sucedió... Es decir, sí que lo sé pero... Continúo pensándolo sin saber cómo...

- Scott, ve directo al punto -lo interrumpió.

- Ayer cuando llegué a casa ella estaba dormida en mi cama, usando mi camiseta de lacrosse, y lucía tan jodidamente hermosa que no me pude contener. Yo solo... me acerqué y ella despertó, y luego estábamos besándonos y quitándonos la ropa...

- Espera, espera, espera -Stiles se detuvo justo a tiempo para frenarlo- ¿No estás siendo demasiado detallado? Es decir, sí dormiste con ella pero ¿Qué hay de malo en eso?

- Nada, es solo que, la forma en la que se sintió fue tan familiar -varios retazos de la noche anterior llegaron a su cabeza- No sé cómo explicarlo sin que suene raro, pero es como si ya hubiéramos conectado antes de esa forma y aún así siguiera siendo igual de intenso.

- ¿Y tu... sientes algo por ella?

- Creo que la quiero -respondió automáticamente- y no sé por qué siento que ha sido así desde hace mucho tiempo, como siglos, incluso antes de perder la memoria. Quizás ella no lo sabía, o yo era demasiado cobarde como para decirle nada por ser la ex de mi mejor amigo pero...

- Ella lo sabía -le cortó de pronto, provocando que el alfa parara de hablar y fijara su vista en él.

- ¿Cómo?

- Malia lo sabía.

Stiles elevó el semblante para atrapar sus ojos oscuros a través del espacio que los separaba, siendo consciente de su confusión y su curiosidad por darle una respuesta a toda la revolución de preguntas que aún guardaba dentro de sí mismo.

Definitivamente no podía seguir con aquella mentira.

- Scott, hay algo que debo contarte...















Oficialmente comenzamos el Acto III

¿Quien está emocionado? ✋😊

Pues bien, quería decirles algo, pero ahora no sé qué era y ni modo, me quedé sin ningún mensaje que escribirles aquí 🤔

¿Algo que me quieran decir ustedes a mí?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro