Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

━━ chapter 21

┏━━━━•❅•°•❈•°•❅•━━━━┓

sʜᴇ ʜɪᴅᴇs ᴀᴡᴀʏ,
ʟɪᴋᴇ ᴀ ɢʜᴏsᴛ
ᴅᴏᴇs sʜᴇ ᴋɴᴏᴡ
ᴛʜᴀᴛ ᴡᴇ ʙʟᴇᴇᴅ ᴛʜᴇ sᴀᴍᴇ?
ᴅᴏɴ'ᴛ ᴡᴀɴɴᴀ ᴄʀʏ
ʙᴜᴛ ɪ ʙʀᴇᴀᴋ ᴛʜᴀᴛ ᴡᴀʏ

┗━━━━•❅•°•❈•°•❅•━━━━┛







Stiles siempre se había considerado una persona reflexiva, que pensaba siempre antes de iniciar cualquier discusión, aunque no fuera gran promotor de estas. A su entender, siempre era necesario enfrentar los hechos con detenimiento para que nada acabara pasándose por alto.

Era lo que un detective real haría en su lugar. Así como Sherlock Holmes lo hacía en cada uno de sus casos.

Sin embargo, en esos momentos no se encontraba del todo bien y estable para pensar de esa forma.

Tenía los codos apoyados en las rodillas, con los dedos de su mano masajeándole las sienes y sus ojos mirando de forma acusatoria a la mujer delante suyo.

Lydia lo enfrentó sin miedo alguno, cada uno sentado en el suelo, a extremos opuestos de la habitación, como si esa fuera la mejor forma de afrontar la discusión que se avecinaba.

- ¿Por qué lo hiciste? -preguntó en apenas un susurro, y ella no necesitó que fuera más específico para saber a qué se refería.

Su móvil descansaba en la mesa del simulado escritorio, allí donde se podía alcanzar a ver. Una llamada de su jefe asomando por la pantalla de bloqueo.

Lydia no respondió.

- ¿Tienes alguna idea del problema que pude haberme ganado en la oficina? Me podrían haber sacado del caso, o peor, haberme despedido.

Ella siguió sin responder. Tragándose todo lo que quería, pero no podía decir.

- No quiero que esto termine mal, por eso te pido que me digas por qué lo hiciste. Por favor, Lydia.

Al no volver a recibir ni una palabra, Stiles sintió que algo dentro de él se cansó de esperar, lo que lo llevó a estrellar el jodido celular contra la pared, provocando que la banshee se estremeciera por el susto.

Nunca antes lo había visto hacer algo así.

- ¡Respóndeme, maldita sea!

Por un momento, en medio de aquel vacío silencio que los separaba, Lydia se preguntó dónde había quedado su verdadero Stiles. Ese que nunca le hubiera levantado la voz a pesar de las circunstancias, y que se habría dado cuenta de que estaban mal. Muy mal.

En cambio, él solo intentaba comprender, muy a pesar de que su cabeza le dictaba que debía sentirse furioso. Sin saber a ciencia cierta qué le ocurría.

- Todo lo que siempre he querido es darte una vida, mantenerte al salvo, ser digno de tí. -sollozó, vencido por la rabia y la decepción- Y me he estado esforzando tan duro todos estos años para poder cumplir con eso. Todo lo que he hecho o he dejado de hacer ha sido por tí.

«Yo nunca te pedí que lo hicieras.» pensó Lydia por dentro de sí, aguantando las crecientes ganas de echarse a llorar.

- Trabajar en el FBI fue mi sueño desde que era un adolescente ¿Qué te costaba entenderlo o comprenderme por lo menos en eso?

Ella lo comprendía. Lo había hecho por meses. Pero eso también lo había cambiado todo.

- ¿Crees que tu trabajo es más importante que lo que tenemos? -preguntó en apenas un hilo de voz, provocando que el de lunares frunciera el entrecejo.

- ¿De qué estás hablando?

- Solo respóndeme -espetó- ¿Crees que tu puesto es más importante que nuestra relación?

Él la miró con confusión, a su rostro recio, inexpresivo, como si no sintiera nada en lo absoluto. Todo eso solo demostraba que, en realidad, estaba luchando por no caer.

Y sin embargo, él no supo cómo contestar.

- Bien -asintió la banshee con resignación. Fue hasta el armario y sacó una maleta que dejó caer sobre la cama- Eso ha sido todo.

- Lydia...

- ¿Quién eres? -lo apartó de golpe cuando quiso acercarse, y sin mirarlo a la cara, continuó guardando su ropa- Ya no te reconozco más.

Cuando terminó con su tarea, se dió unos segundos para recobrar el aliento y tomar un profundo suspiro, pronunciando seguidamente las palabras que él no habría querido escuchar.

- Hemos terminado, Stiles.

Eso simplemente lo descolocó.

- No, no. Espera. No puedes irte así -dijo, comenzando a perseguirla escaleras abajo. Su voz sonaba notablemente afectada.

- Puedo y lo haré. Me cansé de lidiar con esto.

- Lydia, por favor. No es justo, no puedes darte por vencida y ya.

Antes de que pudiera atravesar la puerta del departamento, Stiles se tiró de rodillas al suelo y se abrazó a su cintura para no dejarla ir. Escondiendo la cara en su vientre plano mientras dejaba escapar una que otra lágrima.

- Por favor no me dejes -sollozó, y su voz estaba tan rota, tan desolada... que Lydia por un segundo estuvo a punto de desistir.

Pero eso no le haría bien a ninguno de los dos, y por eso se vio obligada a deshacerse de su agarre, a pesar de que se sentía realmente doloroso.

- Yo no quería -ella negó- Has sido tu quien me a obligado.

●●●

- Scott. Tu madre acaba de enviarte un mensaje. Dice que te pongas un cohete en las manos y termines con lo que estás haciendo para que vayas a cenar.

Casi al instante de haber irrumpido en su habitación, Malia pudo escuchar la risa del chico desde el cuarto de baño, apenas audible debido al sonido del agua de la ducha.

- ¿Nadie te ha dicho que eres una guarra? -Scott preguntó en tono divertido, en lo que ella se dejaba caer como un peso muerto encima de la cama.

- Pues tendrías que haberme visto en el instituto.

- Estoy seguro de que lo hice, pero ahora mismo no me acuerdo -prosiguió, guardando silencio por unos cortos segundos- Oye se me ha olvidado la toalla encima de la cama ¿Te importaría alcanzármela?

«Es que no se te queda la cabeza porque la tienes pegada, McCall» pensó ella para sus adentros.

-Claro.

Hizo un rápido escáner de las cosas a su alrededor y tomó la toalla que estaba a su lado encima de la cama para encaminarse hacia el baño. Allí, el vapor que desprendía el agua caliente había empañado el cristal del espejo, y la cabeza de Scott asomaba por las cortinas.

La castaña le extendió la toalla con una mano y él agradeció que le hubiera hecho ese pequeño favor, más sin embargo, cuando quiso comenzar a secar su cuerpo, ella no parecía tener intenciones ningunas de marcharse del cuarto de baño.

Entonces, con el paso de algunos segundos, ella lo sintió carraspear con incomodidad. Lo que le hizo mirarlo todavía más.

- ¿Qué?

- No puedo vestirme si no sales -respondió el alfa tras parpadear.

- Oh venga ya, Scott. Tú me has visto desnuda otras veces, pensé que ya habíamos superado todo ese asunto del pudor.

- Eso no quiere decir que necesariamente tengas que verme encueras.

- ¿Y qué pasa si lo hago? -lo desafió cruzándose de brazos. Cosa que él tomó a modo de broma, porque realmente lo hizo reír

- ¿De verdad quieres que te deje verme desnudo?

- Eso estaría bien, gracias.

Fue entonces cuando se dió cuenta de que, al parecer, ella no jugaba.

- Espera -dijo con los ojos muy abiertos- ¿Estás hablando en serio?

- Si, bebé. Lo estoy ¿Quieres que sea yo quien abra la cortina?

- ¡No, Malia!

Estaba comenzando a pensar que la mujer coyote realmente disfrutaba de ponerlo incómodo cada vez que tenía oportunidad, pero igual no tuvo mucho tiempo de corresponderle, porque la puerta de su habitación se abrió, y por ella entró su madre, provocando que casi le diera un infarto al alfa.

- Mierda -masculló por lo bajo, sin saber qué hacer al respecto.

Hasta que no le quedó de otra.

- ¡Pero que hachmndh... -iba a decir, pero Scott cubrió su boca con una mano y prácticamente la arrastró dentro de la ducha con él. Cerrando las cortinas de golpe.

Malia quiso decir algo, pero él solo la chitó.

- Shhhh.

- Scott, cariño ¿Todo bien por aquí? -ambos escucharon la voz de Melissa en el umbral de la puerta.

- Todo genial, mamá ¿Por qué preguntas? -respondió rápidamente, intentando sonar lo más natural posible.

- Oye ¿No habrás escuchado a Malia? Hace un rato la mandé a buscarte y se me ha perdido.

La aludida tuvo que hacer un esfuerzo monumental para no echarse a reír ahí mismo y evitar que los descubrieran. Pero al mismo tiempo, intentando que la idea de estar metida en la ducha con el cuerpo desnudo de su líder casi encima suyo no fuera demasiado tentativa.

- Ya sabes cómo es. Revisa en el patio, de seguro está en donde menos te lo esperas.

«¡Y vaya que no se lo esperaría en lo absoluto!»

- Vale. Te esperaré abajo.

- Por supuesto.

Cuando Melissa salió, su mano se separó de los labios de la chica, justo para verla riéndose con ganas después de lo que acababa de pasar.

- Deja de reírte. No ha sido gracioso.

- Tendrías que haber visto tu cara. Pensé que te arrugarías de lo tanto que frunces el entrecejo.

Solo cuando el sonido de su voz se detuvo, ambos fueron conscientes de la extraña situación en al que se encontraban.

La ropa que Malia traía puesta ahora estaba empapada debido a que la ducha aún continuaba prendida, pero eso a ninguno de los dos pareció importarle. Estaban más ocupados intentando entender esa extraña sensación que les recorría las partes del cuerpo donde sus dedos tocaban.

Él con las manos aferradas a su cintura, sin ser consciente de que las suyas estaban en sus hombros, apretándolos con fuerza.

Fue solo en un instante en el espacio de tiempo de un segundo y el siguiente cuando el contacto de su piel le pareció tan familiar como el calor que desprendía su cuerpo, y sin siquiera ser consciente de ello, Scott terminó elevando una mano para apartar los mechones que se le habían quedado pegados al rostro. Haciéndola temblar.

- S-Scott -murmuró Malia con la voz entrecortada- ¿Qué estás haciendo?

- No tengo idea.

Había intensidad en sus ojos. Una que no había visto en mucho tiempo, y mientras se sostenía de sus brazos, no pudo evitar pensar en lo mucho que lo echaba de menos. No como amigo, sino como su todo.

No quería pensar que algún día otra chica haría lo mismo que ella en esos momentos, ni mucho menos imaginar que las caricias de alguien más serían las que tocaran su cuerpo y no las suyas. Pero no tenía caso, porque a finales de ese mes estaría tomando un bus hacia Alburquerque, y todo lo que la atara a su recuerdo quedaría en el pasado.

Dolía mucho. Después de todo ese tiempo, sentía cómo si hubiera fallado en lo único que había tenido éxito en su vida, un golpe del que Malia, honestamente, no se recuperaría tan rápido.

- Mejor me voy antes de que tu madre comience a sospechar -susurró, y salió de la ducha sin siquiera mirarlo a los ojos. Dejando a un Scott paralizado y tan confundido que no supo volver a contar los segundos después de verla marcharse.

●●●

A Laurel le resultó muy agradable de parte de Derek el haberlos invitado a cenar es noche. Aunque para ser el único familiar vivo de su... ¿Novio? Sí, creo que así podrían llamarse después de haber compartido algo más que solo besos en la cama; pues como iba diciendo, se sentía bastante nerviosa de por fin conocer a alguien más de su familia que no fuera Malia.

No es que antes no hubiera tenido experiencia conociendo a las familias de sus antiguas relaciones, pero esta vez se sentía bastante diferente.

- Así que... ¿Donde se conocieron? -se atrevió a preguntar, intentando sacar un tema de conversación mientras ella y Cassie colocaban los platos encima de la mesa.

La rubia alzó la cabeza e instintivamente sonrió.

- Te sonará algo cliché, pero fue debido a que mi auto se averió en medio de la carretera -dijo- Mi móvil no tenía batería, y estaba completamente sola, hasta que Derek apareció de la nada.

- Vaya. Debió de ser sorpresivo

- ¿Sorpresivo? Lo golpeé veinte veces con una cartera creyendo que era un aprovechado. -exclamó, y ambas se echaron a reír- ¿Qué hay de vosotros? Derek no suele hablar mucho sobre su familia, pero lo poco que me contó de su tío fue que vivía solo.

- Ya... hace muy poco que empezamos -«siete días para ser exactos»- Hará como una semana.

- Oh ¿Y todo bien?

- Bastante -eso no podía decir que fuera un problema, Laurel lo sabía bien- él es muy diferente a los demás hombres con los que he salido... y no lo digo por la edad.

- Seguro que no.

Desde las escaleras del loft, los hombres Hale las observaban interactuar de forma amistosa. Concentrados en sus expresiones, y puede que en escuchar un poco de su charla con ayuda de sus poderes sobrenaturales.

- Ella es bonita -pronunció el mayor de los dos en referencia a la nueva chica, sin ganarse ninguna queja por parte de su sobrino.

- Lo es.

- Se dice que las relaciones deben basarse en la sinceridad y el apoyo para que realmente funcionen. Dime ¿Sabe ella que eres un hombre lobo?

- No -contestó Derek en tono cortante- ¿Sabe tu novia todo lo que hiciste?

Peter apartó la mirada para posar sus ojos en la castaña, quien lucía muy a gusto hablando con Cassie. Su sonrisa era incluso más grande cuando lograba hacer amigos.

- Laurel es mi primera compañera en mucho tiempo -pronunció- No quiero lastimarla o perderla por cosas que me arrepiento de haber hecho.

- Pero que igualmente hiciste.

- Estaba loco. Cegado por una obsesión. Ahora es diferente.

- Pues piensa que así como tú, yo tampoco quiero arriesgarme a que Cassie se aparte de mi lado. -dijo el pelinegro, y ambos se miraron a la vez- Así que cierra la boca, y yo también mantendré cerrada la mía.

Estaba más que claro que ninguno de los dos quería perder aquello que tenían, y si era necesario, continuarían manteniendo sus labios cerrados hasta que no pudieran continuar escondiendo la verdad.









Nos va quedando solo un capítulo para culminar el Acto II y que todo se vaya literalmente al carajo.

¿Quién está emocionado?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro