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ʜᴏʟᴅ ᴏɴ, ɪ sᴛɪʟʟ ᴡᴀɴᴛ ʏᴏᴜ
ᴄᴏᴍᴇ ʙᴀᴄᴋ, ɪ sᴛɪʟʟ ɴᴇᴇᴅ ʏᴏᴜ
ʟᴇᴛ ᴍᴇ ᴛᴀᴋᴇ ʏᴏᴜʀ ʜᴀɴᴅ,
ɪ'ʟʟ ᴍᴀᴋᴇ ɪᴛ ʀɪɢʜᴛ
ɪ sᴡᴇᴀʀ ᴛᴏ ʟᴏᴠᴇ ʏᴏᴜ ᴀʟʟ ᴍʏ ʟɪғᴇ
ʜᴏʟᴅ ᴏɴ, ɪ sᴛɪʟʟ ɴᴇᴇᴅ ʏᴏᴜ

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Scott se reincorporó de golpe sobre la cama, después de haber tenido otra pesadilla con imágenes algo distorsionadas del tiempo que había pasado en manos de los cazadores, y que creía haber perdido.

Sus manos se cerraron en torno a las sábanas que mantenían su torso cubierto, tratando de apaciguar sus respiraciones de a poco.

Ya eran tres noches reviviendo siempre lo mismo, su cuerpo se sentía débil de solo rememorar cómo le suministraban el veneno para hacerlo más vulnerable, y ahí se quedaba todo. Su mente no mostraba nada más que no fueran los golpes y las torturas después de eso, al igual que un castigo.

Como si de todo lo que quería recordar, eso fuera lo único y lo menos deseado que le daban.

Eran apenas las siete cuando decidió que no podría seguir durmiendo, así que se levantó de la cama y bajó las escaleras sin colocarse su abrigo. Necesitaba un vaso de agua para quitarse esa sensación reseca que se había quedado atorada en su garganta.

No obstante, se quedó quieto al percatarse de que no había sido el único que, al parecer, había madrugado ese día.

La chica Tate estaba frente al fogón de la cocina, maldiciendo en voz alta mientras el olor a bacon quemado se adueñaba del aire y lo hacía arrugar su nariz.

- Malia... -le dijo, y ella dió un salto cuando lo escuchó- ¿Qué estás haciendo?

- ¡No sé suponía que estuvieras aquí! -exclamó molesta- Se suponía que iba a sorprenderlos con el desayuno.

- Bueno, he de suponer también que no tenías pensado que se te quemara.

Ella bufó, dándose por vencida, y dejando la sartén a un lado con odio.

- Vale, me rindo. Soy un asco para esto.

Scott no pudo evitar reírse. Rápidamente le echó un vistazo al resto de la cocina, dándose cuenta que eso no había sido su único intento, pues las tostadas se estaban igualmente achicharradas, más los huevos revueltos y sin contar los trozos de fruta mal picados sobre la mesa.

Definitivamente la cocina no era su fuerte y estaba más que claro.

No obstante, y a pesar de su cara de mala leche, a Scott le resultó muy tierno verla así de enfurruñada por fallar en su intento de hacer algo lindo para ellos.

- ¿A qué viene tanta gracia?

- Nada, es solo que... -negó- todavía no creo que hayas fallado con las tostadas.

- En mi defensa, no hay quien entienda ese trato.

- ¿Hablas de la tostadora?

- ¡Scott!

Él, entendiendo que el humor de la coyote no era el mejor en ese instante, simplemente preguntó:

- ¿Necesitas ayuda?

Malia lo miró de reojo, todavía no muy contenta:

- Si puedes -respondió y tomó asiento en la mesa mientras él se dedicaba a cortar nuevas rebanadas de pan- ¿No dijiste que irías a hablar con Deaton la otra noche?

- Si, pero siempre hay tiempo para ayudar a que no termines incendiando la cocina.

- Muy chistoso. Como si tú pudieras hacer algo mejor.

- Bueno, no soy un chef profesional, pero nunca he quemado un bacon en mi vida.

- ¡Hey! -protestó- Eres un mal agradecido, lo estaba haciendo por vosotros.

- Está bien, la intención es lo que vale ¿No?

Ella se encogió de hombros con simpleza.

- ¿Por qué estás despierto tan temprano de todas formas? -preguntó, pinchando un trozo de fruta con el tenedor para llevársela a la boca.

Scott tragó grueso, no queriendo alarmarla demasiado. A esas alturas cualquier mínima cosa que le sucediera para otros parecía ser un apocalipsis.

- No podía dormir.

- Eres un terrible mentiroso -murmuró ella en respuesta- Aprendí a leerte con el tiempo, sé cuando lo haces.

- Parece que no puedo ocultarte nada ¿No es así? -Scott se volteó y ambos se miraron mutuamente- Son pesadillas. Se van en la mañana y regresan por toda la noche.

- ¿Quieres contarme de qué van?

- Quizás después... ahora solo quiero hablar contigo y olvidarlo.

- ¿Y sobre qué quieres hablar? -inquirió- ¿Sobre lo corto que eres en la cocina al igual que yo? ¿O el celibato que te has impuesto después del golpe?

Si su objetivo era hacerlo reír y ponerlo nervioso al mismo tiempo, pues lo estaba logrando a la perfección.

- Sigue soñando, Tate.

Algo pequeño y frío chocó contra su espalda, y cuando se volteó, se dió cuenta de que era un trozo de banana picado. Al levantar la cabeza pudo notar la sonrisa traviesa que Malia le dedicaba, muy desafiante, y eso lo llevó a corresponder a su ataque lanzándole una migaja de pan a la cara.

Ella abrió la boca indignada.

- Con que esas tenemos.

- ¡Tú empezaste!

Cinco minutos después, Melissa McCall bajaba las escaleras guiada por el sonido de las risas que la habían despertado, encontrándose su cocina hecha un completo desastre de comida.

- ¿Pero qué, en nombre de Dios, ha pasado aquí? -replicó, y Malia y Scott no pudieron hacer otra cosa que echarse a reír. Ambos con el pelo lleno de bacon, y otros rastros de lo que había quedado de su reciente desayuno.

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Stiles entró corriendo a la habitación y se lanzó encima de su novia como una bala de cañón, interrumpiendo su lectura mañanera para llenarle el rostro de besos y más besos.

Ante esto, Lydia se removió debajo de él, comenzando a reírse con parsimonia debido a las cosquillas que le dejaba su barba de varios días por sus mejillas y cuello.

Intentó separarlo, pero falló, pues él era mucho más fuerte. Tantos entrenamientos en la Academia de Quantico debieron de servirle de mucho.

Al final, fue Stiles quien se alejó para mirarla, y notar esa preciosa sonrisa que le iluminaba los días plasmada en su cara.

- ¿A qué ha venido todo eso? -preguntó ella, todavía recuperando el aliento después de su guerra de besos.

- ¿No lo sabes? ¡Hoy hacen exactamente cuatro semanas desde que tuviste tu última visión!

- Y esa es la razón por la que te me has tirado encima y me has empezado a besar como loco -dijo, como si para él hubiese sido lo más natural del mundo.

- Cariño, llevas días durmiendo bien y sin despertarte dando gritos en las madrugadas ¿Aún crees que no es motivo de celebración? ¡Si fuera por mí montaría una fiesta ahora mismo!

Lydia negó para sí misma, pero terminó riéndose y contagiándolo a él en el proceso.

Era bueno verlo lejos de los archivos del FBI por esos días. Estaba más animado, conversador e incluso había dejado el teléfono de lado sin preocuparse por cuantas veces sonara en el día. Justo como hacía en ese preciso momento mientras ellos se besaban.

Aunque ese sonido no parecía ser el de su celular.

- ¿Stiles? -lo interrumpió, pero él no pareció prestarle mucha atención.

- Dime.

- ¿Es tu ordenador eso que suena?

- ¿El qué cosa?

- ¡Tu laptop, Mieczyslaw! -resaltó, apartándolo de un empujón- Es un videochat de Derek.

- No digas tonterías, él ni siquiera sabe qué es eso -dijo, al tiempo que la veía levantarse para ir en busca de aquel trasto electrónico- Además, a estas alturas de seguro ya lo mataron y nosotros no nos enteramos porque lleva MESES evitándonos.

Los dos se acomodaron delante de la pantalla, de forma que cuando la banshee presionó el ícono para contestar, ambos pudieron ver el rostro del primogénito de Thalia Hale del otro lado.

Derek se veía exactamente igual que la última vez: misma barba, corte de pelo, cara de amargado, nada en él había cambiado a excepción de aquella mirada un tanto o más profunda que antes.

- ¿Stiles?

- No. Soy el primo segundo. Gusto en conocerte -le dijo entre dientes- ¿Quién más iba a ser si no?

- Ví tu mensaje.

- ¿¡Ahora!? Tío, si hubiese sido de vida o muerte Scott estaría ahora mismo en el cementerio de Beacon Hills. Que de hecho, le faltó muy poco.

- Cariño, déjalo hablar -interrumpió su novia, dirigiendo su atención de vuelta al hombre lobo.

- ¿Cómo está él?

- Sin memoria. Gracias por preguntar.

El pelinegro abrió mucho los ojos tras escucharlo, confundido y extrañado a partes iguales.

- Stiles ya para el carro -advirtió Lydia por última vez- Perdón. Todos hemos estado un poco estresados últimamente.

- ¿A qué se refieren cuando dicen "sin memoria"?

Stilinski tuvo que tomar una honda respiración para explicarle:

- Scott logró escapar del movimiento de cazadores que lo secuestró hace meses, pero mientras estuvo cautivo usaron en él un tipo de extraño veneno que debilita a los hombres lobo valiéndose del uso de muérdago, acónito y sabe Dios cuántas cosas más. Lo volvieron débil ante las torturas y recibió un golpe en la cabeza que causó que su memoria se borrara parcialmente... En fin, y no vivieron felices para siempre.

- Suena a algo imposible.

- Nosotros también pensamos lo mismo, pero aquí estamos.

- Te necesitábamos, Derek -murmuró Lydia- La manada aún te necesita. Scott sobretodo, le haría muy bien si estuvieras aquí.

- Yo... -lo vieron dudar por unos segundos- Lo siento. No puedo.

- ¿Perdón? -replicó el apellidado Stilinski - ¿Acabas de escuchar que la manada te necesita? Porque creo que no estás captando el problema principal ¡Tu amigo tiene amnesia!

- Sé que podrán lidiar con ello sin mí.

- ¿Por qué? ¿Qué puede ser más importante que ayudar a los tuyos?

Derek estuvo a punto de responder cuando se escuchó el sonido de una puerta al abrirse.

-Cariño ya estoy en casa. No creerás lo que sucedió en la cafetería... -dijo una voz melodiosa, femenina, que tomó la forma de una chica acercándose desde atrás.

- ¿Quién es esa? -preguntó Stiles con curiosidad.

- Cassandra ahora no es momento...

- ¿Estás hablando con tus amigos? No me habías dicho, quiero conocerlos -exclamó la rubia, cuyo adorable rostro también hizo acto de presencia en el vídeo cuando esta se sentó en las piernas del apellidado Hale- ¡Hola!

- Hey -saludaron los dos al unísono, intercambiando miradas confusas a su vez- ¿Y tú eres?

- Soy Cassie. La novia de Derek.

«Santo» pensaron. Al igual que si la lengua se les hubiera enredado en un nudo.

- Linda ¿Crees que pueda hablar un momento a solas con ellos? No será tanto -el pelinegro le acarició el hombro con mimo, y Cassie, a pesar de que realmente quería quedarse más tiempo, solo asintió.

- Vale. Mientras iré preparando algo para picar, muero de hambre.

Al verla desaparecer, el hombre pudo relajarse finalmente. Como si todo el tiempo que ella había estado allí, también hubiera sentido que cometería un error y eso lo estaba asustando de sobremanera.

Más para ellos, ahora muchas cosas habían quedado claras.

- Así que esa es la razón por la que has estado tanto tiempo lejos.

- Oigan, sé que no les dije nada, pero ella me importa mucho y no quiero involucrarla en nada de esto.

- ¿Sabe ella que eres un hombre lobo?

Derek no quiso responderles, simplemente se aprovechó de que su novia lo estaba esperando en la terraza para darle fin a esa conversación.

- Tengo que irme. Decidle a Scott que los siento mucho -se despidió, y casi automáticamente la pantalla del ordenador se pintó de negro.

- Espera, Derek ¡Derek! -gritó Stiles, probablemente maldiciendo a todos sus parientes muertos en ese preciso instante- Maldito idiota.

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"¿Es posible sentir cosas que a primera vista parecen desconocidas, pero que extrañamente acaban compaginando?"

Esa era el tipo de pregunta que debía agregar la lista de tonterías para las que Deaton no tenía respuesta. Porque por más que hubiese pasado todo el día intentando buscarlas por su propia cuenta con la única persona que de seguro no lo vería como un minusválido mental, no logró conseguir otra cosa que no fueran más interrogantes de las que ya poseía. Solo el típico enredo de palabras que lo dejaron más confundido que antes.

Le había dicho que solo conectando consigo mismo y su propia mente lograría encontrar aquello que buscaba, pero ¿Cómo podía eso ayudar a descifrar el dudoso acertijo en el que se había convertido su vida? Por más que intentara mirar hacia todos lados y encontrarles sentido a las cosas, todavía percibía con seguridad que algo no encajaba del todo.

Esa tarde llegó a casa más afligido que en los últimos días, arrastrando las zapatillas por el suelo del salón hasta la parte superior de las escaleras.

Las esperanzas que había acumulado ya no estaban ahí, y realmente había comenzado a considerar el hecho de aceptar de una vez por todas que había perdido una parte de su vida de forma permanente... hasta que abrió la puerta de su habitación.

Al principio se quedó estático, sin decir o hacer nada que pudiera romper el encanto de la imagen que tenía delante de sus ojos. Tan solo dedicándose a pasear su mirada por las paredes, decoradas por una cadena de luces que iban de un extremo a otro, iluminando encarecidamente la gran cantidad de fotografías que colgaban de ellas hasta abarcar toda la habitación.

Scott se fijó en cada una, dándose cuenta que desconocía la mayoría de los momentos en los que fueron tomadas, aunque una que otra era más vieja que la anterior, como aquella en la que estaban él y Stiles en su primer partido de lacrosse.

Eran pequeñas piezas de una vida pasada que todavía lo llamaba desde algún recóndito rincón de sí mismo, pidiéndole que regresara, que recordara, y en el centro de todas ellas estaba Malia, sonriéndole con cariño.

- Hola.

- Hola -le saludó en apenas un susurro, asombrado.

- Estuve pensando y... -comenzó a decir con las manos tomadas- si yo fuera quien estuviera perdida, sin saber nada de lo que fue mi vida antes, tú serías el primero en hacer lo posible por ayudarme a recordar quien soy. Porque eres Scott McCall, la persona a quien me he acostumbrado a mirar primero para ver su reacción y de esa forma poder distinguir lo bueno de lo malo. Así que quería hacer eso mismo por ti, ayudarte a recordar quien eres.

A pesar de la poca luz, Scott pudo notar como sus facciones se relajaban un poco después de haber dicho todo lo que tenía atorado desde el momento que lo vio atravesar la puerta. Nunca la había visto tan nerviosa como estando allí parada, esperando desesperadamente una reacción por su parte para saber qué le había parecido. Y mientras él miraba todas y cada una de las fotos a su alrededor, un sentimiento de profunda gratitud se instaló dentro de su corazón.

Él estaba allí, en todos lados. A veces riendo junto a Liam, otras abrazando a Lydia por los hombros, llevando su uniforme del equipo de lacrosse, sentado en una mesa junto al resto de su manada, con Kira, el señor Stilinski, su madre, Alan e incluso el entrenador Finstock.

- Coloqué algunas de Allison y Isaac también -agregó ella, señalando aquellas a las que se refería- Supuse que te agradaría tener esa parte de tu pasado también, y las luces son las del árbol de Navidad pero...

- Es perfecto -comentó, y la castaña se sintió feliz de ver esa sonrisa que tanto había echado de menos dibujándose en sus labios- Gracias... de verdad. Acabas de darme algo que no sabía que necesitaba, Malia.

Entonces fue una de las imágenes la que captó su atención en específico. En ella, estaban los tres sentados en un puente, muy probablemente el de la Casa del Lago. Él, Stiles y Malia. Sonrientes, usando ropa de verano y con los pies sumergidos en el agua. Scott notó como uno de sus brazos pasaba por encima de los hombros de su mejor amigo, y el otro rodeaba la cintura de la chica de forma que se encontraban muy cerca, y ella tenía su mejilla apoyada en su hombro.

Claramente, era una de las más recientes debido a que el aspecto que poseían era muy similar al actual, pero allí se notaban despreocupados, y por un segundo realmente deseó viajar hasta allí para experimentar lo que su yo de ese entonces estaba sintiendo al sonreír a la cámara.

En medio de su distracción, Malia tomó su mano, y ahora él miraba sus dedos entrelazándose por inercia, casi de forma natural, sintiendo que no era la primera vez que lo hacían.

- ¿Estás bien? -preguntó la castaña, notando la forma directa con la que observaba ese gesto.

Él asintió, no pudiendo encontrarse mejor.

- Ahora lo estoy.

Ahhhhh my corazón Scalia is crying 😭🤧💙

N

o sé ustedes, pero este ha sido mi capítulo favorito de toda la historia hasta ahora. Y tengo que darle muchísimas gracias a mi amiga Marcela (MarceAckerman) por darme la idea de esta última escena en la que Malia coloca todas esas fotos para que Scott vea cómo fue su vida antes de perder la memoria 💙 y además, por regalarme ese precioso edit que lo retrata, ha quedado bellísimo y yo no puedo sentirme más agradecida. Espero que a ustedes les haya gustado tanto como a mí.😍

Also ¿Ya vieron lo que venía ocultando Derek? 🤫 ¿Creen que en algún momento vaya a regresar? ¿Lydia y Stiles le contarán a los demás? Veremos más adelante, quiero leer sus teorías, chicos. Déjenlas en los comentarios porfis.

Estoy emocionadísima de por fin haber culminado el acto uno, comenzaré el dos en cuanto tenga la nueva portada.

Besos y abrazos a todos,

Debbie 😊