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Cap XXII; milagro

Tan pronto como Hongjoong y Yeosang abandonaron la Biblioteca Divina, Yunho fue capaz de percatarse de que había algo extraño en aquella improvisada reunión a altas horas de la noche. Si bien nunca había sido especialmente cercano con Hongjoong, sí que había hablado con él en numerosas ocasiones y sabía cómo se comportaba, así que con aquella premisa observó que el ángel se encontraba incómodo con la petición de diálogo del trono. Aquello complementado con que el Director Kang no solía entrometerse directamente en las investigaciones, sino tomar el mando sobre ellas, hizo sospechar al ángel de cabello moreno que debía haber una parte de la historia que se estaba perdiendo.

Su intuición lo llevó a pensar que probablemente acabaran haciendo a Hongjoong testificar por el caso de Mingi; lo cual no era de extrañar ya que él mismo había sido testigo durante años de la fuerte amistad que tenían los dos ángeles, a pesar de su separación durante el servicio del ahora ángel caído. Pero aquellas citaciones no se hacían de forma directa sino por medio de algún tipo de carta o ángel mensajero, y desde luego no a esas horas de la noche.

También barajó entonces la posibilidad de que Yeosang fuera a comunicarle algo acerca de la próxima cumbre, pero nuevamente la expresión de Hongjoong unida a la rara hora y la manera clandestina en la que se había producido le hacía olvidar esa opción.

Si bien Yunho tampoco tenía el conocimiento suficiente sobre Yeosang para especular de más, sabía que era un ángel implacable y extremadamente cuidadoso, por lo que no era de extrañar que pudiera suponer que el ángel de cabello rubio oscuro pudiera ser cómplice de alguna forma de la caída de Mingi.

Aquella corazonada de que había algo que no encajaba dentro de la sucesión de eventos lo llevó a apresurarse escaleras arriba hasta el dormitorio de Choi Jongho y a llamar a la puerta. Sabía de sobra que aquello que hacía era osado, pero conociendo la personalidad del serafín dudaba que tomara algún tipo de represalia contra él, siempre habían mantenido una buena relación de cordialidad.

El serafín abrió lentamente la puerta al ver que el que se encontraba al otro lado era Yunho, este llevaba puesto un lujoso pijama iridiscente y su rostro lucía una clara expresión de sueño y cansancio.

-Yunho... ¿qué ha pasado para que vengas hasta mi habitación a estas horas? -Decía Jongho mientras se cubría la boca para bostezar, no parecía especialmente molesto con el bibliotecario por haberlo hecho levantarse, pero aún así no deseaba más que volver a echarse a dormir- Espero que sea algo realmente importante.

-Perdone las molestias su santidad, pero me ha parecido que hay un asunto que debería ser tratado con urgencia. Hace unos minutos el Director Kang se ha retirado con Kim Hongjoong a supuestamente tratar unos asuntos con él -Comenzaba a decir Yunho, intentando sonar lo más convincente posible, ya que acababa de ir a buscar al serafín a propósito a su habitación para ello- Solo son especulaciones, pero creo que debe de ser para tomar declaración al mediador teniendo en cuenta su relación con el caído. No me encuentro en situación de protestar, por supuesto, ¿pero ese tipo de problemas no deberían ser solucionados llevando a cabo un riguroso proceso con sus adecuadas formalidades?

Entonces los ojos del serafín se abrieron de par en par. Aunque sólo eran suposiciones, la mínima posibilidad de que Yeosang se hubiera tomado la justicia por su cuenta lo preocupaba desmesuradamente. No podía ir a dormir sin antes asegurarse de que el trono no estuviera echando a perder su progreso una vez más.

***

Estaba rozando el límite de ponerme a temblar, no podía creerlo ¿En qué momento me había parecido buena idea irme a pasear por el palacio con un libro prohibido en uno de los bolsillos? Ahora tocaba pagar mi enorme osadía, ya podía ir haciéndome a la idea de que yo también iría a convertirme en un ángel caído. El tiempo que pasé en el cielo fue precioso.

-¿No me has entendido? De pie en la posición que te he indicado ahora mismo, y quítate la chaqueta -Espetó Yeosang autoritariamente, a la vez que se aproximaba a mí.

De nada servían las excusas con el Director Kang, así que seguí las órdenes que me había indicado. Dejé mi chaqueta blanca la cual portaba el libro sobre el asiento donde me sentaba, con el cuidado suficiente para que no se pudiera adivinar si había algo en su interior. Pensé que incluso tenía oportunidad de escapar intacto de la inspección si Yeosang no reparaba en mi chaqueta, esa era mi última esperanza.

A menos que... No, no tendría porqué.

No debería tener ni una sola pluma oscura en mis alas, si la tuviera habría reparado en ello con anterioridad. Pero en aquellos momentos estaba tan preocupado e inseguro que incluso pensaba que podría haber pasado por alto algo así.

No, aquello no era un pecado tan fuerte como para transformarme directamente en ángel caído, estaba haciendo una mala acción, sí, pero con unos fines acertados. De eso estaba más que seguro.

Realmente no estaba seguro ni de por qué inicié todo este proceso de investigación en primer lugar.

Una gota de sudor frío recorría mi rostro mientras que el trono caminaba a mi alrededor disparando mi ansiedad. Cualquiera que se encontrara en mi situación, por muy inocente que fuera, se sentiría fuertemente intimidado por la fulminante y clara mirada azul de Yeosang inspeccionando cada centímetro de mí.

Entonces pasó a palpar mi cuerpo en búsqueda de algún objeto extraño, sus manos se sentían tan frías como su actitud, mucho más teniendo en cuenta que a medida que avanzaba el registro no dejaba de notar más y más calor por culpa de los nervios que me invadían.

-De momento no he encontrado nada fuera de lo normal, ahora despliega las alas que también voy a inspeccionarlas -Comentaba el trono frunciendo el ceño y con un muy estable tono de voz.

Asentí con toda la seguridad que pude y seguí las indicaciones de Yeosang una vez más, que se movió para posicionarse detrás mío e ir inspeccionando rigurosamente todas y cada una de las plumas de mis alas.

Y fue después de unos segundos de registro que el ángel de ojos azules reparó en que había un espacio en mis alas en el que faltaba una pluma.

De pronto la puerta del despacho de Yeosang se abrió de una fuerte patada, causando un enorme estruendo que sobresalió por encima del silencio sepulcral de la noche. Di un salto sobresaltado y giré mi cabeza rápidamente hacia la entrada, para mi suerte o desgracia el autor del golpe había sido Choi Jongho.

-¿¡Pero se puede saber qué estás haciendo!? -Decía Jongho apartando velozmente a Yeosang de mi alrededor, para después dirigirse hacia mí con un sincero y amable tono, arqueando su cuerpo hacia delante en señal de disculpa- Mis más sinceras disculpas Hongjoong, no me puedo creer que el Director Kang se haya saltado el protocolo por completo. Por favor retírate a tu habitación a descansar que son horas de dormir.

-Como ordene, su santidad -Dije intentando ocultar mi euforia interna por aquella salvada que acababa de experimentar, realizando el mismo gesto en señal de respeto.

En unos instantes tomé mi chaqueta y salí volando lo más aceleradamente que pude de aquel lugar, no pude evitar sonreír como si no hubiera un mañana. Desde luego había tenido demasiada suerte, no tenía más explicación más que había sucedido un milagro.

Metí mi mano en el bolsillo donde se suponía que debía seguir el libro, y para mi alivio ahí continuaba. Todo parecía haber salido bien a pesar de los percances, no lo podía creer.

Aquello debía de haber sido una especie de advertencia, estaba seguro. A partir de ahora debía ser muy riguroso y dejarme de alocadas aventuras, ya había experimentado demasiado la adrenalina por una larga temporada de tiempo y desde luego no tenía ganas de continuar experimentándola en el infierno.

Seonghwa, es increíble la cantidad de riesgos que me haces tomar.

***

-¡Ahora sí que confirmo que te has vuelto loco! ¿Interrogar a Hongjoong en mitad de la noche y sin ningún tipo de citación previa? ¡Parece mentira que tú seas el Director del Departamento de Investigación e Información! -Gritaba Jongho muy enfadado, no era común en él ese tipo de comportamiento tan impulsivo pero el trono había conseguido ponerlo de los nervios.

-No podía esperarme a hacer todo el trámite de citación, Kim Hongjoong debía ser inspeccionado cuanto antes mejor, tú y yo sabemos muy bien lo amigo que era del ángel caído, y más vale prevenir que curar -Se defendía Yeosang fríamente, no le gustaba que nadie se entrometiera en su trabajo.

-Me da igual la prisa que tuvieras, el protocolo es el protocolo, además en medio de la noche. Yo muchas veces no sé en qué piensas, primero el libro que le dejaste a Mingi y ahora esto... -Replicaba el serafín bajando el volumen, acababa de reparar en que no eran horas de estar gritando.

-Pero, ¿a que no sabes qué? -Decía el trono en tono dramático, haciendo una pausa para mantener la tensión- Al mediador le faltaba una pluma.

-¿Y? -Preguntaba el ángel de cabello cobrizo, sin darle mayor importancia a lo que parecía la gran primicia del Director- Se le puede haber caído, las plumas no están pegadas con pegamento a las alas.

-Qué tal la siguiente hipótesis: realizó algún tipo de pecado y su pluma se oscureció, y antes de que se propagara al resto de sus alas se la arrancó -Especulaba el ángel de ojos azules, dando vueltas lentamente por su despacho- Además puedo afirmar por completo que fue arrancada y no se cayó por accidente, quedaba el nacimiento de la pluma en su ala. Puedo estar equivocado, desde luego, pero no me negarás que suena muy convincente.

-Quiero confiar en que Hongjoong no haría algo así, es un buen ángel muy inteligente y más de lo que él hace por los demás no lo puede hacer nadie. Tiene que haber alguna razón que no implique que haya pecado -Afimaba el serafín defendiendo al ángel de ojos turquesas, estaba convencido de que no le fallaría.

-Nadie se esperaba que Song Mingi traicionara al cielo y le diera todo aquello que quería al demonio rubio, aún bajo la excusa de que el tratado era injusto. Mira dónde ha terminado al final -Contraatacaba Yeosang con su seriedad habitual- Y en cuanto a lo de que es inteligente, ya hemos hablado de esto más de una vez, si su amigo fue la primera opción como mediador es precisamente que considerábamos que al no tener tanta ansia de sabiduría sería mucho más fácil de manejar. Pero también fue más sencillo de manejar por ya sabemos quién.

-No puedo contraargumentarte, simplemente creo que deberíamos darle nuestro voto de confianza a Hongjoong, al menos él sí fue capaz de firmar algo positivo para el cielo teniendo al rubio al otro lado de la mesa de negociación -Mencionaba Jongho persuasivamente, siempre había tenido muy buenos ojos en el ángel de cabello rubio oscuro- Dudo muchísimo que si quisiera rebelarse hubiera persuadido a ese tipo.

-Ya, una cosa es lo que nos gustaría, otra muy distinta son los hechos.

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