Cap XII; revelaciones
Seonghwa fue recibido como si se tratara de una deidad dentro del infierno, era ya bien sabido por todos que el rubio se había ganado a pulso el respeto que todos le tenían. Y más si como de costumbre traía buenas noticias para el resto de demonios.
El demonio rubio pronto llegó volando al Palacio del Averno entre alabanzas y demonios rindiéndole pleitesía, lo que hacía que su desbordante ego se hinchara aún más si se podía. Adoraba verlos a todos a sus pies, sentirse en el poder absoluto. Así es, él era superior y era perfectamente consciente de ello.
Justo en la puerta lo esperaba Wooyoung, que se negaba por completo a tener que ir tras Seonghwa de nuevo para realizar el informe, por lo que aguardaba pacientemente en la puerta de entrada.
-Ey, ¿pero a quién tenemos de vuelta? El señor playboy del infierno ha regresado sano y salvo, ¿no te han dado ganas de ponerte a leer la Biblia o algo? -vacilaba Wooyoung con una sonrisa de oreja a oreja.
Seonghwa hizo un gesto de asco cuando vio a Wooyoung, eso significaba que iba a tener que realizar el informe en el momento y no iba a poder escabullirse a su habitación a descansar.
-De hecho ya la he leído, y es por eso que puedo afirmar que hasta los ángeles tienen un coeficiente intelectual mayor al tuyo cuando te crees el gracioso -contestó Seonghwa de forma cortante, había veces en las que no podía soportar el carácter despreocupado de Wooyoung.
-Vale, vale, señor orgulloso, ya ni bromear se puede. Por cierto, ¿qué diablos te ha pasado en la cara? -decía el demonio de pelo grisáceo reparando en el corte en la mejilla que tenía Seonghwa, mientras ambos caminaban adentrándose en los tenebrosos pasillos del Palacio del Averno.
-Es una larga historia, pero en resumen a un ángel se le fue la cabeza y ese es el resultado. Por suerte ya puse en su lugar a ese malnacido -decía el rubio orgulloso de su contraataque, a la vez que echaba su sedoso cabello hacia atrás.
-De tanto rezar no me extraña que se vuelvan locos -reía ruidosamente Wooyoung, y tras la carcajada retomó el diálogo- Deberíamos ir al laboratorio de San, al parecer ha hecho grandes avances en su investigación.
-¿Ha hecho avances de verdad o solo tienes ganas de ver a tu novio? -contestó Seonghwa pícaramente.
-Ambas -decía Wooyoung mientras desviaba la mirada hacia abajo.
-Llámalo, celebraremos en la Sala de Banquetes los progresos que últimamente están apareciendo. Tengo mucho de lo que informaros.
***
En cuanto llegué a mi habitación no pude evitar tirarme en plancha sobre la cama sin pensarlo dos veces, los últimos días habían sido demasiado intensos y necesitaba descansar de verdad. Pero había algo que consideraba de mayor importancia que descansar.
Metí entonces la mano dentro del bolsillo interno de mi elegante traje blanco y saqué aquel libro prohibido que había conseguido. Su cubierta era de cuero negro y tenía inscrito en rojo metalizado Historia del Tratado Ataraxia, además desprendía el mismo ligero olor a jazmín que Seonghwa. Debía de tratarse de cómo los demonios habían vivido la existencia del Tratado a lo largo de los años.
Mis pulsaciones se aceleraron al momento, era consciente de que como alguien descubriera la existencia de aquel libro iba a tener serios problemas. Pero tampoco tenía por qué llegar ese día, la puerta de mi habitación estaba perfectamente cerrada con llave. Además, pensaba deshacerme de aquel libro o devolvérselo a Seonghwa en cuanto lo leyese. Ya me agradecerían después cuando pudiera aumentar mi capacidad de debate hasta superar a mi oponente.
Comencé a leer el libro y de primeras no hubo nada que me llamara la atención, parecía un texto cualquiera que podría estar en la Biblioteca Divina.
Pero en cuanto llevaba unas cuantas páginas empezó a haber cada vez más y más cuestiones que diferían con la versión de los ángeles:
El Tratado Ataraxia comenzó como una Declaración de Derechos del Cielo, es decir, no contemplaba en ningún momento medidas favorables para los demonios, sino todo lo contrario.
Según la versión que yo siempre había escuchado, el Tratado Ataraxia había sido un consenso entre cielo e infierno para finalizar la guerra y garantizar derechos para ambas partes.
Este Tratado fue impuesto por el cielo tras someter al infierno en sus últimos bastiones, poco antes de terminar la guerra que ambas partes liberaban, aprovechando que los demonios reciben mayor daño de impacto que los ángeles y obligañándolos a seguir sus directrices.
Espera un momento, ¿cómo que someter? ¿Los demonios realmente son más vulnerables que los ángeles? ¿No se suponía que los ángeles en ningún momento de la guerra atacaron, sino que se dedicaban a defenderse a sí mismos? No entendía absolutamente nada, la cabeza me empezaba a doler solo de pensar en la posibilidad de que aquello fuera cierto.
Durante años los demonios han estado luchando por reivindicar su libertad de acciones, pero no podían permitirse librar una segunda guerra contra el cielo en un periodo de tiempo tan corto. Por lo que decidieron mantenerse parcialmente subordinados con el objetivo de fortalecerse.
De todas formas, aquella desventajosa situación cambió por completo cuando Park Seonghwa fue elegido democráticamente como mediador del infierno, el cual trajo de vuelta la gloria y los derechos que le correspondían a todos los demonios a partir de la escritura de la edición 66 del tratado.
Tuve que cerrar el libro por un instante, mi mente era incapaz de procesar lo que estaba leyendo: la versión de los demonios era radicalmente diferente. Si bien consideraba más fiable la versión del cielo, no podía ignorar como si nada la existencia de libros que defendían exactamente la tesis opuesta.
Si aquello que ponía era cierto la gran fama de Seonghwa en todo el infierno tendría muchísimo sentido, es normal que los demonios quieran a aquel que reivindica sus medidas. Además, yo mismo había comprobado en las versiones del Tratado Ataraxia que encontré en la Biblioteca Divina que en los inicios del tratado las medidas favorables para el cielo eran considerablemente superiores hasta la llegada de Seonghwa. Así que, por intuición, deduje que al menos algo de cierto había en aquel libro infernal.
Me eché hacia atrás tumbándome boca arriba y mirando al techo, ¿acaso Seonghwa me había entregado aquel libro para confundirme? ¿Me intentaba manipular o jugar conmigo? O tal vez... ¿Intentaba abrirme los ojos?
Simplemente... ¿Por qué Seonghwa siempre estaba en mi mente?
En aquel momento recordé todo el suceso de Mingi, ¿realmente Seonghwa no había tenido nada que ver en aquella especie de brote psicótico? ¿Por qué Jongho no quiso contarle a Mingi sus propias acciones? Aunque la respuesta a esta última pregunta la podía suponer, era bien sabido que el cielo no quería desvelar más información de la necesaria, y que Mingi no recordara nada del percance favorecía a que desapareciera de las retinas de los demás ángeles cuanto antes mejor. Y la pluma, la pluma debía ser altamente importante para el demonio rubio o no habría compartido información revolucionaria conmigo.
Entonces retomé la lectura prestando mucha atención a cada palabra que mis ojos veían.
La visión colectivista del cielo siempre ha estado en discordia con la visión individualista del infierno, mientras que el cielo se molestaba en crear enormes multitudes que confiaran ciegamente en lo que su líder les comunicase, el infierno ha formado seres con pensamiento crítico y capaces de decidir por sí mismos. Desde el infierno siempre hemos defendido la libertad del individuo al margen de lo que el cielo considera "pecado".
Una visión como aquella era inconcebible dentro del cielo, podría cundir el pánico si de repente se daba carta libre de acción a los ángeles y los humanos que estos custodiaban. Además, esas palabras ya me sonaba haberlas escuchado antes de Seonghwa, parece ser que él también era aficionado a informarse.
El cielo por su parte siempre ha escudado cualquier acción que supusiera un simple placer propio con que aquello era un pecado, algo fuera de lo normal. Sin embargo, nunca se ha mencionado ante atrocidades realizadas por el humano en su nombre, como podría ser la existencia de la Inquisición, tribunal que en líneas generales se dedicaba a asesinar y torturar a cualquier humano considerado hereje.
Me horroricé al leer aquel último párrafo, desconocía por completo la existencia de aquella tragedia, ¿cómo podía ser posible que los humanos osaran realizar matanzas así en nombre del cielo? Y además, que la Cámara Alta de los ángeles en ningún momento lo haya sancionado. Era surrealista para mi leer aquello, ¿realmente sucedió?
A lo largo de la historia ha habido cantidad de ángeles que han decidido rebelarse contra Dios al no encontrarse de acuerdo con sus directrices, como puede ser el caso de Lucifer, una de las figuras más representativas del infierno y el cual fue un ángel en sus inicios. Pero él mismo decidió tomar la decisión de rechazar al cielo y encontró en el infierno un lugar donde sacar a la luz su auténtica forma de ser.
En el cielo cada vez se hablaba menos de sucesos relacionados a los ángeles caídos, probablemente porque que un ángel decidiera rechazar a Dios era un acto de osadía que el cielo quería evitar a toda costa. Pero realmente, ¿qué tenía de malo si por decisión propia decidías alejarte de Dios? Nosotros deberíamos convencer mediante hechos y palabras, no imponer nuestra forma de ver el mundo por muy correcta que la consideremos. Ocultar y manipular información no era desde luego la manera más ética de evitar que más ángeles cayeran.
Continúe leyendo y reflexionando por un largo rato, mi mente se encontraba en constante discordia al no saber hasta qué punto aquel libro era de fiar. Perfectamente podía ser un simple truco de Seonghwa para perjudicarme, pero no podía afirmar aquello con seguridad.
Mi mente se encontraba llena, me sentía abrumado y a la vez inquieto porque nadie supiera qué acababa de leer. Estaba actuando mal, yo era consciente de ello, pero si aquella acción repercutía de forma positiva en el cielo entonces habría merecido la pena.
Versiones contradictorias.
Demasiadas preguntas, tan pocas respuestas.
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