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𝄡15. Dulce, dulce , Helaena.

ᙅᗣᕈꙆƮᙀᒐO ᕋᙀꙆᙁᙅᙓ: Dulce, dulce, Helaena.


❝ Sin aviso nuestro paraíso nos dejó y ahora tu recuerdo

me hace sombra al corazón. .❞

ENTRE MÁS VOTOS Y COMENTARIOS LOS CAPÍTULOS SALDRÁN A LA MISMA VELOCIDAD :3.

⸻ DERROTADOS. LA FRACCIÓN VERDE JUNTO A SUS IDEALES FUERON DERROCADOS DEL PODER POR RHAENYRA TARGARYEN, LA LEGÍTIMA HEREDERA DEL TRONO DE HIERRO. Se dice que la llegada de la verdadera causo conmoción fuerte en la fortaleza, dudas en los ciudadanos del desembarco, y un gran revuelo a quienes alzaron espadas contra ella.

Ese mismo día, pero a horas más tarde, los rumores desataron con fiereza hasta llegar a los oídos de la nueva gobernante y más desgracias se le asumían a la pobre mujer. Aprovecharon aquel momento lleno de debilidad para intentar una revuelta, incitada por Aemond Targaryen (esperanzado en huir) sin embargo, el plan de escapar fracaso al momento que su dulce hermana mayor se desestabilizara, ¿cómo no? la muerte de su esposo la enloqueció.

El Targaryen le rogó, incluso se arrodilló a los pies de la joven, ¡no quería morir de una manera tan lamentable! Pero, Helaena se sumió en su propio dolor.

— Aún estamos a tiempo — murmuró el hombre tratando de guiarla por algún pasadizo secreto— esa golfa nos asesinará si nos quedamos.

Morir... una idea que tentaba a la segunda vastaga del viejo rey, por lo que, se rehusó acompañar a Aemond y se quedó, con el deseo que su hermana mayor, la viese, la condenara y la regalara a la tenebrosidad. No obstante, los sueños solo se disiparon tras notar los orbes violetas tan misericordiosos que la juzgaban, un perdón depositado en los tiernos labios de la soberana y un abrazo fraternal que la cobijaba del suplicio.

— Solo eres otra víctima más, hermana mía— le besaron la frente como si estuviera dando la limpieza a todos sus pecados.

A las pocas semanas que los negros ganaron terreno se dieron a conocer la sentencia de muchos traidores, entre ellos la familia con la que creció Helaena. La joven jamás observó a su madre suplicar, llorar, incluso inclinar la cabeza por una causa"justa", se lamentó de la pobre al verle vulnerable frente de la reina.

La sentencia; encerrada en los propios aposentos, mientras que sus dos hijos varones, Aemond junto Daeron serían torturados a muerte, exhibiéndose en la plaza del desembarco, brindando un espectáculo de veinte días de sufrimiento. Con tal hazaña, apodaron a la delicia del reino como Rhaenyra la cruel, debido al perdón lento que brindaba a cada persona que fue desleal.

— Esa perra nos condenó — sollozó Alicent.

Helaena vislumbró a quien era su madre; seguía con la misma lengua viperina de siempre, aunque demostraba el dolor en cada pronunciación que surgía.

— Nosotros iniciamos esto — respondió desviando la mirada aún punto muerto— nunca debimos entrometernos aún derecho de nacimiento...  Quizás, hubiésemos evitado tantas tragedias incluidas la muerte de mi esposo e hijos.

La Hightower atisbó con pesar a su hija... su dulce niña se notaba más agotada de lo normal, ojerosa, demacrada, tal vez, la tristeza había regresado de una manera más cautelosa y esta vez no existía un Percy que la salvara. 

En las horas de las madrugadas un guardia irrumpió en la habitación que madre e hija compartian. 

— Princesa Helaena — dijo casi en un susurro que apenas se entendió— hay noticias.

La Targaryen se levantó tras escuchar el bullicio, pues, el sueño  ciertamente era tan ligero que con cualquier sonido la mantenía alerta. Las cicatrices de guerra salían a flote lamentablemente.

— ¿Mi esposo está con vida? — indagó de golpe.

Una frágil esperanza que aún conservaba con fuerza, sí, la culpa de los dolores del hombre que alguna vez la amo aún permanecían allí, descansando en un rincón de su alma, con disposición de abrir la yaga de la herida. El  soldado corpulento manifestó una muca poco notable con los labios, y negó lentamente a lo escuchado.

— Princesa— suspiró— sus hijos están a salvo, todos.

Una noticia que le devolvió la media vida arrebatada, sin embargo, cuál no duraría mucho con el júbilo. Lágrimas tras lágrimas anhelando que regresara su buen amor, ese que lastimó tanto, Alicent consolando a la dulce niña y una conspiración se avecinaba. Nadie se imaginó que expulsaran a la reina legítima del trono de hierro o conocida con Rhaenyra la cruel (Maegon con tetas), ni las próximas noticias se trataría de la muerte de esta misma a manos de su alcohólico hermano, Aegon II Targaryen.

— Todos es culpa de Aegon, madre — refunfuñó la soñadora luego de enterarse de que el nombrado estaba dispuesto a regresar para sentarse en el trono.

— No existen culpables en guerra, mi amor — le brindo cálidas caricias en la cabellera de la menor— solo gente que cree que su disputa es la correcta.

Camuflar los pecados en palabras benévolas era un acto clásico para la antigua reina viuda. No obstante, Helaena estaba al tanto de muchas cosas más allá que los ojos mortales podían apreciar; aborreció a su hermano mayor, el usurpador.

— En hora buena— alegó el anciano Otto Hightower una mañana en medio del banquete— tus hijos regresaron, dulce niña.

— ¿Alyssa, Aerion, y Alice? — la voz de la joven madre gozo de alegría al instante que se giró para encontrarse con sus tres pequeños, pero, su dicha duro poco al entrever solo dos de estos.

— ¿Dónde está Aerion? — indagó con ímpetu mientras sus ojos violetas posaban en cada rincón de la sala.

¿Quién sería el osado en contarle la verdad?

— Desapareció — dijo de golpe Aegon— lo buscaron por todos lados, aun así jamás apareció.

Otro punto de quiebre que genero que la soñadora soltara un grito. Cayó al suelo, se agarró la cabeza, los sollozos hicieron partícipe del silencio junto a los llantos infantiles de los dos infantes.

— Los rumores señalan que se trató del fantasma de Percy — adjunto velozmente Alicent.

— ¿Mi-mi hijo murió? — balbuceó desesperada.

— ¡No! — intervino en un grito Otto Hightower— lo han visto en poniente, quizás, se encuentre con vida.

Se animó a contarle, sin embargo, omitiendo la otra información; el rey regente está con vida, aunque a manos de otra mujer, embarazada, y mimando al hijo que dice estar perdido. Un rumor que cobró fuerza día tras día, además que mantenían alejada a la princesa Helaena de las habladurías, pues, no querían que el estado mental empeorara cuando yacía presentado breves mejorías.

— Los Stark llegaron — anunció el guardia que custodiaba los aposentos— vienen con ejercitó.

Alicent Hightower propuso en escapar, su dulce niña se negó, por lo que se vio obligada a quedarse. El invierno llegó acompañado de los lobos, ¡quien lo diría! Que Otto Hightower perdió la cabeza y que en la madrugada, al ser anunciada la hora del lobo,  Aegon Targaryen fuese asesinado con un veneno mortal que, muchos acusaron a la princesa soñadora de tal crimen, tal vez, por el resentimiento.

—   Recomiendo coronar a Aegon III — dijo el joven Cregan Stark— es un chiquillo, si, pero lo podemos guiar aún buen reinado.

—  Concuerdo — salto del asiento Lord Corlys Velaryon— es más, intercedo hacer una tregua en los bandos.

Los mencionados acallaron esperando la propuesta del adulto.

— ¿Tregua? — cuestionó confundido Cregan.

—  Sí, un matrimonio— habló en tropezones— después de tanto sufrimiento debe emerger la tranquilidad, ¿no es así? Propongo a Alyssa Targaryen primogénita de Percy Targaryen, como consorte real de Aegon III.

Era casi notable que uno que otro estuvieron en contra la idea; entablar relaciones con el enemigo, patético, pero Helaena dio su buen favor hacia lo dicho por Lord Corlys Velaryon. Nadie se esperaba una aceptación favorable, puesto que, imaginaban estar rancia aún matrimonio con algún hijo de su difunta reina-hermana, no obstante, ni el más leal de sus guardias estaba al tanto de lo que pensaba la princesa soñadora.

Las nupcias se celebró en la décima luna.

— Madre — pronunció la niña tras admirarse en el espejo y observar su traje típico de la antigua Valyria.

— ¿Qué ocurre, mi dulce pequeña? — indagó Helaena mientras trenzaba los cabellos platinados.

— Mi padre  si está vivo — confesó girándose para quedar frente de la mayor, alzó la mirada— él vino a mí unas semanas antes de regresar a la fortaleza. Padre, se encuentra feliz.

Una declaración que dejo perpleja a la soñadora y aunque fingió una sonrisa en la ceremonia, bien se sabe que su mente yacía naufragando en las lagunas de estas. Es así que vivió consternada bajo la creencia que algún día, Percy, regresaría por ella, aunque la ilusión jamás ocurrió y se enmendó en una eterna plegaria por la felicidad de su antiguo amado, resignación.

En el 133 d.C pereció la antigua reina viuda Alicent Hightower;  el último suspirar se trató del delicado nombre de su amada primogénita, dulce, dulce, Helaena que sola había quedado a los  24 años a cuidado de sus hijos.

La princesa soñadora durante los contiguos años de vida y en el reinado de Aegon III Targaryen y su hija Alyssa Targaryen, se encargó de guiar con sus saberes a su niña con tal de ser una excelente reina, además un buen apoyo para el pobre hombre que, al parecer solo sonreía cuando se trataba de su reina.

Fu entonces que en  el 152 d.C falleció la soñadora de los siete reinos a una edad joven que fue a los 41 años, las causa, se dice que fue una peste mal cuidada, a cambio otros cuenta que ella se mató saltando de la más alta torre de la fortaleza pese los rumores... las causas de la muerte de la dulce princesa continúan siendo un misterio en poniente.

— Escrito por el bufón de la corte.

 FIN



Solo dire que, falta el epílogo y largue la vida de nuestra Helaena  uwu pero , ¿a qué costó?

¿Qué les apreció la historia? los leo aaa, un final donde el prota no terminan ni con el uno, ni con el otro.

Y me complece decir que, se viene tambien historia con oc masculino con Rhaenyra Targaryen.

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