𝄡08. Juego por el trono.
CAPITƲLO OCHO: Juego por el trono.
❝ Se convirtió en algo mucho más grande,
en algún momento entre la neblina tuve la
sensación que fui traicionada.❞
ENTRE MÁS VOTOS Y COMENTARIOS LOS CAPITULOS SALDRAN A LA MISMA VELOCIDAD :3.
⸻ SIENDO MUJER MUCHAS PUERTAS SE CERRABAN, SIN EMBARGO, AL SER HEREDERA AL TRONO LOGRÓ ABRIR MÁS OPORTUNIDADES QUE UNA NOBLE PODRÍA. De hecho, se habría que considerar una muchachita demasiado caprichosa en algunos aspectos aun así coexistían cohibiciones que el clero de los hombres le impusieron.
Una de las prohibiciones que quizás le llegó afectar en su debido momento fue la de alejarse de su tío: Daemon Targaryen, el más grande amor de juventud, no obstante, eso no le impidió volverse a enamorar porque ¡si! Rhaenyra Targaryen se coló profundamente de un caballero de brillante armadura, Sir Harwin Strong.
Fruto de dicho amorío nacieron sus tres amados hijos: Jacaerys Velaryon, Lucerys Velaryon y el último Joffrey Velaryon. A pesar que la apariencia dejaba mucho que desear, el reino logro respetar el concebimiento de las criaturas pues, dignos si eran. El tiempo transcurrió entre constantes enfrentamientos de la fracción de los Hightower pero, ni siquiera las acusaciones lograron que Viserys tomara medidas estrictas, eso se lo agradecía.
Vivió en la fortaleza durante bastante tiempo antes que las viejas calumnias la sacudieran generando que, el amor que creyó que estaría para siempre padeciera en extrañas circunstancias. ¡Un nuevo sufrimiento! tras la señalización tuvo que marcharse a roca dragón acompañada de su esposo e hijos.
Pensó que lejos un buen periodo todo se calmaría, no obstante, ni siquiera imaginó que tan pronto se reencontrarían. ¡Su querida prima Laena Velaryon falleció mientras paria el tercer vástago! cosa que la destrozo puesto que, solía mensajear con la muchacha seguidamente e intercambiar grandes secretos. Dolor, dolor y más dolor aunque todo colapsó cuando vislumbró a Daemon en el funeral, tal vez, fue un acto pecaminoso pero los dioses estaba a su lado.
Laenor Velaryon, su esposo, estaba sumamente destrozado así que lo dejo libre ese día, a sus primogénitos los mando a descansar (no era un ambiente apto para los menores) además que Jacaerys estaba pasando una situación muy complicada cuestionándose más allá. La princesa decidió salir al anochecer, ¡grave error! una excusa muy poco creíble cuando termino enlazada con su tío, ¡oh su tío! que ahora la veía como una mujer.
Aunque la dicha no perduró pues, el acelerado hombre prácticamente la obligó a regresar a la fortaleza de los Velaryon. ¡Qué los dioses se compadecieran! no esperaba una escena tan atroz al momento que entró en el salón central.
Los aullidos de una reina dispuesta a proteger al hijo mutilado, un rey que se hacia el ciego para no generar un conflicto, el príncipe canalla simplemente se dedicaba observar los acontecimientos y una heredera tratando de defender a sus niños de cualquier posible acercado.
¡Boom!
Quien fue su mejor amiga en un pasado se lanzo con daga a la vista; intención de lastimar a su amado Lucerys, los gritos intensificaron y la sangre yacía derramada. Cualquiera en un sano juicio diría que aquella confrontación bastaría, sin embargo, la intromisión ajena de otro a la escena causaría más conmoción.
Percy Targaryen, el tío que una vez la mimo de muy niña o el tío que le tejieron tantos rumores sobre lo ilícito que cometía con su ahora amante Daemon. ¡Lo había olvidado! conjetuó que había perecido pues, jamás se escuchó noticias tan favorables o solo las habladurías de la gente. Lo notó, la intensa mirada que le brindo al igual que, Daemon al momento que se hizo aun lado con intenciones de protegerla.
Esa se trató de la primera incertidumbre que padeció: ¿Acaso el cotorreo en la fortaleza sobre un romance prohibido era cierto? ha decir verdad, nunca lo supo u se entrometió de más porque su tío siempre era un hombre demasiado reservado cuando se trataba de su hermano menor. Luego de la fatídica anochecer, los siguientes días la acompañaban con gloria pues, la osadía de pedirle unión a Daemon dio sus frutos.
Se casaron a pesar que moralmente seria mal visto (claro, hace unos días se confirmo la "muerte" de su primer esposo) aun así, no negaría que paso por alto la llegada de su tío Percy. Oh, vislumbró un par de ojos melancólicos, rotos y las lagrimas confirmaron la mirada perdida de su segundo esposo.
Rhaenyra razonó que, quizás, esta vez la felicidad la acompañaría en su nuevo matrimonio. No obstante, Daemon en ocasiones se distanciaba sumamente pensativo, dispersó, o la negaba gozar una intimidad hasta que a mediados del año 120 d.C quedo en estado de embarazo pueda, que se debió a una de las noches que Daemon apareció con el alcohol al tope dentro del sistema, la tomo, lo hicieron.
Durante su embarazo las cosas se calmaron, el humor de su esposo también se tranquilizo puesto que la empezaba a tratar con más respetó. Era atento, ¡le encantaba esa faceta! incluso después del nacimiento de su pequeño Aegon Targaryen (tercero con el nombre) es así, que en el 122 d.C nuevamente entro en labor de parto por el segundo vástago con Daemon, fue entonces que alumbro a Viserys Targaryen (segundo con el nombre) una familia plenamente feliz, hijos, hijastras y esposo ¿que más podría pedir?
No fue hasta que mitad del año 123 d.C la prosperidad se derrumbó.
— ¡¿Te iras al desembarco así como así?! — inquirió la princesa subiendo el tono. Las manos descansaron sobre su propia cintura, indignada por la repentina rabieta del mayor.
— Si, Rhaenyra, me iré — gruñó sin dirigirle la vista— ahora si me permites tengo asuntos pendientes allí.
Antes de que su esposo cruzara la puerta, se atrevió a danzar por terreno que desconocía.
— Es Percy ¿verdad? — apretó los puños— ¡admítelo! siempre será él por encima mío, todas... todas tus preocupaciones eran de él.
— Eres una molestia — con aquella respuesta le basto para la afirmación de sus sospechas.
Pobre princesa que el amor la cegara. El retorno a Daemon a roca dragón no fue lo más placido, no, porque fueron más los tratos hirientes que el amor que en un pasado le pareció profetizar.
— Es molestó madre — refunfuñó Jacaerys en una de las tantas charlas que tenían — Daemon se pavonea de aquí y allá con aires de superioridad , creyendo que todo gira...
— Ya, mi pequeño niño — lo acobijo entre los brazos— no sobre pienses mucho en asuntos menos importantes.
¡Hasta un infante se daba cuenta de las conductas de Daemon! que vergüenza. Pelea y más pelea, además un tercero siempre danzaba por las lenguas de ambos dragones; el problema era Percy Targaryen e incluso cada cosa que cometía, el problema era que Daemon ya estaba enamorado del muchacho hace bastante pero, ella ni lo notó. ¡Por todos los dioses había lastimado a su otro tío sin saberlo! ahora todo tenia sentido.
— Lo amas ¿ no? entonces largo— dijo la princesa harta de los gritos del mayor.
— No— notó como el platinado apretaba la mandíbula, conteniéndose— él ya formo un hogar que no piensa dejar y yo tengo el mío.
— Para ti esto es un suplició — contratacó la mujer dando unos pasos a frente— deja de fingir, tío.
El platinado soltó un suspiró a lo que observó a la opuesta de reojo.
— Todo estará bien — fue entonces que la tomo por el rostro.
"Estar bien", ¿lo estarían? no lo sabia con exactitud aun así a partir de aquel día la pareja cambió por completo. Tal vez, una unión llena de mentiras se logró mantener al flote mientras trataban de sostenerse en un equilibrio incierto. Los hijos de Rhaenyra se convirtieron en unos jóvenes guerreros fuertes, audaces y decididos, estaba demasiado orgullosa al igual que con sus dos hijastras, las cuales fueron comprometidas con Jacaerys y Lucerys.
Vida agradable o eso se trataron de fingir. A pesar de la continua tranquilada esa extraña "paz" se derrumbó ante el reclamó de driftmark, cosa que la enloqueció, así que ese mismo día toda la familia se traslado al desembarcó del rey aunque le reprocharon que debía quedarse por estar nuevamente embarazada.
— Tranquila, si existe algún problema toda se arreglara con un par de amenazas — consoló el príncipe canalla tomándola de las manos.
— No quiero solucionar cada conflicto con violencia, Daemon.
Antes de que el contrarió refutara, el carruaje se detuvo y fue anunciada la llegada. La princesa bajo con sumo cuidado y se asombró en sus adentros que nadie estuviera allí recibiendo, sin embargo, las puertas se abrieron y dejo al intemperie a Ser Westerling además detrás de él se pavonea su otro tío, Percy Targaryen quien sostenía aun infante de no más de dos años.
— Princesa — dijo al instante que llegó donde se encontraba— es un alivio verla por aquí.
El niño apenas visualizo a la mujer porque casi por acto de reflejo se acuno contra el cuello de Percy acción que le pareció tierno a Rhaenyra. Sintió como su consorte se posaba aun lado, ni siquiera se atrevió a mirarle.
— Hermano — la ronca voz de Daemon hizo que la princesa tragara saliva.
— Es bueno verte sano, Daemon — sonrió con sinceridad mientras brindaba unas sutiles caricias en la espalda al niño que cargaba— síganme, el rey los espera.
Durante el corto camino se podía sentir una inevitable tensión cuya situación incomodaba a la heredera.
— ¿Como se llama el bebé? — inquirió la femenina tratando de romper silenció sepulcral.
— Aerion Targaryen, princesa — le sonrió de medio lado— le aseguró que este niño será un buen príncipe.
— No lo dudo.
Sin más tuvieron que despedirse o más bien solo ella aun así lo único que vislumbró fue una doncella que le recibía el niño de Percy, tal vez, debía ser alimentado por su hermana menor. Al entrar atisbaron al rey sentado en la cama este plasmo una débil mueca que se supondría que seria una sonrisa, se notaba el cansancio e incluso como la enfermedad que padecía se lo estaba comiendo.
¡Un encontró que a flojo cada fibra! presentarle a sus últimos hijos que parió fue un regocijo para su padre igualmente cuando la reunión culminó tuvo que encarar a una vieja amistad, ¡las vueltas trágicas de la vida! Daemon en ningún momento se aparto a cambió de una manera sutil le brindo apoyo que necesitaba.
Ese día trató de persuadir a Rhaenys aun cuando al parecer no recibió el resultado que necesitaba, quedando completamente sola en el jardín, pensativa.
— Su hijo, Lucerys será heredero de Driftmark — una áspera voz la sobresalto— tranquila.
Un hombre con vestiduras entre rojizas e jades se poso aun costado, mirando fijamente el árbol que posaba delante.
—Tío...
— Mi tonto hermano mayor — Rhaenyra alzó la vista— él de seguro apelara por tí.
— Yo...yo...
— Eres su favorita, Rhaenyra. Ni a sus otros hijos, ni a mi esposa la trata con tanta devoción como lo hace contigo, esta mal, sí pero el viejo te ama— suspiró a pesar que dichas palabras parecían destiladas con aparenté despreció.
— ¿Me odias por eso, tío? — cuestionó pero, se maldijo por ser imprudente.
— Detesto las injusticias, princesa — le brindo una mirada— Viserys a codiciado todo por ti aun así no soy nadie para juzgar las pésimas decisiones... No me incumbe a entrometerme pero, cuidado, presiento, no, mi esposa presiente que algo más grande se avecina.
Ambos se mantuvieron en un largo silenció.
— Si algo malo se desata, ¿a quien apoyaras? — la princesa jamás había atisbado un par de ojos tan preciosos como esos que atención le ponía.
— A mi esposa, princesa. Estar en un conflicto no me apetece es más creo que me marcharía lo más pronto.
Sin más el mayor hizo una reverencia dispuesto a irse de allí dada como finalizada la conversación.
— ¿Amabas a Daemon? — la platinada apretó los labios.
Percy observó por encima del hombro asombrando a la princesa pues, esos vigorosos ojos bicolores se habían nublado de repente.
— Más que mi propia vida, sobrina— pausó— pero, gracias a que tomó sus decisiones yo logré conocer al amor de mi vida.
La dejo sola con más preguntas que respuestas salvo su tío no se equivoco en una cosa que; tan pronto la conversación murió, en la madrugada ella se infiltró a los aposentos del rey y a pesar de que lo primero que dijo el moribundo fue: "¿Percy?", le rogó una protección porque a decir verdad la corona ya la estaba empezando asfixiar.
¡Quien lo pensaría! a la mañana siguiente se encontraron cara a cara a su tío acompañado de su esposa que también estaba esperando un bebé cosa que al parecer disgusto a su consorte, un reencuentro agrió.
Un intercambió justo de palabras de modo que nuevamente se verían tras la audiencia y en aquella instancia envidio a su hermana menor por tener al lado aun hombre que la elegia sobre todo, pequeños reflejos de amor, roces que a los ojos de los demás serian insignificantes pero para ella fue la representación de un amor más allá. ¡Celos porque ella también anhelaba que Daemon la mirara con tanta devoción!
Es allí que el rey se anuncia luego de una tensa discusión; Viserys débil estaba, su padre, Rhaenyra se asombra cuando dos de los hermanos se acercan ayudarlo. ¡Acto honorable!
La princesa no paso por alto cuando Percy cubrió con su propio cuerpo a Helaena para que evitara mirar una escena grotesca, ambos se retiraron e inmediatamente él hombre le preguntaba a su hermana sobre su estado o decía algunas cosas para calmarla, ni los miraron, simplemente existían ellos en ese momento.
Más tarde fueron invitados a una cena a pesar de que se negaron asistir esta ocasión lo exigía el rey cosa que no pudieron rechistar. Al llegar jamás se imaginí que las viejas tensiones se hicieron presentes, los gruñidos de Daemon eran muy notorios (tal vez, no resistía ver a Percy coqueteando aun con Helaena), sus hermanastros parecían dispuestos en disgustar a sus hijos y la llegada del rey calmaron el malestar e incluso las miradas de despreció de Alicent disiparon.
Un discurso sobre una familia unida ( algo que seria imposible de lograr), otro relato de un amor tan inocente acompañado de miradas acarameladas, una tregua entre viejas mejores amigas, un baile que alivió las penas de muchos aunque para su esposo fue el inicio de la tormenta, Rhaenyra mientras comía envidiaba los buenos tratos hacia su hermana, el cariño que tocaba el vientre abultado ese hombre o los besos que le hurtaba de sorpresa, ¡deseaba que Daemon fuese así! tan perdida en los pensamientos que reaccionó tarde cuando una mano se poso delante.
— Concede esta pequeña pieza de baile, sobrina— Percy le sonreía arrogante a lo que la princesa con pena correspondió.
Danzaron bajo la atenta mirada de Daemon y sonrisas por parte de Helaena la cual le hacia señas a su esposo de lo bien que se movía.
¡Boom!
Aemond se dirigió un par de palabras inapropiadas contra sus hijos provocando ira en el ambiente. Aegon apoyo tan pronto a su hermano menor que no tardo en estampar a Lucerys en la mesa, Jacaerys le proporciono un puño limpió en la mandíbula ajena. Rápidamente todos fueron apartados, su esposo se coloco al frente retando al tuerto, sin embargo, de la misma manera Percy confrontó a Daemon impidiendo que el menor se marchara, agradecía que su padre hace unos buenos minutos se hubiese retirado.
Creyó que dicha cena solucionó la enemistad que tenia con la reina consorte porque ella se ofreció que se quedaran cuando ya tomo la decisión de regresar esa misma noche a roca dragón, la gratitud por aquel gesto salvo que rechazo la oferta.
Al retornar lo que ya era un hogar provisional no se esperaba una nueva frialdad por parte de Daemon, deprimiéndola.
Los días avanzaron, pero se hicieron amenos al estar presente en la educación de sus hijos de modo que, una tarde fue Daemon que se acercó a pedirle disculpas por tratarla de semejante forma tan despreciable tras acariciarle el vientre es más dicho encuentro tan intimo de la pareja seria realmente conmemorable a no ser que lo irrumpieron por un mensaje urgente de Rhaenys.
— ¿Que ocu...
— Viserys ha muerto — dijo la mayor sin más— Aegon fue coronado rey de los siete reinos.
Dos noticias bombas, dolor, dolor, una sensación cruda le recorrió generando una punzada en el vientre.
— ¿Alicent....apoyó el reclamó...Percy? — las palabras se deslizaron titubeantes bajo la esperanza que ellos se opusieran.
— Lo hicieron— respondió— los verdes vienen por tí, Rhaenyra.
— ¡Mientes! — Daemon bramó ufanó.
— Creas o no deben ponerse a salvo.
¡Qué los dioses sean misericordiosos ante la repentina labor de parto! gimió de dolor, el bebé venida de repente, el sangrado la alerto.
Mientras Rhaenyra padecía cama en otro lugar cierto hombre lloraba, destrozado, inciertamente condenado.
El juego por el trono había comenzado inevitablemente cuando la hija de la reina nació muerta (sentenciando una guerra silenciosa) y la caída de Lucerys Velaryon días después.
¿Que les pareció? los leó.
¿teorías? aaa quiero subir un tiktok sdjgnjds.
La perspectiva de Percy se viene, lloró.
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