𝄡02.Corazón mutilado.
CAPITƲLO DOS: Corazón mutilado.
❝Desearía que me amaras de nuevo,
como ayer. ❞
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⸻ NUNCA SE TRATÓ DE RHAENYRA TARGARYEN, LA MUJER QUE SUPUESTAMENTE CAUSO QUE el príncipe canalla perdiera su estribor. De hecho, jamás una femenina lo enloqueció tanto como su hermano menor, Percy Targaryen.
Remontándonos a la época en que muchas baladas relataban con las mejores trovas donde lo "ilícito" empezó. Fue en el 99 d.C tiempo en la cual Daemon Targaryen celebraba sus dieciochos onomásticos de la arribada suya al mundo, pero, a pesar de que dicho acontecimiento no conmemoró con un gran alborotó (de esos que solían gustarle) pues, se suponía que el príncipe ahora apodado "canalla" debía estar en valle de Arryn en brazos de su "amadísima" esposa, sin embargo, en vez de eso se encontraba acompañado de su querido hermanito menor, incognitos, en la ciudad.
— No entiendo, Daemon— le susurró el más joven en un breve momento de soledad de las calles— ¿No deberías estar con Lady Rhea?
El mayor lo observó por medio del rabillo del ojo. Hace aproximadamente un año atrás Daemon, empezó a sentir sensaciones extremadamente cuestionables al estar cerca del menor. Primero se trató de los inevitables nervios al entablar profundas conversaciones, después el corazón palpitaba de una manera caótica cuando un roce surgía y el anhelo de acariciar los finos labios con los suyos se incrementaba.
Incluso llego a justificar sus celos al verlo junto a Viserys con el "malhumor" por no tener atención requerida.
— Ese no es mi hogar — refunfuñó — además la zorra de bronce es muy molesta, quejas de esto y quejas de otro.
— ¡No trates así a una dama! — le golpeó sutilmente el hombro fingiendo una rabieta, no obstante, los reflejos de Daemon ganaron tras atrapar la mano del ajeno a tiempo.
— Mi hogar eres tú, Percy.
Una confesión al son de la luna quisquillosa; una declaración que marcó un antes y un después en la relación de hermanos. Los primeros acercamientos no fueron pasionales (de esos que ambos hombres gozaban cuando se dirigían a la calle de seda) sino entrometieron algo más allá que el sexo o el deseó por el otro. Dos jóvenes cayeron inesperadamente en las filosas garras del amor cuyo sentimiento poseía el poder reconstruir al más triste "sabio" pero, lo que curaba también lastimaba, y envenenaba.
Daemon amó con cada fibra a ese hermano adorado; lo amó con devoción, lo amó con el alma, lo amó con el dolor. Fatídico aquel día cuando el príncipe canalla puso sus ojos nuevamente en el trono de hierro, la muerte de la primera esposa de su hermano Viserys causó una brecha al deseó que reprimió por tanto tiempo.
Un error.
Un destierro.
Y una dulce despedida.
Finalmente, luego de tres años de ser botado a la intemperie e introducirse a una guerra que su hermano había ignorado, retorno al reino victorioso inclinándose como un perro rastrero a los pies del rey que lo obligó marcharse.
Sus ojos colisionaron con aquella mágica explosión de colores, arribando viejos pesares y nuevos delirios. Al principió danzó el coqueteó que dejaron pendiente acompañado de los besos furtivos, aunque de tener a nada a la persona que en verdad amaba, la ambición suprimió al amor que profesaba.
Bien se dice que Daemon se alejó de su hermano debido a los rumores que amenazaban la estadía de la fortaleza a Percy, pese a eso, aquel pretexto solo ayudo a la cercanía tan erótica con su sobrina, Rhaenyra Targaryen.
La niña de Viserys ya ni quedaba el rastro de inocencia cuando se enredaron en medio del burdel. La besó con tanta intensidad que hasta en un momento anhelo que esos labios fuesen los de su hombre, beso a su sobrina con las frías intenciones de hurtarle aquello que la hacía sagrada, pero, la pena, la cobardía y el remordimiento obligó que huyera.
— Quiero que me digas la verdad, Daemon— la voz ronca del menor hizo temblar al príncipe.
— ¿Qué verdad?
— ¿Ocurre algo con nuestra sobrina Rhaenyra?— se cruzó de brazos dejando reposar parte de su cuerpo en un muro del lugar— la gente señala, sisean de las cosas indebidas que hicieron j..
— Están en lo correcto — interrumpió rápidamente. Se maldijo por ser boca suelta u afirmar un suceso que no logro culminar.
— ¿Qu-Qué?
Pobre ingenuo que intuyó que sus justificaciones sobre el trono de hierro o que solo utilizaría a su sobrina para un bien común podría detener las lágrimas de Percy, se auto insultó por ser él que le causara el mayor de los sufrimientos y, cuando deseó acunar el rostro entre sus manos le estamparon una fuerte cachetada, lo merecía. Presenció como el menor se marchaba ufano del pasadizo cual se había convertido de ellos tras unas de las tantas escapadas. Suspiró, luego gozarían de todo el tiempo para aclarar el bochornoso error.
Pero, la conversación pendiente quedo en eso porque al día siguiente cuando se dispuso a solucionar el mal que produjo a su relación; Percy partió de desembarco a lomos de su dragón.
Corazón roto, un segundo destierro por las acusaciones y al tener la codicia intención de buscar a quien le entrego parte de su alma, se contuvo, lo dejo ir por un largo periodo.
Fue así como contrajo segundas nupcias con la primogénita de su prima Rhaenys (su primera esposa falleció en condiciones peculiares), Laena Velaryon, mujer que conoció en la ostentosa boda de su sobrina Rhaenyra Targaryen. De la unión con la bella doncella además de una felicidad camuflada nacieron dos preciosas gemelas, Rhaena Targaryen y Baela Targaryen, y el tercer hijo que venía en camino.
En cada año que transcurría continuaba pensando en Percy. La luna, quizás, se compadecía de los desasosiegos del Targaryen pues, tantos secretos le confiaban a aquel astro que solo se asomaba en la oscuridad.
Todo aquello que Daemon empezaba a querer de una u otra forma se iban; Laena murió a fuego de Vhagar debido a complicaciones de parto y, el temor de ella de morir en cama siendo despellejada tal como un animal. Daemon creyó que dicha perdida obligaría a Percy al retorno, sin embargo, se equivocó cuando aterrizó a Driftmark y ni rastros de su amor.
¿Quién era Daemon para negarse al deseo de la carne? pese de perder a una esposa y que sus hijas necesitaban un padre, es allí, en medio de la playa que se encontraba tomando a su sobrina. Tocándola, profanando más allá de los límites y en un indebido descuido gimió el nombre de su hermano menor tras haber alcanzado el orgasmo.
Luego de dicho reencuentro se procuró en vestir rápidamente tras un presagió e insistió a la mujer que regresaran al interior puesto que, temía de algo que aun desconocía.
Al ingresar no se esperaban que en el salón principal yacía todo un desastre. "Su sobrino" cuya sangre era sucia estaba siendo atendido por un maestre que, al parecer le unía la carne con el hilo alrededor de la cuenca del ojo: tuerto estaba. Y los hijos bastardos de su ahora nueva amante (él no era ciego sobre la legitimidad de los niños) estaban sumamente magullados, sin duda, un acercado muy caótico.
Vislumbró a sus hijas asustadas detrás de los demás (más tarde conversarían) y se dejó recargar en el muro.
¡Boom!
Viserys hizo acto de presencia a lo que él caos estalló. La injusticia danzo por el lugar mientras él detenía al molestó protector de la reina consorte, Sir Cole y cuando imagino que el asunto no proseguiría; una risa familiar inundo el sitio.
Daemon alzo la vista tan pronto a lo que creyó que quedaría sin oxígeno al verle: Percy Targaryen había vuelto, aunque demostrando apoyo a la facción contraria.
— Una inusual bienvenida, hermanos— dijo.
Después de tanto tiempo aquel sentimiento estaba intacto, floreciendo. Daemon simplemente observó como el menor parecía estar cuestionando al rey por las decisiones que tomaba y a pesar de la mirada de Rhaenyra sobre él (exigiendo que se entrometiera) permaneció en silenció.
— Me decepcionaste, Viserys —masculló sin más mientras abrazaba por los hombros al niño herido— ellos deben descansar.
El salón quedo desolado, así mismo con un claro recuerdo del día que la casa de dragón abrió una brecha muy notoria. Daemon, deseó hablar con el hermano que regresó, pero, la pena lo gobernó así que por lo quedaba de noche lo utilizo para dar vueltas mientras su mente cavilaba diferentes escenarios donde Percy pertenecía.
Al amanecer Viserys se marchó junto a su "sucia familia" que había formado. Daemon dedujo que Percy continuaba en Driftmark por el dragón que permanecía aun en los terrenos, sin embargo, con aquella nueva oportunidad que el destino le brindaba jamás le otorgó una donde se cruzaba.
Ahora que su sobrina astutamente le propuso una idea que no podría rechazar y que significaba alejarse más a la probabilidad de rescatar lo que perdió, le atormentaba.
Con la supuesta muerte de Laenor Velaryon dando paso a la mejor alternativa para estar cerca al trono, encontró por primera vez (después de años lejos el uno de otro) los ojos bicolores que tanto había anhelado los últimos días.
Oh, Daemon se arrepentía haberse casado al estilo Valyrio con su sobrina y que Percy lo estuviese mirando de lejos con un brillo esperanzador que poco a poco se fue apagando, bajando la mirada al suelo.
Quizás, Percy no se había acercado por temor de ser abandonado o pueda que ese haya sido el error para que su amante lo dejara aun lado.
Corazón mutilado.
Nunca lo había dejado de amar y regresaba con intenciones de conquistar, pero termino perdiendo como un estúpido más.
Daemon y Percy solamente debian hablar, muy mal ee.
Puntito para que Daemon sufra >:c
¿Teorías? los leo.
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